martes, 2 de enero de 2024

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 2

LECCIÓN 2

Le he dado a todo lo que veo en esta habitación (en esta calle, desde esta ventana, en este lugar) todo el significado que tiene para mí.

1. Los ejercicios que se deben llevar a cabo con esta idea son igua­les a los de la primera lección. 2Comienza con las cosas que estén cerca de ti, y aplica la idea a cualquier cosa en la que tu mirada se pose. 3Extiende luego tu campo visual. 4Gira la cabeza de modo que puedas incluir lo que se encuentre a ambos lados de ti. 5Si es posible, da la vuelta y aplica la idea a lo que se encuentre detrás de ti. 6Sé tan imparcial como puedas al seleccionar los objetos a los que vas a aplicar la idea; no te concentres en nada en particular, ni trates de incluir todo lo que veas en una zona determinada, ya que eso causaría tensión.

2. Echa simplemente una rápida mirada a tu alrededor, tratando de evitar la selección de objetos en función de su tamaño, brillan­tez, color o material, o de la relativa importancia que tengan para ti. 2El simple hecho de ver un objeto lo convierte en tu selección. 3Trata de aplicar la idea con la misma facilidad a un cuerpo que a un botón, a una mosca que a un piso, a un brazo que a una man­zana. 4El único criterio a seguir para aplicar la idea a algo es simplemente que tus ojos se hayan posado sobre ello. 5No trates de incluir nada en particular, pero asegúrate de no excluir nada deliberadamente.


¿Qué me enseña esta lección?

Mi experiencia con la aplicación de Un Curso de Milagros, me lleva a afirmar que las enseñanzas recogidas en las primeras Lecciones del Libro de Ejercicios, son de gran importancia, dado que su mensaje nos revela, por un lado, el estado mental con el que estamos habituados a pensar y, por otro, el nuevo estado mental que debemos activar.

Fijémonos que detrás de cualquier experiencia que vivimos en el nivel físico, despierta en nosotros una respuesta casi inmediata. Dicha respuesta está condicionada por nuestras creencias. ¿Pero de dónde proceden las creencias? ¿Te lo has preguntado alguna vez?

Si reflexionamos sobre este particular, veremos cómo las creencias de la humanidad han ido evolucionando. Lo que creemos hoy no es lo mismo que creían nuestros antepasados. Es más, si realizamos una investigación sobre el tipo de creencias según el lugar donde vivimos, encontraremos evidentes diferencias que nos llevará a determinar, que el tema de las creencias, está sujeto al permanente cambio. Ya sabemos que todo lo que está sujeto al cambio no es real. La verdad, lo único que es real, es una.

Podríamos preguntarnos, ¿cuál fue el origen de la primera creencia? La respuesta sin duda es de vital importancia, pues condicionará el modo en cómo vemos las cosas y, sobre todo, el modo en cómo las percibimos.

La primera creencia o lo que se ha llamado Pensamiento Original, llevó al Hijo de Dios a utilizar los Poderes Creadores con los que había sido creado, entre los cuales se encontraba la Voluntad. Esa libre elección, le llevó a hacer uso de su Mente de manera individualizada, es decir, eligió "pensar por si mismo" independientemente del Pensamiento de Dios. Ese acto volitivo, se interpretó como "pecado" y dio lugar a la falsa creencia en la "separación". El "pecado original" se traduce en la errónea creencia de que pensar individualmente es estar separado de nuestra fuente creadora.

A partir de ese instante, el Hijo de Dios, que hasta ese momento se alimentaba directamente de la Mente de Su Creador, comenzó a "proyectar" su mente hacia el exterior, lo que le llevó a la percepción de nuevos niveles de energía.

Dejaremos para más adelante, la continuación de lo que supuso ese Primer Pensamiento. En estos momentos nos conformamos con situarnos en el estado que nos permite comprender el origen de las creencias.

La creencia en el "pecado" basada en la separación, nos lleva a percibir, a juzgar lo que creemos ver, que siempre responde a la proyección de nuestra mente. Dar significado a aquello que vemos y percibimos está basado en el error y en la ilusión. Por lo tanto, la pregunta que debemos hacernos es, ¿seguiremos interpretando aquello que percibimos como la verdad o como algo ilusorio?

En nuestro estado actual, nuestras creencias nos llevan a determinar que nuestra identidad es un cuerpo material y que la creencia en la separación está fundamentada en la diferenciación percibida por los cuerpos.

