domingo, 31 de diciembre de 2023

12 Campanadas, 12 Uvas, 12 Deseos…

Hoy, mientras me encontraba reflexionando sobre el significado de la celebración de la nochevieja, me sorprendí preguntándome sobre la costumbre arraigada de celebrar la entrada del nuevo año, comiendo uvas.

Para mí, la uva, es la evocación del amor. Tiene sus mismos efectos. En estado natural es dulce y jugoso. En su estado fermentado, nos puede hacer enloquecer.

Las propiedades del fruto de la vid son muy beneficiosas para la salud, especialmente, fluidifica la circulación de la sangre y la sangre es la vida.

Mientras reflexionaba, me fueron llegando algunas ideas a las que no había prestado atención con anterioridad. La imagen de un racimo de uvas, me aportaba una valiosa información. A diferencia de otros frutos, que se mostraban individualmente, la uva lo hace en racimos, o lo que es lo mismo, en grupos. Me pregunté, ¿tendría alguna relación esta manera de manifestarse con el arquetipo astrológico que representa a los grupos? ¿tendría alguna relación la uva con el signo de Acuario?

No tardó en llegarme más información. La uva necesita del Sol para su crecimiento. La calidad de su jugo depende mucho de las condiciones ambientales que le facilite el astro rey. El Sol es el regente de Leo, y este signo es precisamente el opuesto a Acuario. Leo es el Amor como Principio, como Ideal; Acuario es la capacidad de comprender y de compartir, a través de las relaciones, ese Amor. Ambos signos se complementan para que la esencia del Amor fluya con fluidez en las vidas de los hombres.

¡Vaya!, es el mismo efecto que produce la uva en el organismo físico, facilitando la circulación de la sangre y la expresión de la vida.

Hasta hoy, desconocía el origen de la tradición de comer uva para recibir el nuevo año. He indagado en la red y he encontrado algunas referencias que ahora os comparto. Independientemente, de la veracidad de su historia, estoy seguro de que es muy acertada la iniciativa de utilizar este fruto para expresar nuestros mejores deseos. ¿Conocéis una manera mejor de hacerlo que alimentándonos de la Esencia del Amor?

Referencia Histórica (Wikipedia).

El 2 de enero de 1894 "El siglo futuro" incluye un artículo del día anterior de El imparcial titulado "las uvas bienhechoras" en el que se habla de la costumbre "importada de Francia, pero ha adquirido entre nosotros carta de naturaleza".

El 2 de enero de 1894 en El Correo Militar: "La imperecedera costumbre de comer las uvas al oír sonar la primera campanada de las doce, tenía reunidas en fraternal coloquio a infinidad de familias, y todos a coro gritaron: ¡Un año más!".

En la Nochevieja de 1895 aparece una referencia escrita sobre las doce uvas, en esta fecha fue el Presidente del Consejo de Ministros quien despidió el año 1895 con uvas y champán.

El origen de la tradición de comer las uvas tiene un precedente: un bando municipal del alcalde de Madrid, José Abascal y Carredano, de diciembre de 1882, por el que se imponía una cuota de 1 duro (cinco pesetas) a todos los que quisieran salir a recibir a los Reyes Magos. Esta tradición servía para ridiculizar a algunos forasteros que llegaban esos días y a quienes se les hacía creer que había que ir a buscar a los Reyes Magos la madrugada del 5 de enero; se utilizaba, además, para beber y hacer cuanto ruido se quisiera. Con este bando José Abascal privó a los madrileños de la posibilidad de disfrutar de un día de fiesta en donde se permitiese casi todo. Esto, junto a la costumbre de las familias acomodadas de tomar uvas y champán en la cena de Nochevieja, provocó que un grupo de madrileños decidieran ironizar la costumbre burguesa, acudiendo a la Puerta del Sol a tomar las uvas al son de las campanadas. Estos son los antecedentes que dieron lugar a esta costumbre.

El inicio de esta tradición española no comienza en 1909, como se cree, sino, al menos, en diciembre de 1896 en la Puerta del Sol madrileña.

La prensa madrileña ya comentaba en enero de 1897: "Es costumbre madrileña comer doce uvas al dar las doce horas en el reloj que separa el año saliente del entrante". Al año siguiente la prensa animaba a esta tradición con un artículo titulado "Las Uvas milagrosas".

La tradición marca tomar las doce uvas a los pies del reloj de la Puerta del Sol, pero esta tradición provocó tanto interés que ya en 1903 las uvas también se comían en Tenerife y poco a poco se fue ampliando al resto de España, aunque la tradición marca que deben tomarse en la Puerta del Sol.

La prensa de 1907 se queja de que esta tradición, supuestamente importada por los aristócratas de Francia o Alemania, se haya arraigado tanto en la sociedad y la clase más baja la haya adoptado cuando en sus primeros años se burlaba de esto.

Esta tradición ya se conoce en toda España en 1903, aunque no será hasta años después que se extienda a todo el territorio nacional.

Aunque queda claro que la tradición, documentada desde diciembre de 1897, algunos la retraen a 1880, pero sentando en diciembre de 1896, el inicio cierto de la tradición de comer doce uvas al compás de las doce campanadas del reloj de la Puerta del Sol.

En 1909, agricultores levantinos de Almería, Murcia y Alicante, encontrándose en ese año con excedente de uva y con objeto de sacar al mercado la producción, lograron popularizar la costumbre y darle el impulso definitivo que, desde entonces, acabaría por convertirla en consolidada tradición.

Referencias de los Libros Sagrados.

LA VID Y EL VINO EN LA BIBLIA (C. Somalo)

Noé, según cuenta el Génesis, se dedicó a la agricultura y fue el primero que plantó una viña, pero cuando bebió vino se embriagó y quedó tendido y desnudo en medio de su carpa. El Libro repudia la embriaguez en numerosos pasajes pero no la alegría producida por el vino. Cuentan los eruditos que el jugo de la uva es sujeto de especial alabanza en la Biblia. El vino y los viñedos aparecen profusamente a lo largo de la Biblia en lugares históricos, en referentes de personajes y en toda suerte de metáforas. La embriaguez de Noé y de Lot, la viña de Nabot, en el Cantar de los Cantares (‘Tus caricias son mejores que el vino’)…

El vino se ha usado en en circunstancias ordinarias como el Shabat y en otras extraordinarias con el Pesaj, con un sentido religioso y sacralizado y en otras menos trascedentes como un simple brindis. La tradición establece un brindis con vino pronunciando como deseo de unos a otros conocido como Le-hayyim , un brindis ‘Por la vida’ (Salud) cargado de simbolismo.

