sábado, 13 de abril de 2019

Génesis: "El Despertar del Ser" - 13ª parte -

El jardín del Edén IV.

Traducción Convencional: Y se dijo Yavé Dios: “No es bueno que el hombre esté solo; voy a hacerle una ayuda proporcionada a él”.

Pasemos a la traducción de Fabre d´Oliver: Después dijo Jehová, el Ser de Seres, no es bueno que Adam esté en la soledad de sí mismo: le haré una compañera, una ayuda elemental, emanada de sí mismo, y formada en la reflexión de su luz”.

Ya hemos hecho referencia, al estudiar lo acontecido en el 2º Día de la Creación, que quedó instituida la división dentro del Elemento Agua, es decir, en la naturaleza Emocional. Elohim consiguió elevar parte de ese Elemento para vincularlo con el Elemento Original, el Fuego, y de esa integración emanan los Anhelos Elevados. Sin embargo, esa labor de integración se llevó a medias, y la parte que no consiguió integrar, dio lugar al “Abismo”. No se trata de un lugar físico, sino de un “estado”, una “condición” que quedaría inscrito en el Programa de la Creación.

Si a ese nivel de conciencia, en el que se encontraba Elohim, no se llevó la integración completa de dicho Elemento (no olvidemos que los Zodiacales eran de un nivel superior al de Elohim), no es extraño pensar que el Adam Universal, su Creación, al recapitular los Trabajos de ese 2º Día, al integrar los Elementos Fuego y Agua, siguiera ese patrón cósmico, dando lugar a la “división”.

En la fase Fuego, todo es Unidad, los masculino y lo femenino se encuentran en estado potencial. Es en la fase Agua, cuando tiene lugar la separación de los sexos. El Adam Universal, en principio pasó por esa primera fase de Unidad. De ahí que los textos sagrados nos indiquen que se encontraba sólo. Esa soledad debemos entenderla en los términos descritos de Unidad.

“…le haré una compañera, una ayuda elemental, emanada de sí mismo, y formada en la reflexión de su luz”.

Fabre d´Olivet nos aclara sobre este punto lo siguiente: la palabra Ayn-Zain-Reish, se traduce por una ayuda elemental o una fuerza auxiliar; esta palabra enérgica, expresa toda fuerza, todo medio añadido, toda corroboración. En la lengua samaritana significa un sostén, un consejo, una acción benéfica.
Refiriéndose a la expresión, reflexión de su luz, dice: “la raíz que forma esta palabra se aplica a toda especie de luz reflejada a la manera de un espejo. De ahí las ideas de manifestación, de oposición, de objeto presentado y puesto en la mirada”.

Me quedo con una idea que considero muy importante a la hora de conocernos íntegramente. El hecho de no haber podido integrar una calidad de Emociones, dio lugar a la división de los sexos. A nivel de Arquetipo, la Luz, el Fuego está en analogía con el patrón masculino: voluntad, energía, fuerza, acción, etc. Mientras que la Oscuridad, el Agua, está en analogía con el patrón femenino: amor, sentimiento, pasividad, interiorización, etc.
Todos, absolutamente, todos, tenemos esos valores en nuestra naturaleza. Todos, absolutamente, todos, tenemos que encarnar el patrón masculino y el femenino, pues nuestra conciencia necesita ambos aprendizajes.
Cuando nos identificamos con uno de esos patrones, la función opuesta, actuará como espejo, es decir, nos ayuda a ver en el otro, la parte que no vemos de nosotros mismos.

En el terreno de la psicología se identifican claramente lo que es la conciencia y el inconsciente. Este último, encierra en sí mismo un inmenso potencial de nuestra naturaleza. Gracias a la ayuda del “compañero”, en su papel de espejo, adquiere la facultad de revelarnos aquello que subyace en esos niveles. Considero interesante que dediquemos una reflexión a lo que estamos diciendo, pues nos ayudará en el autoconocimiento.

