sábado, 6 de enero de 2024

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 6

LECCIÓN 6

Estoy disgustado porque veo algo que no está ahí.

1. Los ejercicios que se han de llevar acabo con esta idea son muy similares a los anteriores. 2Es necesario, una vez más, que para cualquier aplicación de la idea de hoy nombres muy concreta­mente la forma de disgusto de que se trate (ira, miedo, preocupa­ción, depresión, etc.), así como lo que percibes como su causa. 3Por ejemplo:

4Estoy enfadado con ______ porque veo algo que no está ahí.
5Estoy preocupado acerca de _____ porque veo algo que no está ahí.

2. Conviene aplicar la idea de hoy a cualquier cosa que parezca disgustarte, y puede usarse provechosamente durante el trans­curso del día con ese propósito. 2No obstante, las tres o cuatro sesiones de práctica que hoy se requieren deben ir precedidas, como en días pasados, por un minuto más o menos de búsqueda mental, seguido de una aplicación de la idea a cada pensamiento de disgusto descubierto en dicha búsqueda.

3. Una vez más, si te resistes a aplicar la idea a algunos de los pensamientos que te causan disgusto más que a otros, recuerda las dos advertencias mencionadas en la lección anterior:

2No hay disgustos pequeños. 3Todos perturban mi paz men­tal por igual.
4Y:
5No puedo conservar esta forma de disgusto y al mismo tiempo desprenderme de las demás. 6Para los efectos de estos ejercicios, pues, las consideraré a todas como si fuesen iguales.


¿Qué me enseña esta lección?

Puede resultarnos difícil aplicar esta lección, pues podemos pensar que cuando respondemos con una emoción ante una situación, tenemos motivos para ello. Por ejemplo, vivimos un desamor. En ese momento, podemos sentirnos muy apenado, y ese sentimiento puede acompañarnos durante mucho tiempo.

Dos aspectos importantes. Por un lado, el juicio, la interpretación que hacemos de la acción percibida está basada en el error, pues vivimos la experiencia como si fuéramos víctimas que nada tenemos que ver con el efecto recibido. Nuestro ego, interpreta que la culpa está en el otro, olvidando que ese otro es su propio espejo, su mejor maestro.

Por otro lado, quedarnos con la emoción negativa, nos mantiene prisionero del pasado, es decir, nuestras percepciones están condicionadas por los recuerdos que hemos vividos y nuestras respuestas responden a la calidad de la experiencia vivida.

Esta lección nos abre una puerta que si tenemos el valor de cruzarla nos aportará una gran confianza, un poder transmutador, me estoy refiriendo al eterno presente. Vivir en el presente, nos ofrece la oportunidad de renovarnos permanentemente. Podemos perdonar a cada presente. Es un soplo de aire puro y vitalizador. Nos permite crecer cuando nosotros decidamos o lo que es lo mismo, nos convierte en verdaderos creadores de nuestra vida.

Todos tenemos esa cualidad. El poder de decisión hará que el futuro, que no es más que el próximo presente, cosechemos lo que ahora sembramos. Si quiero ser feliz y tener paz interior, ¿a qué esperamos, a que cambien las cosas exteriormente?, hagámoslo realidad ahora y nos acompañará por siempre.

  
El enfoque Cabalístico:

Todo proceso creador se inicia con la activación de Kether-Voluntad. Este Centro de conciencia, conjuntamente a Hochmah-Sabiduría y a Binah-Inteligencia Activa forman lo que se conoce como “Triángulo Superior”, correspondiéndose su actividad con el Plano Emanativo, donde se expresa la Mente en estado puro. Dicha “triada” representa al Yo Espiritual y a nivel de Elemento está en analogía con el Fuego.

La emanación de una idea a ese nivel es abstracta, es un impulso que al igual que la semilla, requiere ser acogida por una tierra fértil para que tenga garantía de arraigarse y crecer. Esa “tierra” está representada cabalísticamente por Hesed-Gracia; Gueburah-Justicia y Tiphereth-Equilibrio. Esta “triada” desarrollan su actividad en el Plano de Creación, donde el potencial activo principal son los sentimientos y las emociones. Estamos hablando del Yo Emocional y a nivel de Elemento está en analogía con el Agua. En este plano, el impulso de la idea es captada por las emociones y se produce un primer filtro en los términos, atracción o repulsión. 

El tercer Plano, es el de Formación y en él desarrollan sus trabajos Netzah-Belleza; Hod-Razón y Yesod-Fundamento. Cuando la idea alcanza este nivel, ha dejado de ser un impulso y ahora goza de una primera imagen, activando los órganos de percepción: siento atracción por ella y la considero bella y hermosa o por el contrario, su imagen me lleva a ejercer un juicio, una crítica para determinar su valor. En este plano, la criatura se encuentra formada y lista para salir alcanzar el nivel exterior. Podemos decir, que es la antesala de la realidad, del presente. Es el Plano del pensamiento humano, de las creencias.

Tan sólo nos queda abordar el último Plano, el Físico. En dicho nivel encontramos a Malkuth, el representante de los ropajes materiales. Cuando la semilla alcanza esta fase, podemos decir, que se encuentra en su máxima maduración. Se corresponde con la etapa de los frutos.

La energía se puede manifestar en forma ondulatoria  o en partículas corpusculares. Cuando lo hace en ondas, estamos hablando de los Cuerpos Espirituales (Cuerpo Mental, Emocional y Etérico), cuando lo hace corpuscularmente, estamos hablando del Cuerpo Material (Cuerpo Físico).

Si alcanzado el nivel Malkuth, lo emanado en Kether se convierte en una experiencia presente y manifestada, podemos decir, que lo que vivimos es consecuencia de lo que hemos emanado mentalmente. De la calidad de la idea emanada así dependerá la calidad del resultado obtenido. Por lo general, no somos conscientes de lo que ocurre con la energía cuando se manifiesta en su estado ondulatorio, es decir, cuando se encuentran en los Planos Emanativos, de Creación y Etéricos. Habitualmente nos hacemos consciente cuando esa energía se hace corpuscular y alcanza una identidad física.