El ritual judío del vino es anterior a su llegada a Sepharad. El viñedo y el vino proceden del Oriente Próximo. Siendo un cultivo de terrenos secos y áridos o hasta pobres, la viña se ha identificado siempre como ‘el árbol de la vida’, como un símbolo de prosperidad y riqueza de las personas y de los pueblos. La viña y el vino han dejado tras de si numerosos testimonios arqueológicos y tradiciones que han perdurado a la Historia, como puede comprobarse todavía hoy en las laderas del Monte Carmelo. Los viñedos de Hebrón fueron conocidos por sus grandes racimos. Moisés quedó asombrado por aquella tierra de Canaán que producía leche y miel y grandes racimos de uva que era necesario transportar entre dos personas. Las hijas de Lot le proporcionaron grandes cantidades de vino para yacer con él y darle nueva descendencia. José, hijo de Isaac, y este mismo, son personajes cuya historia tiene claros referentes a la importancia y simbología del vino en su época.

Desde los primeros tiempos conocidos la religión judía asoció el vino con la sangre y esta con la parte del cuerpo que más y mejor indicaba la existencia del alma. Sangre como simbología del alma, vino como metáfora de la misma, conformaron una parte primordial de la esencia religiosa judía.

Cuando los exploradores enviados por Moisés a Canaán, regresaron de aquellos territorios, trajeron un enorme racimo de uvas que requería de dos personas para ser trasladado.

¡Cual no sería la sorpresa y la alegría del Pueblo de Israel!

Ese racimo se tornó desde entonces en el símbolo de esta benéfica Tierra Prometida, tierra de acogida y de abundancia. La imagen de dos hombres llevando sobre sus hombros con ayuda de un largo palo, un racimo gigante de uvas, se conservó a través de los siglos; siendo hasta hoy el logo oficial del Ministerio de Turismo israelita.

Más adelante, la región de Hebrón fue particularmente célebre por sus racimos excepcionales. Lo es aún en nuestros días a pesar de que el cultivo de la vid se esparció por todo el país.

Plantar una vid era una ardua labor. Era necesario retirar las piedras del terreno, construir una atalaya para detectar a los posibles ladrones, rodear la parcela con una tapia para protegerla de los animales salvajes. El viñador debía darle un buen mantenimiento, abonándola y sobre todo podándola.

Ese trabajo cotidiano y familiar inspiró a los profetas una imagen anunciando el juicio de Dios comúnmente utilizada para describir la obra de Dios. El profeta Amós dice: "Han sembrado excelentes viñas, pero no beberán de su vino" (Am 5,11); "habrá lamentación en todas las viñas, porque voy a pasar yo por medio de ti, dice el Señor" (Am 5,17).

Con cierta audacia, el profeta compara al pueblo de Israel con una viña que el Señor ha plantado y a la que le prodiga cuidados en tanto da sus frutos. Si el pueblo es dócil a la voluntad de Dios, prospera y disfruta de una cierta abundancia; por el contrario, si se resiste, se vuelve estéril como lo advierte Isaías:

"¿Qué más se podía hacer por mi viña, que yo no lo haya hecho? Si esperaba que diera uvas, ¿por qué dio frutos agrios? Ahora les daré a conocer lo que haré con mi viña; quitaré su valla, y será destruida, derribaré su cerco, y será pisoteada. La convertiré en una ruina, y no será podada ni escardada. Crecerán los abrojos  y los cardos, y mandaré a las nubes que no derramen lluvia sobre ella" (Is 5,4-6).

Los otros profetas, Jeremías y Ezequiel, retomarán el tema de la viña arrancada o abandonada durante el período del exilio de Babilonia. Como era natural, al regreso del exilio aparecerá, a la inversa, el tema de una viña replantada.

"Aquel día se dirá: Viña deliciosa, cántenle, Yo, el Señor, soy un guardián. A su tiempo la regaré para que no se le castigue, de noche y de día la guardaré" (Is 27,2-3).

En el tiempo de los Evangelistas, la viña se convierte en un símbolo de prosperidad muy común. El arte lo utiliza como motivo decorativo. Opulentos racimos de uvas dan testimonio aún ahora, sobre los bajos-relieves de los primeros siglos de la era cristiana, expuestos en Cafarnaúm. La viña y el vino expresan ambos prosperidad, alegría y bendición.

Jesús retoma la imagen de los Profetas y la amplía al Reino de Dios a través de la parábola de los obreros de la última hora: promete un salario a todos aquellos que trabajan en la Viña del Señor, es decir que colaboran en su obra de Redención. Pero la misericordia de Dios se extiende aún más lejos que la justicia humana al pueblo de Israel, así como a las naciones paganas, tal como los obreros llegados tardíamente a la viña.

La viña no sólo representa a Israel sino que significa por extensión la Iglesia, en su acepción universal. Todos aquellos hombres que aceptan dejarse trabajar por Dios, tienen su lugar.

En los escritos de Marcos, la imagen de la viña se amplifica, permitiendo a Jesús describir globalmente su misión hacia Israel y hacia los paganos (cf. Mc 12,1-9).

El simbolismo aparece más personalizado en el Evangelio de Juan, donde la cepa de la viña es Cristo y los sarmientos son sus discípulos. Reciben de Él la vida, no pueden subsistir sin Él, y deben ser podados para producir un mejor fruto.

El vino, fruto precioso de la vid, a veces conduce a ciertos excesos y la Biblia recomienda que sea consumido con moderación. Pablo recomienda a los cristianos de Éfeso, embriagarse del Espíritu Santo más que de vino (cf. Ef 5,18).

Denunciado por sus efectos nefastos en caso de abuso, prohibido a los nazireos, consagrados a Dios, el vino, sin embargo, recibe honores ya que "regocija el corazón del hombre" (Sal 103). Signo de la alegría y la vida, simboliza al Espíritu Santo como en el episodio de las Bodas de Caná (cf. Jn 2,1-12).

En el transcurso de la comida pascual se transforma en sangre de Jesús derramada por la multitud. Compartido entre todos, el vino simboliza la nueva Alianza, que da la vida al mundo, fortalece a la comunidad cristiana y anima el deseo de colaborar en el cumplimiento de la Promesa de Jesús.

"Les digo que desde ahora no beberé de este producto de la vid hasta el día aquel en que lo beba con ustedes, nuevo, en el Reino de mi Padre" (Mt 26,29). El vino del memorial de la entrega de Jesús se transforma entonces en el vino de la esperanza y de la utopía de la Fiesta eterna.

12 campanadas. 12 uvas, 12 deseos…
 
Desde aquí quiero compartir con todo vosotros mis deseos para el nuevo año.

