martes, 23 de abril de 2019

Génesis: "El Despertar del Ser" - Final -

Conclusiones:

Considero que he conseguido el objetivo propuesto. En la 1ª parte de este estudio, me hacía el firme propósito de escudriñar el Texto Sagrado de la Biblia y más concretamente el primero de sus Libros, el Génesis, con el ánimo de esclarecer y dar respuestas a las eternas cuestiones que se plantea el alma humana, cuando despierta del profundo “sueño” que lo ha mantenido identificado al mundo ilusorio de la materia: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?, sin olvidar, una cuestión que considero vital entender, pues su repercusión en el desarrollo psicológico del ser humano, a nivel individual, y de la sociedad, a nivel colectivo, ha sido importante. Me estoy refiriendo a la creencia de la “separación” con el Creador. Esta cuestión, es tan vital, como lo puede ser para un bebe, la experiencia de sentirse separado, prematuramente, de la referencia paterna, del calor humano, de la fuente de alimento y protección.

Me siento satisfecho por el trabajo realizado. He de decir, y lo hago con el más profundo y sincero reconocimiento, que sin la ayuda y orientación de Kabaleb, Fabre d´Olivet, Max Heindel y Félix Gracia, no lo habría conseguido.

Hemos realizado un recorrido por todos y cada uno de los Días de la Creación, y nos hemos acercado a cada uno de los pasajes descritos en el texto sagrado, aportando una doble visión. Por un lado, la convencional, de la que creo haber aportado argumentos sólidos para hacernos reflexionar sobre la pobre veracidad de su contenido, y por otro, la visión esotérica y cabalística, la cual nos ha revelado un escenario bien distinto, donde las traducciones nos han permitido ver las cosas de otra manera.

¿Qué hemos sacado en claro, después de este recorrido?
  • Sabemos que somos Hijos de Dios, que fuimos emanados por una Voluntad de Expansión de esa Entidad Creadora, llamada Elohim,  El-los Dioses y que somos Seres de Luz, Nuestra verdadera identidad es espiritual y no material.
  • Sabemos que el Universo no fue creado de la “nada”, sino del Trabajo conjunto de Elohim y los Zodiacales (Fuego-Agua-Aire-Tierra).
  • Que somos Chispas Divinas emanadas de Elohim, -semejanza a Él-, somos Dioses en Potencia, en Formación.
  • Que nuestra Oleada de Vida Humana, fue la primera emanada por Elohim, y que nuestra misión es llegar a Ser Dioses Creadores.
  • Que estamos dotados de diferentes Vehículos con los cuales tomar conciencia y evolucionar en los distintos Planos de Manifestación: Cuerpo Mental, Cuerpo de Deseos y Cuerpo Vital-Físico.
  • Que las experiencias adquiridas con ese Triple Cuerpo, constituye lo que se llama el Triple Alma: Alma Emocional, Alma Intelectual y el Alma Consciente.
  • Que paralelamente a la Oleada de Vida Humana, Elohim, creó otras Oleadas de Vida: La Animal, la Vegetal y la Mineral.
  • Que la evolución de nuestro Universo se encuentra interactuando con otros Universos y que las Oleadas de Vida evolucionando en nuestro Sistema Solar, interactúan con las Oleadas de Vida de otros Sistemas Solares.
  • Que en nuestro proceso de aprendizaje y evolución, recibimos la ayuda de Entidades Espirituales de un nivel superior, que nos prestan sus servicios, respetando nuestro libre albedrío.
  • Sabemos que nuestro Cuerpo Físico fue el primero de los Vehículos adquiridos y, por ello, el primero en madurar.
  • Que existe una Ley Reguladora en el Universo que rige todos los Actos Creadores, cuyo nombre sagrado es Jehová (Yod-He-Vav-He).
  • Que cada una de esas fases creadoras está relacionada con un Elemento, con los que ha sido creado el Universo. Yod = Fuego. He = Agua.  Vav = Aire. 2º He = Tierra.
  • Que la fase Yod, está en analogía con la Voluntad, con la Semilla. Que la fase He, está en analogía con el Deseo, con la interiorización. Que la fase Vav, está en analogía con el Pensamiento, con la exteriorización y, que la fase 2º He está en analogía con la Materia, con los frutos.
  • Sabemos, igualmente, que el Cuerpo Físico alcanzó su perfección en el 4º Día de la Creación y no en el 6º Día, en el que la interpretación convencional, sitúa la aparición del Hombre.
  • En el 6º Día, en efecto, será el periodo en el que el Cuerpo Mental adquiera ese estado de madurez, lo que permitirá al Hombre alcanzar esa condición, pues todos sus Vehículos habrán completado la fase de perfección.
  • Sabemos, y esto es muy importante, que Adam no es un ser individual, sino que representa a la Humanidad.
  • Sabemos que el Paraíso Terrenal, el Edén, es la alusión al estado de Comunión con Dios del que disfrutó la Humanidad antes de que se produjera la visión del mundo temporal.
  • Que Jehová no prohibió comer del fruto del Árbol del Conocimiento del Bien o del Mal, sino que estableció, no podía ser de otra forma, la Ley Reguladora, que determinaba las fases de todo proceso creador.
  • Sabemos, que el 2º Día de la Creación, Elohim no consiguió integrar totalmente, los Elementos Fuego y Agua, dando lugar a la “división”. Esta secuencia, quedaría inscrita en la “genética espiritual” de su creación. El Hombre, su filiación, tendría que recapitular esa fase creadora.
  • Sabemos que como consecuencia de esa “herencia”, cuando la Humanidad recapitula los Trabajos del 2º Día de la Creación, se produce la “división” de los sexos.
  • Sabemos que el primer Arquetipo femenino se llamó Aisha, la Facultad Volitiva, el espejo donde se refleja las consecuencias a las que ha dado lugar el acto de la voluntad. Aisha es la Facultad de Comprender.
  • Que lo que se ha dado llamar “pecado” es la respuesta natural al impulso divisorio y dual, que llevó y lleva al hombre a “elegir”.
  • Que la interacción con otras Entidades Espirituales, propició que nuestra naturaleza femenina y emocional quedara seducida por la voz del “diablo”, cuya interpretación es “separar”.
  • Que esas Entidades llamadas Luciferes, no tenían la capacidad de obligarnos a elegir, pero sí eran más evolucionados e inteligentes que el hombre y contaban con una mayor experiencia en el dominio del “Fuego”, de ejercer el acto de “elegir”.
  • Sabemos que será de la mano de Aisha, viendo el reflejo que ha reportado nuestros actos de voluntad, como accederemos al conocimiento del bien y del mal.
  • No podemos hablar de "acto pecaminoso", sino de acción de elegir condicionada por la genética que nos lleva a la división.
  • Que la experiencia del Mundo Físico es Trascendente. Tan sólo la creencia de que pertenecemos a ese mundo, es lo que debe ser trascendido.
  • Que la expulsión del “Paraíso” es un error que se ha inscrito en nuestras creencias, como consecuencia de que nos hemos identificado con el Cuerpo Físico y con el plano material. El feto permanece unido a su creador durante el tiempo que se encuentra en el vientre materno, sin embargo, cuando nace y aparentemente se encuentra separado de él, su relación de unidad, permanece, queda establecida por el vínculo de filiación. Del mismo modo, el hecho de que nuestros ojos se hayan abierto a un plano inexplorado, no debe suponer que nos encontremos “separados” de nuestro creador y mucho menos, que hemos dejado de gozar de su “estado de plenitud”. Esa visión de temporalidad ha dado lugar al nacimiento del ego, el cual niega su origen espiritual.
  • El hombre no se ha separado de Dios, sino que cree haberlo hecho. Con la Caída, el ser humano descubre un cuerpo con capacidad sensorial a través del cual percibe y se relaciona con el entorno. Una entidad consciente capaz de distinguirse de todo lo demás, una singularidad pensante, única, sin vínculos con las otras criaturas ni con Dios. Y cree que él es eso que ve de sí mismo.
  • La falsa creencia de la separación se ve de este modo fortalecida por un sentimiento de culpa nacido de la creencia, también falsa, de que la separación se ha producido a causa de una transgresión. El hombre caído busca su redención a través del dolor.
  • La Liberación no se encuentra en torturar todo lo que provenga del cuerpo físico. El cuerpo material es la materialización de lo concebido por la mente, por lo tanto, lo que tenemos que hacer es cambiar nuestro estado mental. Vemos que somos, lo que creemos que somos.
  • El uso de un Cuerpo Mental inmaduro nos llevó a actuar precipitadamente, dejándonos llevar por el vehículo emocional. Cuando logremos establecer un estado de coherencia entre los distintos Vehículos, es decir, cuando pensemos, sintamos y actuemos al unísono, estaremos restableciendo el orden de la Unidad. Entonces se producirá el “despertar” de la nueva Conciencia y dejaremos al Hombre Viejo, para convertirnos en el Hombre Nuevo.
Pongo fin a este estudio, con algunas aportaciones recogidas en la magnífica obra de Félix Gracia, titulada "Hijos de la Luz". Os la recomiendo, es una excelente guía para la Liberación.

