sábado, 7 de julio de 2018

Ángeles Sanadores: Yeialel (Dios que atiende las generaciones)

58. Yeialel (Dios que atiende las generaciones)

Nombre Sagrado: Yod-Yod-Lamed-Aleph-Lamed.

Yeialel pertenece al Coro de los Arcángeles, Ángeles al servicio del Séfira Hod-Razón-Verdad.
Por su vinculación sefirótica con la Esfera de Hod, donde expresa las  cualidades del Séfira Binah-Ley, extrae la condición que le permite ser portador de la esencia llamada Fortaleza Mental, que nos permite la comprensión de las Leyes Cósmicas.

Las aportaciones del Ángel Yeialel, son las siguientes:

·         Curación de enfermedades, especialmente el "mal de ojo".
·         Combate la tristeza, da consuelo contra las penas.
·         Confunde a los malvados y a los falsos testigos.
·         Aporta soluciones lógicas a los problemas concretos de la vida.
·         Protege contra la cólera y el deseo de acabar con todo

Si Binah, representa la Mente Divina, la que establece las Leyes Cósmicas por la que se ha de regir todo acto creador, Hod, representa la mente humana, la capacidad de comprensión y de razonamiento que nos ha de permitir el entendimiento de dichas Leyes.

Entre Binah y Hod, existe una estrecha relación de parentesco. Podríamos decir, que si le otorgamos a Binah el papel de “padre” de la Columna de la Izquierda del Árbol Cabalístico, la que se encarga de suministrar la información del correcto proceder, podemos otorgar a Hod, pos su posición en dicha Columna, el papel de nieto. De este modo, la línea de parentesco en la Columna de la Izquierda quedaría como sigue: Binah-Ley = Padre; Gueburah-Justicia = Hijo y Hod-Razón = Nieto.

Con todo ello, pretendemos decir, que existe una vinculación generacional entre el Patrón Ley y su aplicación (expansión) por los Hijos de Dios, por la Humanidad. Estamos describiendo una lección importante que debe ser conocida pues, su comprensión ha de permitirnos conocer, el por qué albergamos la creencia de estar separados de nuestro Creador, o lo que es lo mismo, somos desconocedores de que hemos sido creados a su Imagen y Semejanza y, por lo tanto, nuestra mente tiene la capacidad de crear nuestra realidad.

Cuando actuamos a nivel de Hod, lo hacemos permanentemente, nuestra mente se ocupa por analizar, escudriñar, investigar, filtrar, entender, discernir, comprender, el mundo que percibe. De ese trabajo, extraerá conclusiones que le llevará a dar sentido a su existencia. Si ve al observarse ve tan sólo un cuerpo material, se dirá que su identidad dependerá de esa visión, es decir, dirá que es un cuerpo físico, que nace, crece y muere.
Su observación se convertirá en ciencia y, entonces, elaborará leyes según su entendimiento extraído del estudio de lo material y establecerá verdades que instituirá socialmente. Son verdades, fruto de un largo proceso de investigación, por lo que las entenderá como verdades inamovibles. Todo su mundo y el mundo que le rodea, se construirá en base a esas leyes, esas verdades. Habrá edificado un vasto complejo donde las creencias son sagradas.
Pero en esas verdades obtenidas de la observación, las cosas ocurren sin la participación del observador, es decir, no establecemos una relación causa y efecto entre, las anécdotas que nos rodean, las circunstancias que nos ocurren y el observador, es decir, nosotros.

Gracias a la Física Cuántica, se están abriendo nuevas puertas que nos invitan a participar de nuevas creencias, las cuales nos confirman, lo que los ocultistas han sabido siempre, el observador participa en el elemento observado; dicho de otra manera, nuestra mente interviene y participa en los resultados obtenidos.

La relación Binah-Hod, nos lo confirma cabalísticamente. Nuestra mente tiene la capacidad para crear los “argumentos” que viviremos a nivel físico. Nuestros pensamientos moldean la energía y le da una forma u otra, en virtud a la calidad de nuestros sentimientos y emociones. No olvidemos que Hod es hijo de Gueburah, el Centro donde se concentra el potencial emocional, haciendo que sintamos el impulso de los deseos.

Cuando Hod orienta su mirada hacia el mundo material, nos resulta fácil identificarnos con las realidades pasajeras que nos dispensa el plano de las formas físicas. Cuando esto ocurre, nuestra identidad está en manos del ego y nuestra conciencia camina separada de la creencia en la Unidad. Es más, cuando Hod trabaja para el ego, nuestra mente es dual y separatista.

Pero en el caso que estamos estudiando, Hod orienta su mirada hacia Binah, hacia lo superior. Podemos decir que el nieto encuentra en sus ancestros un ejemplo a seguir. Quizás sea esta la razón por la que desde tiempo inmemorial, la figura de los abuelos, se relacionan con la sabiduría y el buen consejo.
Cuando Hod siente la necesidad de reencontrarse con lo superior, nos dará argumentos para que seamos los buscadores de la Verdad Trascendente. Nos veremos impulsados a ser los estudiosos, los investigadores de nuevas vías que establezca la relación de la Mente con la acción creadora. Establece el Programa de Yeialel, que influencia sobre la tristeza y las penas del alma. Esa tristeza es fruto de estar perdido, de no comprender las cosas que nos pasan, de estar desvinculados del proceso creador, de sentirnos solos en la creación. Yeialel, pondrá en nuestras vidas el ardor por conocer el por qué nos ocurren las cosas y, en esa búsqueda, contactaremos con la verdad que nos hará comprender que somos agentes activos en todo cuanto nos ocurre y, lo más importante, que está en nuestras manos poder cambiar esa visión de las cosas.


¿Fortaleza Mental?

