sábado, 13 de febrero de 2021

Astrología Cabalística: "Sagitario - El Centauro Arquero"

"Todo lo manifestado y lo inmanifestado, está sujeto a un Orden en su expresión exterior, ese Orden, es la Suprema Ley de Dios"

Decíamos al analizar el signo Leo, que de la fusión del "esperma" inseminador de Aries con la fértil "tierra matriz" de Leo, nace una tercera fuerza, que en analogía con la criatura naciente del proceso generativo humano, posee la cualidad de transformar, de crecer, de exteriorizar, en definitiva de concretizar las energías que hasta ese momento se encontraban en un proceso de desarrollo interno. Esta capacidad se recoge en estado potencial en el signo de Sagitario. Si Aries es el signo Yod del Elemento Fuego, y Leo el He, Sagitario completando la triada, es el signo Vav, cuya función característica es exteriorizadora.

En Aries veíamos como el designio espiritual o programa de nuestro Ego, era sembrado en nosotros impulsándonos a emprender la conquista de nuevas fronteras; en Leo, ese Propósito alcanzaba nuestro interior despertando el principal motor, la conciencia-corazón para que le fuésemos fieles y asegurásemos así que llegue a buen puerto. Con Sagitario, nos movilizamos realmente, y para llevar a cabo ese impulso nuevo, nos convertimos en ardientes viajeros, cuyo único afán es alcanzar las metas que su idealismo le inspira.

La vinculación de este signo con el extranjero y con el viaje al más allá de la fantasía, encuentra su causa en esta necesidad interna de exteriorizar su conciencia hacia planos aún no conquistados.
La imagen simbólica que recoge el signo, el Centauro Arquero, nos sugiere esa misma idea de desplegar la mente hacia las mismas puertas de lo imposible, de la utopía.

Nuestro país, España, cuya constitución fue aprobada bajo el signo de Sagitario, responde tradicionalmente a esta dinámica. Así vemos su gran protagonismo colonizador, preocupada siempre por descubrir nuevos horizontes.

Sagitario, cabalísticamente está bajo la regencia directa del Séfira Binah, cuyo atributo es Ley, Inteligencia Activa. Binah es el gran organizador del cosmos, el que fija los límites y las leyes por las que se ha de regir cualquier Obra. Siendo así, el signo de Sagitario, llevará implícito en su trabajo el de aplicar las leyes al mundo, pero dado que estamos en el plano Emanativo, donde el Fuego se expresa como valores morales, las leyes que exterioriza este signo serán precisamente de ese orden, es decir, principios morales.

El Sagitario será el que vele para que el bien prevalezca sobre el mal, y para lograrlo, inspirará, creará normas, reglamentos, leyes que el gobierno del país deberá respetar.
El gran trabajo que el hombre debe realizar en esta esfera, es el de ser consciente de que es un instrumento al servicio de la divinidad interna. Esto implica el haber alcanzado un despertar de conciencia importante en el proceso evolutivo, que le lleva a someter su personalidad mortal y pasajera a la personalidad espiritual.
Cuando esto ocurre, aparece el valor más sublime del signo Sagitario, la Maestría.

La comunicación y la conciencia con los Mundos Espirituales no se pierden y el hombre se convierte en un "profeta", en un mensajero de lo que está por-venir, pero no esperemos que esa capacidad se adultere o profane buscando el vano alardeo o el enriquecimiento personal. El Sagitario en este estado se convierte en la Voz del Bautista que clamando en el desierto nos anuncia el Camino de la Liberación. Ese Camino es el "arrepentimiento", el auto-perdón, y es precisamente Sagitario, el signo que nos impulsa a obrar hacia el perdón, hacia lo que es justo, a la reconsideración de nuestros errores. Ese es el papel de la justicia, aunque socialmente, los pilares donde se asienta esta lección aún no han alcanzado a comprender que el hombre en sí mismo cuenta con los mecanismos internos para alcanzar la liberación.

Pasemos a interpretar los rasgos psicológicos que suele caracterizar a estos nativos.
Un dato muy significativo que suele apreciarse en la vida del Sagitario, es su extroversión. Su mente vuela tan rápido, que su cuerpo no puede evitar seguir su pensamiento. Son inquietos y difícilmente podremos descubrirlos en una posición estática o de quietud. Su relampagueante intelecto le dota de una gran capacidad para todos los deportes donde la velocidad sea la protagonista. Si a esto unimos uno de los atributos característicos del Elemento Fuego, el valor, podemos decir, que el nativo Sagitario, posee un instinto natural que le lleva a afrontar empresas donde el riesgo, el peligro suele llegar a veces a alcanzar un grado de locura.

Otro de los aspectos característicos de este signo, suele ser su inocencia, su inconsciencia, que le lleva a dar testimonio de una falta de tacto, al tiempo que dan la impresión de ser personas de una descarada insolencia o de "metepatas" incansables. Sin embargo, ese comportamiento ingenuo le pasa desapercibido, pues él tendrá la completa seguridad de que es un gran diplomático, un gran educador, maestro y bienhechor.

A pesar de sus espontaneidades a veces bruscas y agresivas, es difícil enfadarse con él. Su gran vitalismo, jovialidad, alegría y optimismo es contagioso, y si a esto unimos su alto ingenio y elevados principios, no tendremos por menos que reconocer que estamos ante un ser de otro plano.

La sinceridad se encuentra entre sus mejores atributos, y cuando descubre un engaño o una injusticia. Ya sea a sí mismo o los demás, suele combatirla con ardor, poniéndose siempre al servicio del más débil. Si en alguna ocasión descubre que ha hecho daño a alguien inconscientemente, no puede evitar el sentir un profundo arrepentimiento.

La estrecha conexión con los planos espirituales -como ya hemos dicho- hace a estos individuos portadores y transmisores de una ardiente fe religiosa. Cuando esta fuerza se expresa en un nivel más práctico -debido a influencias de otros Elementos en la Carta Natal-, esta vocación religiosa que le lleva a hacer el bien, se expresa en un nivel social, y entonces lo vemos promoviendo acciones benéficas o promoviendo festejos o juegos. Siempre lo encontraremos allí donde haya que aportar un aliento positivo, un hálito de esperanza y alegría. Se dice que un Sagitario difícilmente se toma la vida en serio u esta actitud les hacer formar fila entre los más bromistas del zodíaco.

