sábado, 20 de febrero de 2021

Astrología Cabalística: "Escorpio - El Escorpión"

"Todo lo manifestado y lo inmanifestado es intensamente amado, profundamente deseado..., es la fidelidad de los sentimientos humanos al principio Creador"

Con el análisis de Cáncer hemos narrado uno de los episodios más dramáticos a los que Elohim se enfrentó en su proceso Creador, y del que sin duda el hombre es heredero. La "puerta" de la división, de la perdición, del encuentro con la individualidad separada, comienza con Cáncer. El espíritu racial, los nacionalismos, lo privado irá poco a poco cediendo su hegemonía hasta que de nuevo el hombre sea capaz de retornar hacia ese estado de unidad propio de la etapa paradisiaca. Hay un dicho ocultista que cuenta que la energía debe salir siempre por la misma puerta por la que entró. Es por ello, que el camino de la salvación debemos buscarlo no en el elemento Aire, ni en el de Tierra, ni aún en el Fuego, sino en el Agua, y debemos hacerlo con la calidad que nos fue suministrada al Principio, con la máxima pureza.
Pues bien, al igual como ocurrió en el Paraíso Terrenal cuando Adán-Eva decidieron ceder a la tentación de Lucifer-Serpiente, lo que les llevó a ser expulsados de la Tierra de la Gracia Divina para que con su trabajo y rigurosa labor retornaran al Camino, asimismo, aparece una dinámica nueva que lanza al hombre perdido hacia la conquista de la senda de retorno. Entramos en los confines de Escorpio, donde el alma sufrirá la experiencia de la penitencia y del autocastigo, gracias a lo cual, alcanzará de nuevo la redención.
Veamos qué ocurre en Escorpio. Comenzaremos diciendo que en este signo ejerce su influencia la fuerza He, por lo que tenemos un primer dato, la característica fundamental de este centro es la interiorización de los deseos y emociones, o lo que es lo mismo, los sentimientos se encuentran en su fase de máxima concentración y fijación. Hemos visto que es un signo He, porque es el segundo de su Elemento, pero debemos añadir que hay que atribuirle una nueva influencia de la fuerza He, ya que, el propio Elemento en sí responde a esta dinámica (Agua-He). Esta es la razón -y conviene tenerlo siempre muy presente- por la que este signo es el de máxima oscuridad. Todo el potencial emotivo se encuentra en el interior del individuo, y es tanto el exceso de energía que contiene, que de no encontrar un acto creador como el generativo, el fecundador, podría llevarle a hacer un mal uso de las energías.
Escorpio queda bajo la regencia del quinto Séfira llamado Gueburah, centro de conciencia cuyo atributo es Justicia. Se trata de una cualidad que el alma ha de adquirir, y debe hacerlo viviendo experiencias donde la ley debe ser custodiada y respetada, pues es la única vía abierta hacia la verdad por esa senda.
Prestemos atención al trabajo alquímico de este centro. Hemos visto que es un doble He, y a esta altura de los estudios, sabremos identificar que el He primordial es Hochmah, el segundo rostro de la divinidad, el del Amor-Luz. Por lo tanto, Gueburah trabaja incansable para producir en el hombre el despertar de ese principio, pero al situarse bajo los dominios de Binah -Columna de la Izquierda, Rigor-, será a través del dolor que se alcanzará la sublime meta del amor.
Para finalizar con la vinculación sefirótica debemos decir que Gueburah-Escorpio al situarse debajo de Binah y siendo éste el Vav Primordial-Legislador, realizará para él funciones de 2º He-Yod, o lo que es lo mismo, la ley debe dar sus frutos en la Justicia. De ahí que muchos de los nativos de este signo nazcan con vocación de defensores de la ley y con un elevado sentimiento de perfección interna.