Estamos llamados a continuar con la Labor Creadora de nuestro Padre. La Evolución, nos invita a que las generaciones futuras superen las “obras” de sus  creadores. Es por ello, que la Humanidad está abocada a integrar el Elemento Fuego y el Elemento Agua, a integrar lo masculino y lo femenino. El encuentro de los sexos y el amor que los une, es la pauta de aprendizaje que nos llevará conseguir superar la división y conquistar la Unidad.

En la actualidad, la visión de lo que está ocurriendo en este sentido, nos lleva al pesimismo, pues cada día vemos como las separaciones de parejas crecen exponencialmente. Sin embargo, permitid que lo diga, me considero un defensor a ultranza de la Unidad, de la Complementación, de la Integración. En honor a mi identidad astrológica, soy Acuario, Ascendente Libra, creo en esos Principios, y reconozco las “señales” que nos aporta el universo para confirmar mis fundamentos.

Es imparable. El impulso Crístico se está dejando sentir en este tercer milenio, donde su “Mensaje” se encuentra en la fase Vav. Recordad que dicha fase es la exteriorizadora, la que se encuentra en analogía con el crecimiento de la planta, que surgiendo de la tierra, se da a conocer. El Mensaje de Cristo, el Amor Incondicional, se dará a conocer, es decir, dejará de ser una Voluntad y un Deseo, y pasará a convertirse en una realidad. Los comportamientos se ajustarán a esa dinámica. La conciencia de separación actual, dejará paso a la conciencia de unidad. Trabajos como este al que estoy dando vida, es un ejemplo de ello, pues la única intención que persigue, es hacernos conocedores de que NO ESTAMOS SEPARADOS DE DIOS, NI DE NUESTROS HERMANOS. Comprenderemos, que durante este tiempo, hemos permanecido dormidos, nuestra conciencia ha ido creciendo, madurando, y ya se anuncia que debemos estar prestos para reconocer el Fruto que todos vamos a degustar. En este caso, no se tratará de una “fruta prohibida”. Ahora estamos maduros para comer del Árbol del Bien y del Mal, sin necesidad de perder la vida, esto es, sin necesidad de sentirnos escindidos de la Luz, de la Unidad.


Llegará un día que no necesitemos ver reflejado en el/la “compañer@” la parte de nuestro yo inconsciente, pues habremos conseguido integrar ambas polaridades, ambos Elementos. Seremos una Unidad y tendremos la libertad de encarnar bajo el sexo que decidamos voluntariamente.

viernes, 12 de abril de 2019

Génesis: "El Despertar del Ser" - 12ª parte -

El jardín del Edén III.

Traducción Convencional: Tomó, pues, Yavé Dios al hombre y le puso en el jardín del Edén para que lo cultivase y guardase, y le dio este mandato: “De todos los árboles del paraíso  puedes comer,  pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comas, porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”.

Pasemos a la traducción de Fabre d´Oliver: Así pues, Jehová, el Ser de Seres, habiendo tomado Adam, el Hombre Universal, lo colocó en el recinto orgánico de la sensibilidad temporal, para que lo elaborara y lo guardara con cuidado”.
Y le recomendó fuertemente, Jehová, Él- los Dioses, declarándole así su voluntad: ”de toda la substancia vegetativa del recinto orgánico, puedes alimentarte sin temor, pero de la substancia propia del conocimiento del bien y del mal, guárdate de consumirla, ya que el día mismo en que te alimentes de ella, te convertirás en mudable y morirás”.

Es un momento estelar, que sin duda se encuentra inscrito en la “memoria de la naturaleza”, y por ende, en la memoria inconsciente del colectivo formado por la humanidad. Se trata de un momento crucial, la semilla se ha convertido en árbol con capacidad para dar frutos, o lo que es lo mismo, la energía etérica, ondular, adquiere el estado corpuscular, para convertirse en un recinto orgánico, en un cuerpo material. Ese recinto, nos aclara la traducción, tiene la peculiaridad de la “sensibilidad temporal”, y con ello nos indica, la condición del Mundo Físico, donde su Estado de Ser no es real, si entendemos por real: eterna, sino que es temporal, perecedera, y por lo tanto ilusoria e irreal.