Las cualidades curativas de Yeialel están basadas en la esencia llamada Fortaleza Mental. Estamos hablando de una condición de nuestra mente, que de ser utilizado erróneamente, nos llevará a actuar en la esfera del máximo rigor. Si en nuestras creencias se encuentra la semilla del miedo, de la culpa, del castigo, justificaremos en nuestras acciones, el dolor, el odio, el ataque.  Serviremos a leyes injustas y caóticas, cuyos efectos provocarán el rencor y el espíritu de la venganza hacia nosotros. Si actuamos como "asesinos", despertaremos en los demás el deseo de restituir nuestras malas acciones y seremos el foco de sus pensamientos de odio. El mal de ojo no es más que recibir los malos pensamientos de quienes nos quieren mal.

Yeialel, nos cura de ese mal de ojo y lo hace llevándonos a comprender la calidad de nuestros pensamientos. Para que Yeialel actúe en nuestras vidas, es preciso que encuentre en nuestro interior el deseo de restituir el nombre de nuestra familia, el deseo de limpiar todo aquello que no represente los altos valores atesorado por sus ancestros. Pero esta acción, no debe hacerse externamente, llevándonos a actuar como sicarios de un clan familiar, como la familia mafiosa de los “Corleones”. Es en nuestro interior, donde debemos encontrar los argumentos que han de llevarnos a protagonizar un film, un guion, diferente, donde la verdad sea la tierra a conquistar y el amor, nuestra única arma. Entonces, dejaremos de ser víctimas del “mal de ojos” y, si alguna energía fuese dirigida hacia nuestra persona, al no encontrar en nosotros los vacíos internos para recibirla, nos resbalará.

¡Qué la Luz sea contigo!

Si deseas comunicarte con Yeialel, te dejo un enlace donde comparto la Plegaria y Exhorto elaborada, de una manera inspirada, por Kabaleb.


viernes, 6 de julio de 2018

Ángeles Sanadores: Omael-30 y Hahasiah-51

Omael-30 (Dios Paciente) y Hahasiah-51 (Dios Oculto)

Nombres Sagrados: Omael/Avamel (Aleph-Vav-Mem-Aleph-Lamed). Hahasiah (He-He-Shin-Yod-He).

El hecho de estudiar a estos dos Ángeles conjuntamente, responde a la singularidad de que ambos trabajan con las mismas Fuerzas, Hesed y Netzah, con la diferencia de que Omael lo hace activando su orientación hacia el Plano Físico y Hahasiah, lo hace activando su orientación a los Planos Espirituales.

A ambos Ángeles les une un punto en común en sus Programas respectivos: la vocación por la medicina y los éxitos relacionados con su práctica. Sin embargo, tenemos que adelantar, que mientras Omael se especializa en el tratamiento de la enfermedad desde el punto de vista de los efectos, Hahasiah, lo hace desde el punto de vista de las causas. Analicemos las influencias ejercidas por los Séfiras.

Omael pertenece al Coro de los Dominaciones, Ángeles al servicio del Séfira Hesed-Gracia Divina.
Por su vinculación sefirótica con la Esfera de Hesed, donde expresa las  cualidades propias del Séfira Netzah-Belleza, extrae la condición que le permite ser portador de la esencia llamada Multiplicación que nos permite, a partir de la posesión de una semilla, obtener abundantes cosechas.

Hahasiah pertenece al Coro de los Principados, Ángeles al servicio del Séfira Netzah-Belleza.
Por su vinculación sefirótica con la Esfera de Netzah, donde expresa las  cualidades propias del Séfira Hesed-Gracia Divina, extrae la condición que le permite ser portador de la esencia llamada Medicina Universal o Piedra Filosofal, que facilita la comprensión de la obra divina.

Las aportaciones del Ángel Omael, son las siguientes:

·         Paciencia en los avatares y miserias de la vida.
·         Fecundidad en las parejas y normalidad en los partos.
·         La venida al mundo de un alma noble a través de la generación.
·         Éxito en los estudios de medicina, cirugía y química.
·         Actúa contra la tentación de oponerse a la propagación de los seres.

Las aportaciones del Ángel Hahasiah, son las siguientes:

  • Elevar el alma a la contemplación de las cosas divinas.
  • Vocación por la medicina, llevando a descubrimientos maravillosos.
  • El verse conferir una misión redentora.
  • Conocimientos de física y química y revela secretos de la naturaleza.
  • Protege contra los que abusan de la buena fe.
Sin lugar a duda, estamos ante la presencia de dos de los Ángeles más “productivos” y “abundantes” de los 72 Rostros Angélicos. La razón de ello, es que unen sus fuerzas dos Séfiras de la Columna de la Derecha del Árbol Cabalístico, por donde corre la sabia del Amor Divino, el cual, se expresa en Hesed, dando lugar a la Gracia y Bondad Divina y, en Netzah expresándose a través de la Belleza y la Armonía. Diríamos que a través de ese Sendero, circula la Luz del Padre expandiendo Sus Bondades.

Omael emana la esencia de la Multiplicación. Su orientación hacia el mundo material, nos permite distribuir esa “esencia” de modo que todo cuanto emprendamos bajo los efectos de su regencia, llevará ese sello de fecundidad.
Aprovecho para añadir, que este Ángel nos ayudará en la tarea de engendrar vida, de modo, que es recomendable, para las parejas que deseen tener descendencia. Los grados regidos por este Ángel a través de la rueda zodiacal, nos servirán de guía para conocer cuáles son los días más propicios para procrear.

Nos dice el Programa de Omael que favorece el estudio en medicina, en cirugía y en química.
Los tocados por la inspiración de Omael, sentirán una fuerte atracción por el estudio de la medicina desde el punto de vista fisiológica, interesándose por la búsqueda de remedios que curen los efectos derivados de la enfermedad. Es la figura de la medicina tradicional, alopática.

En cambio, Hahasiah, ejerce su influencia en el mismo Sendero que une Hesed y Netzah, pero lo hace en el sentido de retorno, es decir, ya no se orienta a la conquista del mundo material, sino que lo hace orientado hacia el mundo espiritual. Esa es la razón, por la que la atracción por la medicina interese más la sanación empleando métodos orientados a curar las causas que dan origen a la enfermedad.  La Biodescoficación es un claro ejemplo de las influencias ejercidas por Hahasiah.