1ª   Campanada: Voluntad.
2ª   Campanada: Abundancia.
3ª   Campanada: Comprensión.
4ª   Campanada: Imaginación.
5ª   Campanada: Generosidad.
6ª   Campanada: Humildad.
7ª   Campanada: Paz.
8ª   Campanada: Fecundidad.
9ª   Campanada: Justicia.
10ª Campanada: Perseverancia.
11ª Campanada: Amistad.
12ª Campanada: Compasión.

Este es mi racimo de uvas. No busquéis entre estas cualidades al Amor, pues el Amor no puede encontrarse en una sola uva; el Amor es el racimo en su totalidad. 

¡Feliz Año Nuevo!

Mis aportaciones sobre el Libro de Ejercicios de Un Curso de Milagros.

Con esta iniciativa, decido emprender una tentadora y apasionante aventura en el campo del intelecto: comprender con la mente y el corazón, las enseñanzas recogidas en el libro “Un Curso de Milagros”. No soy el único aventurero que ha decidido emprender dicha empresa, me consta. Reconozco que el paisaje que se dibuja en el horizonte, a pesar de antojarse inhóspito, no me resulta totalmente desconocido. Me apasionan los nuevos “paradigmas”, me siento atraído por la invitación a descubrir nuevos retos.

En estos momentos, tengo la intuición que este acto se asemeja a la acción de un sembrador, el cual, lleno de entusiasmo, emprende su camino sabiendo que la semilla que ha depositado en la tierra, requerirá de cuidados, de atenciones, de mucho amor y paciencia. Sí, el sembrador conoce de la “ley de los tiempos”…, tan sólo así, algún día, sabrá reconocer el rostro de su semilla en la frondosidad de sus frutos… entonces el sembrador, con regocijo, reconocerá que se ha obrado, una vez más, el “milagro”.

Mis reflexiones tratarán sobre el Libro de Ejercicios, el segundo de los textos de los tres que forman la trilogía de Un Curso de Milagros.
Lo primero que me gustaría destacar sobre este manual de ejercicios, nos ayudará a comprender el propósito que persigue dicho texto:
2Es la práctica de los ejercicios, no obstante, lo que te permitirá alcanzar el objetivo del curso. 3Una mente sin entrenar no puede lograr nada. 4El propósito de este libro de ejercicios es entrenar a tu mente a pensar según las líneas expuestas en el texto (L-In.1:2-3).
Se hace evidente que no se trata de asimilar una nueva teoría, sino algo que es esencial en cualquier disciplina que emprendamos, “entrenar”. Cualquiera de nosotros que haya frecuentado un gimnasio con el propósito de ejercitar su musculatura, sabrá, que los comienzos son muy duros y que la clave para avanzar se encuentra en la persistencia y en la disciplina. En este sentido, debemos saber que de nada nos servirá leer los ejercicios una y otra vez si no llevamos a la práctica su contenido.
6. Así pues, las únicas reglas generales a observarse en todas las lecciones son: Primera, los ejercicios deben practicarse con gran precisión, tal como se indique. 2Esto te ayudará a generalizar las ideas en cuestión a toda situación en la que te encuentres, así como a todas las cosas y personas en ella. 3Segunda, asegúrate de no decidir por tu cuenta que hay ciertas personas, situaciones o cosas a las cuales no se les puede aplicar estas ideas. 4Eso interfe­riría en la transferencia del entrenamiento (L-In.6:1-4).
Siguiendo con la analogía del gimnasio, siempre que adoptemos la práctica de una nueva disciplina, debemos conocer las reglas que nos permitirán ejercitar con más aprovechamiento. Seguir los consejos de un instructor nos ayudará sin duda a la hora de no cometer errores. Ahora bien, debemos entender el papel del instructor. El nos puede indicar el modo de cómo realizar el ejercicio, pero para que tenga efectos en nuestra consciencia, debemos ser nosotros los que asumamos la acción de ejecutarla. Sin darnos cuenta, descubriremos que pronto, nosotros mismos podemos instruir a otros y la principal lección para ello, es el ejemplo.
8. Algunas de las ideas que el libro de ejercicios presenta te resultarán difíciles de creer, mientras que otras tal vez te parezcan muy sorprendentes. 2Nada de eso importa. 3Se te pide simplemente que las apliques tal como se te indique. 4No se te pide que las juzgues. 5Se te pide únicamente que las uses. 6Es usándolas como cobrarán sentido para ti, y lo que te demostrará que son verdad.
9. Recuerda solamente esto: no tienes que creer en las ideas, no tienes que aceptarlas y ni siquiera tienes que recibirlas con agrado. 2Puede que hasta te opongas vehementemente a algunas de ellas. 3Nada de eso importa, ni disminuye su eficacia. 4Pero no hagas excepciones al aplicar las ideas expuestas en el libro de ejer­cicios. Sean cuales sean tus reacciones hacia ellas, úsalas. 5No se requiere nada más (L-In.8:1-5).
Son muchos los "facilitadores" de las enseñanzas que ofrece Un Curso de Milagros, los que se hacen eco de lo recogido en el párrafo anterior, y en su actividad difusora, al dirigirse a los participantes en sus charlas, lo hacen de la siguiente manera: “no creáis en lo que os digo” “llevadlo a la práctica”. Tan sólo de este modo, sabremos a ciencia cierta, el valor que encierra esta nueva enseñanza.

Por mi experiencia, en la aplicación de Un Curso de Milagros, puedo corroborar la apreciación, siempre generosa, de esos "facilitadores". Como bien nos enseñara el Maestro: “Por sus obras los conoceréis”, y con esto, os invito a que dejéis que la semilla crezca en vuestra tierra humana y comprobaréis que se trata de una buena semilla, pues sus frutos serán de vuestro agrado y saciarán vuestro apetito espiritual.

No quiero terminar este preámbulo, sin antes hacer referencia al contenido que resume, de forma concisa, Un Curso de Milagros y que se recoge en la introducción de dicho texto:
2. Este curso puede, por lo tanto, resumirse muy simplemente de la siguiente manera:
2Nada real puede ser amenazado.
3Nada irreal existe.
4En esto radica la paz de Dios (T-In.2:1-4).
Sin duda, habrá que profundizar en los conceptos “real” e “irreal” si queremos entender, en su máxima amplitud, las teorías contenidas en el Curso. Parece que la aventura promete.  Lo que sigue, es una invitación a caminarla juntos.

miércoles, 27 de diciembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 361-365

LECCIONES FINALES

Introducción

1. En nuestras lecciones finales utilizaremos la mínima cantidad de palabras posible. 2Tan sólo las utilizaremos al principio de nuestras prácticas, y únicamente para que nos recuerden que lo que buscamos es ir más allá de ellas. 3Dirijámonos a Aquel que nos guía en nuestro camino y que imparte seguridad a nuestros pasos. 4En Sus manos dejamos estas lecciones, y de aquí en ade­lante le entregamos también nuestras vidas. 5Pues no queremos volver a creer en el pecado, que fue lo que hizo que el mundo pareciese un lugar feo e inseguro, hostil y destructor, peligroso desde cualquier punto de vista, y traicionero más allá de cual­quier esperanza de poder tener confianza o de escapar del dolor.