Resultará muy difícil confinar a un nativo de este signo; entre sus hobbies se encuentra el viajar y sobre todo hacerlo a lugares desconocidos y arriesgados.
En asuntos afectivos, suele demostrar una ardiente pasión, sin embargo, su espíritu indomable y aventurero lo hace un "partido" difícil de "atrapar" para mantener una sólida relación. Antes de comprometerse, Sagitario suele dar un largo rodeo.

Cuando Sagitario vuela bajo, se pone de manifiesto la parte animal del signo, representado en el Centauro (mitad inferior caballo, mitad superior hombre). Este aspecto de su naturaleza hará que exprese bajas cualidades morales; estaremos ante el defensor de normas y leyes que permiten la corrupción; es el defensor que trata de sacar beneficio propio a su labor. Aparece la "gula" social, el que apoyándose en su poder ejecutivo trata de abarcar y someter otros terrenos de los que no es dueño. Se trata del cáncer social.

El temperamento de Sagitario con estas características responderá a una persona con mal carácter, brusca y agresiva. La lucidez de su intelecto es utilizada en hirientes sarcasmos para alardear de facultades, de su ingenio; se convierte en un ser vanidoso y pendenciero, en un parásito social. Llega en ocasiones a excentricidades que le hacen parecer estar fuera de la realidad. Su conexión con el más allá, le convierte en un mensajero de la fatalidad.

Una gran responsabilidad recae sobre estos nativos, en la medida de que son portadores de un elevado mensaje. Si nuestra conciencia vuela baja, en este tramo del camino, toda la obra recibirá un influjo negativo y el fruto que obtendremos al final nos sabrá amargo y doloroso.

Ya hemos visto la relación de Sagitario con el Pensamiento Superior gracias a la regencia de Binah, el Séfira del Pensamiento Primordial. Esta vinculación permite que este signo se ocupe preferentemente por desvelar los porqués abstractos de la existencia. Con su pensamiento intuitivo, Sagitario se lanza a filosofar, a la búsqueda de las verdades trascendentes. Un aspecto negativo de esta expresión hará que el nativo se convierta en un ser fanático religioso. Tratará de llevar a los demás su fe, enseñar su nueva doctrina, y no será raro verle embarcado como misionero en una empresa evangelizadora. Recordemos la vinculación de España con Sagitario y extraigamos de una de las páginas más trágicas de la historia, las cruzadas contra los judíos en defensa de una fe patriótica.

El Sagitario puede caer en la tentación de volar tan alto, que se desconecte excesivamente de las realidades del mundo práctico. Esto hará que aparezca socialmente como un visionario al que nadie cree, aunque a veces su aparente locura sea más cuerda de lo que muchos piensan.

Entre las analogías que podemos nombrar para este signo, se encuentran entre otras muchas:
El extranjero, la religión, la política, la profecía, la maestría, la adivinación, la medicina natural, la jurisprudencia, los descubrimientos, las misiones, la colonización, los viajes largos, la letra Guimel, la letra C, el número 3, la mirra, Baltasar, la Ley, el poder ejecutivo, la velocidad, el caballo, las fiestas sociales, los príncipes, las utopías, la alegría, el humor, lo abstracto, los muslos, la gula, etc.

En cuanto a las palabras claves que han de permitirnos tener una idea concreta de la imagen arquetípica del signo, enumeramos las siguientes cualidades positivas y negativas:
Ortodoxos, conservadores, idealistas, caritativos, benévolos, simpáticos, tiernos, altruistas, justicieros, elocuentes, autoconfiados, filósofos, universalistas, futurólogo, profetas, maestros, viajantes, extranjeros, curanderos, doctores, alegres, optimistas, ingeniosos, inteligentes, impulsivos, valientes, intrépidos, sinceros, directos, fervorosos, religiosos, políticos, infantiles, inocentes, bravos, deportistas, vitalistas, ardientes, brutos, hirientes, inquietos, miedo a los animales, imprudentes, charlatanes, rebeldes, viciosos, excéntricos, sarcásticos, golosos, vanidosos, soberbios, fanáticos, entrometidos, competitivos, inmorales, etc.

Astrología Cabalística: "Leo - El León"

"Todo lo manifestado e inmanifestado es gestado en una matriz cósmica cuya misión es dar cohesión a la Esencia, ese principio pasivo y creador es el Amor de Dios"

Si importante es el impuso motor de Aries, no lo es menos el trabajo gestador de Leo. Así vemos, como en analogía con este principio cósmico, en el acto de creación de un ser humano, el papel activo masculino de Luz-Vida a través del esperma, necesita de una "tierra" fértil, pura y virginal que haga función de receptáculo; esa Tierra Madre es la matriz de la mujer que a través de sus óvulos se presta a ser ocupada por la energía positiva y fecundante.

De la unión primigenia de lo masculino y lo femenino, o lo que es lo mismo de la Voluntad-Aries y del Amor-Leo, surgirá inevitablemente una tercera fuerza, llamada "hijo", fuerza neutra o transmutante.

De lo dicho anteriormente, debemos recordar que el amor aparece en los albores de toda obra creadora para asegurar que el impulso motor-voluntad sirva para engendrar vida y no muerte, o en otro sentido, para que aquello que pretendemos crear pueda nacer, crecer y aportar conciencia y sabiduría por la vía de la Gracia y no por la del dolor.