Podemos decir, que a partir de ese momento, el Adam universal está “completo” es decir, cuenta con los Vehículos necesarios para desarrollar los Trabajos del 4º Día. Estos Vehículos son: Cuerpo Denso, Cuerpo Etérico, Cuerpo de Deseos y Cuerpo Mental.

“Y le recomendó fuertemente, Jehová…”. Nos llama la atención el énfasis que aporta la traducción de esta parte del pasaje. La advertencia, pues se trata de una recomendación y no de una imposición, que iría en contra del libre albedrío heredado por Adam de su Creador, nos pone en alerta, pues sin duda, llevaría implícita un mensaje cuyas consecuencias resultaría trascendente para la futura evolución de la Humanidad.

”…de toda la substancia vegetativa del recinto orgánico, puedes alimentarte sin temor, pero de la substancia propia del conocimiento del bien y del mal, guárdate de consumirla, ya que el día mismo en que te alimentes de ella, te convertirás en mudable y morirás”.

¿Qué intención llevaría a Elohim a poner en el jardín un árbol cuyo fruto recomendara a su creación, no comer de él? ¿No hubiese sido más fácil, no haberlo creado? Pera esta reflexión se sustenta sobre un total desconocimiento de la Acción Creadora de Elohim. Hemos analizado uno por uno, los 7 Días de la Creación, y ello nos ha permitido conocer como ha quedado estructurado el Esquema Organizativo dispuesto por la Divinidad, los diferentes Mundos y Planos de Manifestación, así como los distintos Vehículos para “circular” por dichos Mundos. Estamos en condiciones de saber, que el Mundo del 4º día, el Físico, es la copia exacta de los Mundos Superiores. El axioma hermético nos lo confirma: “Como arriba es abajo”. Por lo tanto, las condiciones que se han establecido para los Planos Superiores deben regir para los Planos Inferiores.

El Conocimiento, el Discernimiento, es un Atributo del Séfira Binah, el tercer rostro divino. Su Trabajo consiste en establecer las Leyes que toda creación debe cumplir. De su fuente emana la matriz que da lugar al “conocimiento del bien y del mal”. Esa es la razón por la que en el “jardín del Edén” debía encontrarse, pues como hemos adelantado, ese Mundo es la réplica de los de Arriba.

¿Pero, por qué la recomendación de Elohim de no comer de él? La respuesta debemos buscarla en el momento evolutivo en el que se produce tales hecho. La Humanidad acaba de adquirir una nueva condición; tiene un nuevo Vehículo que le aporta nuevas experiencias. Es inexperto en el manejo de dicho Vehículo y corre el riesgo de utilizarlo indebidamente. Su buscamos una analogía, quizas nos ayude lo que ocurre a una criatura recién nacida, la cual se enfrenta a un mundo inhóspito al que debe adaptarse en un continuo proceso de crecimiento. Si a cada actuación de este ser, vamos indicándole lo que está bien o está mal, le estamos impidiendo seguir el proceso natural por el que debería aprender y enriquecer su conciencia. El decirle lo que le va a pasar antes de que experimente por sí mismo, le acelera el aprendizaje, pero igualmente se vincula con su mentor, estableciéndose una relación de “deuda” con él.

Eso fue lo que ocurrió en el Proceso adámico. Veamos cómo fue.

La substancia propia del conocimiento del bien y del mal, ya lo hemos adelantado, está vinculada con Binah, en cuyo Centro de Conciencia trabajan  entidades superiores al Hombre. Estas entidades se conocen con el nombre de Ángeles.
De ellos recibimos la facultad de Discernir lo bueno de lo malo, pero al vincularnos voluntariamente a ellos, nos convertimos automáticamente en sus ejecutores.
Nuestra inexperiencia en ese tramo del camino, imposibilitaba el traducir plenamente sus energías en actos, lo que conllevaba, que o bien desperdiciamos parte de esas energías, la cual resbala hacia el abismo, o bien, actuamos contrariamente a las Leyes Cósmicas poniendo en circulación una energía destructiva.
Decíamos que la energía mal canalizada alcanza el nivel dispuesto por la Divinidad para estos casos, el Abismo. En esta zona “inferior” evolucionan Entidades con las que nos relacionamos en ese intercambio de energía.