Ambos Ángeles promueven el interés por el manejo de los componentes químicos. Pero mientras que Omael, dará lugar al perfil del farmacéutico, Hahasiah, favorecerá la figura del homeópata.

En ambos casos, tenemos que indicar que las enfermedades características de esta esfera, llevan el sello del exceso. Cuando no canalizamos adecuadamente las vibraciones de Omael, sentiremos la imperiosa necesidad de saciarnos sin control, llegando a abusar de los alimentos ricos en azúcares. La diabetes y la obesidad, se encuentra entre las enfermedades más comunes. Existe un estado mental que se identifica con la pasividad, el sedentarismo y los excesos.

Cuando son las energías de Hahasiah las que no canalizamos adecuadamente, podemos decir, que el sistema circulatorio se verá afectado. El hígado tiene que hacer frente a un sobreesfuerzo excesivo por el uso abusivo y descontrolado de bebidas alcohólicas y alimentos. Mentalmente, se alimenta un afán desmesurado de poder que lleva a un comportamiento despótico y pendenciero.

La actitud mental positiva que debemos potenciar para que estos Ángeles puedan ayudarnos a sanar, tendrá un denominador común: “la correcta canalización de las emociones”. Omael, debe inspirarnos el noble deseo de ser “fecundos”, de ser “abundantes”, de expandir nuestro amor en el mundo que nos rodea.
Hahasiah, debe inspirarnos el afán por elevar nuestros deseos hacia los temas espirituales; de este modo, se producirá el sublime encuentro con nuestra divinidad interna, de la que hemos permanecido escindido, por haber mantenido la creencia de que estamos separados de nuestro creador. Ese amor por lo trascendente nos llevará a ser benefactores desinteresados para los demás.

¡Qué la Luz sea contigo!

Si deseas comunicarte con Omael y/o Hahasiah, te dejo los  enlaces donde comparto la Plegaria y Exhorto elaborada, de una manera inspirada, por Kabaleb.



jueves, 5 de julio de 2018

Ángeles Sanadores: Sealiah (Motor de todas las cosas)

45. Sealiah (Motor de todas las cosas)

Nombre Sagrado: Samech-Aleph-Lamed-Yod-He.

Sealiah pertenece al Coro de los Virtudes, Ángeles al servicio del Séfira Tiphereth-Equilibrio.
Por su vinculación sefirótica con la Esfera de Tiphereth, donde expresa las  cualidades propias de dicho Séfira, extrae la condición que le permite ser portador de la esencia llamada Motor, que nos permite reanudar la marcha cuando nos hemos atascado en el camino de la vida.

Las aportaciones del Ángel Sealiah, son las siguientes:

·         La confusión de los malvados y orgullosos.
·         El levantamiento de los humillados y degradados.
·         Restablece la salud y produce una explosión de vida.
·         Facilidad en el aprendizaje de cualquier cosa.
·         El equilibrio en la atmósfera.

El Centro Tiphereth, está representado a nivel planetario por el astro rey, el Sol. Dicho planeta es el arquetipo que identifica el estado de la Luz, y como consecuencia de ello, de la salud, la alegría, la felicidad, la generosidad, de todas las cualidades anímicas y espirituales características de una Conciencia Plena y Una.

Si prestamos atención a la posición de Tiphereth en el Árbol, observamos que se sitúa en el “corazón” del mismo, aportando la idea de equilibrio. Desde Kether-Padre-Voluntad-Unidad, podemos ver como se comunica con Tiphereth por el Sendero Central, lo que le permite comunicar al Centro de la Conciencia la Voluntad de Padre, esto es, el Programa que debemos realizar en nuestra andadura espiritual. No en vano, en Astrología, es el estudio del Sol, el que nos indicará cuál es nuestra labor espiritual en la presente encarnación. Nos indica cuál es la lección que debemos integrar en nuestra conciencia para avanzar en nuestro crecimiento espiritual.

Si Kether es Luz, ese “principio inteligible” penetrará en Tiphereth permitiéndonos tener la visión interna de lo que debemos hacer. Tendremos la “corazonada”, esa voz tan peculiar e inspiradora, que nos permitirá reconocer lo que debemos hacer. Si permitimos que esa Luz no se vea enturbiada por nuestros deseos, todo en nuestro ser, desprenderá los valores que hemos mencionado, es decir, tendremos un comportamiento equilibrado y nuestro vehículo físico, dará muestra de ese estado, en forma de salud y plenitud.

Cuando nuestra conciencia responde a los latidos de Sealiah, nuestra Voluntad se verá activada y, sentiremos en nuestro interior una “fuerza” que nos permitirá salir de todas las situaciones que nos mantenga prisioneros de la apatía y del abandono. Cuando la voz de Sealiah se deja oír en nuestra conciencia, veremos con total nitidez lo que debemos hacer;  identificaremos las energías que nos mantienen en la oscuridad y la exaltación de la conciencia nos llevará a “quemar” los falsos valores con los que nos hallamos podido identificar.

Los estudios realizado por la Biodescodificación, nos revela que los problemas de “territorio” se ven reflejado en problemas del corazón. En este sentido, la vinculación del Sol, está estrechamente relacionado con esta dinámica, ya que, cuando nuestra conciencia se ve exaltada, puede llevarnos a dar muestra de un exceso de protagonismo y a un orgullo desmedido. El papel del Sol nos lleva a adquirir una identidad y cuando esta lección se ve alterada por el exceso de nuestras emociones, da lugar a problemas que se reflejan en nuestro corazón.
Sealiah nos ayudará, si nos dirigimos a Él, para que nuestro sentido del Yo sea equilibrado y armonioso.