No podemos continuar nuestro camino por la senda que nos lleva al estudio de los Zodiacales, sin advertir hasta el agotamiento si fuese preciso, la importancia que encierra la etapa del signo Leo. Esta asignatura invita al hombre a aprender a ser fiel a la voluntad de su Ego-Dios-Aries. Estamos en un signo que responde a la fase He -interiorización- donde la respuesta humana tiende a establecer una naturaleza fija en lo referente al dominio del Elemento. Dado que estamos trabajando con el Fuego-Moral, diremos que en este signo se establecen principios sólidos de la moral, es decir, la conciencia tiene que enriquecerse con la sabiduría del Bien y del Mal, pero existe un peligro que debemos conocer en esta etapa del camino, Leo responde a la intuición y no a la razón, y queremos decir con ello, que no discierne entre lo que es bueno o malo, él, intuye, tiene la corazonada de que eso o aquello es bueno o malo.

El signo de Leo está regido cabalísticamente por el signo de Hochmah, el segundo aspecto del rostro divino, conocido en el argot místico por el Hijo de Dios. Hochmah es el Amor Universal, el encargado de que la unidad prevalezca en todo lo creado. Las altas vibraciones de este centro, hace que el signo de Leo se sienta preñado internamente por una elevada misión. Más adelante, cuando estudiemos las características psicológicas, veremos cómo uno de los atributos de este signo es el honor, mientras que uno de sus debilidades es la arrogancia.

Hablábamos de la fidelidad al Designio y decíamos cuan importante es este tramo. En efecto, el gran peligro al que suele enfrentarse este signo es precisamente esa cualidad de fidelidad, ya que, cuando se identifica con un principio erróneo, proyecta todo su ardor en satisfacerse de aquello que ha ganado su interés. Al ser tan fiel, puede llevarse parte de su existencia trabajando para designios torcidos que más tarde, cuando avance en su proceso evolutivo, le retornarán por la vía del karma despertándole de su error.

Si aplicamos una vez más la analogía al estudio que estamos tratando y relacionamos los signos con las edades del ser humano, partiendo de la base de que la infancia está vinculada con el Fuego, diremos que la edad de los 2 a los 4 años estaría en sintonía con los trabajos de Leo. Los estudios realizados por la psicología en materia de evolución, determinan que es durante ese periodo donde encuentran las causas alteradas que motivan la aparición de futuros complejos difíciles de superar, entre éstos se encuentran los de Edipo y Electra.
La razón astrológica de estas alteraciones psicológicas la encontramos en un proceso de desvirtuamiento de la voluntad del Ego, o dicho de otro modo, la negación a cumplir con el programa del Yo Espiritual, siendo fiel a principios erróneos.

Debemos estudiar el signo de Leo en nuestros mapas natales, para identificar si somos sumisos a la voz de nuestro Yo Superior o por el contrario, estaremos generando futuros complejos que aparecerán personificados por un duro despertar de la conciencia.

La clave hermética de este signo es el Amor Divino, y es ésta la razón por la cual descubrimos a los nativos encarnados en esta Esfera de conciencia, despertando prematuramente a la experiencia de la conquista del amor.

Aquellos que conozcan a un Leo, lo habréis descubierto en más de una ocasión ocupado en la conquista del amor ardiente, que con suma frecuencia no suele ser definitivo, y del mismo modo que las llamas parecen amenazarle con consumirle el corazón, le podréis ver apocados, cuando no acaban de consumar su relación; pero no olvidéis algo, el rescoldo sigue vivo, y no tardará en volver a surgir las llamas.

Esta pronunciada vinculación por el despertar del amor es su mejor cualidad si se sabe cultivar. La misión del Leo es ejemplar. Este signo tiene sobre sus espaldas la difícil tarea de alumbrar y mantener vivo el principio de la conciencia en los demás estados. No en vano, está regido por el planeta el Sol, centro vital por excelencia.
De cuanto decimos, se comprende una serie de rasgos y cualidades que se enumeran y agrupan en la naturaleza psíquica de los nacidos en este signo.

El Leo cuenta con una personalidad individual de la que es consciente, y a lo largo de su existencia, deslumbrado por esa visión interior que le lleva a endiosarse en el más amplio sentido de la palabra, se esforzará una y otra vez por ganar la atención de los demás hacia su persona. Para lograr este objetivo inconsciente, utilizará su mejor arma, el dramatismo. Se dice del Leo que son actores excelentes y la razón de ello no es difícil de comprender, cuando sabemos que su trabajo interiorizador les hace ser fieles a lo que lleva por dentro, nada más y nada menos que toda la sabiduría divina.

En efecto, en Leo la sabiduría se enaltece hasta convertirle en el portador de la Luz. El hombre Leo es emblema de las más elevadas virtudes de las que debemos dar testimonio, esto le lleva a convertirse en un hombre buscado para organizar y dirigir empresas a nivel social.

Su generosidad, magnanimidad y cordialidad, les lleva a ser un jefe respetado. Es creativo, leal y muy intuitivo. Se dice que su corazón es de oro, y no exageran los que lo dicen, pues a menudo le encontramos como responsables de campañas de ayuda para desvalidos.

Su personalidad solar le lleva a no pasar desapercibido. En las reuniones sabrá ganarse siempre la atención del público y sus aplausos. Hará uso de su ingenio y espontaneidad, aunque difícilmente lo descubriremos llevando a cabo acciones que promuevan el ser ridiculizado.

¡Ay, de aquellos que intenten humillarlos!. El rugido del "león" acallará todas las voces de inmediato, aunque todo quedará en un amago de cólera, pues entre los defectos del Leo no se encuentra el rencor.

Por todo lo dicho, sabremos que a Leo le gusta mandar, dirigir y ser valorado. Cuando esto no es posible, puede hacerse el introvertido o por el contrario dar muestra de un orgullo infantil y de un exceso de autoridad desmedida.

El fuerte deseo por brillar, lleva a Leo a lucir joyería ostentosa. Igualmente son amigos de la vida lujosa, y entre sus pasiones encontramos fundamentalmente las del juego, especialmente, los de azar.

Todas estas respuestas, encuentran su razón profunda en la falsa canalización de las energías de Hochmah-Providencia-Luz. Lo que debe lucir en Leo es la conciencia, y son ellos, los que deben convertirse en hombres-providencia-suerte para los demás, pues su papel es despertar la conciencia en aquellos que buscan luz.