Pero es evidente, que la causa no la podemos encontrar en esa fase última, sino que tendremos que remontarnos al inicio. Esa fase de inicio, cuando se manifestó, tuvo lugar en un presente, el cual daba vida a un potencial futuro. Cuando abordamos los trabajos de la segunda y tercera fase, la emocional y la racional, podemos decir, que ese potencial futuro ya se ha convertido en pasado, pues está condicionado por la idea original.

Esta reflexión está muy en sintonía con la teoría del desdoblamiento del tiempo, cuyo descubridor y defensor es Jean-Pierre Garnier Malet. Os dejo un resumen de su teoría, que estoy seguro os gustará y cuya práctica os puede aportar muchos beneficios:

En dicha teoría él autor afirma que todo tiene su "doble". Esto ha sido avalado, por ejemplo, en el sistema solar y al nivel de las partículas. En el universo todas las partículas están desdobladas, todas las estrellas, todas las galaxias tienen su doble, y como nosotros somos un conjunto de partículas, entonces surge la pregunta: "¿dónde están las partículas desdobladas? Si yo soy un saco de partículas, en una piel física, ¿dónde están las partículas desdobladas de mi saco?". Estas partículas desdobladas son una extensión de la persona basada en esta regla universal.

Somos seres multidimensionales, y según la teoría del desdoblamiento del tiempo, nuestros "yoes" habitan en diferentes dimensiones pero no son conscientes [de lo que hacen] los unos de los otros, pues las diferencias de vibración de cada dimensión hace que sea imposible verse. Uno de nuestros yoes que vive en un futuro va a una velocidad mucho más rápida que la que experimentamos nosotros en esta dimensión (la llamada tercera dimensión). Por otro lado, nuestro yo del pasado vive en una dimensión más lenta que en la que habitamos nosotros en nuestro presente.

Según esta interesante teoría, demostrada científicamente (así que no es un asunto de fe, sino de informarse de lo que ya ha sido comprobado y demostrado), cada vez que tenemos un pensamiento sobre algo que puede ocurrir, estamos creando un posible potencial futuro. Todo eso no se pierde, no se queda sólo en nuestra cabeza, sino que está "vivo" en algún lugar. Se crea un infinito mundo de posibilidades. Según la teoría del desdoblamiento del tiempo, nuestro yo futuro es capaz de conocer esas posibilidades. De hecho, hay muchos yoes que las están viviendo, pues en cada distinta dimensión estamos experimentando una realidad diferente o alternativa, fruto de los pensamientos que hemos tenido. Todo esto quedó demostrado hace mucho tiempo por la física cuántica, la cual afirma que nuestro pensamientos influyen en la realidad, y el "observador" altera lo observado. Existe en YouTube un vídeo muy conocido llamado "Dr. Quantum - Experimento Doble Ranura" que demuestra la función del observador en lo experimentado.

Jean-Pierre Garnier afirma que tenemos un yo corpuscular (hecho de carne, este que podemos ver, tocar, sentir con nuestras facultades físicas) y otro energético. Todas las partículas en el universo tienen su aspecto en forma de materia y en forma de "onda" o energía, y esto último puede materializarse en cualquier forma física. Y no olvidemos que nosotros estamos hechos de partículas...

Nuestros pensamientos se transportan por ondas que no tienen masa, son energía. Aquel que está desdoblado (nuestro yo "energético") va a fabricar el futuro de aquel que está en un tiempo ralentizado (nuestro yo presente). Pero el observador que se encuentra en un tiempo acelerado, el observador número 2 (el futuro), también puede desdoblarse en un tiempo todavía más acelerado, y ese nuevo observador número 3 va a crear el futuro del número 2. Sin embargo, el observador número 1 (en el tiempo presente) puede tener respuestas a preguntas que nunca se han realizado, pues tiene intercambio de información mediante aperturas temporales imperceptibles con el observador número 3; esto puede avalar las famosas intuiciones, donde sabes qué responderle a alguien que aun no te ha formulado la pregunta. Todo esto quiere decir que mediante nuestros pensamientos nos desdoblamos a posibles futuros. El "yo" desdoblado, que se mueve a una velocidad muchísimo mayor, puede a su vez desdoblarse en otras múltiples opciones de futuro. Y tú, el observador número 1 en tu presente, estás en comunicación con todos tus yoes desdoblados, cada cual viviendo una de las infinitas posibilidades de futuro, y hay un intercambio de información con ellos. Esto avala que en lo que te estés centrado en tus pensamientos será algo así como el futuro que eliges, y será la información que se actualice en ti por el "yo" que ha vivido ese futuro.

De nuevo, una vez más, entra en juego el "eres lo que piensas", que tan de moda y extendido se encuentra últimamente. Somos creadores de nuestra realidad, aunque a veces no nos guste pues nos pone en la clara posición de ser responsables de que lo malo que estamos viviendo es fruto de nuestra creación. Hay que entender que siempre vivimos lo que imaginamos. Existimos como observadores de nuestro propio universo, y eso no está sujeto a ningún dogma, aunque desde la antigüedad ha sido aplicado en distintas creencias o filosofías, como la metafísica. El único postulado que hay en esta teoría [el desdoblamiento del tiempo] es que yo soy un observador de mi universo. Tenemos un cuerpo que es como cualquier otra partícula, que es dual: corpuscular a la vez que ondulatorio. Tenemos un cuerpo energético que desdobla el cuerpo físico; realmente no es un doble, sino que desdobla un cuerpo y es ese cuerpo energético que va a buscar la información en tiempos diferentes y que nos aporta informaciones que nuestro cuerpo toma y que guardamos en el agua de nuestro cuerpo. Eso también es una regla, y hay que saber que si no tenemos información y no tenemos agua no podemos visitar un espacio. Los antiguos decían que si no tenemos agua y espíritu no podemos visitar un reino. La información y el espíritu, el reino y el espacio, hay tanto espacio desdoblado en el universo como estrellas en el cielo.