"El hombre del mundo, el ser humano convencional que somos todos, hemos olvidado nuestra naturaleza divina haciéndonos uno con lo ilusorio. De nada sirve a partir de ese instante lo que somos, sino lo que creemos ser. 

La Caída es una experiencia todavía sin asumir, sin comprender. La verdadera dimensión de la Caída no radica en la naturaleza del cambio provocado, sino en el carácter permanente del mismo. Y el drama de la humanidad no es haber caído en un estado de existencia inferior, sino el quedar apresada en esa Ley de eternidad.


El hombre caído es un ser programado, condicionado y no sabe que lo es. Busca la felicidad, pero está estructurado para el dolor; aspira a la inmortalidad: pero su naturaleza es temporal; desea la salud, pero está programado para Ia enfermedad; reclama la libertad, pero está condicionado. Cree que vive y está muerto.

Cuando el hombre caído descubre el engranaje que le mantiene encadenado; cuando ha comprendido que Dios es ajeno al dolor; cuando acepta que no ha habido separación, ni pecado, ni condena; cuando se siente amado por el Padre sin límite ni condiciones; cuando acepta que es un ser bienaventurado, heredero del cielo; cuando decide volver a la casa del Padre poniendo fin al exilio, entonces, el hombre caído, el morador del infierno, el “muerto" ¡resucita! La resurrección es el fin del exilio, la liberación de la Ley del ínferos, la recuperación del Paraíso, el nacimiento del Hombre Nuevo". -Hijos de la Luz - Félix Gracia-

lunes, 22 de abril de 2019

Génesis: "El Despertar del Ser" - 21ª parte -

La Caída VI.

Traducción Convencional: “El hombre llamó Eva a su mujer, por ser la madre de todos los vivientes.
Hízoles Yavé Dios al hombre y su mujer túnicas de pieles, y los vistió.
Díjose Yavé Dios: “He ahí al hombre hecho como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal; que no vaya ahora a tender su mano al árbol de la vida y, comiendo de él, viva para siempre.
Y le arrojó Yavé Dios del jardín de Edén, a labrar la tierra de que había sido tomado. Expulsó al hombre y puso delante del jardín de Edén un querubín que blandía flameante espada para guardar el camino del árbol de la vida”.