¿Qué clase de Entidades utilizan en el Abismo, las energías que no conseguimos integrar en nuestra conciencia por la vía del amor?

Lo recogido en el Génesis hace referencia a la “historia” protagonizada por Elohim, el Dios de nuestro Sistema Solar. Ya tuvimos ocasión de indicar, que cada Sistema Solar tiene su “Hacedor”, por lo que podemos hablar de otros Dioses Creadores. Decíamos, igualmente, que el Dios de nuestro Sistema se encuentra ocupando un peldaño evolutivo de la Gran Escalera que le lleva a su meta final, convertirse en lo que se llama Ain-Sof o Absoluto.
Podemos determinar, que antes que Elohim adquiriese la condición creadora, otros Seres Creadores han llevado a cabo su propio proceso creador. Como consecuencia de ello, las Oleadas de vidas emanadas en dicho “acto”, han seguido un programa similar a las protagonizadas por la acción creadora del Dios de nuestro Sistema. Podemos decir en este sentido, que de las cuatro Oleadas de Vida puestas en circulación por Elohim, tan sólo la Humana llegará a alcanzar la condición de Dioses Creadores. Los animales, vegetales y minerales tendrán  que esperar a otro Proyecto Creador.

Nos dice Kabaleb a este respecto,  en su obra “Interpretación Esotérica del Antiguo Testamento”, que la humanidad que había adquirido esa condición en un anterior Proceso Creador, en el 4º Día había alcanzado un nuevo estado de conciencia, el angélico. Dicha categoría de seres se vio escindida en grupos, como ahora lo estamos nosotros, de forma que mientras unos, los ángeles, habitaban los cielos, otros, los luciferianos, habitaban en el Abismo, encontrándose así en condiciones de devorar los mendrugos que caen de la mesa de Adam.

La recomendación de Jehová, adquiere significado, pues en la medida en que el hombre “decide” comunicarse con dichas entidades, las cuales eran unos rezagados de su Oleada de Vida, se ponía en peligro el proceso natural de crecimiento diseñado para la Humanidad.
Ya hemos dicho que se trataba de una recomendación y no de una prohibición. Si la Divinidad no hubiese querido que Adam comiese de ese fruto, nunca se hubiera producido tal hecho. Pero Adam es un “Dios en Potencia”, y cuenta con ese ardor por su condición divina. Los luciferes eran “semidioses” y ese estado fue estímulo suficiente para ganar nuestro interés.

“…guárdate de consumirla, ya que el día mismo en que te alimentes de ella, te convertirás en mudable y morirás”.

La interpretación que da Fabre a la palabra morirás es la siguiente: en su sentido propio, es una fusión, una extensión simpática, un tránsito, un retorno a la sede universal. La muerte es la condición que adquirimos cuando hemos comido “anticipadamente” del fruto del conocimiento del Bien y del Mal. Ese “saber prematuro” nos lo suministra de primera mano, los luciferes, que como veremos más adelante nos “tentarán” para que comamos dicho fruto. La relación que se establece a partir de ese momento, es decisivo para la evolución del Ser, pues de no haberse producido ese “contacto”, la vía de aprendizaje de nuestra personalidad divina se habría llevado a cabo sin necesidad de que nuestro Vehículo Físico se destruyera, sin pérdida transitoria de la conciencia.
Pero como bien recoge Kabaleb sobre este particular, las Oleadas de Vida se penetran entre sí y es imposible evitar las consecuencias de ese contacto.

jueves, 11 de abril de 2019

Génesis: "El Despertar del Ser" - 11ª parte -

El jardín del Edén II.

Traducción Convencional: Salía del Edén un río que regaba el jardín, y de allí se partía en cuatro brazos. El primero se llamaba Pisón, y es el que rodea toda la tierra de Evila, donde abunda el oro, un oro muy fino, y a más también bedelio y ágata;  y el segundo se llama Guijón, y es el que rodea toda la tierra de Cus; el tercero se llama Tigris, y corre al oriente de Asiria; el cuarto es el Eufrates”.