Ahora bien, ¿cómo podemos sacarle utilidad funcional a toda esta información? Si nosotros creamos un futuro con cada pensamiento que tenemos, y un "yo" nuestro energético, que vive en otra dimensión a una velocidad mucho mayor (por lo tanto, está mucho más adelantado en el tiempo) ya sabe las consecuencias de cada futuro creado con el pensamiento, ¿cómo podemos utilizar a nuestro doble para que nos entregue información sobre qué es lo mejor que podemos hacer para nosotros crear y vivir un futuro o vida que deseamos?

Práctica
Como se dijo anteriormente, nuestro doble habita en otra dimensión que funciona a una velocidad mucho mayor que la nuestra de este momento presente. Podríamos decir, por utilizar un ejemplo que no tiene por qué ser totalmente preciso, que un minuto en nuestra dimensión actual es, para el doble que vive en el futuro, algo así como un mes. La vibración es mucho más alta en su dimensión y el tiempo, al ser relativo, no es el mismo. Sin embargo, existe un momento donde nuestro doble puede comunicarse con nosotros, y es durante el sueño.

Existe una fase llamada sueño paradoxal o REM. En esos momentos es cuando nuestro cerebro mayor actividad tiene; si hemos visto a alguien dormido que está atravesando esa fase cuando lo observamos (también ocurre con las mascotas), podremos observar cómo sus ojos bajo los párpados se mueven rápidamente. En ese momento es cuando nuestro doble tiene acceso a nosotros, y nosotros a él. Nuestro doble accede a nuestra información (nuestro problema, aquello por lo que pedimos consejo o guía) ya que ésta se encuentra almacenada en el agua de nuestro cuerpo. ¿Y cómo nos comunicamos conscientemente con nuestro doble para expresarle nuestros problemas y que nos ayude en las soluciones, pues él conoce las distintas opciones futuras y sabe cómo proceder?


Justo cuando te vas a quedar dormido has de exponerle a tu doble el problema sobre el cual deseas solución o inspiración. Has de hacerlo con todo lujo de detalles, describirle las circunstancias al completo pues él no sabe exactamente "dónde" estás, aunque haya visitado todos los futuros potenciales, conociendo miles y miles de diferentes opciones, de esta forma él podrá hacer una síntesis con toda la información y actualizarla en ti para darte la mejor de las soluciones. En la petición que hagas, tras describir el problema, pides una solución para el problema y para todos los implicados, la que mejor sea de todas las posible, y que sea actualizada en ti. La sensación que has de tener cuando te quedas dormido es de despreocupado y confiado (esto es muy importante, clave), teniendo la seguridad y certeza de que tu doble encontrará la solución para ti y el  problema quedará solucionado. Durante el sueño, tu doble actualizará en ti (tu cuerpo, tu agua) la información requerida. Puedes despertar siendo una persona totalmente distinta; esto ha sido registrado en los casos de personas con remisiones espontáneas de enfermedad o curaciones milagrosas, que de un día para otro han sanado totalmente.

Tras esto, existe un periodo llamado "cuarentena", lo cual significa que hay un periodo de equivalencias entre nuestro doble y nosotros mismos que puede llegar hasta cuarenta días para que los cambios, la materialización, se dé en nuestro plano.

En el periodo de cuarentena te puede llegar información en forma de intuición. Ésta puede venir de nuestro doble o de informaciones parasitarias. La forma de diferenciarlo es estar atento al estado en el cual te encuentras cuando recibes la intuición. Si estás en un estado de benevolencia, positivo, bien o incluso neutro, viene del doble. Si estás negativo, entonces viene de una información parasitaria, como por ejemplo haber conectado con un cúmulo de pensamientos o de energía negativa, algo también conocido como "egregor".

Si te vas a dormir con preocupaciones en la cabeza, ansiedad y demás, vas a tener problemas para contactar con el doble, y lo harás con informaciones parasitarias.

La solución a los problemas puede llegar en forma de intuiciones. Tu doble no se puede comunicar contigo directamente, pero sí que puede enviarte información mediante otras vías; así que hay que estar muy atento a las señales.

Cada noche puedes pedirle al doble lo que te plazca, repetir las peticiones anteriores, hacer una sólo o varias a la vez. Lo que hemos de entender es que nuestro doble es nosotros mismos, así que hemos de desarrollar la confianza en él, la relación, el trato. Puedes tener una charla de unos minutos con él antes de dormir, donde repases en qué estado está tu vida, las preocupaciones que tienes, sueños, anhelos... como si se lo contaras a tu mejor amigo o a un hermano. Y pedirle ayuda, solución, consejo para todo ello.

En lo que es nuestro día a día, debemos estar en un estado de benevolencia, que vaya un paso más del conocido "no hagas al otro lo que no te gustaría que te hicieran a ti", para estar en el "no pienses lo que te gustaría hacerle al otro lo que no te gustaría que el otro pensara hacerte a ti". Si somos conscientes del potencial de nuestros pensamientos, y además sabemos que aquello que das, lo recibes multiplicado, hemos de ser muy cuidadosos respecto a lo que pensamos de los demás.

Cualquiera puede imaginar un potencial (pensamiento sobre el futuro) y luego basta con que se actualice en sí mismo. No hay que olvidar que vivimos en la fábula que imaginamos. Cualquier pensamiento fabrica futuro, ese futuro es sólo un potencial. Y puede ser actualizado por cualquiera bajo algunas condiciones (la práctica descrita anteriormente). Si quiero que todo vaya bien basta con pensar en hacer futuros agradables. Se puede decir que una ley científica conduce a otra ley científica, que obliga a pensar en hacer al prójimo lo que me gustaría que el prójimo pensara que me hiciera a mí. Es el único medio de tener un potencial común que permita vivir bien en comunidad.

Lo que pensamos es lo que va a ser vivido. O sea que más vale tener cuidado porque quien siembra vientos, cosecha tempestades. Entonces más vale sembrar tranquilidad, para cosechar tranquilidad. Si te imaginas un porvenir maravilloso vivirás la consecuencia de tu pensamiento. Tu porvenir será pues maravilloso.

Reflexión: ¿Qué experimenta tu cuerpo cuando de tu mente emanan pensamientos y emociones positivas? 

Principio 6: Los milagros son naturales. Cuando no ocurren, es que algo anda mal.