La gran prueba de este signo, como ya hemos adelantado, es su fidelidad a lo erróneo, y cuando esto ocurre, veremos como teme a la oscuridad, su propia oscuridad interna. Se convierten en personas insoportables, porque se creen dueños de la sabiduría, tendiendo a dar consejos y a canalizar la vida de todo cuanto le rodea. Son verdaderos dictadores. Un ejemplo de esto que decimos, lo vemos personificado en Napoleón.

Leo tiene aire de mando y porte majestuoso que nos recuerda al rey de la selva, al león. Su caminar es erguido, y aunque por lo general suele vestir con ropas caras y lujosas, también podemos descubrirle desinteresado por su imagen externa, dando la impresión de abandono, lo cual demuestra que está más preocupado en cultivar otro tipo de valores.

Como signo He, las energías psíquicas tendrá una pronunciada canalización hacia el interior, lo cual le llevará a realizar duros trabajos sobre su conciencia. Como signo del Elemento Fuego, Leo cultiva el valor y el idealismo, trabaja con visión de futuro, y en este sentido, se diferencia de Aries, en que mientras que éste no suele terminar lo que empieza, Leo, por su tendencia fija, da más estabilidad a lo que emprende.

En analogía con el signo, encontramos el número 2, el teatro, la matriz, la educación, la infancia, la letra beta, la letra Beith, la sabiduría, las joyas, los directores, los reyes, la nobleza, el romance, la conciencia, la individualidad, el azar, los hijos, las creaciones, el tiempo libre, los profesores, los maestros, el corazón, el oro, el color naranja, etc.

A continuación exponemos una breve relación de palabras claves que sintetizarán las cualidades positivas y negativas de este signo:

Fidelidad al orden, nobleza, generosidad, capacidad directiva y organizativa, espíritu juguetón, amantes de la luz y el brillo, majestuosidad, educadores, sabiduría, cordialidad, alegres, afectuosos, sinceros, honestos, románticos, ardientes, bondadosos, reconciliadores, protectores, paternalista, determinación, lealtad, poder, moralistas, creativos, originales, dramáticos, individualistas, resolutivos, valientes, caballerosos, magnánimos, idealistas, simpáticos, voluntariosos, orgullosos, liberalidad, introvertidos, sentimiento de superioridad, ásperos, autoritarios, vanidosos, exagerados, infieles, jugadores viciosos, diversiones, placeres, buscan reconocimiento, inseguros en la vida social, quieren ser importantes, amantes del lujo, tiranía, pasionales, arrogantes, fanáticos, inmorales, agresivos, coléricos, déspotas, etc

jueves, 11 de febrero de 2021

Astrología Cabalística: "Aries - El Carnero"

ARIES: "El Carnero"

"Todo lo manifestado e inmanifestado encuentra su origen en un impulso, en un soplo, en una emanación. Ese principio Creador, es la Voluntad de Dios"

Ya hemos estudiado como en el Primer Día de la Creación, el gran protagonismo fue otorgado al fuego, a la Luz. Estamos tratando con estados de Energía en diferentes niveles de vibración, y es nuestro propósito adquirir dominio sobre Ella, en la misma medida en que el constructor ejerce su maestría sobre los materiales con los que edifica.