Pasemos a analizar las expresiones psicológicas del signo.
Si cuando veíamos a Cáncer hablábamos de introversión, en este signo esa característica alcanza su máxima expresión. El nativo Escorpio es muy vulnerable en una primera etapa, pues trata de autoconocerse interiormente. Se muestra habitualmente en un estado tenso y de autodefensa, y su afán más profundo es que su comportamiento responda a su deseo de perfección. En este sentido, cuando el signo recibe influencia negativa, el Escorpio se convierte en un ser déspota y agresivo, exigiendo una altura emotiva en sus relaciones afectiva que él no posee.
Escorpio se caracteriza por su especial magnetismo; es amante del secreto, el misterio y el ocultismo, aunque podemos encontrarnos con nativos que sufren profundos temores llegando a rasgos neuróticos y a padecimientos psicóticos. Si la expresión del Elemento es el Amor, en este signo esta búsqueda se dirige hacia uno mismo, por lo que este signo, es el del amor propio. Hay un refrán que sabiamente expresa: "el amor bien entendido comienza por uno mismo". Esto es una verdad como un templo, ya que si no nos amamos nosotros íntegramente, con nuestros atributos positivos y con nuestros defectos, difícilmente podremos amar a los demás. Una expresión negativa de esta dinámica de aprendizaje es el egoísmo y la vanidad.
El Escorpio puede y debe llegar a dominar el impulso de los sentimientos hasta tal punto, que su autoseguridad interna no se altere ante pruebas de halagos e insultos. Sin embargo, es arduo el trabajo que ha de realizar antes de alcanzar este dominio.
El gran don de estos nativos es su capacidad para "arreglar", "corregir", todo tipo de trabajos en los que la especialidad requiera un conocimiento de lo interno, ya sean motores o la propia naturaleza psíquica.
La regencia de Marte sobre este signo, le pone una nota de pasión y ardor. Difícilmente estos nativos sabrán dominar con tacto una discusión; él dirá con rudeza y brutalidad lo que cree justo y por lo general suele doler su aportación.
Entre los aspectos más negativos de los nacidos bajo este signo, encontramos el empleo de la magia negra, bien conscientemente o inconscientemente. Ya hemos visto que el Escorpio trabaja en el plano astral y lo hace moldeando esta energía.
Cuando recibe malas influencias, los sentimientos a los que da vida suelen llevar un propósito destructivo. Expresiones de esta energía, les lleva a ser personas odiosas, rencorosas, celosas y muy agresivas y crueles. No olvidan jamás una ofensa, se convierten en seres muy vengativos.
Advertíamos al principio que Escorpio-Gueburah era la puerta de la purificación, y no en vano se le atribuye a este signo la capacidad anímica de la transformación alquímica. En efecto, en este signo el hombre encuentra el valor y las energías suficientes para dar un giro a sus hábitos negativos, para dar muerte a una personalidad caduca. Los símbolos del Escorpio, la serpiente y el águila expresan muy adecuadamente los diferentes aspectos de estos nativos.
La letra-fuerza del alfabeto sagrado hebreo que corresponde a la dinámica de este signo, es el Vav. Esta fuerza debemos interpretarla como una cabeza de puente entre dos mundos. Uno que representa el pasado, la etapa de la perdición, y otro que nos sugiere el futuro, el progreso de la evolución.
Significativamente, en Tarot, es el Arcano Mayor, Los Enamorados, el que nos ofrece sus arquetipos para que comprendamos mejor la dinámica de este signo. En él, se observa dos figuras que se encuentran en la difícil etapa de la conquista de las emociones, y parecen estar sumidos en la eterna prueba de la duda.