Pasemos a la traducción de Fabre d´Olivet: Entonces el universal Adam asignó a su facultad volitiva Aisha el nombre de Eva, existencia elementaria, a causa de que se convertía en el origen de todo lo que constituye esta existencia.
Seguidamente, Jehová, Él-los-Dioses, hizo para Adam y para su compañera intelectual unas especies de cuerpos de defensa, con los cuales les revistió cuidadosamente.
Diciendo Jehová, Él-los-Dioses: he aquí Adam, el Hombre universal, convertido en semejante a uno de nosotros, según el conocimiento del bien y del mal. Pero entonces, por miedo a que no extendiera su mano y se apoderara también del principio substancial de las Vidas y se alimentara de él, y que no viviera en el estado en que se encontraba durante la inmensidad de los tiempos, Jehová, el Ser de Seres, lo aisló de la esfera orgánica de la sensibilidad temporal, afín de que el hombre elaborara y sirviera con cuidado este Elemento adámico, del cual había sido creado.
Así alejó de su puesto ese Hombre universal y hizo residir del principio de la anterioridad de los tiempos, en la esfera sensible y temporal, un ser colectivo llamado Querubín, semejante al potencial multiplicador universal, armado de la llama incandescente de la exterminación, remolineando sin cesar sobre sí misma, para guardar la ruta de la substancia elemental de las Vidas”.

En este último pasaje del 3º Capítulo del Génesis, se nos describen varios temas interesantes y, añadiría, determinantes a la hora de establecer el comienzo de la conciencia temporal con la que se identifica el ego. Veámoslo.

En primer lugar, participamos de una transformación protagonizada por la naturaleza femenina, representada por Aisha. Dicho proceso viene determinado por el cambio de nombre. De Aisha, la Facultad Volitiva, la Facultad de Comprender, pasa a llamarse Eva (Heith-Vav-He), cuya interpretación es “el ser que transmite la vida”. Fabre traduce su nombre como la “existencia elementaria”, el origen de todo lo que constituye esta existencia.

Es obvio que se está refiriendo a la existencia del Mundo Material, y sobre todo, a partir de haber comido del Árbol del Conocimiento del Bien o del Mal, a partir de su despertar a la temporalidad del plano material, se convierte en la representante de la facultad de transmitir la vida en ese nivel; adquiere su condición de “matrona”.

Esa mujer perpetuadora de la especie humana, sigue representando las cualidades transmitidas por Aisha, es decir, continúa siendo el “espejo” donde se ve reflejada las iniciativas emprendidas por la voluntad.

La aportación del Heith en la raíz del nombre de Eva, nos está indicando, la capacidad que acabamos de mencionar. Esta Letra Sagrada expresa la dinámica de Transición entre los Elementos Agua y Aire, entre los Signos de Piscis y Libra. Esto nos está indicando, que será en el rostro de la complementariedad que aporta la naturaleza femenina, donde se podrá ver expresada el potencial fecundador de las emociones. Eva, lleva inscrito en su genética espiritual, convertirse en la senda que ha de conducirnos a encontrar el modo de conectar de nuevo con nuestra naturaleza espiritual.

“Seguidamente, Jehová, Él-los-Dioses, hizo para Adam y para su compañera intelectual unas especies de cuerpos de defensa, con los cuales les revistió cuidadosamente”.

A estas alturas, no debemos imaginarnos a un Dios “sastre”, seguro que el autor se está refiriendo a algo más trascendente. Esos “cuerpos de defensa”, alcanzado el 4º Día de la Creación, y tras haberse producido la elección de despertar anticipadamente al Conocimiento del Bien y del Mal propio del Mundo Material, podríamos decir, que se está refiriendo a los siguientes Vehículos/Cuerpos: Cuerpo Mental; Cuerpo de Deseos; Cuerpo Vital y Cuerpo Físico.

Podemos decir, que el Mundo Físico es el Plano de Manifestación más alejado del Mundo Divino o Superior. Alcanzado este peldaño de la escalera, hemos recorrido lo que llaman el Camino de la Involución. A partir de este punto, se producirá el retorno al Origen, al Mundo Divino, y en la medida en que esto se vaya realizando, los Vehículos inferiores irán integrando al Ser (Yo Espiritual) toda la experiencia asimilada y se irá desintegrando.

“…he aquí Adam, el Hombre universal, convertido en semejante a uno de nosotros, según el conocimiento del bien y del mal”.

Ese Adam Universal, no ha cambiado su condición, sigue representando a la Humanidad, aunque, una vez abierto sus ojos al comer del fruto del Conocimiento, ya se percibe como un ser individualizado. Ese Adam, a pesar de creerse “separado” de su Creador, está dotado de los Vehículos/Cuerpos necesarios para desarrollar su labor de divinizar la materia. Jehová le atribuye esa semejanza, reconociéndoles su condición de un dios en potencia. Ese hombre tiene la facultad creadora innata en él y recibe el alimento de los Dioses, que ha de aportarle la sapiencia del bien y del mal. Ese alimento espiritual, debe ser asimilado por una conciencia dual, y dada la inexperiencia en el dominio de los Vehículo con los que cuenta, ese alimento va a parar a los confines de Nahash, el cual se encarga de suministrarnos ese saber pero por la vía del rigor.

“Pero entonces, por miedo a que no extendiera su mano y se apoderara también del principio substancial de las Vidas y se alimentara de él, y que no viviera en el estado en que se encontraba durante la inmensidad de los tiempos, Jehová, el Ser de Seres, lo aisló de la esfera orgánica de la sensibilidad temporal, afín de que el hombre elaborara y sirviera con cuidado este Elemento adámico, del cual había sido creado”.

¿Quién no se ha preguntado alguna vez cómo vencer el mal? ¿Qué aspirante, deseoso de hacer el bien, no se ha encontrado, de repente, dando vida al mal?