Nos refiere Kabaleb, respecto a este Ángel: “Son varios los genios que se ocupan de la salud, pero de todos ellos, Sealiah puede ser considerado como el más eficaz, por ser el representante genuino de Tiphereth, el Séfira que rige el corazón, que es el motor del organismo y el que asegura la salud mediante la buena distribución del riego sanguíneo. Para las curaciones, conviene pues invocar el nombre de Sealiah, y para la iniciación de una cura escogeremos los días y las horas de este genio, procurando comenzar la cura cuando la nueva Luna caiga en la Casa VI del paciente, e intensificando la actuación mediante plegarias y plantas medicinales cuando la Luna se encuentre en la Casa X de la VI (empleando el sistema de Casas derivadas).
Los nacidos en los grados regidos por Sealiah han de ser portadores de buena salud y actuarán como talismanes para las personas enfermas”.

Podemos resumir que la cualidad más importante de este Ángel, es permitirnos descubrir en nuestra conciencia al Yo Divino, a reconocernos Hijos de Dios, lo que nos permitirá desligarnos de la conciencia egóica, que nos mantenía identificado con el cuerpo físico y con el mundo material.

¿Motor?

Todos estaremos de acuerdo al afirmar que el corazón es el motor del organismo físico, el que le permite la vida.
A nivel espiritual, ese motor es la conciencia. Si no tenemos conciencia, si no tenemos una identidad, si no sabemos quiénes somos, ni cuál es nuestra labor, entonces permaneceremos “dormidos”, inconscientes y protagonizaremos situaciones caóticas, cuyo propósito no será otro que provocar nuestro despertar.

Sealiah es el “motor” que nos dará fuerzas para seguir siempre hacia delante, para salir de las situaciones estancadas, para vencer nuestras debilidades, para superar nuestras enfermedades.
Tomar conciencia de lo que se mantiene prisionero en nuestro inconsciente, es la labor principal de la curación. Hasta que no seamos un Ser Pleno e integremos las dualidad, no conseguiremos alcanzar el estado saludable que pone de manifiesto que hemos establecido en nuestra conciencia la Luz

¡Qué la Luz sea contigo!

Si deseas comunicarte con Sealiah, te dejo un enlace donde comparto la Plegaria y Exhorto elaborada, de una manera inspirada, por Kabaleb.

miércoles, 4 de julio de 2018

Ángeles Sanadores: Ieiazel (Dios que regocija)

40. Ieiazel (Dios que regocija)

Nombre Sagrado: Yod-Yod-Zain-Aleph-Lamed.

Ieiazel pertenece al Coro de los Potencias, Ángeles al servicio del Séfira Gueburah-Justicia.
Por su vinculación sefirótica con la Esfera de Gueburah, donde expresa las  cualidades de Yesod-Fundamento-Cristalización, extrae la condición que le permite ser portador de la esencia llamada Consuelo o Regocijo. Nos comenta Kabaleb: “No se trata del consuelo que se tiene contra lo inevitable de un mal, sino del consuelo que se obtiene cuando algo muy esperado se cumple y nuestra alma se regocija porque los esfuerzos desplegados han dado el resultado anhelado.”

Las aportaciones del Ángel Ieiazel, son las siguientes:

·         Los escritores pueden invocarle para ver editada su obra.
·         La liberación de los prisioneros.
·         Consuelo en los avatares y que los enemigos nos dejen en paz.
·         Amor por la lectura y el estudio de las ciencias.
·         Protección contra los pensamientos sombríos y el desinterés por todo.

Ya hemos tenido ocasión de referirnos a las funciones de Gueburah, cuando hemos estudiado al Ángel Rehael, y hemos visto que su papel estelar le lleva a ser el Centro de Conciencia que nos lleva a la rectitud, a la rectificación, a la reparación y corrección de los errores ocasionados en el uso y manejo de las emociones. Podemos decir, que cuando actuamos en la esfera de Gueburah-Marte, rectificamos nuestro camino y recuperamos el rumbo correcto que nos ha de llevar al recuentro con nuestra divinidad interna.
Gueburah, nos lleva a recuperar la salud a través de una ardua labor interna, donde el trabajo principal se centra en poner orden en nuestro mundo emocional, el verdadero causante de la enfermedad.

De igual modo, al estudiar al Ángel Vasariah, tuvimos ocasión de conocer el funcionamiento del Séfira Yesod, del cual decíamos, que realiza funciones de “espejo”, lo que le permitía actuar reflejando las características propias del resto de los Séfiras. Con Yesod, el impulso emanado por distintos Centros, alcanza la hora de los dolores del parto, esto es, la fase previa a la fase de materialización. Esas energías se convierten en Yesod en imágenes internas, permitiéndole tener una visión anticipada de lo que será una vez alcance el nivel físico.

Por lo tanto, en Ieiazel se da cita el ciclo final del proceso redentor, rectificador, purificador. No se trata de un logro a la ligera, sino del resultado de un laborioso trabajo realizado sobre nuestra naturaleza interna, con el único propósito de recuperar nuestra inocencia perdida, nuestro estado de plenitud paradisiaca.

No es casual que Ieiazel represente el Ángel número 40 y que al mismo tiempo, su Progama Espiritual lo lleve a ser portador de la Esencia llamada “Consuelo”.

¿Cuál es la verdadera trascendencia de este número? ¿Tendrá algo que ver con los cristianos de la actualidad?, ¿Afectará la vida de un cristiano en su evolución espiritual?

La Biblia es un texto sagrado que está lleno de números y asigna a estos un significado simbólico. Existe en sus páginas un número que está íntimamente ligado al mundo material, principalmente al  ser humano y a su evolución espiritual, este número es el 40. Se dice que está asociado con la penitencia, pero para ser bíblicamente exactos diremos que se asocia con la purificación y el aprendizaje vía disciplina lo cual puede dar lugar a un crecimiento espiritual o bien, a ruina y alejamiento de Dios. Este número se repite muchas veces en las circunstancias más variopintas posibles, pero cada ocasión que se menciona entraña una gran enseñanza para nosotros. Veamos algunos ejemplos bíblicos que nos pueden iluminar al respecto.