Esa duda entre pasado, seguridad, oscuridad, y futuro, lo incierto, la luz y el progreso, la vivirá profundamente todos los nacidos en este signo.
La clave hermética lo lleva a tomar conciencia de su poder creador y a hacer uso de él. Adquiere una identidad emocional, pertenece a una familia, a un clan, pero debe trascender ese círculo y formar él mismo un nuevo marco de aprendizaje para futuras generaciones. No siempre el nativo Escorpio sumido en esta prueba, acepta sacrificar su poder creador para dar vida a nuevas criaturas.
Cuando su actitud es negativa, cae en los seductores tentáculos del egoísmo, y se entrega al derroche y satisfacción de los goces sexuales y demás placeres mundanos, que tarde o temprano por la vía del rigor, despertará su oscurecida conciencia.
Escorpio es el signo que rige la sexualidad. Él nos habla de nuestra actitud ante la tarea generativa. Nos indicará si en verdad estamos imitando al Creador procreando vida, o por el contrario hemos decidido interponernos al proceso lógico de las fuerzas de la naturaleza.
Es difícil saber qué está ocurriendo en cada momento en el interior de estos nativos. Por lo general su hermetismo les lleva a ser profundamente reservados, y sólo cuando las energías internas no han sido dominadas, lo que les lleva a mostrarse inseguros, estos nativos pretenderán hacer saber a todos la trascendencia de su valer, sus múltiples peripecias emotivas, una serie de memoriales que lo que pretenden en el fondo es marcar una ruta donde todos perciban sus huellas como el camino más perfecto.
La estancia evolutiva por el signo de Escorpio podría definirla como de las más sutiles. El hombre se descubre como un dios, y sin embargo, no está maduro para dominar las fuerzas creadoras. Ya no se encuentra al amparo de las Entidades Espirituales cuyo encargo era custodiar el despertar de las consciencias. Ahora el alma humanan se encuentra al Este del Edén y su alimento deberá ganárselo con el sudor de su frente. Es la hora del trabajar, de trabajar duro y con tesón, pero esa labor debe referirse fundamentalmente a los grandes espacios anímicos. Debemos bajar hasta nuestras profundidades internas, hacia los rincones más recónditos de nuestro inconsciente, y descubrir qué escondemos, qué guardamos en él. Cuando se afronta esta empresa con valor, entonces, es cuando se produce ese proceso de metamorfosis que nos anuncia el signo. La oscuridad es integrada a la conciencia-luz, y el hombre habrá adquirido una visión nítida de su poder creador.
Bien cierto es, que en este signo se reclutan los hombres cuyas acciones son las más ruines, las más bajas, pero igualmente nos encontramos a los más santos y elevados iniciados.
En analogía con este signo podemos enumerar los siguientes conceptos:
El río, el petróleo, el carbón, lo subterráneo, la cirugía, la mecánica, la guerra, el negro, el soldado, la policía, el verdugo, la muerte, el dolor, el sistema muscular, el diablo, la letra Vav, la venganza, el inconsciente, la profundidad, los trabajadores, la noche, el águila, la tentación, etc.
En cuanto a la relación de cualidades positivas y negativas que resumen las características de este signo, tenemos las siguientes:
Penetración, pasionales, introvertidos, reservados, inescrutable, voluntariosos, determinación, posesividad, celosos, odios, misterio, ocultismo, santidad, iniciados, luchadores, incertidumbre, ejecutivos, bruscos, honestos, justos, infatigables, anarquía, destrucción, terroristas, asesinos, crueles, sarcásticos, magnéticos, militares, disciplinarios, cirujanos, autodefensa, perfeccionistas, leales, dramáticos, psicólogos, vengativos, autocastigo, heroicos, posesivos, muerte y resurrección, etc.