"Realmente mi proceder no lo comprendo pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco. (...) Pues bien sé yo que nada bueno, habita en mi, es decir, en mi carne; en efecto, querer el bien lo tengo a mi alcance mas no el realizarlo, puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero. Y si hago lo que no quiero, no soy yo quien Io obra, sino el pecado que habita en mí.
Descubro, pues, esta ley: aun queriendo hacer el bien, es el mal el que se me presenta.(...) iPobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte?" (Rm 7, 15-24).

Las palabras escritas por San Pablo expresan a la perfección ese estado que experimenta el ser humano dual, sometido a la ley de Nahash.

Afortunadamente, la Divinidad establece un mecanismo de seguridad para que el canal de conexión elegido por Aisha, servir a los Luciferes, sea considerado como el apropiado para alcanzar el Conocimiento verdadero, pues el conocimiento que nos aporta Nahash es una “ilusión”, pues no olvidemos que los Luciferes eran escindidos, rezagados, de su propia Oleada de Vida, y no pueden enseñarnos lo que no tienen asimilado. Ellos son expertos en el dominio de la “separación”; ellos no son integradores armónicos de los Elementos; su labor, es anticiparnos un conocimiento inmaduro, que al ser asimilados será rechazado, vomitado, por no ser un conocimiento basado en las Leyes Reguladoras de Jehová. Será, esa respuesta de rechazo, de frustración, de dolor, de miedo, de culpa, de enfermedad, el que nos hará desear otro alimento. Una vez saciado el apetito de degustar los placeres terrenales, nuestra añoranza espiritual, nos llevará a la búsqueda del verdadero Conocimiento, el que únicamente nos puede aportar, si decidimos, si elegimos, sintonizar el canal que nos pondrá en comunicación con nuestro Yo Espiritual.

Jehová decide expulsar a Adam del Recinto Orgánico, lo aisló de ese estado de conciencia. No se está refiriendo el autor a una zona geográfica, sino a un “estado de ser”. Jehová lo único que hace es describir nuestra situación, revelarnos el nuevo paisaje en el que hemos decidido libremente instalar nuestra conciencia. El responder a Nahash y quedar a sus servicios, nos sitúa inmediatamente en un nuevo escenario. Ya no nos encontramos conectados a nuestro Creador. Ya no oímos su voz, ni seguimos sus “leyes”. Ahora, es la voz de Nahash la que dejamos oír en nuestro interior y decidimos que gobierne nuestras acciones. Esas acciones ya no respetan la Ley, ya no son acciones respaldadas por la Fuerza de Atracción, sino que responden a las Fuerzas de Repulsión. Es necesario, de que el hombre coseche lo que ha sembrado. De este modo, establecerá la relación causa y efecto, y tendrá la oportunidad de decidir, si elige sembrar de nuevo, lo que tan malos frutos le ha brindado.

El error, tiene su propio marco, su propio escenario. No puede coexistir con la verdad, al igual que la oscuridad no puede existir en la luz. De esto se deduce una importante lección de comportamiento. El bien y el mal, forman parte de nuestra naturaleza. Debemos dejar crecer la cizaña para no cortar el trigo. Una vez crecido, sabremos distinguir la condición de ambos y nos resultará más fácil cortar uno y conservar al otro. El mal, al estar basado en la Fuerza de Repulsión, se autodestruye. Lo único que tenemos que hacer es dejar de alimentarlo. Si lo rechazamos, estamos utilizando su misma Fuerza y lograremos el efecto contrario, es decir, lo alimentaremos. Si somos conscientes de algún aspecto de orden inferior en nuestra naturaleza, lo importante, es ser consciente de que es un aspecto de nuestro ego, con el que nos hemos identificado y al cual, no debemos rechazar. Si lo hacemos, proyectaremos sobre los demás ese rostro no deseado de nosotros y estableceremos una relación con dicha tendencia que no tendrá fin. La aceptación, es una liberación, que alcanzará su punto final, cuando decidamos no volver a alimentarlo.

“Así alejó de su puesto ese Hombre universal y hizo residir del principio de la anterioridad de los tiempos, en la esfera sensible y temporal, un ser colectivo llamado Querubín, semejante al potencial multiplicador universal, armado de la llama incandescente de la exterminación, remolineando sin cesar sobre sí misma, para guardar la ruta de la substancia elemental de las Vidas”.

La figura de un Querubín, procedente del “principio de la anterioridad de los tiempos”, un “ser colectivo”, ocuparía la esfera sensible y temporal. Jehová nos está describiendo la procedencia de los Querubines, al revelarnos que proceden del “principio de la anterioridad de los tiempos”, es decir, pertenecían a otro Periodo de Manifestación, anterior al desarrollado por Elohim. Los Querubines pertenecen a la Oleada de Vida Angélica y trabajan en la Esfera de Hochmah, el Centro del Amor Incondicional. Las narraciones cabalísticas, nos dicen, al referirse al Espíritu de Cristo, que era un Querubín, cuya misión estelar consistió en responder a la llamada de Comunión del Iniciado más elevado de la Oleada de Vida Humana, de Jesús.

Ese ser colectivo, está a nuestra disposición permanentemente, al igual, como lo estuvo para Jesús. Él está salvaguardando nuestra evolución; está en espera de que decidamos libremente desconectarnos del canal que nos sintoniza con Nahash y decidamos cambiar el dial. Su dial es el Amor; su mensaje, la Salvación, la Redención, la Liberación.

Todos podemos conectar con su Espíritu. Él no permitirá que el mal penetre en la esfera sensible y temporal donde se encuentra el Árbol de la Vida. El fruto de ese Árbol, no es otro que el del Amor. El mal no puede utilizar al bien para su perpetuación, ya lo hemos visto anteriormente. El mal es fruto del error y ese error, no lo confundamos con la existencia del Mundo Material, sino con la creencia de pertenecer a él. 

Génesis: "El Despertar del Ser" - 20ª parte -

La Caída V.