2. El suyo es el único camino para hallar la paz que Dios nos ha dado. 2Su camino es el que todo el mundo tiene que recorrer al final, pues éste es el final que Dios Mismo dispuso. 3En el sueño del tiempo este final parece ser algo muy remoto. 4Sin embargo, en verdad ya está aquí, como un amable guía que nos indica qué camino tomar. 5Marchemos juntos por el camino que la verdad nos señala. 6Y seamos los líderes de los muchos hermanos que andan en busca del camino, pero que no lo encuentran.

3. Consagremos nuestras mentes a este propósito, poniendo todos nuestros pensamientos al servicio de la salvación. 2La meta que se nos ha asignado es la de perdonar al mundo. 3Ésa es la función que Dios nos ha encomendado. 4Y lo que buscamos es el final del sueño, no como nosotros queremos que dicho final sea, sino como lo quiere Dios. 5Pues no podremos sino reconocer que todo aque­llo que perdonamos es parte de Dios Mismo. 6Y así, Su recuerdo se reinstaurará en nosotros completamente y en su totalidad.

4. Nuestra función es recordarlo a Él aquí en la tierra, tal como se nos ha dado ser Su Propia compleción en la realidad. 2No nos olvidemos, por lo tanto, de que nuestro objetivo es uno que com­partimos, pues en ese recordar es donde radica el recuerdo de Dios y lo que nos señala el camino que conduce hasta Él y hasta el Remanso de Su paz. 3¿Cómo no vamos a perdonar a nuestro her­mano, que es quien nos puede ofrecer esto? 4Él es el camino, la verdad y la vida que nos muestra el sendero. 5En él reside la sal­vación, que se nos ofrece a través del perdón que le concedemos.

5. No terminaremos este año sin el regalo que nuestro Padre le prometió a Su santo Hijo. 2Hemos sido perdonados. 3Y nos encon­tramos a salvo de toda la ira que le atribuíamos a Dios y que después descubrimos no era más que un sueño. 4Se nos ha resti­tuido la cordura, en la que comprendemos que la ira es una locura, el ataque algo demente y la venganza una mera fantasía pueril. 5Nos hemos salvado de la ira porque nos dimos cuenta de que estábamos equivocados. 6Eso es todo. 7¿Y se encolerizaría un padre con su hijo porque éste no hubiese comprendido la verdad?

6. Venimos a Dios y con honestidad le decimos que no habíamos entendido, y le pedimos que nos ayude a aprender Sus lecciones a través de la Voz del Maestro que Él Mismo nos dio. 2¿E iba Dios acaso a hacerle daño a Su Hijo? 3¿O bien se apresuraría a contes­tar de inmediato, diciendo: "Este es Mi Hijo, y todo lo que tengo le pertenece"? 4Ten por seguro que así es como responderá, pues éstas son Sus Propias Palabras para ti. 5Y nadie podrá jamás tener más que esto, pues en esas Palabras yace todo lo que existe y todo lo que jamás existirá por los siglos de los siglos, así como en la eternidad.


LECCIONES 361-365

Te entrego este instante santo.
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará paz.

1. Y si necesito una palabra de aliento, Él me la dará. 2Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. 3Y si lo que necesito es quietud y una mente receptiva y serena, ésos serán los regalos que de Él recibiré. 4Él está a cargo a petición mía. 5Y me oirá y contestará porque Él habla en Nombre de Dios mi Padre y de Su santo Hijo.

¿Qué me enseña esta lección?

Un broche hermoso para celebrar el trayecto final del camino. Ya sobran las palabras. Todas ellas, han sido dichas. Cada peregrino, ha ido tomando nota en su mente  y en su corazón del mensaje recibido. Es importante que cada sílaba haya penetrado hasta lo más profundo del Ser. Allí, se producirá el reencuentro. Allí, se vivirá ese instante santo en el que recordamos lo que Somos, y somos tal como nuestro Padre nos creó.

Durante estos últimos cinco días, tan solo nos queda revivir, en cada uno ellos, la visión de la Unidad con el Universo y con todo lo creado. En cada uno de ellos, ofrecemos a nuestro Padre la ofrenda del instante santo. Ese es nuestro regalo. Lo compartimos con cada uno de nuestros hermanos y de este modo lo compartimos con Dios.

Este es mi instante santo del día. En el proclamo lo que Soy, un Ser Espiritual. Uno contigo hermano. Uno con mi Padre, con Cristo y con el Espíritu Santo. En este eterno presente, expando al mundo mi mente a través de la cual emana el rayo del Amor.

Manifiesto mi condición de inocencia, mi condición de impecabilidad. Tomo consciencia de los atributos con los que mi Padre me ha dotado e invoco el Principio de la Voluntad, del Amor y de la Inteligencia, para que sean mis herramientas creadoras.

Hoy expreso mi fidelidad a la función que tengo encomendada y me entrego a la tarea de perdonar al mundo y trabajar para su salvación.

Seguiré tus pasos Padre y proclamaré tu Palabra.

Amén

Reflexión: La Salvación es imposible si no contempla a todos nuestros hermanos.

martes, 26 de diciembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 360

LECCIÓN 360

Que la paz sea conmigo, el santo Hijo de Dios. Que la paz sea con mi hermano, que es uno conmigo. Y que a través nuestro, el mundo sea bendecido con paz.

1. Padre, Tu paz es lo que quiero dar, al haberla recibido de Ti. 2Yo soy Tu Hijo, eternamente como Tú me creaste, pues los Grandes Rayos permanecen en mí por siempre serenos e imperturbables. 3Quiero llegar a ellos en silencio y con certeza, pues en ninguna otra parte se puede hallar certeza. 4Que la paz sea conmigo, así como con el mundo. 5En la santidad fuimos creados y en la santidad seguimos. 6En Tu Hijo, al igual que en Ti, no hay mancha alguna de pecado. 7Y con este pensa­miento decimos felizmente “Amén”.

¿Qué me enseña esta lección?

Hemos recorrido un largo camino, desde la primera lección, hasta alcanzar este punto del proceso de aprendizaje.

Nuestros primero pasos, titubeantes, expectantes, pero al mismo tiempo, firmes y seguros de que al final del trayecto nuestra conciencia experimentaría un gran cambio. Dejaríamos de idolatrar al ser y cederíamos la tutela de nuestra identidad en manos de nuestro verdadero Ser.