El Gran Constructor -Elohim-, dispuso las diferentes energías Elementales de modo que fuese posible edificar constructivamente con Ellas. La figura del Triángulo, la suprema trinidad, es el primer esquema organizativo que dio lugar a la existencia tangible. Fue de este modo, que Elohim-Binah, el tercer Aspecto de la Divinidad conocido en Cábala como Inteligencia Activa, asumió el papel ejemplar de establecer las Leyes Cósmicas por las que se regiría cualquier acto creador.
El nombre Sagrado de Jehová, es traducible por Yod, He, Vav, 2º He-Yod, describiendo cada letra sagrada una fase distinta del proceso creativo. Yod, es el impulso motor, la fase de inicio; He, la fase interiorizadora; Vav, la fase exteriorizadora, y el Segundo He, la fase materializadora, y la de nueva creación.
Los Elementos Zodiacales también siguieron este patrón organizativo, y de este modo, el Fuego, adoptó tres perfiles distintos: Aries-Yod, Leo-He, y Sagitario-Vav. La fase 2º He-Yod, siendo la fase de los frutos y nueva semilla, encuentra su expresión en la transición entre el Fuego y el Agua.
Por todo lo dicho, tenemos que Aries es el signo Yod del Elemento Fuego, el impulso motor de todo lo creado, el Principio de todos los Principios, y podemos decir, que todo cuanto existe ha nacido en Aries. La representación cabalística de Aries es el Séfira Kether, el Padre, cuyo atributo es la Voluntad Suprema, por lo tanto los nacidos en Aries serán portadores de esa divina cualidad volitiva. Es a través de Kether que dios se expresa en el hombre, por lo que será a través de Aries, que el hombre recibe su Designio Divino, su Programa Espiritual. Esta es la razón por la que los nativos de este signo sienten que encarnan una importante misión.
La clave hermética de este signo es el Inicio, y la conciencia, cuando trabaje en este signo debe comprender que la lección a aprender no es otra que el reconocimiento del verdadero Yo, el aspecto eterno de la existencia, es de origen divino, o lo que es lo mismo, debemos ser conscientes de nuestro Yo Profundo, que para diferenciarlo de la personalidad profana y material, de los ropajes físicos, llamaremos Ego o Yo Espiritual.
El Aries nos invita a buscar el Fuego que existe en la piedra, y para ello, nos dota del impulso motor de la voluntad. A partir de este estado de energía podremos ir analizando cómo se manifiesta ese impulso a través de la naturaleza psíquica y emotiva del ser, en definitiva, podremos descifrar los aspectos psicológicos del signo.
El Aries está estrechamente relacionado con el grito primigenio de la vida "Yo Soy". Con sus energías se produce el despertar de la naturaleza, así vemos, que se encuentra en analogía con la con la primavera, la germinación de la semilla, y con el amanecer. Semejante a la etapa de la infancia, su espíritu se manifiesta con ese afán de aventura, de aprender que le lleva a experimentar cosas nuevas, y por ello, dan salida a su implacable naturaleza pionera, lanzándose con osadía y ardor hacia la conquista de todos los horizontes posibles. Carece del sentido de la limitación, y las estructuras fijas aparecen en su vida como un reto importante del que deben aprender.
El Aries se encuentra en una fase que podemos determinar como el comienzo de un viaje de autodescubrimiento, y para ello, necesita sentirse emancipado, independiente y libre.
Estamos ante un ser dotado de una activa intuición, de una poderosa energía psíquica creadora, siempre despierta para afrontar nuevos retos y metas cada vez más difíciles. Un impetuoso deseo de avanzar le lleva a encontrase siempre en los primeros puestos; ser el primero, el abanderado, el héroe, es su principal propósito. Es un hombre de vanguardia, de futuro y suele hallarse siempre en primera fila de batalla, anticipándose al resto de la tropa. Esa actitud de arrojo, le lleva a comportarse de un modo intrépido, sin que el peligro parezca preocuparle lo más mínimo. Tiene espíritu de héroe, aunque es bien cierto que a su paso para conseguir su propósito suele dejar un reguero de heridas, pues su agresividad, falta de tacto y diplomacia, le hace parecer insensible con los demás.
Por esta actitud, sus valores de audacia, entusiasmo e inocencia pueden expresarse como violencia, indiscreción y extravagancia.
El Aries, en analogía con el niño, es muy inquisitivo, ambicioso y competitivo. Lo veremos fantaseando, pero jamás mintiendo. Su idealismo le lleva a la defensa de las causas nobles, y en nombre de una "voz superior" imitando al espíritu visionario de Juana de Arco, se lanza a la victoria de sus ideales.
Estos nativos, no suelen tener "pelos en la lengua" para decir las cosas, lo cual, no siempre es bien interpretado. Siempre le vemos llevando la iniciativa en las conversaciones, y no busquemos en él, rasgos de humildad, paciencia, ni sutilidad. Son francos, honrados y muy directos.
Tienen una clara tendencia a entrometerse y cuando lo hacen, nunca parecen encontrar el momento para poner fin a sus disertaciones.
La visión de la vida, es totalmente utópica, idealista. No les mueva intereses emocionales, sentimentalismos, ni deseos materiales. Ahora bien, lo que sí necesita es sentirse elogiado. Necesita ser aceptado, por lo que es importante conocer que al Aries siempre hay que mostrarle gratitud. El se siente portador de algo superior, se siente un "dios".
Posee una poderosa fe en sí mismo, lo cual le lleva a identificarse con el rol de líder, papel que ejecuta muy bien cuando responde positivamente a la dinámica del signo.
El aspecto más oscuro de la naturaleza de este signo, es fruto de esa superabundante energía que no alcanza a canalizar constructivamente. Cuando esto es así, el Aries se convierte en un ser imprudente, violento, colérico, agresivo, destructivo, inconvencional, en alguien que siembra la semilla del mal que tarde o temprano deberá cosechar.
En analogía con este signo, podemos enumerar una lista que abarca aspectos de la vida, tanto animados como inanimados. Nuestro propósito con ello, es dejar algunos ejemplos que el estudiante con sus observaciones debe ampliar.
La primavera; la aventura; el número 1; el récord; el nacimiento; la semilla; la letra Aleph; el Padre; el héroe; el Fuego; la infancia; la letra Alfa; los arietes; la lucha; el color rojo; el amanecer; la legión; el esperma; el hierro, etc.
Para finalizar, y con el propósito de que sirva de síntesis de lo expuesto en las explicaciones anteriores, detallamos una serie de palabras claves que recogen y expresan la dinámica del signo.
Inconvencionales; liberales; irresponsables; intuitivos; enérgicos; generosos; infantiles; luchadores; idealistas; abanderados; atrevidos; creativos; lo primero; orgullosos; emprendedores; impresionables; inocencia; impacientes; bravura; independientes; intrépidos; directos; liderazgo; visionarios; valientes; francos; Yo soy; primero yo; audaces; fantasiosos; honrados; espontáneos; audaces; fervientes; inestables; coléricos; inquisitivos; ambiciosos; competitivos; confianza...