Traducción Convencional: “A la mujer le dijo: “Multiplicaré los trabajos de tus preñeces; parirás con dolor los hijos y buscarás con ardor a tu marido, que te dominará”
Al hombre le dijo: “Por haber escuchado a tu mujer, comiendo del árbol de que te prohibí comer, diciéndote no comas de él: Por ti será maldita la tierra; con trabajo comerás de ella todo el tiempo de tu vida; te dará espinas y abrojos y comerás de las hierbas del campo.
Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella has sido tomado, ya que polvo eres y al polvo volverás””.

Pasemos a la traducción de Fabre d´Olivet: Dirigiéndose a Aisha, la facultad volitiva, le dijo multiplicaré el número de obstáculos físicos de todas suertes, opuestos a la ejecución de tu deseos, aumentando al mismo tiempo el número de tus concepciones mentales y de tus partos. Será con trabajo y dolor que darás luz a tus producciones, y, llevada por tu inclinación, te verás sujeta al imperio de tu principio intelectual, que te dominará.
Y al hombre universal, Adam, le dijo a continuación: Puesto que has prestado oído a la voz de tu facultad volitiva y que te has alimentado de esa substancia de la que te había recomendado expresamente que no te alimentaras, maldito sea el elemento adámico, homogéneo y similar a ti, relativo a ti: con angustia te verás forzado de alimentarte de él en todo los momentos de tu existencia.
Y las producciones cortantes y las producciones incultas y desordenadas, germinarán abundantemente para ti: te alimentarás de frutos acres y desecados de la Naturaleza elementaria.
Te alimentarás de ellos en la agitación continúa de tu espíritu, y hasta el  momento de tu reintegración al Elemento adámico, homogéneo y similar a ti: ya que, habiendo sido sacado de ese elemento, y siendo una emanación espirituosa de él, así deberás reintegrarte a esa emanación de espírituosa”.

Bien, con este pasaje abordamos varios temas cuya interpretación convencional, nos han dejado legados que nos han hecho muchísimo daño a lo largo de la historia. Me estoy refiriendo, por un lado, a la imagen de un Dios “despiadado”, desprovisto de uno de los principios que más proclama, el “perdón”, y por otro lado, a la sentencia irracional asignada a la mujer, a la cual la subyuga al dominio de su marido.

Creo que no es necesario profundizar en los efectos de estas apreciaciones; una simple mirada a la sociedad, nos aporta la cruel realidad, a la que han dado lugar.

El despertar de cada uno de nosotros es un camino que se debe recorrer individualmente, aunque, es cierto, existe la teoría de la “masa crítica”, que cuando se alcanza un número suficiente de “almas despiertas”, se consigue el efecto deseado, sintonizar de nuevo con el canal que ha de permitirnos restablecer nuestra relación directa con Dios. Todos los caminos, nos llevan a Roma, dice el refrán, y si entendemos que esa "capital" representa a nuestra Conciencia Espiritual, diremos que Todos los caminos, no llevan al despertar de nuestra Identidad Espiritual.
Ese despertar, ha de llevarnos a recuperar la verdadera identidad de nuestro Padre. ¿Cómo podemos creer que nuestro Creador nos ha delegado al dolor, al castigo, al sufrimiento, a la necesidad? ¿Cómo podemos concebir a un Dios que no perdona, que no ama? ¿Cómo podemos pensar que habiéndonos creados UNO, establezca diferencias entre sus Hijos?  ¿Dios, disponiendo dominios de unos sobre otros? Espero que coincidáis conmigo, al menos, en estas reflexiones. Pienso que si creemos en un Dios con esas características, realmente estaremos permitiendo esos rasgos en nuestro propio comportamiento.

Desde el primer capítulo de este estudio sobre el Génesis, hemos ido incorporando una visión esotérica, cabalística, paralela a la interpretación convencional. Era totalmente necesario hacerlo, si nuestro propósito era adentrarnos en el sentido espiritual de esos pasajes. Esa visión, de la mano del erudito traductor Fabre d´Olivet nos ha ofrecido la oportunidad de tener una visión nueva del Texto Sagrado. En este pasaje debemos recurrir, una vez más a su traducción para comprender la interpretación del mismo.

“Dirigiéndose a Aisha, la facultad volitiva, le dijo multiplicaré el número de obstáculos físicos de todas suertes, opuestos a la ejecución de tu deseos, aumentando al mismo tiempo el número de tus concepciones mentales y de tus partos. Será con trabajo y dolor que darás luz a tus producciones, y, llevada por tu inclinación, te verás sujeta al imperio de tu principio intelectual, que te dominará”.

Ya vimos en el capítulo anterior, como Jehová se dirige a Aisha, el reflejo de Adam, es decir, el espejo donde la Voluntad ve los resultados de sus acciones. La Ley Reguladora de Jehová lleva implícita el modo en cómo debemos aplicar cada una de las acciones para que, al final, se alcance el conocimiento correcto de cómo debemos actuar. La violación de esa Ley, que como ya vimos, venía impulsada por el “deseo insidioso” de conocer anticipadamente (Nahash), lleva a Aisha a comer del fruto del Conocimiento cuando aún no era el momento. Ese acto sitúa a la Humanidad fuera de la Ley; podríamos decir, que se desconecta de la frecuencia divina y sintoniza el canal que le ofrecía un trato directo con Nahash (Luciferes).
Esa “separación”, esa desconexión era una ilusión creada por la voces de Nahash. Las vibraciones del Cuerpo Físico y las impresiones recibidas a través del Mundo Material, lleva al Hombre a adquirir una nueva identidad, a creerse un nuevo ser. Es el nacimiento del ego. Esa nueva identidad, vinculada a una directriz nueva, la de los Luciferes, le lleva a actuar según sus leyes. Ya no son las Leyes de Jehová.