PRINCIPIO 6

Los milagros son naturales. Cuando no ocurren, es que algo anda mal.


Cuando hemos analizado el Principio 5, advertíamos una de las condiciones del milagro, veíamos que el milagro debe ser un hábito y debe realizarse involuntariamente. Advertíamos, igualmente, que no deben ser controlados conscientemente, pues al estar nuestra conciencia identificada con el ego –error-, lo utilizaríamos para dar continuidad a la ilusión, a lo irreal.

El Principio 6, nos introduce una condición en la línea ya trazada, los milagros son naturales. Con ello, está ahondando en la idea de su procedencia, en su cualidad divina: el milagro significa vida y Dios es el dador de la vida. El milagro encuentra su Fuente en el Amor y Dios es Quien dispensa ese Amor a través de su creación: el Hijo de Dios.

Lo natural simboliza la cualidad esencial y característica de la cual proviene. Podemos decir, que los milagros son naturales pues su Fuente es el Amor y el Amor procede de Dios.

El ego o pensamiento de separación, no puede realizar el milagro pues no encuentra su “causa” en Dios. Es más, la manifestación del milagro, al corregir ese error primigenio, el error de creernos separados de Dios, pone fin a su ilusión y por lo tanto pone fin a su ficticia existencia.

Para realizar un milagro, debemos previamente recibirlo, y con ello debemos entender, que debemos “recordar” nuestra condición natural, nuestra condición divina, nuestro linaje espiritual. Aún permaneciendo en el sueño, debemos desear los beneficios del milagro, pues como ya hemos dicho en otra ocasión, tenemos derecho a él. Desde el sueño, en el que permanecemos dormidos, no sabemos qué es lo que tenemos que hacer para dar expresión al milagro, pero sí podemos pedir a la Voz que habla por Dios, al Espíritu Santo, que nos permita despertar dentro del sueño, que nos permita abrir los ojos y comprobar que ya no vivimos una pesadilla, que podemos dirigir la fuerza de nuestra mente y elegir cómo interpretar las escenas que forman parte de nuestro sueño; podemos elegir tener sueños felices.

Ese despertar, nos llevará a recordar lo que somos realmente y ese será el milagro que el Espíritu Santo nos ofrece para que lo compartamos con el mundo. En la acción de dar, en la medida en que extendemos nuestra condición natural y amorosa, nos permitirá retener  esa condición, la cual crecerá abundantemente, al recibir el fértil riego de las aguas de nuestro amor y el cálido sol de nuestra consciencia.

Cuando en nuestro sueño, observamos que nos encontramos experimentando pesadillas, cuando nos sentimos víctimas del dolor, del castigo, del miedo, de la tristeza, de la enfermedad, de la muerte, de las pérdidas y de la escasez, entonces es que las cosas no van bien, es decir, estamos dejando que nuestro ego reparta sus cartas y nos mantenga atrapado en el juego de la ilusión. En ese juego, el milagro no puede manifestarse, pues no puede utilizarse su fuente para engalanar una personalidad que se cree enemigo del Creador.

Podemos pensar que estamos despiertos dentro del sueño. Hemos recibido la llamada del Espíritu Santo en nuestra mente y nos ha llevado a ver que hemos alimentado el error de creer que estamos separados. Un peligro acecha al soñador en este punto del camino, el deseo de ser especial. Sí, acaba de descubrir que el ser un obrador de milagros se hace sentir bien. Es quizás lo que añoraba dentro del sueño, incluso, se siente feliz, pues ahora podrá ser un benefactor para los demás, salvar sus vidas, guiar sus caminos, curar sus enfermedades. En este punto, puede olvidar que sigue soñando, y sin embargo, su estado de iluminación le lleve a pensar que no lo está.

A pesar de ese estado “ilusorio” de elevación, el soñador iluminado no se ha percatado de que sigue viendo el conflicto, el dolor, la escasez, la enfermedad, el cuerpo, y con ello, lo está haciendo real. Identificarse con estos guiones del sueño, nos está indicando que “algo anda mal” y cuando intentemos realizar los milagros veremos que no se ven realizados, es decir, vemos que nuestro deseo de aliviar el dolor del otro no ha surtido efecto. Lo que estamos haciendo es olvidando que esa situación no es real, pero la estamos haciendo real.

Estamos aquí, únicamente, para ser útiles… debemos entender ese sentido de la utilidad, como el deseo de hacer la Voluntad del Padre. Pongamos en manos del que habla por su Voz todos nuestros asuntos y dejemos que Él, guie nuestros pasos allí donde debamos extender nuestro Amor, es decir, hacer real el milagro.

viernes, 5 de enero de 2024

Principio 5: Los milagros son hábitos, y deben ser involuntarios.

PRINCIPIO 5

Los milagros son hábitos, y deben ser involuntarios. No deben controlarse conscientemente. Los milagros seleccionados conscientemente pueden proceder de un falso asesoramiento.


“Siembra un pensamiento y cosecharás una acción; siembra una acción y cosecharás un hábito; siembra un hábito y cosecharás un carácter; siembra un carácter y cosecharás un destino”

He elegido esta frase a título de introducción, pues me permite desarrollar un aspecto de este quinto Principio que considero importante reflejar. Me estoy refiriendo al término “hábito”.
En la cadena de acciones desde el inicio, con un pensamiento, hasta el destino, observamos que el hábito adquiere protagonismo cuando hemos desarrollado una acción, es decir, hemos llevado el pensamiento a la práctica y la repetición de dicha acción nos lleva a adquirir la habilidad o cualidad adquirida, de tal modo que forma parte de nuestros hábitos cotidianos.

Alcanzado este punto, podríamos hablar de que el hábito se convierte en carácter, esto es, forma parte de nuestra condición. Aplicar esta reflexión en el contexto que nos enseña Un Curso de Milagros, nos lleva a afirmar, que el hábito, al igual que el carácter forman parte de la ilusión del mundo físico, que como sabemos es una creación del ego y no es real.

Cuando este Principio recoge que “los milagros son hábitos”, realmente lo que nos está enseñando es que forma parte de nuestra condición, es decir, de nuestra realidad espiritual. El milagro es amor y nosotros somos Hijos del Amor.