Astrología Cabalística: "Cáncer - El Cangrejo"

"Todo lo manifestado e inmanifestado es vivido como un sueño, una imagen interna que refleja los Poderes Divinos"


Con el análisis del signo Cáncer, nos adentramos en el estudio de un nuevo Elemento, el Agua, que como adelantábamos, aparece dispuesto por los Zodiacales como un recurso disponible para la Obra, pero con una particularidad esencial, este Elemento adquiere el papel de "rebelde", en el sentido de que sus vibraciones son contrarias a las manifestadas por el Fuego, y sin embargo, deben ser dominadas, puesto que sin la fusión de ambas, nada puede existir.

Estamos ante las fuerzas antagónicas que a pesar de su enemistad, se necesitan la una a la otra para poder engendrar una nueva, y así seguir su evolución. 

Pues bien, la puerta de entrada a este Elemento es Cáncer, por lo que podemos comenzar diciendo, que si Aries es ese cordón umbilical que nos mantiene conectados con la Divinidad-Luz, Cáncer es el cordón que nos comunica cono nuestro interior, con nuestra naturaleza psíquica, con la oscuridad. 

El signo de Cáncer al igual que el de Aries, es un signo que responde a la dinámica de la fuerza de arranque Yod, lo cual nos permite conocer que las Aguas-Emociones de este signo, aún se encuentran en su fase emanativa, de pureza, por lo que diremos que la calidad de los sentimientos de los nacidos bajo este signo es aún muy elevada llevándoles a identificarse con la divinidad. Aparece el grito del "Yo Siento que soy un ser puro", y guiado por este sublime sentimiento proyecta su amor hacia todo lo que se encuentra en esa fase de pureza, fundamentalmente la naturaleza, la vida, el universo, la fe, la iglesia, la familia, etc. 

Pero debemos pararnos a analizar la presencia de las fuerzas que intervienen en el Elemento Agua, ya que si el Fuego en sí mismo responde a la fuerza Yod, el Agua lo hace igualmente a la fuerza He. Por lo tanto, podemos esperar que mientras el Aries es un Yod doble, convirtiéndose por ello en el gran iniciador de todas las empresas, el Cáncer es un Yod-He, lo cual nos está indicando, que el impulso (Yod) se dirige hacia el interior (He), y en verdad esa es la clave por la cual este signo adquiere las propiedades interiorizadoras, imaginativas y profundas que se le atribuyen. 

El propósito transcendente de este signo es proyectar en la naturaleza emotiva, la luz del Designio Divino que se emanó en los signos de Fuego. Si el nivel evolutivo de la Humanidad hubiese sido elevado, este trabajo se hubiese realizado sin haber generado tanto karma, pero esto no ha sido así, y vemos como la difícil prueba de la integración armoniosa del Fuego con el Agua, se ha convertido en un obstáculo difícil de superar. 

En la fusión de estos dos Elementos pueden ocurrir varias cosas, entre las cuales podemos enumerar las siguientes:

  • Que el exceso de Fuego consuma el Agua, con lo cual, el Agua-Sentimiento-Amor quedará evaporado, y con ausencia de ese elemento nada podrá existir. 
  • Que el exceso de Agua apague el Fuego, situación que nos llevaría a una exaltación de los sentimientos que se endiosarían, llevándonos a imaginar que somos alguien superior. 
  • Por último, que el Fuego y el Agua se integren armoniosamente, cuando esto ocurre, habrá nacido Cristo en nosotros y nuestro comportamiento será armonioso y curativo para los demás.
Los rasgos psicológicos de este signo, vienen definidos por la dirección en que se proyectan las fuerzas, que como hemos dicho se dirigen hacia el interior. 

El Cáncer tiene muy presente las impresiones y el resultado de éstas sobre sus sentimientos. Su voluntad se dirige hacia la consecución de un historial emotivo, por lo cual, desplegará todo un potencial de Amor que llegará a todos cuanto formen parte de su gran familia, aunque debemos decir, que los límites de esta familia los pone el mismo. Por lo tanto el Cáncer, vive sólo y exclusivamente para satisfacer las necesidades afectivas de los seres que le son más allegados. En ese primer contacto de su sensible personalidad en busca de correspondencias emocionales, el nativo de este signo se muestra inseguro, temeroso, tímido, y cuando alguien hiere su sensibilidad, se retrae protegiéndose en su interior como lo hace la tortuga en su coraza, uno de los animales que simbolizan este signo. 


Es bien cierto que el Cáncer no gusta de llamar la atención, sintiéndose más cómodo en su vida íntima y privada, sin embargo, su necesidad de emoción, de mimos, le lleva a ocultar una profunda búsqueda de protección, de reconocimiento, que cuando no es satisfecha, le lleva a alimentar serios complejos, y a caer víctimas de profundas depresiones. 


No olvidemos que el alma humana cuando afronta este Elemento, se enfrenta a una de las más duras tareas, la que queda bien personificada por esos héroes míticos que se ven en la necesidad de bajar a las profundidades de la tierra, al infierno, o bien salir victoriosos del laberinto, para conseguir salir airosos de la prueba, bien consiguiendo el tesoro o salvando a la princesa de las manos del malhechor. 


Para el Cáncer, esas profundidades, esos abismos son sus propias emociones. Se descubre con un potencial creador capaz de las más sublimes y de las más viles acciones. En ese mundo del inconsciente -como definió Freud y Jung-, el hombre se pierde y se adentra en un mundo desconocido, y su misión no es otra que explorarlo. 