Pasemos a la traducción de Fabre d´Oliver: Entretanto, una emanación luminosa, cual vasto río, se desprendía de la esfera sensible para la vivificación del recinto orgánico, dividiéndose y apareciendo en el exterior según el potencial cuaternario multiplicador, en cuatro principios.
El nombre del primero de estos principios emanados era Phishón, es decir, la realidad física, el ser aparente: envolvía toda la tierra de H´awila, la energía virtual, lugar natal del oro.Y el oro de esta tierra, emblema de la reflexión luminosa, era bueno. Era además el lugar natal del Bedolla, división misteriosa, y de la piedra Shoam, sublimación universal.
El nombre del segundo de estos principios emanados era Gihon, el movimiento formador: envolvía toda la tierra de Chush, el principio ígneo. El nombre del tercero de esos principios emanados era Hiddekel, el rápido propagador, sirviendo de vehículo del principio de la felicidad. El cuarto recibía el nombre de Phrath, a causa de la fecundidad, de la cual era manantial”.

Es preciso encontrar un significado distinto al aportado por la traducción convencional de este pasaje. Es preciso comprender que la alusión a los cuatro ríos que regaban el “jardín” está haciendo referencia a las claves herméticas aportadas por el sagrado nombre de Jehová (Yod-He-Vav-2º He). Es Fabré d´Olivet, con su traducción el que una vez más nos aporta la luz necesaria para comprender el contenido del texto: “apareciendo en el exterior según el potencial cuaternario multiplicador, en cuatro principios”.
Ese potencial cuaternario multiplicador proviene de la Ley de la Naturaleza implícita por Jehová. Ya hemos tenido ocasión de referirnos a esta clave y vemos una vez más como la Organización del Cosmos refleja la Ley del Cuaternario. Por lo tanto, esos cuatro ríos procedentes de una “emanación luminosa” está haciendo referencia al Patrón Cósmico de los Cuatro Elementos: Fuego-Agua-Aire y Tierra. Estamos hablando de las Esencias de los Zodiacales, las que utilizó Elohim en su Obra Creadora.

Situémonos. Nos encontramos en el 4º día de la Creación, donde ya hemos visto en el capítulo anterior, abordamos los Trabajos del Mundo Físico, el cual se divide en dos grandes “Regiones”, la Región Etérica y la Región Química.

La primera de ellas, la Región Etérica, se subdivide en 4 niveles, dando lugar a los 4 Éteres: Éter Químico, Éter de Vida, Éter Luminoso y Éter Reflector. La segunda Región, la Química, se subdivide en tres estados básicos: sólido, líquido y gaseoso. Bien, la traducción de esta parte del texto sagrado, nos está indicando claramente, que la “emanación luminosa, cual vasto río, se desprendía de la esfera sensible para la vivificación del recinto orgánico” está refiriéndose a la Región Etérica. Aquellos que tienen la capacidad de “ver dichas regiones, la describen con una emanación luminosa. Científicamente, existen experimentos realizados con el propósito de fotografiar ese campo energético. La cámara Kirlian es un ejemplo de lo que decimos. Esa energía del “campo vital” se desprendía de la esfera sensible para la vivificación del recinto orgánico. Casi no es necesario explicar el contenido de este pasaje, para comprender, que la esfera sensible a la que se refiere es el Mundo del Deseo, el Plano inmediatamente superior al Mundo Físico. Esa energía emanada desde el Mundo del Deseo se canaliza a través del Plano Etérico y vivifica el Cuerpo Físico. De esto, podemos sacar una importante información para aplicarla en nuestras vidas. Para poder dar vida a cualquier asunto a nivel material, debemos utilizar el potencial del Deseo. Ya sabemos que ese Plano es el que dio lugar a la división. Si en nuestros deseos ponemos Amor, la realidad material que vivamos tendrá ese rostro. Si en cambio, nuestros deseos están carentes de amor, la realidad que vivamos tendrá el rostro del desamor.