miércoles, 10 de febrero de 2021

Astrología Cabalística: Primer Día de la Creación

PRIMER DIA DE LA CREACION: EL FUEGO
ARIES-LEO-SAGITARIO

Es ampliamente conocido por aquellos estudiantes que han dedicado grandes esfuerzos en la comprensión de las Escrituras Sagradas, que éstas, han sufrido serias e importantes censuras e interpolaciones que dificultan notablemente cualquier intento por escudriñar el Origen de la Vida, así como su futuro desarrollo evolutivo. La gran dificultad para leer e interpretar la Lengua Sagrada: el Hebreo original, junto al reducido número de traductores que bien se veían obligados por la censura a evitar verdades que pudieran poner en peligro la hegemonía política, son motivos suficiente para ver la realidad con la que nos enfrentamos.
A las dificultades anteriormente mencionadas, debemos añadir otra no menos importante. El desconocimiento de las leyes ocultas, hizo que la verdad no fuese comprendida. Los grandes ocultistas cabalistas que escribieron el Zohar son categóricos en este punto: "los secretos del Thorah no podían ser comprendidos por todos".
Muchos pasajes están velados, en cambio otros deben entenderse al pie de la letra, por lo que nadie que no estuviese en posesión de las claves ocultas puede descifrar las profundas verdades.
La Biblia judía fue escrita originalmente en hebreo, pero lamentablemente no se posee ni una sola línea de escritura original.
Ante todos estos obstáculos, hemos preferido confiar en uno de los únicos autores de nuestro tiempo que ha dedicado su vida al estudio en profundidad de los Textos Sagrados, contando para ello, con la intuición y el conocimiento de las claves herméticas, que sin duda, le han llevado a desvelar grandes e importantes misterios. Este hombre es Fabre d ´Olivet, quien en su obra "La Lengua Hebraica Restituida" nos permite extraer información que sin duda nos ayudará.
Él nos indica en sus escritos, que los textos sagrados se pueden leer de tres maneras, adoptando el sistema egipcio:
  • En sentido Propio.
  • En sentido Figurado.
  • En sentido Jeroglífico.
Será siguiendo estas instrucciones que trataremos de interpretare la parte el Génesis que nos interesa.
"BERESCHIT BARA ELOHIM"
Con estas palabras Moisés inicia el relato de la creación. Su traducción convencional -Biblia- es: "Al principio creó Dios los Cielos y la Tierra".
  • En el sentido Propio: "En el Principio, antes de todo..."
  • En el sentido Figurado: "En principio, en potencia de ser..."
  • En sentido Jeroglífico: "El Principio motor del Universo es la voluntad".
En esta primera frase, vemos como Moisés da al Creador el nombre de Elohim (Aleph-Lamed-He-Yod-Mem), cuya traducción es El-los dioses, expresando de manera perfecta la unidad divina y su pluralidad (las diferentes Oleadas de vida que "pariría" al mundo en evolución). La traducción de Fabret d´Olivet de este primer punto, es la siguiente:
"En el Principio, El-los dioses, el Ser de Seres, creó en Principio lo que constituye la existencia de los Cielos y de la Tierra".
En esta versión, hay un punto muy importante a tener en cuenta. "Creó en Principio". Debemos entender, que Elohim estaba dando los trazos de una futura creación, es decir, esta describiendo un "proyecto", en el que elaboraba los principios que más tarde se desarrollarían. De esta primera idea podemos concretar que los signos de Fuego, son energías que nos hablan de un estado potencial, que aún está por desarrollar. Es por ello, que resulta de vital importancia saber qué uso hacemos de nuestra voluntad en la primera etapa de cualquier proyecto, idea o propósito. Aprendemos que la clave de cualquier manifestación futura -en el plano de las formas- encuentra su origen en el Fuego, es el propósito, es la idea, es la voluntad.
"Al principio creó Dios los Cielos y la Tierra. La Tierra estaba confusa y vacía y las tinieblas cubrían la haz del abismo, pero el espíritu de dios se cernía sobre las superficies de las aguas. Dijo Dios "haya Luz"; y hubo luz, y las separó de las tinieblas; y a la luz llamó día, y a las tinieblas noche, y hubo tarde y mañana, día primero".
Esta es la traducción convencional, sin embargo, la de Fabre d´olivet nos resulta mucho más aclaratoria.
"En el Principio, Elohim, El-los dioses, el Ser de Seres, creó, en Principio, lo que constituye la existencia de los Cielos y de la Tierra. Pero la tierra no era más que una potencia contingente de ser dentro de una potencia de ser; la Oscuridad, fuerza astringente y comprensiva, envolvía el Abismo, fuente infinita de la existencia potencial; y el Espíritu divino, soplo expansivo y vivificante, ejercía aún su acción generadora por encima de las Aguas, imagen de la universal pasividad de las cosas. Manifestando su voluntad, dijo Dios: "La Luz será", y la Luz (elementización inteligible) fue. Y considerando esta esencia luminosa como buena, determinó una forma de separación entre la luz y la oscuridad. Designando, El-los Dioses, esta Luz -elemento inteligible- bajo el nombre de Día, manifestación fenoménica universal, y esta oscuridad, existencia sensible y material, bajo el nombre de Noche, manifestación negativa y mutación (oscilación, movimiento) de las cosas: y tal había sido el occidente y tal había sido el oriente, el objetivo y el medio, el término y el arranque de la primera manifestación fenoménica".
La traducción de Fabre d´Olivet nos revela, que el universo no ha sido creado de la "Nada". El nos indica, que la "Tierra no era mas que una potencia contingente de ser", es evidente que no se refiere a la Tierra que hoy conocemos, sino que está aludiendo a la Tierra que formaban los Zodiacales, y en la cual Elohim pudo derramar su simiente creadora. Por lo tanto, el universo tuvo su origen en esa Tierra Macrocósmica.
La primera acción que se extrae del Primer Día de Manifestación, fue la creación de la "elementización inteligible", esto es, la Luz. Estamos ante el Elemento que aportaría la comprensión del Caos Primordial, la energía que debería dar sentido a la Obra Divina.
Siguiendo la redacción del Texto, leemos: "la oscuridad envolvía el Abismo".
¿Qué debemos entender por Abismo y por Oscuridad?. La palabra Abismo significa "el estado incomprensible de una cosa cuando aún no existe, pero que sin embargo se encuentra en potencia de existir". En cuanto al término Oscuridad, su significado nos indica: "un combate, una oposición violenta entre principios contrarios, del frío y del calor". Esta oposición la encontramos oculta en el significado de las dos raíces que forman la palabra. Una nos sugiere la idea de ardor interno que se distiende, y la otra, la contracción y estrechamiento que centraliza.
Estaremos en lo cierto, si pensamos que el sentido profundo del término Oscuridad, o es ni mucho menos el que normalmente conocemos, sino que se está refiriendo a este estado de vibración característico que se produce en circunstancias de confusión y lucha de elementos contrarios. Esta era la situación de los Elementos Zodiacales. Por lo tanto con la creación de la Luz, la Oscuridad quedaría disipada.
Otro de los datos significativos que nos revela Fabre d´olivet con su interpretación, queda recogido en la siguiente frase: "En el Abismo, Dios ejercía su acción generadora por encima de las Aguas".
¿A qué Aguas se refiere el autor, si hemos dicho anteriormente que la Tierra aún no existía, que era una contingencia de ser?.
El autor se refiere a las Aguas Zodiacales, y con ellos, nos está dando una importante clave hermética, ya que está estableciendo el Elemento Fuego por encima del Elemento Agua. Esas Aguas son las constituidas por los signos Cáncer, Escorpio y Piscis, mientras que los signos de Fuego, en los que Elohim se situó para realizar su Obra, son Aries, Leo y Sagitario.
Podemos concluir por lo tanto, que los signos de Fuego son portadores de designio divino en estado potencial, es decir, de ellos, el hombre recibe la voluntad divina, su inspiración, su verdad, su propósito creador.
El término Luz y Fuego se escriben de la misma manera: AUR (Aleph-Vav-Reish), por lo que no nos queda menor duda de cuál es el trabajo propio de los signos del elemento Fuego: "hacer inteligible el Designio Divino, la Obra Cósmica".
Continúa el texto divino diciéndonos que "considerando esa esencia luminosa como buena, Dios determinó una forma de separación entre luz y oscuridad". De este punto deducimos algo muy importante. A Dios debemos adjudicarle la creación de la Luz, pero no de la Oscuridad-Tinieblas, ya que este último estado ya existía en el Caos Primordial, en la confusión de energías de los Zodiacales.
A la "esencia luminosa" le dio el nombre de Día, término que significa "conglomerado de luz"; concentración del elemento inteligible". No en vano, los signos de Fuego, rigen sobre las seis primeras horas de luz solar, y debemos entender, que en esta regencia, la divinidad se hace más inteligible a la comprensión de la naturaleza humana, o lo que es lo mismo, estamos alimentándonos del elemento volitivo que nos conducirá a la comprensión de nuestro programa espiritual.
"Y dio a la oscuridad el nombre de noche", palabra que en el lenguaje hebreo está constituido por las letras, Lamed, Yod, Lamed, He. Nos dice Fabre d´Olivet que en ella debemos ver la manifestación de dos fuerzas que se oponen, pero que se ligan y se buscan, una atrayendo hacia el centro y la otra tendiendo alejarse de él. Imagen de lo contrario encadenado, formando un solo cuerpo.
Podemos finalizar este punto, añadiendo un factor trascendente que no aparece en la enseñanza transmitida por Moisés, pero que sí nos aporta los estudios revelados por los Hermanos Mayores a Max Heindel, fundador de la Escuela Rosacruz y uno de los últimos instructores y difusores sobre filosofía oculta de esta época. En sus trabajos sobre cosmogénesis, Max Heindel, nos indica que en el Primer Día de la Evolución, él lo llama Periodo de Saturno, Elohim diferenció de sí mismo la primera Oleada de vida que comenzaría su evolución. Esa Oleada, llamada Espíritus Virginales, es la que nosotros formamos, es decir, la humanidad.
Debemos conocer, que la aparición de una Oleada de Vida es la consecuencia natural de la creación de un Elemento. El hombre está en analogía con el Fuego, o lo que es lo mismo, si en el Fuego está la Morada de Dios, en el hombre está la Morada del Ego, el Yo Creador, o dicho de otro modo, somos Hijos de la Luz.
Expresándonos en términos cabalísticos, diremos que fue Kether quien llevó a cabo los trabajos del Primer Día de la Creación, por lo que los tres signos de Fuego, están bajo su regencia primordial.