La primera mención bíblica trascendente de esta cifra es la registrada en  Génesis 7:3, 4  leemos: “4 Porque dentro de solo siete días más voy a hacer que llueva sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y ciertamente borraré de sobre la superficie del suelo toda cosa existente que he hecho”.

Los hijos celestiales de Dios que no guardaron su posición original, bajaron a la Tierra y al unirse carnalmente  con las hijas de los hombres, engendraron una raza hibrida que no solo imitaron el apostata ejemplo de sus padres sino que fueron más allá. La tierra se hallaba sumida en un verdadero caos  debido al derramamiento de sangre que los nefilim habían causado, la sangre de los inocentes “clamaba” hacia Jehová en busca de justicia. Los nefilim junto con sus demoniacos padres tenían diezmado y subyugado al género humano. Los descendientes de Adán, habían entrado en complicidad con los ángeles rebeldes y juntas, estas tres razas, ángeles, nefilim y humanos, emprendieron tal derrotero que forzaron la mano de Dios, quien envió el Diluvio a fin de limpiar la superficie del suelo de toda aquella maldad. La Tierra y todo lo que la habitaba entraron en un periodo de purificación, 40 días y 40 noches de intensa lluvia bastaron para borrar de la faz de la tierra cualquier vestigio del mal.

Cuarenta días depurativos de intensa precipitación  pluvial hicieron que la Tierra no solo se librara de la maldad que en ella habitaba, sino que la transformó por completo  pues su geografía se vio seriamente afectada, se levantaron montañas en donde antes había valles y se hundieron las montañas existentes dejando profundos cañones y amplios valles y desiertos tras de sí. El ángulo de inclinación de la Tierra se vio alterado algunos grados lo cual trajo como consecuencia  los distintos climas que conocemos hoy en día. Hasta antes del Diluvio, Dios regaba la tierra por medio de un rocío matinal, sin embargo, después  el orbe conoció  las lluvias, monzones, tifones, relámpagos, truenos, etc. Procesos hasta antes desconocidos como la fermentación,  fueron posibles gracias a que la capa de agua que a modo de pantalla resguardaba la Tierra de los rayos solares perjudiciales para la vida había desparecido, o más bien, se había precipitado hacia abajo inundando el planeta y dejándolo desprotegido.  Debido a la influencia de la radiación perjudicial solar, la vida del ser humano se degrado más rápidamente, lo cual acelero su condena de muerte.

Para la Tierra y el género humano, el numero 40 significó purificación y esto fue del agrado de Jehová, en Génesis 8:21  leemos: “21 Y Jehová empezó a oler un olor conducente a descanso.”

La vida de Moises bien puede ser dividida en tres partes de 40 años cada una. Durante los primeros 40 años se identificó con los valores mundanos. Al término de estos cuarenta años aprendió sus incapacidades y limitaciones, aprendió a depender en todo de Jehová.
Pero a partir de los siguientes 40, se entregó al servicio de Dios: La biblia dice que  “30 cuando se cumplieron cuarenta años, se le apareció un ángel en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza… 36 Este hombre los sacó después de efectuar portentos presagiosos y señales en Egipto y en el mar Rojo y en el desierto por cuarenta años (Hechos 7:29-36).

A sus 80 años, estaba listo para servir a Dios. Durante los últimos cuarenta años de su vida su fe se cristalizó a tal grado que disfruto de dos privilegios  exclusivos de su persona, por un lado Jehová le permitió ver “parte de su espalda” cosa que a ningún ser humano aparte de él se le ha otorgado (Éxodo 33:23) y por otro lado, era tal  el grado de intimidad que tenía con Dios que éste le transmitía la ley “boca a boca”.

El registro bíblico nos indica de dos personas que con toda seguridad ayunaron por un periodo de 40 días y noches de manera consecutiva, Moisés y Jesús.  El registro también nos dice que Moisés lo hizo en dos ocasiones consecutivas, solos con intercalo de un par de días entre cada ocasión. Se menciona en la Biblia a una tercera persona la cual aparentemente también ayuno por 40 días, Elías, aunque el relato no es tan prístino, parece ser que si lo sugiere.

Los ayunos bíblicos tenían dos objetivos, penitencia o santificación. La verdadera  santificación y la verdadera penitencia vienen por medio de despreciar en nuestro corazón y desechar todas y cada una de las practicas que envilecen nuestro ser y al mismo tiempo potenciar las cualidades que exalten nuestra naturaleza espiritual, tales como el amor, la misericordia, la generosidad.

El numero 40 está ligado a periodos de prueba tanto a nivel individual como a nivel colectivo, así fue en el caso de los diferentes pueblos que convivieron con el pueblo de Israel, así como al propio pueblo de Dios. Por ejemplo a Israel se le probo su fe por un periodo de 40 días mientras los 12 espías revisaban la tierra prometida (Números 13:25). La impaciencia y falta de fe,  hizo que Dios decidiera castigarlos durante 40 años de vagar por el desierto  y exterminar así a la generación adulta, aquellos que habían sido testigos del poder Divino y de su cuidado amoroso y sin embargo cedieron a la duda y al temor al hombre. Esta penitencia de 40 años cumplió además otro propósito, preparó físicamente a los jóvenes israelitas para la difícil prueba que sería tomar la tierra de Canaán, esto se logró a través de una alimentación especial que Dios proporciono a su pueblo por todo el tiempo de vagar por el desierto, a saber, el mana (Números 14:33, 34; 32:12, 13; Deuteronomio 2:7; Éxodo 16:34, 35). 
En épocas posteriores de la historia de Israel se vieron periodos de 40 años en donde dependiendo del obrar del pueblo, o recibían paz de parte de Dios o se les daba en mano de sus enemigos por periodos de 40 años (Jueces 3:11; 13:1).

Naciones enemigas del pueblo de Dios también recibieron su oportunidad de cambiar. A Nínive solo le bastaron 40 días para volver su corazón a buscar a Dios  (Jonás 3:3, 4), pero Egipto necesito reprimenda de 40 años y ni así buscó a Jehová (Ezequiel 29:8-16).