En la Lección 77 del libro de ejercicios, se nos dice que tenemos derecho a los milagros:

1. Tienes derecho a los milagros debido a lo que eres. 2Recibirás milagros debido a lo que Dios es. 3ofrecerás milagros debido a que eres uno con Dios. 4Una vez más, ¡cuán simple es la salva­ción! 5Es sencillamente una afirmación de tu verdadera Identi­dad…
2. Tu derecho a los milagros no se basa en las ilusiones que tienes acerca de ti mismo. 2No depende de ningún poder mágico que te hayas adscrito ni de ninguno de los rituales que has ingeniado. 3Es inherente a la verdad de lo que eres. 4Está implícito en lo que Dios, tu Padre, es. 5Tu derecho a los milagros quedó establecido en tu creación y está garantizado por las leyes de Dios.

Pero nuestra conciencia actual nos mantiene identificado con una realidad que no somos. Estamos dando vida a un sueño  del que ni siquiera somos conscientes de que estamos soñando. Vivimos en el mundo de la ilusión fabricado por nuestra mente. Desde esta percepción, desde esta perspectiva errónea, se hace necesario que encontremos un puente que nos permita cruzar la distancia que separa lo ilusorio de lo verdadero.
Para realizar esa travesía, añorada por el alma, Dios ha expandido una parte de Sí Mismo y le ha permitido formar parte de nuestro sueño. El Espíritu Santo es el mediador entre las ilusiones y la verdad. El objetivo de las enseñanzas del Espíritu Santo es precisamente acabar con los sueños.

Podemos decir que el Espíritu Santo es la Fuente de donde emana el milagro dentro de nuestro sueño. A este respecto, la Lección 106, nos describe lo siguiente:

“El Portador de todos los milagros necesita que tú los recibas primero, para que así te conviertas en el feliz dador de lo que has recibido”.

De esta manera, recibiéndolo, recordaremos dentro del sueño lo que verdaderamente somos, por lo que podemos decir, que el principal objetivo del milagro es favorecer nuestro despertar y hacernos conscientes de que estamos soñando.

Cuando este despertar se produzca, es señal de que estamos preparados para dar los milagros que hemos recibido, aunque sería más correcto decir, que estamos preparados para compartir el milagro que siempre hemos sido, pero que habíamos olvidado.

Este instante, es verdaderamente un instante santo. Cuando hacemos consciente el milagro en nuestra vida, se produce la visión de Cristo. La visión de Cristo es el milagro del que emanan todos los demás milagros. Es su fuente, y aunque permanece con cada milagro que das, sigue siendo tuya. (L-pI.l159.5)

Tal vez hayamos visto ese puente que nos ha de permitir cruzar a la otra orilla, donde lo ilusorio adquiere una identidad real. Tal vez, en ese camino, decidamos hacer uso del milagro y nos dispongamos a compartirlo con los demás. Es frecuente, que en dicha travesía, decidamos resolver los problemas que percibimos desde la perspectiva del ego, esta es, identificándonos con ellos, es decir, queriendo cambiar los efectos, las formas, la vida de los demás. Identificándonos con su dolor, sus penalidades e injusticias. Con ello, lo único que estamos haciendo real es el error y la ilusión, pues no podemos olvidar, que el mundo que percibimos no es real.

La causa del error está en la mente y es en ese nivel donde debemos rectificar.  Pero si nos encontramos identificados con el mundo fabricado por ese error, ¿cómo podremos rectificar? La respuesta es una: no podremos por nosotros mismos. Tenemos que entregar en manos del Espíritu Santo la situación en sí. El conoce la Voluntad de nuestro Padre y conoce la magnitud de nuestros errores.

Cuando este Principio nos enseña que el milagro debe ser un acto involuntario, es esto lo que quiere decir. Debemos dejar de participar en la búsqueda de la solución de aquello que hemos identificado como un problema y pedir al Espíritu Santo, que sea Él, el que nos guíe hasta la solución.

Sobre este particular, Kenneth Wapnick  en su obra “Los 50 principios del milagro” nos dice:

Lo que dice este principio es que no debemos confiar en nuestras propias percepciones y, por lo tanto, no debemos escoger cómo tenemos que reaccionar a lo que percibimos. Eso es lo que quiere decir "los milagros seleccionados conscientemente pueden proceder de un falso asesoramiento". Aquí se usa la palabra "milagro" en el sentido popular de los milagros como cosas que nosotros hacemos. Dice, repito, que no debemos ser nosotros los que escojamos lo que hacemos. Podemos estar frente a alguien que esté sufriendo, y podríamos apresurarnos a hacer algo para sanar o aliviar el sufrimiento de la persona, y eso finalmente puede no ser la acción más amorosa que podamos realizar. Esto podría surgir de la lástima; podría proceder de la culpa; podría proceder de nuestro sufrimiento; podría no emanar del amor. Y así lo que Jesús nos dice aquí es: "No elijan conscientemente lo que será el acto de amor. Déjenme hacerlo por ustedes." Este es un punto muy claro, y muy importante. Una tentación en la que pueden caer muchas personas que trabajan con el Curso, así como personas que están en otros caminos espirituales, es convertirse en benefactores espirituales. Por ejemplo, usted va a traer paz al mundo; usted le va a mostrar la verdad a la gente; usted va a ayudar a mitigar el sufrimiento, etc. Todo lo que hace realmente es hacer el sufrimiento real porque lo está percibiendo afuera. Tampoco se percata de que si lo ve afuera, tiene que ser únicamente porque lo ve dentro de sí mismo. Si usted percibe el dolor en otra persona, y se identifica con el dolor, sólo puede ser porque lo ve en usted mismo. Podría ser un ejemplo de reacción-formación: Siento que soy terrible y, por lo tanto, psicológicamente me defiendo de mi culpa tratando de ayudar a todos los demás, tratando de expiar mi pecado después de haberlo hecho real.