Bajo el condicionamiento de esa creencia, nuestros juicios están justificado, pero al mismo tiempo, son la causa de nuestra infelicidad. Creer en el pecado nos lleva a justificar el castigo y el dolor. Creer en la separación nos lleva a justificar el ataque y la venganza.
La afirmación recogida en esta Lección nos lleva a ser conscientes de que le damos a las cosas que percibimos, todo el significado que tiene para nosotros.

Es el momento de reflexionar sobre este punto y preguntarnos ¿qué significado le damos a lo que vemos?

Tal vez en estos momentos nos inunde una profunda desazón, al pensar que si nada de lo que vemos significa nada, ¿cómo debo responder a las situaciones que experimentamos?
Acabamos de empezar el Curso y toda enseñanza requiere un proceso de asimilación que nos permita asimilarla.

Lo importante, lo más importante, que debemos sacar de lo dicho, es que el mundo con el que nos encontramos identificados es fruto de la ilusión y del error, por lo tanto no es real, es un sueño. Que tomar consciencia de ello, no nos saca del sueño, pero si nos permite tomar consciencia de que somos los soñadores del sueño. A partir de ese punto del camino, importante por cierto, comenzaremos a responder de una manera diferente, sabedores que estamos soñando y que conseguiremos, despertar.

Esto qué significa. Pues, que podemos elegir ver las cosas de otra manera. No desde la separación. Si conseguimos pensar en término de Unidad, aquello que proyectemos, aún siendo una ilusión, pues se manifestará en el mundo de la percepción, llevará otro sello, que nos abrirá las fronteras de una realidad diferente. Estaremos viviendo en este mundo irreal, sin pertenecer a él.

Por ejemplo, esto que estamos haciendo en estos momentos, por mi parte escribiendo unas líneas, que tú estás ahora leyendo, forma parte del sueño. Pero la diferencia estriba en que soy consciente de que lo estoy soñando. Esa es la invitación que nos hace Un Curso de Milagros.

Como soñador del sueño, esta Lección me enseña o invita a mi mente a tomar conciencia del poder que encierra la facultad de decidir. Nadie me obliga a ver las cosas de una manera u otra. Reconozco que en mí existe una clara tendencia a valorar basándome en lo aprendido: “esto es así o de otra manera”. Siempre dejo mi impronta sobre lo que juzgo. Sin embargo, puedo elegir ver las cosas de otra manera, puedo elegir: no percibir como siempre lo hago; no juzgar condenatoriamente; no dejarme llevar por el filtro de las emociones y sentimientos. Puedo elegir ver las cosas tal y como son, frutos de la ilusión y sin el significado que yo le he dado, pues mi mente ignora el significado íntegro de lo que percibo, viendo tan sólo un aspecto de lo percibido, un aspecto seleccionado desde mis propias creencias.

¿Nos hemos parado a pensar si las decisiones que tomamos, son las que realmente deseamos tomar? Estoy convencido que en la respuesta coincidimos: No.

Este ejercicio me lleva a cuestionar profundamente mis creencias, mis valores. Me doy perfecta cuenta de que estoy condicionado a la hora de elegir y ello me lleva a no ver las cosas en su verdadero significado: nada de lo que veo significa nada. Podemos caer en la tentación de pensar, que el significado de las cosas se  lo aporta el nombre que acostumbramos a usar para identificarlas, pero si tomamos un objeto, como puede ser una silla, para el que la ha diseñado, su creador, sin duda aportará un significado de la misma, distinto a la persona que se encarga de su venta, o el que utiliza su madera como leña para hacer una fogata. El significado pasa a ser una elección, una libre elección.

Y qué mejor elección a la hora de dar significado, que la de optar por no utilizar filtros, como el que nos puede aportar una emoción, una creencia, para ver las cosas tal y como son: reales y verdaderas. En el ejemplo de la silla, si decidimos dar un significado basándonos en los criterios del ego, diremos que se trata de un objeto que se utiliza, comúnmente, para sentarse. Y podemos llevarnos años, décadas, limitando ese objeto a un único uso.