Hasta que consiga lograrlo, el nativo Cáncer se ve sumido por temores que le acosan. Su sensibilidad se torna quebradiza y de sus ojos emanan esas aguas puras, inocentes, que amando todo lo creado se siente parte integral del Todo. 

El Cáncer cuando se siente herido, fundamentalmente por la falta de sensibilidad de los demás, tiende a retraerse y en su interior comienza a crecer lo que en la fase posterior correspondiente a Escorpio, se expresa por un sentimiento de odio. No obstante, es en Cáncer cuando los deseos deben controlarse, pues es la puerta por donde emanan. 

Este signo está regido por la veleidosa Luna, planeta que se caracteriza por sus múltiples caras, o lo que es lo mismo, por los cambios y las inestabilidades. Estas características son cultivadas por este signo de naturaleza propiamente femenina y pasiva, lo cual, les hace dar muestra de constantes cambios de ánimos, y lo mismo le encontramos con un humor que contagia y no menos sorprendente debido a su natural expresión retraída, que le vemos cabizbajo y con un humor agrio que llega a causar profundos enfrentamientos de resultados desastrosos. 


Cuando el alma trabaja en este signo, serán, los deseos los que lleven la voz cantante, por lo que cualquier empresa cuando alcance esta fase, sentirá como recibe las abundantes "lluvias" que toda cosecha necesita para crecer. Pero esta misma cualidad puede convertirse en un importante "enemigo" puesto que cuando las emociones dominan, la voz de la razón quedará muda, y en ese momento el hombre puede cometer grandes errores. 

La naturaleza interiorizadora que hemos descrito en este signo le permite descubrir una facultad que podíamos definir como de las más importantes, nos referimos a la de crear imágenes. En efecto, hemos visto como la divinidad procedente de los signos de Fuego se integra al Elemento Agua donde se deja su Luz de primera mano para convertirse en su reflejo. Así vemos como el Agua refleja la Luz del Sol, y no es menos cierto, que el espejo, símbolo lunar, realiza esa función de proyector de imágenes. 

Pues bien, si a esto unimos que Cáncer se corresponde sefiróticamente con Hesed, centro cuyo atributo es el Poder, diremos que la facultad de crear vida a niveles inferiores nace con el signo de Cáncer, y esa propiedad se extiende a la naturaleza astral, por lo que podemos determinar que este signo, dado que se mueve en el plano del Mundo del Deseo, tiene la propiedad de hablarnos de nuestro trabajo en ese nivel: sueños, experiencias astrales, imaginación creadora, creatividad literaria, sensibilidad mística, etc. 

De esa fuente reciben la inspiración los escritores, los novelistas y muchos hombres cuya vocación les ha guiado por la senda de la fe. 

La vinculación del signo Cáncer con el Séfira Hesed, nos permite profundizar aún más en la comprensión del Elemento Agua, y en concreto de dicho signo. 

Abramos una de las páginas escritas en materia de Cosmogénesis por los eruditos instructores de los últimos días, y entresaquemos la enseñanza referente al Séfira Hesed. Este Centro de conciencia se sitúa en el Árbol Cabalístico en la columna de la Derecha, la del Amor y la Gracia. Si aplicamos las cuatro fases del nombre sagrado Jehová a los cuatro primeros Séfiras del Árbol, obtenemos, que Kether es el Yod, Hochmah el He, Binah el Vav y Hesed es el 2º He-Yod. 

Si recordamos la propiedad del 2º He-Yod, sabremos distinguir la cualidad de fruto-poder que se inscribe en este Centro. Hesed es para los cabalistas el paraíso, donde lo masculino-Adán-Fuego convivía con lo femenino-Eva-Agua. En ese momento evolutivo, el hombre era hermafrodita, siendo estos personajes míticos un modo simbólico de definir los estados de energías con los que se estaba trabajando. Fue precisamente en el Paraíso donde el hombre se escinde de la divinidad, donde se produce la separación de los sexos, y donde la división interna manifestada en lo masculino y lo femenino, se convertiría en un largo proceso de karma-aprendizaje hasta llevar al hombre a re-encontrar su unidad perdida. 