Esto no significa que usted niegue lo que ve. Si alguien se ha roto un brazo y grita de dolor, no quiere decir que usted niegue que esa persona siente dolor y que le vuelva la espalda. Lo que sí significa es que usted cambie su manera de mirar ese dolor. Usted se percata de que el verdadero dolor no procede del cuerpo; el verdadero dolor surge de la creencia en la separación que está en la mente. Si verdaderamente quiere ser un instrumento de curación, usted se une con esa persona, lo cual quiere decir, quizás, que usted se apresure a llevarla al hospital. Pero lo que realmente hace a través de la forma de su conducta es unirse con esa persona, y darse cuenta de que usted está sanando tanto como ella.

El asunto aquí es que esta no es una decisión que debemos hacer por nuestra cuenta. Muchas veces cuando tratamos de ayudar, realmente hacemos otra cosa, que a menudo es una extensión de nuestra propia culpa. La lástima no es una respuesta amorosa, la conmiseración no es una respuesta amorosa. Lo ve a usted distinto a la otra persona. En el Capítulo 16, el Curso establece una distinción entre la falsa y la verdadera empatía (T-16.I). La falsa empatía es identificarse o empatizar con el cuerpo de la otra persona -bien sea que hablemos del cuerpo físico o del cuerpo psicológico- lo cual significa que usted hace débil a esa persona al hacer el cuerpo real. La verdadera empatía es identificarse con la fortaleza de Cristo en la persona, al percatarse de que el pedido de ayuda de esa persona es el suyo y, por lo tanto, ambos están unidos más allá del cuerpo”.

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 5

LECCIÓN 5

Nunca estoy disgustado por la razón que creo.

1.  Esta idea, al igual que la anterior, puede aplicarse a cualquier persona, situación o acontecimiento que creas que te está causando dolor. 2Aplícala específicamente a lo que, según tú, es la causa de tu disgusto, y usa, para describir el sentimiento, el tér­mino que te parezca más preciso. 3El disgusto puede manifes­tarse en forma de miedo, preocupación, depresión, ansiedad, ira, odio, celos o un sinnúmero de otras formas, y cada una de ellas se percibirá como algo diferente. 4Mas no es cierto que sean dife­rentes. 5Sin embargo, hasta que aprendas que la forma no importa, cada una de ellas constituirá materia apropiada para los ejercicios de hoy. 6Aplicar la misma idea a cada una de ellas por separado es el primer paso que te lleva a reconocer finalmente que todas ellas son lo mismo.

2. Al aplicar la idea de hoy a lo que percibas como la causa específica de cualquier forma de disgusto, usa el nombre del disgusto de que se trate, así como la causa que le atribuyes. 2Por ejemplo:

3No estoy enfadado con ______ por la razón que creo.
4No tengo miedo de _____  por la razón que creo.

3. Pero una vez más, esto no debe sustituir a las sesiones de práctica en las que primero examinas tu mente en busca de lo que crees son las "causas" del disgusto, y las formas de disgusto que, según tú, resultan de ellas.

4. En estos ejercicios, incluso más que en los anteriores, es posible que te resulte más difícil ser imparcial y evitar concederles más importancia a unos temas que a otros. 2Tal vez te resulte útil encabezar los ejercicios con la siguiente afirmación:

3No hay disgustos pequeños.
4Todos perturban mi paz mental por igual.

5. Luego busca en tu mente cualquier cosa que te esté afligiendo, independientemente de si te está afligiendo poco o mucho.

6. Es posible también que te sientas menos dispuesto a aplicar la idea de hoy a algunas de las causas de los disgustos que percibes que a otras. 2De ocurrir eso, piensa en primer lugar en lo siguiente:

3No puedo conservar esta forma de disgusto y al mismo tiempo desprenderme de las demás.
4Para los efectos de estos ejerci­cios, pues, las consideraré a todas como si fuesen iguales.

7. Escudriña luego tu mente durante un minuto más o menos y trata de identificar las diferentes formas de disgustos que te estén perturbando, haciendo caso omiso de la relativa importancia que tal vez les atribuyas. 2Aplica la idea de hoy a cada una de ellas, usando el nombre de la causa del disgusto tal como la percibas, y el del sentimiento tal como lo experimentes. 3Los siguientes son ejemplos adicionales:

4No estoy preocupado acerca de _____ por la razón que creo.
5No estoy deprimido acerca de _____ por la razón que creo.

6Tres o cuatro veces al día será suficiente.

¿Qué me enseña esta lección?

Esta lección me invita a dirigir la mirada hacia mi interior, concretamente a mi estado emocional.

Los sentimientos se comportan como un filtro que condicionan la calidad y estado del pensamiento. Cuando el sentimiento es de alegría, esperanza, satisfacción, mis pensamientos  crean un estímulo positivo que me hace sentir bien. Cuando la emoción es negativa, el pensamiento sirve a la creencia de que somos víctima de la desgracia. En ese momento, damos vida a emociones de disgusto.


Sin embargo, el impacto emocional se condiciona por la interpretación –juicio- que le damos a lo que nos ocurre. Lo irreal provoca una reacción nociva y tóxica en nuestra mente que queda condicionada por ese estímulo.

Este ejercicio nos enseña, que en cada momento, nuestra mente está eligiendo en un mundo que interpreta dualmente: bueno-malo; positivo-negativo; alegría-tristeza; placer-disgusto. Si esto es así, debemos ser conscientes del poder que poseemos, pues la elección es nuestra; nadie nos obliga a tomar una elección u otra. Elegir desde la dualidad, es ceder el poder de nuestra mente al ego, el cual se fundamenta en la percepción errónea, esto es, en la separación. Recordemos el mensaje de la Lección 1, "nada de lo que veo significa nada", o lo que es lo mismo, "nada de lo que percibo significa nada".

Somos Hijos de Dios y hemos sido creados a su Imagen y Semejanza, por lo que gozamos del más elevado Principio, el de la Voluntad, que nos lleva a actuar libremente. Si nuestra mente decide, poner ese “poder” en manos de lo externo, es decir, en aquello que nos ocurre y que interpretamos es la causa de nuestra aflicción o de nuestros logros, estamos dando vida al error. Nada fuera de nosotros tiene el poder de cambiarnos. Es muy importante que tomemos el timón de nuestra mente y gobernemos nuestra nave con plena consciencia de que somos nosotros los que elegimos el destino.

