Trataremos de estudiar este tema desde dos
puntos de vistas que, aunque aparentemente son diferentes y reñidos entre si,
no cabe duda, se complementan el uno al otro.
Científicamente hablando, recurriremos al conocimiento
que nos aporta la Astronomía, la cual nos refiere, que entre los movimientos de
los planetas, el más importante para nosotros es el del Sol, el cual, en su
movimiento anual en torno a la Tierra, describe en el cielo un círculo máximo
llamado "eclíptica" u "órbita solar''', cuyo plano corta el del
Ecuador Celeste bajo un ángulo de inclinación (oblicuidad de la eclíptica).
Como círculos máximos, la eclíptica y el Ecuador celeste se cortan en dos
puntos distantes 180º, uno del otro.
El Sol llega en su órbita a uno de estos
puntos a comienzo de la primavera, al otro, a comienzo del otoño. El primero de
estos puntos es llamado "Equinoccio Vernal ó Punto Vernal', y el otro, "Equinoccio
Otoñal ó Punto Otoñal”.
Para poder comprender el significado
astrológico del Equinoccio de Primavera, lo primero que debemos entender, es
que la astrología emplea un lenguaje simbólico para crear una identificación
del hombre - microcosmos -, con el universo-Dios – macrocosmos -.
Desde este punto de vista, diremos que la
astrología es la primera ventana a través de la cual, el hombre pudo estudiar y
ver su propio universo.
El hombre primitivo marcaba su ritmo diario,
gracias a la presencia del Sol, en el día, y la Luna, en la noche. Estos astros
ya tenían para él un poderoso significado. A través de la observación de los
fenómenos astrales y sus repercusiones en la vida del hombre, éste desarrolló
un conocimiento, una ciencia, una filosofía, que le permitió interpretar los
ciclos o periodos celestes, para conocer mejor los ciclos o períodos humanos,
los cuales han dado lugar a las Grandes Iniciaciones.
"Como
Arriba es Abajo y Viceversa”
“El
Hombre ha sido creado a imagen y semejanza de su Creador”
Partiendo de estos axiomas, diremos que nada
en el Macrocosmos, ni en el Microcosmos, sucede al azar. La Ley de Causa-Efecto,
nos enseña que toda semilla genera un fruto, por lo que cada movimiento
planetario responde a la Voluntad Superior.
Astrológicamente, el Sol representa la
energía básica de nuestro Ser, la Luz, la conciencia del individuo y la
capacidad creadora. Es el centro motor que regula y organiza nuestra
existencia. Es el eje central de nuestra vida. Cabalísticamente, el Sol
representa los programas que debemos integrar en nuestra conciencia, gracias a
los cuales avanzaremos evolutivamente. Igualmente nos indica, el nivel en el
que debemos trabajar y enfocar nuestra voluntad. Es un Centro de Iniciación.
No es casual que sea este planeta el que
determine los grandes cambios en la naturaleza, así como el ciclo vital día-noche.
Dos hechos muy importantes han quedado grabados
en la Memoria de la Naturaleza, como Arquetipos de Iniciación y que en la
historia se han dado a conocer, como la Pascua Antigua, representada por Moisés
y la liberación del Pueblo Elegido de Egipto, y la Pascua Cristiana, en la que
se celebra todos los años, la muerte y resurrección de Cristo.

Esto ocurrió cuando el Sol, por Precesión de
los Equinoccios(*), se encontraba a 7° de Aries, el Cristo vino al cuerpo físico
de Jesús para hacer un nuevo testamento bajo el sello y símbolo místico del Pan
y el Agua de vida.
El Cordero debía dar paso a un nuevo impulso,
quedando representado éste por las Aguas de Piscis. Es la Era Pisciana, la cual
estamos abandonando en la actualidad.
¿Por qué es tan importante ese tránsito o Precesión
Solar por el signo de Aries – Equinoccio de Primavera?
Ya hemos visto que representan dos pasajes de
liberación: La salida de Egipto (Tauro) para entrar en la Tierra Prometida
(Aries), y la Purificación de las almas humanas gracias a la muerte del Cristo y
su liberación de los planos materiales.
Esta parte nos narra un proceso evolutivo, un
sendero iniciático que todos debemos pasar, pues la vida del Maestro nos traza
el camino que debemos recorrer para alcanzar el trono del Padre, nuestra
verdadera Patria.