Comenzamos a caminar, creyendo ser lo que no éramos. A cada paso, hemos ido despojándonos de capas representativas de nuestros errores, apegos, miedos, hasta alcanzar el punto en el que nos encontramos. Somos un Ser transformado, con una visión renovada y con lo que es más importante, con plena consciencia de lo que Somos.

Nos encontramos en este mundo, pero ya no formamos parte de él. Tenemos un cuerpo físico, temporal, con el que nos encontrábamos identificados, pero al que le hemos dado otra función, la que realmente, tiene, permitirnos expresar y testimoniar los Atributos Divinos con los que hemos sido creados.

Nuestro mayor logro, debemos buscarlo en la nueva visión adquirida. Ahora somos conocedores de que siempre podemos ver las cosas de otra manera, y de que la mejor manera de verlas es desde la Unidad, pues somos conscientes de que no nos encontramos separados de nuestros hermanos, ni de nuestro Creador.

La visión de la Unidad, nos ha conducido a comprender que la función que ha de llevarnos a disfrutar de la Paz, de la Felicidad, de la Alegría, de la Dicha, de la Abundancia, de la Salud, de la Vida, es la de perdonar, la de Amar.

No importa lo que hagamos, lo que poseamos, la condición social que alberguemos, si no amamos, la felicidad será pasajera y transitoria. En cambio, cuando ponemos el Amor en todo lo que hacemos, entonces, recibiremos el fruto de lo que hemos dado. No podemos olvidar, que recibimos aquello que damos.

¡Hermano, qué la Paz sea contigo!

Ejemplo-Guía: " ............................................."

Esta Lección, tan solo te puedo ofrecer la invitación a que elijas por ti mismo el ejemplo-guía que deseas aportar. Alcanzado este punto, tan solo nos queda experimentar la percepción verdadera. ¿Cómo? Tú elijes cómo, pero estoy seguro, que lo harás desde tu Presencia de Ser, esto es, expandiendo la Esencia del Amor y compartiéndola con el universo.

¡Feliz camino!

Reflexión: ¡Qué la Paz sea con nosotros!

lunes, 25 de diciembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 359

LECCIÓN 359

La respuesta de Dios es alguna forma de paz. Todo dolor sana; toda aflicción queda reemplazada por la dicha. Las puertas de la prisión se abren. Y se comprende que todo pecado no es más que un simple error.

1. Padre, hoy vamos a perdonar Tu mundo y a dejar que la creación sea Tuya. 2Hemos entendido todas las cosas erróneamente. 3Pero no hemos podido convertir a los santos Hijos de Dios en pecadores. 4Lo que Tú creaste libre de pecado ha de permanecer así por siempre jamás. 5Ésa es nuestra condición. 6Y nos regocijamos al darnos cuenta de que los erro­res que hemos cometido no tienen efectos reales sobre nosotros. 7El pecado es imposible, y en este hecho descansa el perdón sobre una base mucho más sólida que el mundo de sombras que vemos. 8Ayúdanos a perdonar, pues queremos ser redimidos. 9Ayúdanos a perdonar, pues que­remos estar en paz.

¿Qué me enseña esta lección?

Hemos caído en el olvido de lo que realmente Somos. El acto volitivo de crear del Hijo de Dios, le llevó a fabricar una realidad ilusoria con la cual se identificó. Pasó de Ser Eterno, a creerse temporalmente frágil y limitado. Su visión de la vida, se resume en un breve transitar entre el nacimiento y la muerte.

Los capítulos de su vida, le hace protagonista de un personaje que viaja en pos de la felicidad, una felicidad que siempre se le acaba escapando, como si quisiera indicarle, que no es el camino que está recorriendo el que ha de llevarle a ese puerto, pues en su alforja, lo que lleva no saciará su hambre, ni su sed. Ha quedado presa de su naturaleza instintiva y sensorial y ha depositado toda su confianza en un falso amigo, la percepción.

Dejó de caminar de la mano de la Vida, de la protección de su Padre y decidió unirse a un falso aliado, el ego, el cual basa sus valores en la creencia del amargo pecado, en la pesada culpa, en el doloroso castigo, en el triste sufrimiento, en el vano sacrificio, en la escasez de la necesidad, en la demente enfermedad… Pero, con tales compañeros, el camino no goza de paz. Es imposible disfrutar de la alegría y de la felicidad, cuando para encontrarla, decidimos atacar a cuantos nos rodean, a juzgar y a condenar. A dar muerte si fuese necesario. ¿Qué corazón puede encontrar paz en este estado de ignorancia?

Hoy, una parte de la Tierra festeja el nacimiento del Cristo, el símbolo del Amor y del Perdón. Hoy es el día más propicio para recordar lo que hemos olvidado y así recuperar nuestra verdadera identidad.

Hoy es el día, en el que ese Espíritu de Luz debe nacer en nosotros con el propósito de que lo alimentemos y le permitamos crecer. Sí, hoy es el día, en el que proclamo mi Voluntad de Perdonar. Hoy sé, con plena certeza, que aquello que hemos llamado pecado, tan sólo fue un error, y el error tiene corrección.

Ejemplo-Guía: "El nacimiento del Cristo"

Dejando a un lado los matices mercantilistas con los que la sociedad de consumo está adornando la navidad, hemos de reconocer, que el Espíritu de la Navidad se deja notar en todos y cada uno de los corazones de los hombres. Es como si existiese una conexión mágica, que no alcanzamos a comprender, que nos hace vibrar de una manera especial, cuando nos hacemos sensibles al espíritu navideño.

Reconozco, que no puedo ser imparcial a la hora de hablar de la navidad. Me encuentro entre sus "fans" y respeto a todo aquel que la profunda nostalgia de sus corazones, le lleva a renegar de celebraciones que considera vanas y programadas habilmente por la sociedad consumista. Es cierto, que el espíritu de la navidad, nos invita al recogimiento y a compartir con los demás, nuestros deseos más puros y elevados. Las añoranzas de nuestros seres queridos que ya no están en este mundo, o el recuerdo de relaciones que antaño gozaron de salud y ahora son tan solo recuerdos, dejan profundas heridas que en estos días se sienten de una manera especial.

Más allá de todo ello, más allá de las percepciones que enturbian nuestra visión verdadera, debemos festejar el recuerdo de ese Espíritu que renace, cada año, en la Tierra, con el único propósito de hacernos conscientes de nuestra verdadera Identidad.

Todos somos Cristo, pero lo hemos olvidado. Todos somos Amor, pero no somos conscientes de ello. Todos somos Uno con todo lo creado, pero elegimos, la separación y la soledad.

A lo largo de estas Lecciones hemos tenido ocasión de hablar de la Visión de Cristo, lo que nos ha permitido reflexionar sobre la importancia de la función que tenemos encomendada en este mundo, la de perdonar.