El 40 aunque puede ser un periodo de disciplina, conserva la dignidad de las personas. En su ley Jehová prescribía que se azotara a ciertos malhechores con cuarenta varazos, algo que ciertamente grabaría en su mente lo errado de su proceder, pero aún en esos casos Jehová se preocupaba por la dignidad del individuo, veamos: “Con cuarenta varazos podrá golpearlo. No debe añadir ninguno, por temor de que continúe golpeándolo con muchos varazos además de estos y tu hermano realmente quede deshonrado a tus ojos (Deuteronomio 25:2, 3).”

¿De qué depende que el  40 signifique vida y trascendencia o muerte y decadencia?
Leamos con atención Deuteronomio 8:2-5  “Y tienes que acordarte de todo el camino que Jehová tu Dios te hizo andar estos cuarenta años en el desierto, a fin de humillarte, de ponerte a prueba para saber lo que estaba en tu corazón, en cuanto a si guardarías sus mandamientos o no. 3 De modo que te humilló y te dejó padecer hambre y te alimentó con el maná, que ni tú habías conocido ni tus padres habían conocido; para hacerte saber que no solo de pan vive el hombre, sino que de toda expresión de la boca de Jehová vive el hombre. 4 Tu manto no se desgastó sobre ti, ni se te hinchó el pie estos cuarenta años. 5 Y bien sabes tú con tu propio corazón que tal como un hombre corrige a su hijo, Jehová tu Dios iba corrigiéndote.
El resultado de estos periodo de prueba dependía única y exclusivamente del corazón del individuo o de los pueblos según fuese el caso y  según Jesús, el corazón  es la fuente de todas nuestras acciones (Mateo 15:17-20).

Existen otras dos menciones bíblicas importantísimas del número 40. Ellas son las medidas del Templo (Ezequiel 41:1-4) y el periodo de 40 días  que Jesús utilizo para fortalecer a sus discípulos después de su resurrección (Hechos 1:3).

Desde el punto de vista cabalístico, el número 40 está bajo la tutela de Jehová, el aspecto Legislador de la Divinidad, el Rostro encargado de instituir las Leyes Cósmicas. 40 = 4 x 10. O lo que es lo mismo, las cuatro fases del Proceso Creador que nos lleva a la Perfección (Yod-He-Va-He), multiplicado por los Diez Séfiras del Árbol Cabalístico, donde se recoge el Esquema Cósmico de los Centros de Conciencia con los que se expresa la Divinidad.
40 son los peldaños que nos separan para alcanzar la Perfección de la Conciencia que nos permitirá comunicarnos conscientemente con la Divinidad.

¿Consuelo o Regocijo?

Decíamos que el “consuelo” que nos aporta el Ángel Ieiazel, se refería a la certeza de haber logrado realizar una gran labor sobre nuestra naturaleza interna. Hemos superado, las malas cualidades del cuerpo y del alma; hemos rectificado lo torcido de nuestras vidas; hemos expulsado de nuestro interior, de nuestras emociones, a los “enemigos internos” que nos mantenían prisionero de los falsos valores y de los principios erróneos. Ese es el antídoto que nos suministra Ieiazel, nos inspira para que seamos un ser renovado. Sólo entonces, atraeremos las fuerzas curativas de la que es portador.
Esta actitud nos dispensa el sentimiento de regocijo interno. Sabemos que tenemos el poder de reconducir nuestras vidas; el poder de elegir actuar con amor y dejar el viejo lastre de sentimientos egoístas.

¡Qué la Luz sea contigo!

Si deseas comunicarte con Ieiazel, te dejo un enlace donde comparto la Plegaria y Exhorto elaborada, de una manera inspirada, por Kabaleb.



martes, 3 de julio de 2018

Ángeles Sanadores: Rehael (Dios que recibe a los pecadores)

39. Rehael (Dios que recibe a los pecadores)

Nombre Sagrado: Reish-He-Ayn-Aleph-Lamed.

Rehael pertenece al Coro de los Potencias, Ángeles al servicio del Séfira Gueburah-Justicia.
Por su vinculación sefirótica con la Esfera de Gueburah, donde expresa las  cualidades de Hod-Mercurio-Razón, extrae la condición que le permite ser portador de la esencia llamada Sumisión Filial.

Las aportaciones del Ángel Rehael, son las siguientes:

  • Curación de enfermedades y misericordia de Dios.
  • Amor y entendimiento entre padres e hijos, la obediencia y el respeto.
  • Longevidad; vida larga y llena de realizaciones.
  • La conservación de la salud.
  • Protege contra los impulsos crueles, infanticidios y parricidios.

Comencemos analizando la Fuerza predominante en este Ángel, la aportada por Gueburah-Marte. Este Centro de Conciencia tiene dos funciones muy importantes y, ambas trabajan para  un mismo fin, enseñarnos a comportarnos con orden y rectitud.
Cuando Gueburah trabaja para Binah, su inmediato superior, se convierte en el “guardián de la ley”. Ese rostro de Gueburah nos aportará las “armas” necesarias para que nuestro impulso emocional sea constructivo y ejemplar.

El otro papel ejemplar de Gueburah, aparece cuando nuestros actos comenten excesos y no respetamos las Leyes Cósmica. En este sentido, Gueburah se muestra con su rostro riguroso, y su fin último, es llevar a la conciencia el sentido de la Justicia, es decir, darnos a conocer que nuestro comportamiento ha sido un error y debe ser corregido.
Por lo tanto, resumir que Gueburah no se andará por las ramas y, si en el uso de nuestras emociones y deseos nos hemos excedidos, generando división, dolor o caos, podemos tener muy claro que Gueburah desplegará a sus “ejércitos”, a sus “cirujanos” para derrotar a las fuerzas rebeldes y limpiar el mal que infecta nuestras heridas.