Si ponemos en práctica este ejercicio con efectividad, puedo aseguraros que nos sorprenderá. Comprobaremos que en la medida en que nuestra elección sea una u otra, así será la experiencia vivida. Podemos elegir. De ti depende tu elección, tan sólo de ti. Quieres luchar, adelante… quieres perdonar, adelante… tan sólo es una elección, pero el resultado, tu estado, dependerá de esa elección.


Ejemplo-guía: "Una experiencia personal"

Hoy he podido recrear con la experiencia, el mensaje que nos aporta esta lección. Os comparto la vivencia.


"Son las .6:45 AM. Recibo una llamada telefónica, minutos antes de sonar la alarma del teléfono que me hace función de despertador. Es de la centralita del Hospital donde trabajo. Me anuncian que se ha producido un fuego en la décima planta. No puedo evitar un sobresalto. Esa planta no está ocupada por pacientes, pero "casualmente" en las dependencias de la misma, se encuentra custodiada la ropa de los Reyes Magos. Sí, hoy se celebra en el Hospital la visita de sus Majestades los Reyes Magos que tienen previsto visitar a los pacientes y niños del centro. Soy uno  de los organizadores y la noticia del fuego me alarma. Gracias a Dios, la información que me trasladan me tranquiliza, se trata de un incendio a la altura de la décima planta, pero en el exterior. Se trataba, tan solo, de un letrero luminoso. Me tranquilizo y me dispongo a dirigirme al trabajo.


Nada más llegar, recibo una nueva llamada, en esta ocasión se trataba de uno de los pajes del Cortejo Real. Me anuncia que no puede asistir por encontrarse enferma. La dificultad era encontrar sustituto en el corto plazo de tiempo que teníamos.


Pasado unos minutos, recibo otra llamada. Se trataba de uno de mis colaboradores. No podía contar con él, se veía en la necesidad de atender un asunto de máxima urgencia.


Por fin alcanzo las dependencias de la décima planta. En mi cabeza se iban agrupando todos los contratiempos. Pronto percibí la amenaza de pasar a una situación de estrés que en nada me ayudaría. Esperaba encontrarme con los participantes del acto, pero no fue así. Lo que más me preocupaba era que el responsable de prepararlos, tampoco estaba. Me pongo en contacto con él, y una nueva sorpresa, tenía dificultades para dejar la labor que estaba realizando. 


Bien, la situación parecía llegar a un punto que me invitaba a aquietar mi mente. No podía dejarme llevar por ese cúmulo de acontecimientos a cual más preocupante.


Tenía dos opciones. Podía derrumbarme y pensar que era víctima de la mala suerte. Podría justificar todos aquellos acontecimientos culpando a la posición de las estrellas, las cuales estaban activando sectores conflictivos de mi Carta Astral. Pero, con ello tan sólo estaría justificando lo que mi mente estaba interpretando.


Decidí verlo de otra manera. Nunca, en todos los años que llevaba organizando este acto, me había enfrentado a un reto semejante. Era cuestión de ver la oportunidad que me ofrecía la vida para poner en práctica el conocimiento asimilado. Así que, "a mal tiempo buena cara". Me sentía disgustado, pero recordé que no lo estaba por la situación que creía, por esa serie de circunstancias adversas.


No entendía lo que estaba pasando. Cualquier solución que buscara por mi mismo, no me ayudaría, pues mi estado mental estaba aportándome argumentos erróneos, desde la perspectiva del ego, el cual piensa que son los efectos y no las causas lo que hay que cambiar.


Entregué al Espíritu Santo la situación que estaba experimentando y aguardé su respuesta. 


Proyecté la voluntad y el motor de los deseos en conseguir que todo funcionara correctamente. Dejé de ver los obstáculos y cuando lo hice, comenzaron a solucionarse lo que antes veía como problemas insuperables. 


Se localizó un nuevo paje. El responsable de vestir y engalanar a los Reyes y Pajes, nos prestó su ayuda. Se unieron nuevos colaboradores, y aunque con treinta minutos de retraso, conseguimos comenzar la aventura de llevar la ilusión y la alegría a los pacientes y niños.


Doy gracias a Dios y al Espíritu Santo, que encarnados en mis compañeros, han hecho posible que todos hayamos disfrutado de tan magnífica vivencia. 


Reflexión: ¿Cuál es la verdadera causa de aquello que te priva de la paz?

jueves, 4 de enero de 2024

Principio 4: Todos los milagros significan vida, y Dios es el Dador de la vida.

PRINCIPIO 4

Todos los milagros significan vida, y Dios es el Dador de la vida. Su Voz te guiará muy concretamente. Se te dirá todo lo que necesites saber.


La afirmación “Todos los milagros significan vida”, establece una relación directa entre el milagro y la vida. Pero, me pregunto si lo que llamamos vida desde la visión del ego, significa lo mismo desde el punto de vista del Espíritu. Creo, que el término vida desde el punto de vista del ego, es una ilusión. Entonces, ¿qué es la vida?

La Lección 54 del libro de ejercicios, es una Lección de repaso y en el concepto, “No veo cosas neutras”, nos refiere lo siguiente:

2Lo que veo da testimonio de lo que pienso. 3Si no pensase no existiría, ya que la vida es pensamiento. 4Permítaseme mirar al mundo que veo como la representación de mi propio estado de ánimo. 5Sé que éste puede cambiar. 6sé asimismo que el mundo que veo puede cambiar también.

La vida es pensamiento, luego el milagro, con relación a esta idea, es el pensamiento correcto, libre de todo error. En la medida que miremos al mundo desde un estado de ánimo inspirado por el amor, el mundo que percibo puede cambiar. El milagro tiene ese efecto sobre la vida, des-hace el error, que se identifica con la culpa, el castigo, la enfermedad, la muerte, para llevarnos a la visión de la inocencia, de la impecabilidad, de la curación, de la vida.