lunes, 8 de febrero de 2021

Astrología Cabalística: Los Zodiacales o los 12 Signos del Zodiaco


INTRODUCCIÓN

Nuestro interés en este capítulo se centrará en conocer más de cerca las Energías con las que Dios construyó nuestro Sistema Solar. Estas energías que según la Tradición se conocen con el nombre de Zodiacales -las Esencias Divinas-, son los 12 signos del zodiaco que todo el mundo conoce e identifica por su fecha de nacimiento.
Trataremos de estudiarlos desde todos los aspectos posibles, aunque debemos ser conscientes que estamos tratando con fuerzas vivas que difícilmente se dejan encasillar en conceptos rígidos. Las energías de los Zodiacales son Arquetipos, palabra de origen griego que proviene del termino compuesto por dos sílabas, ARCHE, que significa substancia "prima", y TEKTON, cuyo significado es constructor. Por lo tanto, los 12 signos del zodiaco son energías en estado primordial con las que ha sido y será creada cualquier manifestación de fuerzas, ya sea en el plano espiritual o material.
Ante esta idea, no limitemos nuestra intuición con los conceptos ya recogidos por los muchos autores que han escrito sobre los signos astrológicos. Todos nosotros podemos conectarnos con el plano de los Arquetipos y captar nuevas apreciaciones que sin duda, irán dirigidas a favorecer el progreso y la evolución de nuestras conciencias.
No olvidemos nunca, que estudiando las 12 Esencias Zodiacales estaremos descubriéndonos en nuestra totalidad, ya que, como sabemos, el hombre -creado a imagen y semejanza de Dios-, es portador de las mismas leyes materiales y atributos con los que se construyó el universo.
Para facilitar la comprensión del estudiante hasta tal punto que conforme su comportamiento al del orden cósmico, estudiaremos a los Zodiacales -en primer lugar- siguiendo su ciclo de manifestación en el proceso creativo, y para ello, nos ayudaremos con el conocimiento que nos aporta el Génesis. Posteriormente los analizaremos en el sentido psicológico, formando parte de expresiones caracterológicas y temperamentales. Continuaremos el estudio de la aplicación de la Ley de Analogía y estableceremos lazos de relación entre los Arquetipos-Signos y las manifestaciones creadas por Ellos. Por último, trataremos de sintetizar el conocimiento de cada uno de los signos en palabras y conceptos que nos resulten de fácil comprensión.

Astrología Cabalística: El Lenguaje Astrológico (III)

NOMENCLATURA Y SIMBOLO DE LOS ASPECTOS

Hemos visto anteriormente, al referirnos a los planetas, que su función es análoga a la que realizan los obreros. En este sentido decíamos, que son los agentes activos, gracias a los cuales, mezclamos las diferentes energías de los Zodiacales, y con ello, enriquecemos nuestra conciencia creadora.
Pues bien, si seguimos aplicando la ley de analogía, diremos que al igual que las personas se relacionan entre sí, estableciendo vínculos que pueden ser positivos, negativos o indiferentes, así mismo, la relación de los planetas, conocida en términos astrológicos como Aspectos o Senderos, pueden ser en virtud a la distancia en número de grados que los separe, positivos, negativos o indiferentes.
Igualmente. Del mismo modo como sucede en las relaciones humanas, en las que a veces somos agentes activos-causa, y en cambio en otras, somos agentes pasivos-efecto, según la situación y dirección de los planetas y sus aspectos, éstos pueden ser de Ida o de Retorno, queriendo con ello expresar, que nos comportamos como promotores o como receptores. Esta información es muy importante, pues nos permite conocer, cuándo somos agentes portadores de Karma o receptores de él.