Por otro lado, nos encontramos con la presencia de Hod-Mercurio-Razón. Este Séfira se sitúa en el Plano de Formación y se especializa en el trabajo de interiorización de la energía mental, llevándonos a la verdad a través de la observación y el estudio.
Hod, nos prepara para que comprendamos los Misterios de la Obra Divina y para ello, nos induce a razonar en busca de la verdad.

Si la relación de ambas fuerzas es armoniosa, podemos esperar que el motor impulsor que nos lleva a actuar emocionalmente con rectitud (Gueburah), consiga hacer llegar su mensaje con nitidez al Pensamiento (Hod), de tal modo que le aportará la motivación necesaria para que establezca como verdad, lo que sus emociones a considerado como recto.
Esa relación armoniosa, propiciará que se adopte la creencia de cómo debemos comportarnos de modo correcto en el uso de las emociones.
La persona que integre armoniosamente ambas fuerzas, será un experto en la comprensión del complejo mundo emocional. Tendrá aptitudes para la psicología, la psiquiatría y todas las técnicas y metodologías que estén relacionadas con el dominio de las emociones.

Podemos concluir, que la curación que nos aporta el Ángel Rehael tratará sobre la especialidad de los conflictos mentales. Dichos trastornos vendrán derivados de una mala relación entre Gueburah y Hod, entre las emociones y la mente. Ocurrirá que desde la estancia superior, representada por Gueburah, se desprenderá una instrucción errónea sobre la asimilación de las emociones, la cual alcanzará el nivel regido por Hod, la mente y la inducirá a establecer como verdad, el error distorsionado por el uso incorrecto de dichas emociones.
Si en nuestros deseos impera el sentimiento de la separación, de la división, del egoísmo, cuando éstos lleguen a nuestro pensamiento, éste, le dará el visto bueno, llevándonos a comportarnos y a defender como bueno, la división y el egoísmo.
La confusión del mundo emocional, alterará el mundo de la razón, generando demencia y trastornos psicológicos.


¿Sumisión Filial?

Para comprender el significado de la Esencia que se desprende de Rehael, la Sumisión Filial, es preciso que nos traslademos al Esquema del Árbol Cabalístico y situemos a los Séfiras en su orden establecido.
Si así lo hacemos, diremos que la figura del Padre, la ostenta el Centro Kether. El Séfira que le secunda en el sentido descendente, esto es, dirección a Malkuth, es Hochmah, por lo que se establece que dicho Séfira es el Hijo Legítimo del Padre-Kether. Pero, igualmente, podemos decir, que si establecemos la relación que existe entre los Séfiras por Columnas, diremos que si el Padre es Kether, su Hijo inmediato será Tiphereth. Y este sentido, cuando se analiza el significado de dicha relación, extraemos un profundo significado espiritual.

Bien, siguiendo este método de relación, si lo aplicamos a las Fuerzas que se dan cita en Rehael, Gueburah-Hod, veremos que ambos están estrechamente relacionados pues, Gueburah ejerce como Padre de Hod, al estar este último debajo del primero.

Hablamos pues de Sumisión Filial, cuando el mandato de Gueburah es aceptado con obediencia y respeto por su “hijo” Hod, es decir, cuando la rectitud emocional  se convierte en creencia, llevándonos a actuar en nuestra vida, con orden.

Pero ya hemos visto, anteriormente, que cuando las emociones se muestran distorsionadas, el “hijo”, las rechazará, las bloqueará pues, no se ajusta a su manera de ver las cosas; también puede ocurrir, que ese “hijo”, se deje influenciar por el caos propiciado por su Padre (emoción), entonces, dará lugar a una mente caótica, enferma y peligrosa.

Recoge Kabaleb a este respecto, lo siguiente: “cuando Mercurio se desliga de Marte y va por su cuenta, es portador de desorden, y ese desorden se institucionalizará en nuestra psique, impidiendo el buen funcionamiento de la mente, alentando ese deseo de matar al padre. Muchos de los enfermos psíquicos que pueblan nuestros sanatorios mentales han llegado a ellos debido a un conflicto con el padre, a una falta de respeto y consideración hacia sus progenitores. De un modo general, podemos decir que la insumisión hacia el padre es una vía que conduce a la locura o a trastornos psíquicos más o menos graves como las depresiones, angustias, complejos, esquizofrenia, etc”.

¡Qué la Luz sea contigo!

Si deseas comunicarte con Rehael, te dejo un enlace donde comparto la Plegaria y Exhorto elaborada, de una manera inspirada, por Kabaleb.

lunes, 2 de julio de 2018

Ángeles Sanadores: Vasariah (Dios Justo)

32. Vasariah (Dios justo)

Nombre Sagrado: Vav-Shin-Reish-Yod-He.

Vasariah pertenece al Coro de los Dominaciones, Ángeles al servicio del Séfira Hesed-Gracia Divina.
Por su vinculación sefirótica con la Esfera de Hesed, donde expresa las  cualidades de Yesod-Luna-Fundamento, extrae la condición que le permite ser portador de la esencia llamada Clemencia, cualidad que formará parte de la expresión de nuestro Poder Emocional.

Las aportaciones del Ángel Vasariah, son las siguientes:

  • Socorro contra los que nos atacan en justicia.
  • Ayuda del Rey y gracia en los recursos que se dirigen al poder.
  • Facilidades en lo relacionado con la justicia y la nobleza.
  • Una buena memoria, facilidad de palabra, amabilidad y modestia.
  • Combate las malas cualidades de cuerpo y de alma.
Si analizamos las características de los Centros que intervienen en la Fuerza Angélica llamada Seheiah, comprenderemos las cualidades que le han sido asignadas.