En la Lección 45, se nos enseña que Dios es la Mente con la que pienso. En el desarrollo de dicha Lección se recoge que “No existe ninguna relación entre lo que es real y lo que tú piensas que es real. 4Ni uno solo de los que según tú son tus pensamientos reales se parece en modo alguno a tus pensamientos reales. 5Nada de lo que piensas que ves guarda semejanza alguna con lo que la visión te mostrará”. Ello quiere decir, que cuando ponemos nuestra mente al servicio del ego, nuestros pensamientos se identifican con el error, fabricando un mundo ilusorio. Es esa interpretación errónea la que corrige el milagro.

Podemos seguir profundizando en el significado de la vida, y en la Lección 151, se indica: “2Tu vida tiene lugar más allá del cuerpo y del mundo, más allá de todos los testigos de lo profano, dentro de lo Santo, y es tan santa como Ello Mismo. 3En todo el mundo y en todas las cosas Su Voz no te hablará más que de tu Creador y de tu Ser, el Cual es uno con Él. 4Así es como verás la santa faz de Cristo en todo, y como oirás en ello el eco de la Voz de Dios”.

La vida, al igual que los milagros, tiene lugar más allá de la visión del cuerpo y del mundo. En verdad, tanto la vida como el milagro, encuentra su Fuente en Dios, y la conexión que nos hace uno con nuestro Padre es la Mente. El milagro tiene su causa en la mente, donde corrige y des-hace el error de percepción.

El error original de la mente, es la creencia en la separación. A este respecto, debemos decir, “No puedes caminar por el mundo separado de Dios porque no podrías existir sin Él. Él es lo que tu vida es. Donde tú estás, Él está. Hay una sola vida. Ésa es la vida que compartes con Él. Nada puede estar separado de Él y vivir. (L-pI.l156.2:4-7)”

Somos Hijos de Dios y hemos sido creados a Su Imagen y Semejanza. Es el Pensamiento de Dios el que nos ha creado y nunca nos ha abandonado, por lo que nunca hemos estado separados de él ni siquiera un instante. Ese Pensamiento nos pertenece y gracias a él vivimos.

En la vida, al igual que en los milagros, no existe diferentes grados, es decir, no existen diferentes clases de vida, pues la vida es como la verdad, no admite grados. En la Lección 167, nos dice sobre este particular: “3Es la única condición que todo lo que Dios creó comparte. 4Y al igual que todos Sus Pensamientos, no tiene opuesto. 5La muerte no existe porque lo que Dios creó comparte Su Vida. 6La muerte no existe porque Dios no tiene opuesto. 7La muerte no existe porque el Padre y el Hijo son uno.
2. En este mundo parece haber un estado que es lo opuesto a la vida. 2Tú lo llamas muerte. 3Sin embargo, hemos aprendido que la idea de la muerte adopta muchas formas. 4Es la idea subyacente a todos los sentimientos que no son de suprema felicidad. 5Es la alarma a la que respondes cuando reaccionas de cualquier forma que no sea con perfecta alegría. 6Todo pesar, sensación de pérdida, ansiedad, sufrimiento y dolor, e incluso el más leve sus-piro de cansancio, cualquier ligera incomodidad o fruncimiento de ceño, dan testimonio de la muerte. 7Por lo tanto, niegan que vives.
3. Tú crees que la muerte es algo que sólo tiene que ver con el cuerpo. 2Sin embargo, es sólo una idea, y no tiene nada que ver con lo que se considera físico”.

La muerte es el pensamiento de que estás separado de tu Crea­dor.
La muerte no puede proceder de la vida. Las ideas permane­cen unidas a su fuente.

La mente puede pensar que duerme, pero eso es todo. 2No puede cambiar su estado de vigilia. 3No puede hacer un cuerpo, ni tampoco habitar en un cuerpo. 4Lo que es ajeno a la mente no existe porque no tiene una fuente. 5La mente crea todas las cosas que existen, pero no puede otorgarles los atributos que no posee, ni tampoco cambiar su propio estado eterno de plena conciencia. 6No puede dar lugar a lo físico. 7Lo que parece morir no es sino la señal de que la mente está dormida. (L-pI.l156.6:2-7)”

“Dios es el dador de la vida”. Esta afirmación recogida en el cuarto Principio, nos revela que Dios es nuestra Fuente, es “el aire que respiro, el alimento que me sustenta y el agua que me renueva y me purifica. 3Él es mi hogar, en el que vivo y me muevo; el Espíritu que dirige todos mis actos, me ofrece Sus Pen­samientos y garantiza mi perfecta inmunidad contra todo dolor” (L-pII.l222.1:2).

Podríamos resumir este punto, diciendo que el milagro es lo que nos conduce de regreso a Dios, nos conduce a la verdadera vida.

"Su Voz", que es una de las definiciones que el Curso da del Espíritu Santo, "te guiará muy concretamente.

Se te dirá todo lo que necesites saber." Una de las preguntas más comunes que hace la gente es: Si el Curso afirma que se te dirá muy específicamente, ¿por qué yo no oigo respuestas específicas?" Estoy seguro de que todo el mundo se hace esa pregunta y tiene ese problema. Uno de los obstáculos para escuchar las cosas que el Espíritu Santo nos diría es que exigimos oírlas. Muchas veces las preguntas que le hacemos al Espíritu Santo no son realmente preguntas; son afirmaciones. Fabricamos un problema y luego exigimos que Él nos dé la respuesta, lo cual es, por supuesto, otra expresión de la arrogancia del ego al creerse que sabe cuáles son los problemas, y también cuáles son las respuestas. Pero muy a menudo cuando le pedimos ayuda a Dios u oramos pidiendo ayuda, lo que hacemos es plantear el problema como lo vemos nosotros y luego Le pedimos que nos lo resuelva y, por supuesto, cuando no lo resuelve, creemos tener un caso cerrado en contra de Él: "Dices que vas a contestarme muy concretamente, y aquí estoy. Soy tan honrado y tan serio y devoto y fiel y no oigo nada." Lo que hemos hecho, en realidad, sin percatarnos de ello, es cerrar la puerta. No es que el Espíritu Santo no nos hable, es que no podemos escucharlo. (Kenneth Wapnick – Los 50 Principios del milagro”