Pues bien, toda esta dinámica se encuentra inscrita en Cáncer, debiendo entenderse con ella, que es esta la puerta por la que nuestra Eva-imaginación-deseos es tentada por los Luciferes, los Ángeles caídos cuya misión es elevarse en su escala evolutiva ayudando al hombre en su propio desarrollo. 

La propiedad introspectiva de los nacidos bajo este signo les dota igualmente de una fértil memoria. No es extraño este hecho, puesto que en este signo se almacena esa capacidad de retener e imaginar los impulsos de los signos precedentes. La memoria del Cáncer es prodigiosa, y siente una especial vinculación por el pasado, por lo ancestral. Se trata de una añoranza de su origen, de su esencia, de su Ego. Es curioso que entre los nacidos bajo este signo, sean muchos los que son amantes de la historia, llamándoles mucho la atención las azarosas vidas de los grandes personajes a los que de un modo u otro tratan de imitar. 

La especial sensibilidad que expresan con todo el mundo, les lleva a ganar con facilidad la confianza de los demás, los cuales le confían sus secretos, y no es extraño que muchos se comparen con la figura de un sacerdote recibiendo en secreto de confección las grandes cargas emocionales de sus hermanos de ruta. 

Otra de las peculiaridades más características de estos nativos es su especial entrega por la vida familiar. Su propósito no es otro que aprender a utilizar sus sentimientos, y para ello, se rodea de un marco donde poder desplegar sus energías. En este sentido, podemos encontrarnos con quien trabaja con celo para una familia cuyos límites son la comunidad, el pueblo, éstos son los constructores de la Iglesia, y los que construyen un pequeño núcleo familiar, llevando a cabo su obra a través de su esposa, hijos y demás parientes. En este sentido, el hombre debe aprender a compartir sus sentimientos, a sentirse parte de un Todo formado por muchas partes, e integrar la división en la unidad, y sobre todo a no caer presa del egoísmo, los celos y la pasión. Cuando esto ocurre, la religión, la devoción degenera en fanatismo, y el excesivo celo protector les lleva a defender a capa y espada su propiedad privada. 

Existe una lección importante en la dinámica de este signo y que sin duda debe asimilar correctamente el alma humana. Se trata de integrar y realizar adecuadamente el patrón femenino. En Cáncer se pone de relieve este papel. Ya hemos dicho que la facultad de engendrar vida a nivel interno es propia de este signo, y esa función es ejercida por el sexo femenino. Cáncer-Luna es por lo tanto el patrón femenino y toda alma tarde o temprano debe pasar por él. En Cáncer vemos las cualidades de maternidad, sensibilidad, dulzura, bondad, delicadeza, cariño, propiedades éstas que le son necesarias al niño cuando nace, para augurar un crecimiento armónico y sano. Cualquier alteración en el proceso de aprendizaje de este patrón predispone a la adquisición de profundos complejos, como la timidez. El retraimiento, la soledad, las fobias y las tendencias edípica. 

En analogía con el signo de Cáncer encontramos los siguientes conceptos: 

La lluvia, el bautismo, la Iglesia, la fe, lo privado, el hogar, la mujer, las mamas, el alimento. La asimilación, la letra hebrea He, la Luna, las mareas, el líquido amniótico, embarazo, la patria, los antepasados, la fantasía, los sueños, la imaginación, el inconsciente, los recuerdos la memoria, el estómago, las fotografías, la historia, la fertilidad, la plata, el número 4, el espejo, el televisor, la lavadora, etc. 

Como análisis sintético que resume las más importantes cualidades, bien positivas o negativas del signo, describimos las siguientes: 

Variables, emociones cambiantes, tranquilos, serenos, modestia aparente, depresivos, temerosos, frágiles, influenciables, secretos, anacoretas, retraídos, dulces, amables, agrios, desagradables, imaginación creadora, imitadores, historiadores, compasivos, profundos, retrospectivos, aman el pasado, renovadores, perezosos, aprensivos, comilones, soñadores, fantasiosos, sensitivos, psíquicos, lunáticos, miedosos, vulnerables, sentimentales, íntimos, hogareños, amistosos, protectores, maternales, dóciles, autoindulgentes, autocompadecientes, resentimientos, dramáticos, posesivos con los hijos, tímidos, discretos, ansiosos, etc.