Al igual que ocurría con el Ángel Seheiah, analizado en el capítulo anterior, Vasariah, ejerce su hegemonía en la Esfera de Hesed, que como ya vimos representa la Gracia Divina.
Advertíamos, al referirnos a Hesed como el fruto de la Voluntad Emanada por Kether, que dicho Séfira nos llevaba a sentirnos poseedores de un inmenso Poder. Fue ese estímulo el que nos llevó a despertar a la individualidad y a identificarnos con el aspecto material del Yo.
A partir de ese momento, nuestro Hesed interno, nos impulsa a imitar a nuestro creador, pero lo hace desde la percepción del ego o yo material, y mientras que la labor creadora de Jehová, se basaba en el cumplimiento de las Leyes Cósmicas Yod-He-Vav-He; la labor creadora del hombre individualizado se basaba en el cumplimiento de la voz de sus emociones: Yo Deseo.

Ya hemos referido, no vamos a extendernos en ello, que el proceso de toma de conciencia individual de la humanidad, dio lugar a fabricar un estado de conciencia separado de la divinidad. En el proceso de aprendizaje, el Amor fue sustituido por el Rigor. La Paz fue sustituida por la culpa y la salud por la enfermedad.

A primera vista, cuando nos acercamos a las cualidades del Programa de este Ángel, podemos pensar que no tiene atribuciones que lo relacione con la curación. Pero no es así. Debemos prestar atención a la esencia que de destila de la labor conjunta de Hesed-Yesod.

La clave nos la aporta las cualidades de Yesod, que situándose en la antesala del Mundo Manterial, se convierte en la matrona cósmica, con capacidad para “parir” el contenido que los demás Séfiras le han transmitido. Yesod, aporta a la Obra, la capacidad cristalizadora para que ésta adquiera una forma tangible. Este centro se especializa en crear la “imagen” de lo que va a manifestarse a niveles materiales. Actúa como un espejo, reflejando las cualidades de los demás Centros.
En este caso, nos refleja las cualidades de Hesed-Gracia Divina. Dicha cualidad ha ido descendiendo a través de los demás Séfiras y al llegar a la Esfera de Yesod-Formación, adopta el aspecto de Clemencia.
Podemos decir, que esta cualidad del alma, es un atributo propio del Poder heredado de la Divinidad. Nos sentimos portadores del Fuego (Kether) y hemos permitido que esa Espíritu de Unidad penetre e ilumine nuestras emociones. Se produce una exaltación de la naturaleza emotiva y sentimos el anhelo de llevar la Gracia Divina hasta sus últimas consecuencias, hacia los asuntos mundanos, donde Hesed adopta el rostro de la Justicia.

¿Pero qué ocurre, si nuestro Hesed ha ahogado en sus Aguas internas la Luz-Fuego del que es portador?

Yesod reflejará un rostro engreído, vehemente, arrogante, abusivo, presuntuoso, materialista, un rostro que expresará las malas cualidades del cuerpo y del alma, pues sus excesos, le llevará al agotamiento y al desgaste de las energías vitales.

Es ahí donde interviene Vasariah, aportando la cualidad esencial de la Clemencia. ¿Pues acaso, la enfermedad no es el efecto causado por la violación de las Leyes Cósmicas?

Cuando cometemos excesos, nuestra conciencia, generalmente, nos lleva a un estado de culpabilidad, pues reconocemos los efectos de nuestros actos y nos arrepentimos de ellos. Puede ocurrir, de hecho ocurre, que el peso de la culpa sea tan grande que nos mantenga en un estado de precariedad anímica, llevándonos a creer que somos merecedores del castigo. No hay que olvidar que Hesed-Júpiter lo hace todo a lo grande, para lo bueno, como para lo menos bueno.

La Clemencia, cuando somos juzgados, externamente o internamente, es el antídoto para salir de esa situación de precariedad. Si nos fijamos en la aplicación de esta cualidad a niveles sociales, reconoceremos que brilla por su ausencia. A niveles internos, ocurre igual. Nos cuesta aplicarnos clemencia, cuando somos víctimas de nuestro propio rigor.

Vasariah actúa especialmente en aquellas personas que se entregan en el desarrollo de su espiritualidad. Desarrollan un elevado sentido de la perfección. Se dejan guiar por el idealismo, por sus elevadas aspiraciones. Ocurre, que cuando no están a la altura de sus expectativas espirituales, se autocastigan y favorece la aparición de la enfermedad.
Es importante que estas personas aprendan a ser Clementes consigo mismo. Cuando lo consiguen, aprenden a ser mucho más justos y sus cuerpos se lo agradece.

¿Clemencia?

La Clemencia se la atribuye, generalmente, a la aplicación de la Justicia. Habría que preguntarse qué es ser “Justo”. Desde el punto de vista espiritual, “hacer justicia”, significa permitir que un impulso determinado alcance su estadio de plena plasmación en el mundo material. Esa es la aportación de Yesod: cristalizar los impulsos emanados del resto de los Centros.
Debemos reflexionar detenidamente sobre este aspecto, pues podemos caer en la cuenta, de que no somos justos con nosotros mismos pues, nos dedicamos a emprender iniciativas y las abandonamos a la primera de cambio, cuando ya estamos abordando una nueva.
Este sentido de “hacer justicia” lo podemos aplicar a todos los aspectos de nuestra vida, el mental, el emocional y el físico.
Preguntémonos, ¿culminamos nuestros proyectos mentales? ¿Somos fieles a nuestros compromisos emocionales? ¿Somos responsables de nuestros actos?
Un triple Sí, nos situaría en la condición de “hombres justos”. Lo contrario, nos lleva a ser conscientes de nuestra propia injusticia y, si en nuestro interior no existe justicia, ¿cómo podemos encontrarla fuera? ¿Cómo podemos juzgar al mundo de injusto?

Es el momento de dar un paso hacia delante y abordar la justicia en su plenitud. Debemos recordar siempre, que es preferible completar el ciclo, es decir, “hacer justicia” a nuestras iniciativas pues, si al final comprobamos que nos hemos equivocado, para eso está la Clemencia, para perdonarnos e iniciar un nuevo camino.

¡Qué la Luz sea contigo!

Si deseas comunicarte con Vasariah, te dejo un enlace donde comparto la Plegaria y Exhorto elaborada, de una manera inspirada, por Kabaleb.