Decíamos que la condición propia de Aisha, reflejando en actos lo que el pensamiento emanaba, dio lugar a la Ley de Causa y Efecto, es decir, Aisha, adoptando la condición de crear las imágenes concretas vinculadas a las corrientes del pensamiento, se convierte en la matrona que pare las realidades que hemos sido capaces de concebir mentalmente. Cada una de esas concepciones, se convertirán en experiencias; si el contenido de nuestros pensamientos se ha identificado con la Luz, Aisha, dará partos sin dolor y sus criaturas tendrán el rostro de la divinidad, pues aportarán un conocimiento elevado de la vida. Pero, no lo olvidemos, estamos en el terreno de Nahash, donde como ya hemos visto, impera la división. Por lo tanto, esa vinculación con la dualidad, hará que nuestros pensamientos sirvan al error y Aisha parirá toda suerte de obstáculos físicos, con la intención de darnos a conocer el fruto de nuestras concepciones mentales. Viendo nuestra división personificada en el exterior, sentiremos la apetencia por volver a la Unidad.

Transcribo a continuación, lo recogido en la obra de Kabaleb –Curso de Interpretación Esotérica del Antiguo Testamento- sobre este pasaje:

Notas de Fabre d´Olivet acerca de la palabra que expresa “los obstáculos físicos de toda especie”.

Esta palabra está compuesta por las letras Ayn-Tsade-Beith-Vav-Noun. Fabre comenta: la palabra Ayn-Tsade-Beith, empleada dos veces en ese versículo, merece una atención particular. Se levanta sobre dos raíces contactadas Ayn-Tsade/Tsade-Beith. La, primera, Ayn-Tsade, es la misma que forma el nombre de esta substancia misteriosa, cuyo uso ha sido prohibido al Hombre intelectual. No es difícil de reconocer en ella la substancia sensible, corporal y, en general, el emblema de todo lo que es físico, por oposición a todo lo que es espiritual. La segunda, Tsade-Beith, encierra la idea de todo lo que se levanta como obstáculo, se hincha con cólera, detiene, impide una cosa, se opone a ella con esfuerzo, etc. Moisés emplea primero dicha palabra, después de haberle añadido la sílaba extensiva Vav-Noun, queriendo indicar los obstáculos generales que se opondrán a partir de ahora al despliegue de la Voluntad del Hombre intelectual y que multiplicarán en él las concepciones, forzándolas a dividirse y a subdividirse hasta el infinito. Se sirve después de la palabra simple Ayn-Tsade-Beith para pintar la pena, el tormento, la angustia, que acompañarán las más mínimas creaciones. Este escritor hieroglífico quiere dar a entender que la facultad volitiva no hará pasar ya más las concepciones intelectuales de potencia en acto, sin intermediario, sino que será sometida, por el contrario, a desviaciones numerosas, a obstáculos de todas suertes, cuya resistencia sólo podrá vencer a fuerza de trabajo y de tiempo.
No necesito decir lo que los helenistas han visto que en ese versículo. Bastante sabemos de qué manera las ideas de Moisés han sido materializadas por ellos, y cómo la facultad volitiva habiendo sido transformada en una Mujer corporal, los obstáculos físico opuestos al ejercicio de la voluntad, se han convertido en los dolores que acompaña el parto”.

Fabre nos advierte, igualmente, que la palabra Beith-Guimel-Yod-Mem no significa simplemente un hijo, sino que caracteriza en general las producciones análogas de un ser creador, cualquiera que sea.

Trabajo y dolor son la consecuencia de su inclinación y no de una penalización por parte de la divinidad. El Jehová interno le desvela al Hombre el intríngulis de la dinámica en la que se ha metido al marginarse de las leyes de Yod-He-Vav-He. Su inclinación la sujetará al imperio de su principio intelectual, que la dominará, se dice en la traducción de Fabre, mientras que los traductores convencionales ven en ese versículo el anuncio del dominio que ejercerá el varón sobre la mujer. Ese es un punto sobre el que debemos meditar.

La expresión “él dominará”, la describe Moisés con Yod-Mem-Schin-Lamed. Ya sabemos que el Yod, la letra dominante en esa palabra, puesto que es la que engendra, pertenece zodiacalmente al signo de Acuario, y sefiróticamente a Malkuth. Por un lado rige la interiorización del Pensamiento Divino; por otro, la formación del Pensamiento Humano de acuerdo con las experiencias materiales, puesto que Malkuth representa nuestro mundo físico. Podemos decir que hay dos Yods, el de arriba y el debajo, el Zodiacal y el Sefirótico, del mismo modo que las demás letras tienen también dos aspectos, el divino-zodiacal y el humano-sefirótico. En el comienzo de nuestras actuaciones humanas, es el Yod de abajo el que aparece; es decir, elaboramos un Pensamiento Humano de acuerdo con las experiencias que vivimos. En el faenar material, ese Pensamiento sube arriba y es confrontado con el Pensamiento Divino, el de nuestro ego, ya que no en vano el Yod, que se encuentra en el final de ciclo sefirótico, en Malkuth, es también la primera letra del nuevo ciclo, regida por Kether. Al subir por la polea Sefirótica, el Yod de abajo incorpora al Yod de arriba el Pensamiento  que es conforme al discurrir universal, o sea lo que realmente cabe en la Obra Divina, y el resto es tamizado al pasar por los distintos Séfiras.

Lo que dominará a Aisha, es decir a las Creaciones Humanas, no será el varón, sino la Mente Material, la mente formada por las experiencias vividas en el mundo físico: lo que solemos llamar el sentido práctico”.