Os dejo información extraída de la obra de Max Heindel, “Concepto Rosacruz del Cosmos” en relación a la Región Etérica:

“El éter es también materia sica. No es homogéneo, como dice la ciencia  moderna,  sino  que  existe en cuatro  estados  diferentes”.
Constituye el medio de acceso para el espíritu viviente, que imparte vitalidad a las formas de la Región Química. Las cuatro subdivisiones más sutiles o etéricas del Mundo Físico constituyen lo que se conoce como Región Etérica”.
Tan pronto como entramos en este reino de la Naturaleza, nos encontramos en el mundo invisible e intangible, donde ya no sirven nuestros sentidos ordinarios y, por consiguiente, esta parte del Mundo Físico está prácticamente inexplorada por la ciencia material”.
Para el clarividente ejercitado, el éter es tan tangible como los sólidos, líquidos  y  gases  de  la  Región  Química  lo  son  para  el  hombre corriente. Aquel ve que las fuerzas vitales que prestan vida a las formas minerales, vegetales, animales y humanas fluyen en ellas por medio de los cuatro estados de materia etérica. Los nombres y funciones específicas de esos cuatro éteres son los siguientes:

Éter Químico. Este es, a la vez, positivo y negativo en sus manifestaciones. Las fuerzas que producen la asimilación y excreción trabajan por medio de esta clase de éter. La asimilación trabaja sobre el polo positivo del éter Químico y atraen los elementos necesarios, modelándolos en formas apropiadas. La excreción se efectúa por las fuerzas de la misma índole, pero que obran sobre el polo negativo del éter Químico. Estos procesos, como todos los que son independientes de la voluntad, son sabios, selectivos y no mecánicos meramente en su operación.

El éter de Vida. Así como el éter Químico es el conductor o medio de operación de las fuerzas que tienen por objeto el mantenimiento de la forma individual, así también el éter de Vida es el conductor o agente de operación de las fuerzas que tienen por objeto el mantenimiento de la especie, la fuerza de propagación. Las fuerza que trabajan sobre el polo positivo, son las que actúan sobre la hembra durante el período de gestación, capacitándola así para el trabajo positivo y activo de crear un nuevo ser. Por otro lado, Las fuerzas que trabajan sobre el polo negativo del éter de Vida capacitan al macho para producir el semen.

El éter Luminoso. Este éter es también positivo y negativo, y las fuerzas que obran sobre su polo positivo son las que generan ese calor de la sangre de los animales superiores y del hombre, las que los convierten en fuentes individuales de calor. Las fuerzas que obran sobre el polo negativo del éter luminoso son las que operan a través de los sentidos, manifestándose como funciones pasivas de visión, oído, tacto, olfato, gusto. También son las que construyen y nutren los ojos.
En los animales de sangre fría, el polo positivo del éter Luminoso es el conductor de las fuerzas que hacen circular la sangre, mientras que las fuerzas negativas tienen la misma función respecto a los ojos, como en el caso de los animales superiores o del hombre. Cuando los ojos no existen, las fuerzas que trabajan sobre el polo negativo del éter luminoso construyen o nutren otros órganos de sensación.
En las plantas, las fuerzas que trabajan sobre el polo positivo del éter luminoso producen la circulación de los jugos vegetales. Las fuerzas que trabajan sobre el polo negativo del éter luminoso depositan la clorofila, la sustancia verde de las plantas, y también los colores de las flores.

Éter Reflector: Todo acontecimiento deja tras sí un recuerdo indeleble en ese éter Reflector. Los pensamientos y todos los actos de los hombres dejan un recuerdo indeleble en la Memoria de la Naturaleza y en el éter Reflector, donde el vidente ejercitado puede leer su historia con una facilidad proporcional a su capacidad y ejercitamiento.
El éter Reflector tiene este nombre por más de una razón, porque los recuerdos  o  imágenes  que  hay  en  él  no  son  sino  reflejos  de  la Memoria de la Naturaleza. La memoria real de la naturaleza se encuentra en un reino mucho más elevado. Por regla general, los psimetras y los mediums obtienen sus informaciones de este éter.
Este éter es también el agente por el cual el pensamiento impresiona el cerebro humano. Está íntimamente ligado con la cuarta subdivisión del Mundo del Pensamiento, que es la más elevada de las cuatro subdivisiones contenidas en la Región del Pensamiento Concreto y la patria de la mente humana”.