NOMBRES DE LOS ASPECTOS
  • CONJUNCION: los planetas separados entre sí a una distancia de 0 grados.
  • SEMISEXTIL: los planetas separados entre sí a una distancia de 30 grados.
  • SEMICUADRATURA: separados por una distancia de 45 grados.
  • SEXTIL: separados por una distancia de 60 grados.
  • CUADRATURA: separados por una distancia de 90 grados.
  • CUADRITRIGONO: separados a una distancia de 105 grados (aspecto cabalístico).
  • TRIGONO: separados por una distancia de 120 grados.
  • SESQUICUADRATURA: separados por una distancia de 135 grados.
  • QUINCUNCIO: separados por una distancia de 150 grados.
  • OPOSICION: separados por una distancia de 180 grados.
  • PARALELOS: los planetas se encuentran con la misma declinación, bien Norte o Sur.
ORBES PLANETARIAS
Anteriormente, hemos descritos las distancias exactas en las que dos planetas o más forman un tipo de relación concreta, sin embargo, la experiencia nos enseña que esa relación no necesariamente debe hacerse notar en el mismo momentos en que los planetas forman el aspecto exacto -partil-, sino que se hace notar varios días-grados antes y después. Esta esfera de acción propia de las relaciones planetarias, se conoce como Orbe, y varía dependiendo de los propios planetas.

Resulta difícil ponerse de acuerdo a la hora de establecer los grados de orbes que se admiten para cada planeta, sin embargo, la experiencia y el sentido común nos está revelando cada vez con más acierto, que no debemos ser rigurosos a la hora de aplicar las orbes planetarias, ya que, en ocasiones se ha comprobado que el simple hecho de que dos planetas situados en signos de naturaleza contraria o bien afín, aún sin formar aspecto, han predispuesto a la persona para expresar lasa energías propias de los signos.

No obstante, y atendiendo a la necesidad de familiarizar al estudiante o al lector con todas las teorías explícitas en esta importante materia, recogemos la siguiente tabla donde se expresan las orbes planetarias.


PLANETASASPECTOS MAYORESASPECTOS MENORES
 Sol-Luna
10 grados
7 grados
Mercurio - Venus
7 grados
3 grados
Júpiter - Marte
Saturno - Urano
Neptuno - Plutón
6 grados
3 grados

Hemos clasificado los aspectos en Mayores, para referirnos a la Conjunción, el Sextil, la Cuadratura, el Trígono y la Oposición, y en Menores, para referirnos al Semisextil, Semicuadratura, la Sesquicuadratura y el Quincuncio.

Ya advertíamos que los aspectos o relación planetaria pueden ser positivos o negativos, por lo que la astrología convencional establece una clasificación de los aspectos en benéficos o maléficos.

El origen de los aspectos positivos se fundamenta en la correcta utilización de las energías cósmicas, tal y como las dispuso Elohim.

Como ya hemos estudiado, el Dios Creador, distribuyó las Energías Cósmicas de tal modo que fuese posible establecer un orden en Ellas. Utilizó, para llevar a cabo su plan, los tres atributos divinos, y de esa Trinidad, surgió la perfecta disposición de los Elementos. Si tomamos el Mandala del zodíaco constituido, vemos que los signos del mismo Elemento, están a una distancia unos de otros de 120 grados, esto es el Trígono.

Por tanto, todos los aspectos que surjan de la división de él, serán igualmente positivos. Así vemos, que el Sextil –60 grados-, el Semisextil –30 grados- y el Quincuncio –150 grados-, se consideran aspectos positivos.

En cambio, cuando tomamos como medida la distancia que separa a signos de una misma cualidad entre sí, es decir, a los Cardinales, Fijos y comunes, vemos que la distancia es de 90 grados. Una simple observación nos revela que se trata de unir signos de energías distintas y contrarias. La división a partir de la Cuadratura -90 grados-, nos indicarán, cuáles son los aspectos que debemos considerar como aspectos difíciles o negativos. Entre éstos nos encontramos con la Semicuadratura -45 grados-, la Sesquicuadratura -135 grados- y la Oposición –180 grados-.

Como ya advertíamos cuando hablábamos de los planetas, el significado de "negativo", no debe ser interpretado en su sentido literal. Estamos trabajando con energías divinas, y es de nuestra destreza en la utilización, del buen o mal uso que hagamos de ella, que hablaremos de buenos o malos aspectos. En definitiva, y es algo importante que no debemos olvidar, el saber que todas las fuerzas en el universo trabajan para el futuro desarrollo de la humanidad. Tan solo el estancamiento, la indiferencia, puede pararnos en ese Camino.

En nuestras manos está el tomar una senda u otra; la más tortuosa o la más fácil. Nosotros, y tan sólo nosotros, somos responsables de nuestros actos. Nosotros somos los sembradores e igualmente los cosechadores.

Para finalizar con esta introducción al tema de los aspectos, nos queda por establecer una última relación, la de los Senderos y el Árbol Cabalístico:
  • La Conjunción está en analogía con Kether.
  • El Semisextil con Hochmah/Urano.
  • La Semicuadratura con Binah/Saturno.
  • El Sextil con Hesed/Júpiter.
  • La Cuadratura con Gueburah/Marte.
  • El Cuadritrígono con Tiphereth/Sol.
  • El Trígono con Netzah/Venus.
  • La Sesquicuadratura con Hod/Mercurio.
  • El Quincuncio con Yesod/Luna.
  • La Oposición con Malkuth/Ascendente.