El juicio condenatorio que se le asigna a Dios sobre su Obra, también se dirige hacia Adam:

Puesto que has prestado oído a la voz de tu facultad volitiva y que te has alimentado de esa substancia de la que te había recomendado expresamente que no te alimentaras, maldito sea el elemento adámico, homogéneo y similar a ti, relativo a ti: con angustia te verás forzado de alimentarte de él en todo los momentos de tu existencia…”

Ya lo hemos advertido, Aisha ejecuta su papel reflejando nítidamente el contenido emanado por su compañero Adam. El hombre no conoce el alcance de su voluntad hasta que esta no de sus frutos en el mundo. Ese parto queda en manos de Aisha. Pero si tuviésemos que identificar dónde está la causa del dolor, ¿dónde buscaríamos, en el dolor mismo? En este sentido, si sufrimos una enfermedad, no podemos buscar las causas que la ha producido estudiando el cuerpo donde se manifiesta, pues ese cuerpo no tiene capacidad para enfermar, tan sólo de manifestar. Es en la mente, donde debemos buscar la causa verdadera; es en la mente, donde emana la voluntad. En su camino se adentrará en el plano de las emociones y se identificará con la “división”, pierde su condición UNA. El elemento adámico se “maldice”, se pone al servicio de Nahash; no es Dios quien establece esa condición maldita, es nuestra capacidad de “elegir” la que nos lleva a conectarnos con Nahash.
Cuando ese impulso alcanza la fase de materialización, Aisha sentirá dolores de parto y los sentirá con dolor, pues la criatura que gesta no responde a la Ley Natural. Cuando se produce el alumbramiento, seremos testigos de la enfermedad, nuestro cuerpo sigue el guion impuesto por su “director”, la mente.

Es evidente, que esta relación de Causa y Efecto, no la reconocemos en nuestras vidas y nuestros hospitales están saturados de pacientes, en espera de un remedio que será pasajero, pues si no cambiamos la orientación de nuestros pensamientos, nuestra Aisha volverá a quedar encinta y la escena se repetirá.


Qué diferente se ve ahora este pasaje. Desde esta visión, vemos a un Jehová solícito, en espera de que retornemos a su dinámica. Esa Ley nos invita a que utilicemos nuestra facultad adámica y proyectemos nuestra semilla hacia la tierra que ha de darle cobijo y amor. En ese encuentro, ha de producirse uno de los misterios más hermosos de la creación, el feliz aliaje del Fuego y el Agua. Sí, hagamos que nuestros Deseos y Emociones sientan Amor por lo Superior, por el Espíritu de la Unidad. Si así lo hacemos, si nuestros pensamientos y sentimientos colaboran al unísono, veremos, como esa semilla, se convierte en una hermosa planta que al crecer ofrecerá sus frutos; sí, ese fruto llegado a su hora, nos aportará el Conocimiento y reconoceremos que lo sembrado era bueno, pues nuestra Aisha, no ha sufrido en el parto, ha parido sin dolor, no nos hemos encontrados con ninguna suerte de obstáculos físicos, todo lo contrario, hemos encontrado en nuestro camino, señales y sincronicidades que nos han alumbrado. Sí, sin duda alguna, esa criatura es un Ser de Dios.

domingo, 21 de abril de 2019

Génesis: "El Despertar del Ser" - 19ª parte -

La Caída IV.

Traducción Convencional: “Dijo, pues, Yavé Dios a la serpiente: “Por haber hecho esto, maldita serás entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu pecho y comerás el polvo todo el tiempo de tu vida.
Pongo perpetua enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; éste te aplastará la cabeza, y tú le acecharás el calcañal”.

Pasemos a la traducción de Fabre d´Olivet: Y Jehová, el Ser de Seres, dijo a Nahash, ese vicio insidioso, esa pasión cupida: puesto que has causado esta desgracia, serás una pasión maldita en el seno de la especie animal y entre todo lo que vive en la naturaleza. Según tú inclinación tortuosa, obrarás bajamente y te alimentarás de exhalaciones elementales en todos los momentos de tu existencia.
Pondré una antipatía profunda entre ti, pasión cupida, y entre Aisha, la facultad volitiva; entre tus producciones y sus producciones. Las suyas comprimirán en ti el principio del Mal, y las tuyas comprimirán en ella las consecuencias de su falta”.

Este pasaje nos informa sobre un aspecto que no nos debe pasar inadvertido. Ya hemos dicho, que Nahash, la “serpiente”, representa a los rezagados de la Oleada de Vida Angélica, Entidades que pertenecían a otro Periodo de Manifestación y cuya evolución no estaba en manos del Dios creador de nuestro Sistema Solar. Podríamos decir, que esa “desvinculación” no permitiría a Elohim intervenir en el protagonismo adquirido por dichas Entidades.

Sin embargo, este pasaje no revela que Elohim sí tenía la capacidad de actuar y reconducir la acción de Nahash, y con ello, nos está indicando que en el Esquema Evolutivo, todo está relacionado entre sí y los Seres más evolucionados ayudan a los que se encuentran en un nivel inferior.

Los Luciferianos estaban más evolucionados que la Oleada de Vida Humana y su “participación” en los asuntos humanos, aunque ha supuesto una interferencia en los “planes” del Creador, sin duda alguna ha contribuido en el despertar de la conciencia al Mundo Material.

La Ley Reguladora establecida por Jehová, contempla respetar las distintas fases del Proceso Creador (Yod-He-Vav-He). Al mismo tiempo, el Adam Universal y Aisha, la Facultad Volitiva, eran portadores en su genética espiritual, del conflicto heredado del 2º Día de la Creación, el que dio lugar a la “división”. Ese “gen” o “Estado Condicionado”, se expresa principalmente en el Elemento Agua, es decir, en los Deseos, en las Emociones. Ya sabemos, que consecuencia de esa “herencia”, el Adam Universal, se divide, dando lugar a Aisha, su compañera, la cual tiene la facultad de revelar los efectos de su Voluntad.