Que mejor día que hoy, para expandir y compartir esa experiencia con el mundo. Celebrar el renacer de la Fuerza del Amor, ha de llevarnos a hacer real la experiencia del perdón. Miremos al mundo que nos rodea y percibamos que no hay nada que perdonar. Pasemos por alto, todo error y el error, dejará de tener significado.

Reflexión: El pecado es imposible.

domingo, 24 de diciembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 358

LECCIÓN 358


Ninguna invocación a Dios puede dejar de ser oída o no recibir respuesta. Y de esto puedo estar seguro: Su respuesta es la única que realmente deseo.

1. Tú que recuerdas lo que realmente soy, eres el único que recuerda lo que realmente deseo. 2Hablas en Nombre de Dios, y, por lo tanto, hablas en mi nombre. 3Y lo que me concedes procede de Dios Mismo. 4Tu Voz, entonces, Padre mío, es mía también, y lo único que quiero es lo que Tú me ofreces, en la forma exacta en que Tú eliges que yo lo reciba. 5Permí­teme recordar todo lo que no sé, y deja que mi voz se acalle, mientras lo recuerdo. 6Y no dejes que me olvide de Tu Amor ni de Tu cuidado, antes bien, ayúdame a mantener siempre presente en mi conciencia la pro­mesa que le hiciste a Tu Hijo. 7No dejes que olvide que mi ser no es nada, pero que mi Ser lo es todo.


¿Qué me enseña esta lección? 

Llega un momento en la vida del aspirante, en la vida de cada hombre, que deja de seducirle los regalos que le ofrece el mundo material. Cuando esto ocurre, podemos decir, que se produce el despertar de la consciencia a otra realidad verdadera, en la cual, lo único que nos conforta y hace sentir plenos, es la unidad con nuestro Padre.

Al igual como el guerrero, entrega sus armas, las mismas con las que ha defendido su feudo, sus posesiones, al sentirse cansado de tanta lucha, de tanta guerra, de tanto dolor, de tanta pérdida, de tanto sufrimiento, de tanta muerte, llega un día en el proceso evolutivo del ser, que deja de serlo, para convertirse, de pleno derecho, en el Ser.

No hay un límite trazado que se aplique a todos por igual. Cada uno de nosotros tenemos nuestro ritmo de crucero, pero lo que sí es de aplicación para todos, es que todos debemos alcanzar el mismo puerto, pues tan sólo hay, realmente, un solo puerto. Ese lugar común para todos, es el Amor, la Unidad y el Perdón.

No importa la edad, no importa el sexo, no importa el color de la piel, ni el lenguaje que hablemos. No importa, nuestro estado social, nuestra apariencia, no importa nuestras diferencias, pues en verdad, Todos Somos Uno en la Mente de Dios.

Cada vez que invocamos a Dios, estamos recordando nuestra verdadera identidad. Es necesario que invoquemos su Nombre y proclamemos Su Palabra, pues en el mundo de la percepción, son otras voces, otros reyes los que ocupan el trono de nuestras vidas.

Siempre aparecerá la figura de Herodes, que mandará matar a todas las criaturas recién nacidas, temeroso de que la profecía del Mesías se cumpla.

Siempre estará el Sanedrín y los falsos defensores de las leyes, que negarán la evidencia antes de admitir que la Ley del Amor está por encima de la Ley Antigua, que proclama el ojo por ojo y el diente por diente.

Hoy, quiero elevar mi mente y mi corazón hacia el Cielo e invocar a mi Padre, para que permita que la Luz del Amor, el Espíritu del Cristo nazca en cada uno de los corazones de los hombres.

Qué esa Luz, sea una sola Luz, y proteja e ilumine a toda la Humanidad.

¡Qué así sea!

Ejemplo-Guía: "Ser, o ser"

En la Lección anterior, hablábamos de la simplicidad del encuentro con la verdad. En esta ocasión, esa simplicidad se hace, igualmente, notoria, pues nuestra vida, nuestras experiencias, nos llevarán a la felicidad o al dolor, dependiendo de la elección que hagamos, de la identificación que adoptemos con la mente: Ser o ser.

Es posible que a estas altura, no nos hallamos planteado esta reflexión. El significado que extraigamos de cada una de las identificaciones, nos permitirá comprender, cuales son los efectos con los que nos encontraremos.

Por ejemplo, si al levantarnos por la mañana, con la intención de afrontar el día, nuestra mente se encuentra identificada con la personalidad "ser",  el sello característico del ego, la visión que tendremos de inicio llevará a nuestra mente a la percepción de que nos espera una dura jornada en la que nos enfrentaremos a todos nuestros miedos, a nuestras preocupaciones, a nuestras limitaciones. Comenzaremos el día desde el agotamiento. La sola visión de las cuestiones a las que hemos dado el significado al que estamos acostumbrados, se convierte en una pesada losa que nos oprime.

Pero, podemos elegir ver las cosas con la visión verdadera. Si nuestra mente nos recuerda que somos el Hijo de Dios, dotado con los mismos poderes creadores que nuestro Padre, Inocentes, Impecables, Invulnerables, Abundantes, Plenos, Sanos, Ilimitados, Santos, la vida que se nos presenta, se convierte en una inmejorable oportunidad para compartir esos principios. Nuestra voluntad se alinea con la de nuestro Creador y anunciamos nuestro deseo de que Su Voluntad, sea nuestra voluntad.Nuestra mente se guía por el ideal del servicio y damos gracias por la Presencia de Aquel cuya función es ofrecernos la Expiación para que nuestra consciencia despierte del sueño de la ilusión con la que se ha identificado. 

La visión del Ser, es unificadora, mientras que la del ser, es separadora.

¡Feliz Navidad!

Reflexión: No dejes que olvide que mi ser no es nada, pero que mi Ser lo es todo.

sábado, 23 de diciembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 357

LECCIÓN 357

La verdad contesta toda invocación que le hacemos a Dios, respondiendo en primer lugar con milagros, y retornando luego a nosotros para ser ella misma.

1. El perdón -el reflejo de la verdad- me enseña cómo ofrecer milagros y así escapar de la prisión en la que creo vivir. 2Tu santo Hijo me es señalado, primero en mi hermano, y después en mí. 3Tu Voz me enseña con gran paciencia a oír Tu Palabra y a dar tal como recibo. 4Y conforme contemplo a Tu Hijo hoy, oigo Tu Voz indicándome la manera de llegar a Ti, tal como Tú dispusiste que ésta debía ser:

5"Contempla su impecabilidad y sé curado".

¿Qué me enseña esta lección?