viernes, 19 de febrero de 2021

Astrología Cabalística: Segundo Día de la Creación


SEGUNDO DIA DE LA CREACION: EL AGUA

CANCER-ESCORPIO-PISCIS



En el capítulo dedicado al Elemento Fuego, hemos descrito los trabajos correspondientes a los signos de Aries, Leo y Sagitario, tal y como se manifestaron en el Primer Día de la Creación. Hemos hecho una exposición que nos permitirá comprender su sentido más trascendente, su origen, hasta alcanzar su expresión psicológica y mundana, gracias a la cual estaremos en condiciones de reconocer sus cualidades, bien en nosotros mismos como en los demás compañeros de ruta. 

Pero en ese punto del camino recorrido, aún nos encontramos muy lejos de la meta. La Obra con el Elemento Fuego tan sólo ha hecho empezar. A partir de ahora continuaremos la ruta, y lo haremos siguiendo fielmente el itinerario trazado por Elohim en su Gran Obra Creadora y que se recoge en el Génesis. 

Comencemos exponiendo el texto convencional, para más tarde analizarlo con las claves ocultas y la traducción de Fabre d´olivet. 

Dijo luego Dios: "hay firmamento en medio de las aguas, que separe unas de otras; y así fue. E hizo Dios el firmamento, separando aguas de aguas, las que estaban debajo del firmamento de las que estaban sobre el firmamento. Y vio Dios ser bueno. Llamó Dios al firmamento cielo, y hubo tarde y mañana, segundo día" 

He aquí la versión de Fabre d´olivet, tal y como se expone en el estudio del Génesis escrito por Kabaleb: 

"Declarando a continuación su voluntad, El-los Dioses: habrá una expansión etérea en el centro de las aguas; habrá una fuerza rarificante operando en el partazgo de sus facultades opuestas. Y El, el Ser de Seres, hizo esta Expansión etérea; excitó ese movimiento de separación entre las facultades inferiores de las aguas, y sus facultades superiores y así se hizo. Designando, El-los Dioses, esta expansión etérea con el nombre de cielos, las aguas exaltadas; y tal fue el Occidente y tal fue el Oriente; el objetivo y el medio; el término y el arranque de la segunda manifestación fenoménica". 

No resulta difícil comprender en qué consistió el trabajo que Elohim realizó en el Segundo Día de la Creación y su correspondencia con el segundo de los elementos en acción, el Agua. La separación de las Aguas, estableciéndose una clara demarcación entre las facultades superiores y las inferiores nos sugiere una labor de clarificación que determinó la calidad del Elemento en cuestión. 

Las Aguas del Segundo Día no son otras que las energías colaboradoras de los Zodiacales procedentes de los signos Cáncer, Escorpio y Piscis. 

Cuando el texto sagrado hace referencia al Elemento líquido, no debemos pensar que se trataba de las aguas tal y como hoy la conocemos, puesto que en ese punto del proceso evolutivo, la fase activa era la He, y como bien se expone en el capítulo dedicado a las Fuerzas Creadoras, el nombre sagrado de JEHOVA -Yod, He, Vav, 2º He-, nos define las diferentes etapas que se manifiestan en un proceso creador, siendo la fase 2º He, cuando se materializan las energías. Por lo tanto, ese elemento acuoso se está refiriendo a un estado de energía, concretamente la de los Deseos, gracias a la cual, el hombre podría adquirir la facultad de sentir y amar.

Lo que Elohim llevó a cabo en el Segundo Día fue organizar adecuadamente este territorio anímico donde el hombre se "jugaría" el ritmo de su propia evolución. Para ello, dividió y diferenció las emociones, en superiores y en inferiores. 

El porqué Elohim no fue capaz de llevar su luz a ese nuevo Plano de Manifestación iluminando con ella el Mundo de los Deseos en su totalidad, es todo un misterio difícil de desvelar a no ser que comprendamos que el Agua se convirtió en el Elemento rebelde. Si llevamos esta teoría al campo de la analogía, vemos como en efecto, el agua es "enemiga" del fuego, pues lo apaga o se consume, si se encuentra en una proporción adecuada. Ya veíamos que el Fuego era la Voz del Espíritu marcándonos el Camino, el Norte. Si decíamos que el Agua son los deseos, debemos entender, que su integración con el Fuego, es decir, la fusión de la Voluntad Divina en la naturaleza emocional produce una exaltación tan elevada en la personalidad, que una parte de ésta se proclama en rebeldía oponiéndose al posterior desarrollo evolutivo. 