¿Hay alguna relación entre la muerte del
Salvador sobre la cruz en Pascua y la Vida – Energía, que se expresa tan
pródigamente en Primavera, cuando la
naturaleza da comienzo a la vida de un nuevo año?
Para poder contestar esta cuestión,
establezcamos una relación entre las estaciones y el impulso Crístico.
En la -noche más oscura- del año, cuando la
tierra duerme profundamente en manos del frío invierno, cuando las actividades
materiales están adormecidas, una ola de energía espiritual nace en la Mística
Navidad. Como una nube luminosa, ese impulso espiritual se cierne sobre el
mundo; ¿quién no experimenta esa alegría interna, ese júbilo contagioso
característico de estas fechas? Es el nacimiento de Cristo en el seno de nuestra
tierra humana.
¿Por
qué Jesús nace en la "noche más oscura"?
Esta noche está representada por Capricornio,
signo que da vida al Elemento Tierra, donde la luz del Espíritu se encuentra
tan alejada de su patria celestial -Aries- que se oscurece, olvidándose de su
estirpe, es decir, se materializa y queda prisionero de todos los placeres que
la materia le dispensa.
Es por ello, que este impulso espiritual
traía una misión: salvar al mundo y dar su vida por el mundo.
Por necesidad, debe sacrificar -Capricornio-
su Vida -Aries-, a fin de lograr el rejuvenecimiento de la naturaleza. Este
sacrificio está totalmente consumado en el momento en que el Sol cruza su nodo
Este -Pascual- en el Equinoccio de Primavera.
En la Primavera, la naturaleza experimenta un
hecho notable, las pequeñas semillas en el seno de la madre tierra comienzan a
germinar y brotar, con renovadoras fuerzas, en todas direcciones. Igualmente,
el Fuego de Aries, genera un fuego interno que nos revive, nos impulsa a crear,
a inseminar vida en el mundo que nos rodea. Generación y Multiplicación son las
palabras claves.
Para aquellos que trabajan conscientemente con
las leyes Cósmicas, la Pascua tiene un gran significado, es la liberación anual
del Espíritu Crístico de los estrechos confines de la tierra y su gozosa
ascensión hasta su verdadero mundo-hogar. Se toma conciencia de que la
verdadera patria se encuentra en el Reino del Padre, y se produce un abandono
de nuestra personalidad arcaica, de los hábitos que nos mantienen prisionero de
los falsos valores -período cuaresmal-, para dar paso a la verdadera
personalidad, a nuestro Ego. La conciencia de los mundos espirituales puede
alcanzarse en este período místico.
¿Está la Humanidad siguiendo los Patrones Cósmicos? ¿Estamos derramando nuestra
Sangre-Deseos Purificados con el propósito de aliviar la carga del prójimo?
Verdad es que la gran mayoría de la humanidad,
recorre la vida con ojos que no ven y oídos que no oyen, enfrascados en sus
asuntos materiales, viviendo para la satisfacción de los sentidos, sin un
adecuado entendimiento de los propósitos de la existencia.
En definitiva, el Equinoccio de Primavera, la
Pascua, marca la resurrección y liberación del Espíritu Crístico de los reinos
inferiores, y esta liberación debería recordamos, que debemos mirar hacia el
amanecer del día que nos libere, permanentemente, de las redes de la materia,
del vehículo inferior -el cuerpo físico- y de la muerte, conjuntamente con
todos nuestros hermanos en “cautiverio”, ya que ningún aspirante verdadero podría
concebir una liberación que no incluya a todos los que están en igualdad de
condición, a sus compañeros de ruta.
(*) Los planos del ecuador terrestre y la eclíptica (el plano formado por
la órbita de la Tierra) se cortan en una recta que señala la dirección del
punto Aries o punto vernal. Es el punto en el que el Sol pasa del hemisferio
sur al norte, cosa que ocurre hacia el 21 de marzo (iniciándose la primavera en
el hemisferio norte y el otoño en el hemisferio sur).
Debido a la precesión de los equinoccios este punto retrocede 50,25” al año. Ahora el punto Aries no se halla en la constelación Aries (como cuando fue calculado por primera vez, hace por lo menos un par de miles de años) sino en su vecina Piscis.
Debido a la precesión de los equinoccios este punto retrocede 50,25” al año. Ahora el punto Aries no se halla en la constelación Aries (como cuando fue calculado por primera vez, hace por lo menos un par de miles de años) sino en su vecina Piscis.
una cosa...Jesus no nacio en abril. ese es mi comentario. Investiguen. no tiene nada que ver con la Pascua cristiana.
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