Mantener la visión que nos identifica con el mundo material, donde la vía de aprendizaje se encuentra en la verdad percibida, es la fuente, la causa, que nos conduce al encuentro con un mundo donde estamos experimentando el fruto de lo sembrado, es decir, el castigo, el dolor, el sufrimiento, la enfermedad y la muerte.

Vivimos en un mundo que nos produce temor. Para protegernos de la necesidad, decidimos no dar, y cuanto más nos esforzamos en garantizar la continuidad de lo que poseemos, más rápido lo perdemos y ello nos produce un profundo dolor. Preferimos atacar, antes de dar lo que tantos esfuerzos nos ha costado conseguir. En lo que poseemos, hemos puesto nuestra frágil seguridad, y cuando lo perdemos, se nos derrumba ese falso edificio en el que los pilares no son firmes.

Los demás, son seres separados de nosotros y los juzgamos como los posibles agresores que tratan de arrebatarnos nuestras posesiones. En esa demente relación, se establecen lazos de continuo odio, los cuales se ganan un reguero de víctimas que, desde ese punto de vista, bien justifica la agresión y el odio.

Ese camino oscuro y tenebroso, no nos conduce a la felicidad, que es lo que más valoramos. Pensamos que lo externo tiene la capacidad de aportarnos la deseada felicidad, pero no tardaremos en darnos cuenta, que lo externo, no nos aporta ni un solo gramo de bienestar y de paz.

El despertar de la consciencia, una vez agotada las idas y venidas en pos de una búsqueda insensata, nos permitirá descubrir, que aquel que veíamos como nuestro agresor, nuestro peor enemigo, es nuestro mejor aliado, pues su Ser y nuestro Ser forman la descendencia del Creador, el Hijo de Dios. Esa visión, nos hará ver con claridad lo equivocado que habíamos estado, y ello nos llevará a emplearnos en la hermosa y transmutadora labor de perdonar todos y cada uno de nuestros actos juzgados como pecaminosos.

Nos levantaremos una mañana y daremos vida al instante santo, en el cual la verdad nos será revelada, invitándonos a perdonar y a salvar al mundo.


Ejemplo-Guía: "El error es la respuesta, cuando invocamos al ego. La verdad es la respuesta, cuando invocamos a Dios"

La búsqueda de la verdad, ha sido siempre motivo de confusión, cuando nuestra mente ha buscado la respuesta en el mundo donde impera las leyes y el sistema de pensamiento del ego, basado, como sabemos, en la separación y en la creencia en el pecado.

En honor a la verdad, el hombre mata a su hermano, si ello fuese necesario. Los países se levantan, en guerra, contra sus vecinos, para alcanzar el dominio de la verdad. Las religiones, enarbolan sus estandartes para pregonar que son poseedores de la verdad, y en nombre de ella, no les importa iniciar guerras, a las que llaman santas.

Cuando miramos, con sinceridad, en nuestros corazones, podemos recordar que la verdad es una: la Filiación de Dios es una Unidad. Esa es la única verdad. No hay otra verdad, al igual, como que no hay más error, que el creer que estamos separados y de que somos el cuerpo a través del cual percibimos esa separación.

Así expuesto, parece una idea simple, pero que sea simple, no significa que sea fácil, pues aceptar esa verdad, significa para el ego, para la entidad que creemos ser, el final de sus días. De ahí que nuestra mente errada, nos ponga tanta resistencia a admitir la verdad.

La Tradición nos habla de la búsqueda del Santo Grial. El símbolo de la sangre de Cristo, adquiere ese significado trascendente que nos lleva a la verdad. Cristo, o lo que es lo mismo, el Amor, es el Camino que nos conduce  a la verdad. Es por ello, que la Lección de hoy, nos revela que la verdad responde con los milagros, la máxima expresión, junto al perdón, del Amor.

Con todo lo dicho, debemos tener presente, que si deseamos hallar la verdad, el camino más recto para ello, es verla en cada uno de nuestros hermanos. De este modo, la recibiremos y la conservaremos.

Reflexión: El perdón es la vía directa para alcanzar la verdad.

viernes, 22 de diciembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 356

LECCIÓN 356

La enfermedad no es sino otro nombre para el pecado. La curación no es sino otro nombre para Dios.
El milagro es, por lo tanto, una invocación que se le hace a Él.

1. Padre, prometiste que jamás dejarías de contestar cualquier petición que Tu Hijo pudiese hacerte. 2No importa dónde esté, cuál parezca ser su problema o en qué crea haberse convertido. 3Él es Tu Hijo, y Tú le con­testarás. 4El milagro es un reflejo de Tu Amor, y, por lo tanto, es la contestación que él recibe. 5Tu Nombre reemplaza a todo pensamiento de pecado, y aquel que es inocente jamás puede sufrir dolor alguno. 6Tu Nombre es la respuesta que le das a Tu Hijo porque al invocar Tu Nom­bre él invoca el suyo propio.

¿Qué me enseña esta lección?

La enfermedad, al igual que el pecado, reclama redención, reclama castigo, reclama purificación.  El sentimiento que la mueve, es la culpa. Con la manifestación de la enfermedad, se completa el ciclo de causa-efecto, la ley que impera en el mundo físico y cuyo propósito no es otro que el hacernos conscientes de la relación existente entre nuestra mente (causa) y nuestro cuerpo (efecto).

La trascendencia que se oculta en la errónea creencia en el pecado y en la enfermedad, lleva al Hijo de Dios, a planificar su existencia en base a un continuo ir y venir al mundo de las formas, donde ha fijado el momento de la transgresión de la ley y donde debe resolver el instante de la redención. Esta dinámica ha dado lugar al proceso conocido como reencarnación, donde cada vida, se interpreta como una nueva oportunidad de corregir los errores cometidos en el pasado. Desde ese punto de vista, la "reencarnación" es una ilusión, pues forma parte del sistema de pensamiento del ego.

Desde esa visión, el Hijo de Dios, haciendo uso de la mente errada, establece vínculos y relaciones basados en la necesidad de compensar, de restituir, de pagar deudas contraídas en el pasado. Así vemos como se consolidan familias donde sus componentes se ven atraídos por lazos de amor-odio; trabajos que tratan de hacernos conscientes de la dinámica que debemos restituir socialmente; relaciones de pareja inspiradas en deudas de amor, etc.

Esa necesidad percibida por el Hijo de Dios, le lleva a configurar un cuerpo acorde a sus deudas kármicas, es decir, limitado, enfermo, imposibilitado, con restricciones y débil, cuando el programa que se desea aprender trata de hacernos conscientes de las limitaciones interpuestas por nuestra mente.

Hoy, muchas ramas o metodologías de la salud, apuestan por sanar la mente como vía previa para sanar el cuerpo.