La Ley Reguladora de Jehová, adopta la “imagen” del Árbol del Conocimiento del Bien o del Mal. La adquisición de ese “Conocimiento” se encuentra inscrito en la naturaleza espiritual de cada Ser, es por lo que se encuentra ubicado en el “Centro del Recinto Sagrado”.
Si Nahash, no hubiese aparecido en escena, la Humanidad habría seguido obedientemente el plan trazado y habría respetado las pautas establecidas. En ese clima paradisiaco, la Humanidad es Una con Dios y tiene acceso a su Totalidad. Esa situación es análoga a la que experimenta el feto durante el tiempo que se encuentra en el vientre materno.

Pero, existía cierta similitud entre Nahash y Aisha. Ambos, reflejaban la “división”. Nahash, los Luciferes, se habían negado a realizar los Trabajos de integración entre los Elementos Fuego y Agua. Decidieron quedarse en el Fuego y no trabajar con el Agua, que le exigía una adaptación a un Elemento Inferior. Podríamos decir, que tenían una deuda con el Elemento Agua, con las Emociones.
Aisha, por su parte, era el rostro femenino, el portador de ese “Agua”, donde el Fuego se refleja para “extenderse” y fecundar.

Tenemos pues a los Luciferes, necesitados de adquirir experiencias en el manejo del Agua y a Aisha, que se enfrenta a la experiencia del Mundo Físico, una “tierra” inhóspita y desconocida. Ambos se podían ayudar. Nahash, de estirpe Superior ofrece a Aisha ese “Conocimiento” del Bien y del Mal, pero he aquí, que Nahash era Fuego, era impulso creador que se había convertido en “vicio insidioso” en “pasión cupida”, en estímulo incontrolado y egoísta.

¿Hubo engaño? En todo caso, respuesta a una llamada. Quizás una tentación, pero, no podemos olvidar que somos Hijos de Dios, con capacidad de elegir. Aisha elige “conocer”. Y la consecuencia, fue inmediata. Dejo de estar conectado a Dios y me conecto a Lucifer y la experiencia del Mundo Material por vía del aprendizaje riguroso. Lucifer ha sido identificado como el “diablo”, término que se traduce como “separar” (diabolare).

La elección de Aisha ha quedado inscrita en el inconsciente colectivo de la Humanidad, como el acto que dio lugar a la “separación” con el Creador.

La “división” ha sido consumada. El Hombre abre sus ojos al mundo externo y lo hace movilizado por el uso incorrecto de la energía emocional. Ese “error” ha dado lugar a lo que se conoce como el “Pecado Original”. Pero la Ley Reguladora de Jehová establece un “método” distinto para alcanzar el Conocimiento de la Labor Creadora en el Mundo Material, es por lo que debe hacer oír su “Voz” y establecer su “Orden” con el propósito de evitar que el “mal” se perpetuase.

“…puesto que has causado esta desgracia, serás una pasión maldita en el seno de la especie animal y entre todo lo que vive en la naturaleza. Según tú inclinación tortuosa, obrarás bajamente y te alimentarás de exhalaciones elementales en todos los momentos de tu existencia”.

Jehová condena a Nahash a obrar bajamente, esto es, a no poder subir al Trono de la divinidad. La acción de Nahash quedaba así circunscrita a los bajos mundos, a los que el alimento divino no llega y que, por consiguiente, se ven abocados a la destrucción.

Te alimentarás de exhalaciones elementales dice la traducción de Fabre, el cual, en sus notas, dice que con esta expresión puede entenderse igualmente exhalaciones físicas, vapores, ilusiones corporales. El traductor está aludiendo al alimento procedente de las sobras de la mesa del Hombre, las Fuerzas Desperdiciadas, no integradas, por nosotros.

“Pondré una antipatía profunda entre ti, pasión cupida, y entre Aisha, la facultad volitiva; entre tus producciones y sus producciones. Las suyas comprimirán en ti el principio del Mal, y las tuyas comprimirán en ella las consecuencias de su falta”.

Esa antipatía a la que alude el texto sagrado, ya lo hemos adelantado, es la “maniobra” establecida por Jehová para garantizar que el Alma Humana no iba a quedar presa de la “ilusión” inspirada por Nahash. En efecto, la Ley Reguladora del Yod-He-Vav-He, hace que Aisha refleje en todo momento el impulso motor de Adam, un impulso que se orienta a “comer” del fruto que le ofrece Nahash y por lo que nos llevará a aprender por la vía del rigor. 

La situación es la siguiente. Desplegamos nuestra voluntad para llevar a cabo una acción. En ese momento, los Luciferes que se encuentran en nuestro interior, nos ofrecen la oportunidad de conseguir aquello que nos hemos propuesto de una forma inmediata. Si nuestros deseos elige escuchar esa propuesta, la Aisha interior, se pondrá en acción para hacer realidad la experiencia. Ocurre, que como no se ha respetado la Ley Reguladora, no se han respetado las fases necesarias para que aquello se alcanzase de un modo natural, el “Conocimiento” que de aportarnos esa acción se nos administrará por la vía del rigor. 

Aprendemos lo que tenemos que hacer, viendo los efectos a los que ha dado lugar nuestras acciones.

Esos efectos, vienen de la mano de Aisha, la cual, reflejando que nuestra voluntad servía al error, nos hace conocedores de la verdad. Esa es la antipatía a la que alude este texto. Mientras que Nahash se alimenta del error, Aisha, nos abre las puertas para que a través de él, alcancemos la luz.

Esa dinámica hace que la Imagen Perversa, la Obra Perversa, no pueda reproducirse. Sus producciones, las de la mujer, comprimirán, limitarán el principio del Mal.

Tal vez nos estemos preguntándonos, ¿por qué Jehová no impide a Nahash ejercer su influencia sobre el Hombre?


No puede hacerlo, precisamente porque debe respetar la naturaleza de Nahash. Es una Ley Cósmica. El Principio de la Voluntad es Sagrado y la Libertad hay que respetarla.