Eso mismo sucede cuando vemos en una carta astral, que existen malos aspectos entre signos de Fuego y Agua. Entonces, la naturaleza humana se endiosa y se siente superior, cayendo en las más viles acciones, inspiradas tan sólo por un impulso egoísta y destructor. 

Elohim tuvo dificultades para integrar el Elemento Fuego en su totalidad, en ese otro plano donde el Agua se pronunció como protagonista. Sería gracias al segundo aspecto de la divinidad conocida en Cábala como Hochmah, el Principio del Amor, que convirtiéndose en Agua, pudo conseguir una conciliación con el Fuego. De esto, extraemos una importante lección. El Amor es el único recurso que tiene el hombre para alcanzar y canalizar adecuadamente sus energías superiores de un modo constructivo. De lo contrario el acto de rebeldía -como veremos más adelante-, se convertirá en una senda de dolor que tarde o temprano nos llevará a ese punto del camino. 

El trabajo de Hochmah, según nos lega la tradición, no pudo elevar toda la "elementización" de los Deseos, pero sí logró establecer diferentes regiones donde sí podría diferenciar la Luz de las Tinieblas. Desde ese momento, el Segundo Día de la Creación se convertiría en el de la división. Elohim, no lo olvidemos, trabajó con Energías que le venían desde "arriba" por los Zodiacales, y ese Elemento "contrario" y al mismo tiempo creador, debe ser conquistado y sublimado para poder continuar el camino ascendente. 

Sería un Espíritu evolucionante del Centro de Hochmah, quien encarnado en un hombre llamado Jesús, retomaría el testigo para continuar la labor que la humanidad no había conseguido hasta ahora. Ese Espíritu es el de Cristo, y su acto de amor sacrificándose por la humanidad, le valdrá a éste, un paso gigantesco en el proceso de la evolución.

Hiran Abiff y Salomón fracasaron en su empeño de armonizar ambos Elementos. Estos personajes míticos, representan nuestra naturaleza dual. Sería Jesús-Cristo quien culminaría el verdadero trabajo, y para lograrlo, el Maestro nos dejó una sola huella, la del sacrificio amoroso.

Quizás obtengamos una clave importante para desvelar este enigma en la descripción que da Moisés al término Agua, y que bien recoge Kabaleb en su obra sobre el Génesis: "imagen de la universal pasividad de las cosas".

En efecto, estamos ante el He Primordial, ese estado de interiorización que nos lleva a "oponernos" al impulso activo motor. Son fuerzas contrarias y tenemos que tener muy presentes esa expresión característica del Elemento Agua, que en su trabajo profundo permite al hombre descubrirse internamente, y verse portador de un elevado potencial. No olvidemos que con el Fuego éramos instrumentos inconscientes al servicio de la divinidad. Ahora ese grito primigenio del ser que nace sin propia identificación, adquiere una referencia y se cree poseedor de unos valores que le diferencia de los demás. Ese sentimiento le lleva a la división, al egoísmo, y por lo tanto al sufrimiento.

Pero igualmente, será por esa "puerta", que ha de elevarse a lo superior y será con plena conciencia de la unidad, que lo logrará.

Si en el Primer Día de la Creación, emergió la Oleada de Vida Humana, y se recibió el germen del Cuerpo Físico junto al Espíritu Divino (Ego-Kether), en el Segundo Día aparece una nueva Oleada, la Animal, al tiempo que recibimos en estado germen un nuevo cuerpo, el de Deseos, y la capacidad de expresar el Espíritu de Vida (Ego-Hochmah).

Gracias a estos vehículos, el hombre adquiere una nueva capacidad, la de sentir y amar, la de elevarse y sublimarse hasta conectar por vía emotiva con el estado más elevado, la Divinidad.

Los trabajos del Elemento Agua, lo veremos expresados a nivel psicológico con el estudio de los signos: Cáncer, Escorpio y Piscis.