Todo forma parte del sueño que estamos viviendo a nivel de conciencia. Cuando se produzca el despertar que ha de permitirnos tomar consciencia de lo que Somos, comenzaremos a practicar la fuerza del Amor y haremos uso del perdón como expresión de nuestra condición divina. Ya no veremos a un ser pecador, ni enfermo. Nuestra visión aceptará las limitaciones de nuestro vehículo material y pondrá al servicio de la mente la Expiación, es decir, la corrección de los errores que nos han mantenido atado a la falsa creencia en el dolor como vía de rectificación.

Comprenderemos que el rigor no es la única vía para aprender. Podemos hacerlo por la vía del Amor, y para ello, repito, es necesario, perdonar, perdonar como principio de vida.

Hoy decido no ver la enfermedad, no ver el pecado y sí, en cambio, pasar por alto, todos los errores cometidos en un pasado, de modo que viva en eterno presente, abierto al milagro que nuestro Padre nos ofrece al elegir la fuerza del Amor por encima de todas las cosas.

Ejemplo-Guía: "Sobre la reencarnación"

Creer en la reencarnación, es creer en el tiempo, en sus manifestaciones del estado pasado y futuro. Ya sabemos, que la creencia en el tiempo es fruto del aprendizaje adquirido a través del mundo de la percepción y forma parte del sistema de pensamiento del ego.

El tercer Libro del Curso de Milagros, conocido por el Manual del Maestro, dedica un apartado a hablar sobre la reencarnación. Veamos que nos dice:


¿EXISTE LA REENCARNACIÓN?

1. En última instancia, la reencarnación es imposible. 2El pasado no existe ni el futuro tampoco, y la idea de nacer en un cuerpo ya sea una o muchas veces no tiene sentido. 3La reencarnación, por lo tanto, no puede ser verdad desde ningún punto de vista. 4Nuestra única pregunta debería ser: "¿Es un concepto útil?" 5Y eso depende, por supuesto, del uso que se le dé. 6Si se usa para reforzar el reconocimiento de la naturaleza eterna de la vida, es ciertamente útil. 7¿Qué otra pregunta con respecto a la reencarna­ción podría ser útil para arrojar luz sobre el camino? 8Al igual que muchas otras creencias, ésta puede usarse desacertadamente. 9En el mejor de los casos, el mal uso que se hace de ella da lugar a preocupaciones y tal vez a orgullo por el pasado. 10En el peor de los casos, provoca inercia en el presente. 11Y entre estos dos extre­mos, puede dar lugar a muchísimas insensateces.
2. La reencarnación no sería, en ningún caso, el problema con el que hay que lidiar ahora. 2Si la reencarnación fuese responsable de algunas de las dificultades a las que el individuo se enfrenta ahora, la única tarea de éste seguiría siendo la de escapar de ellas ahora. 3Si lo que está haciendo es sentando las bases para una vida futura, aun así sólo puede solventar el asunto de su salvación ahora. 4Puede que algunos hallen consuelo en el concepto, y si ello los consuela, su valor es evidente. 5Lo cierto es, sin embargo, que tanto los que creen en la reencarnación como los que no, pueden encontrar el camino que conduce a la salvación. 6Por lo tanto, no puede considerarse que sea una idea esencial en el programa de estudios. 7Siempre existe cierto riesgo en ver el presente en fun­ción del pasado. 8Mas siempre hay algo bueno en cualquier pen­samiento que refuerce la idea de que la vida y el cuerpo no son lo mismo.
3. Para nuestros propósitos, no sería útil adoptar una postura definitiva al respecto. 2Un maestro de Dios debe ser igualmente útil para los que creen en la reencarnación como para los que no. 3Exigirle una postura definitiva simplemente limitaría su utili­dad, así como su propia capacidad de decisión. 4Nuestro curso no se ocupa de ningún concepto que no sea aceptable para cual­quier persona, independientemente de sus creencias previas. 5Bastante tendrá con lidiar con su ego, como para añadir contro­versias sectarias a su carga. 6Tampoco sería ventajoso que alguien aceptara el curso prematuramente, solo porque éste apoya una creencia que él ha albergado por mucho tiempo.
4. No puede hacerse demasiado hincapié en el hecho de que lo que el curso se propone es una completa inversión del pensa­miento. 2Cuando esto finalmente se logre, cuestiones tales como la validez de la reencarnación dejarán de tener sentido. 3Hasta entonces, es probable que sean simplemente motivo de contro­versia. 4El maestro de Dios, por lo tanto, hará bien en alejarse de todas esas cuestiones, ya que aparte de ellas es mucho lo que tiene que enseñar y aprender. 5Debe aprender y enseñar que las cuestiones teóricas no son más que una pérdida de tiempo, puesto que desvían al tiempo del propósito que se le asignó. 6Si un concepto o una creencia tiene aspectos útiles, se le dirá. 7Tam­bién se le dirá cómo usarlos. 8¿Qué más necesita saber?
5. ¿Quiere decir esto que el maestro de Dios no debe creer en la reencarnación, ni discutirla con otros que sí creen en ella? 2¡Por supuesto que no! 3Si él cree en la reencarnación, sería un error que renunciase a su creencia a menos que su Maestro interno así se lo aconsejase. 4Y eso es muy poco probable. 5Es posible que se le indique que está haciendo un mal uso de la creencia, de tal manera que ello resulta perjudicial tanto para el progreso de su alumno como para el suyo propio. 6En ese caso se le recomendaría una re-interpretación, puesto que ésta sería necesaria. 7Lo único que se tiene que reconocer, no obstante, es que el naci­miento no fue el principio y que la muerte no es el final. 8Mas ni siquiera esto se requiere del principiante. 9Él sólo necesita acep­tar la idea de que lo que sabe no es necesariamente todo lo que es posible aprender. 10Su jornada habrá comenzado.

6. El énfasis de este curso es siempre el mismo: en este momento es cuando se te ofrece total salvación, y en este momento es cuando puedes aceptarla. 2Ésa sigue siendo tu única responsabi­lidad. 3La Expiación se puede equiparar a la escapatoria total del pasado y a la total falta de interés por el futuro. 4El Cielo está aquí. 5No existe ningún otro lugar. 6El Cielo es ahora. 7No existe ningún otro tiempo. 8Los maestros de Dios no se interesan por ninguna otra enseñanza que no conduzca a esto. 9Todas las creencias apuntan a ello si han sido interpretadas correctamente. 10En este sentido, se puede decir que su verdad está determinada por el provecho que resulte de ellas. 11Todas las creencias que facili­tan el progreso se deben respetar. 12Éste es el único criterio que este curso requiere. 13No se requiere nada más.

Reflexión: El perdón pone fin a la necesidad del tiempo para lograr el aprendizaje del amor.