Ahora bien, desde el punto de vista holístico y espiritual, la realidad de la silla se traduce en una emanación de la mente, en la creación de un pensamiento. La elección de su uso, forma parte igualmente del plano de la mente, por lo que, el verdadero significado de ese objeto lo encontramos en lo mental y no en lo material. Entonces ocurre, que cierto día alguien decide dar a la silla un nuevo uso…, a partir de ese momento, el significado de la silla se ve modificado… ¿Dónde está la causa de ese cambio, en la mente o en la silla? ¿Qué significado le daremos nosotros?

El ejercicio, trata de mantener la percepción de lo que vemos, libre de influencias emocionales que enturbien nuestra mente. Ver sin dar significado, permite no juzgar, no caer en la tentación de la subjetividad. No hay que confundir este tratamiento con el No Sentir, pues se trata de trasladar directamente lo que vemos al nivel de la realidad UNA, donde el verdadero Sentimiento es el Amor que todo lo Une.

Ejemplo guía: "El comportamiento de nuestro hijo nos desespera"

Intentemos aplicar la enseñanza de esta nueva Lección, al ejemplo-guía que utilizamos en la Lección 1.
 
Nos encontramos experimentando el conflicto de relación padre-hijo. En primer lugar, la visión del conflicto ¿dónde se encuentra, si lo que vemos no es real? Lo que vemos, lo vemos así, porque le estamos dando todo el significado que tiene para nosotros. Pero, ¿realmente es así? ¿Podemos aceptar que pueda ser de otra manera? ¿Por qué lo estamos viendo de esa manera y no de otra?

Debemos reflexionar sobre el origen de nuestras creencias. ¿Qué creencias condicionan aquello que estamos viendo, como lo estamos viendo?
Si lo que estamos viendo se convierte en un conflicto que nos priva de la paz y de la armonía, y ello es así, porque hemos elegido que así sea, ¿podemos verlo de otra manera?

El camino que acabamos de comenzar a andar, nos invita a "desaprender", nos invita a "renacer" en el nivel de las "causas", en el nivel de donde fluyen y emanan los pensamientos. En la experiencia que estamos usando como ejemplo-guía, si respondemos a ella desde el conflicto, nos está indicando que en nuestra mente existe esa creencia que nos lleva a verla de esa manera y no de otra.¿Qué crees que ocurrirá si eliges no verlo como un conflicto? ¿Crees que vivirías la experiencia del conflicto? ¿Crees que esa decisión cambiará a algunos de los implicados en el conflicto? Me gustaría conocer lo que opinas.

Reflexión: Si viendo, como crees que ves tu realidad, eres infeliz. ¿Qué te impide ver, lo que crees ver, de otra manera?

1 comentario:

  1. CREENCIA: "la percepción hace la proyección"

    La suposición aquí es que lo que percibes es lo que proyectas. Así que si te está sucediendo algo que no te gusta, que no te apoya, que te hace sentir dolor, etc., y cambias la forma en que lo ves o, mejor dicho, la forma en que lo "percibes", puedes sentirte mejor, resolver tu aparente problema o cambiar tus circunstancias. Alguien dijo un vez "Cuando cambias la forma de ver las cosas, las cosas que ves cambian". Hay algo de verdad en cambiar la forma de ver las cosas y voy a elaborarlo más a fondo.

    El problema con el hecho de que la percepción hace la proyección es que para que puedas percibir algo de una forma diferente, primero tienes que proyectarlo. Es por eso que Un curso de milagros nos recuerda que, "La proyección da lugar a la percepción." (T-21. In.1:1). No lo contrario. Muchos profesores no entienden este concepto porque no son conscientes de un simple detalle: que la proyección original es la que podría ser denominada como pecado original, el error original el mundo de la ilusión formado por el ego. Recuerda que debido que el ego separa, categoriza y analiza todo lo que percibimos, lo usa para que podamos seguir creyendo que estamos separados de Dios, que somos un cuerpo y que vivimos en un mundo real que es dual. Así que no importa cuántas veces trates de percibir las cosas de manera diferente en el mundo, lo que estás tratando de percibir es parte de una proyección errónea.

    La proyección es errónea porque no es real. Y si no es real, no debe venir de la Unidad sino de la Separación. Al tratar de percibir de otra manera, todo lo que estamos haciendo es tratando de reorganizar el infierno con el fin de transformarlo en el Cielo. Y eso es imposible porque ya estamos en el Cielo, todo lo que tenemos que hacer es dejar de darle poder a la ilusión (infierno). En otras palabras, en lugar de ver el infierno y tratar de arreglarlo, el despertar de la ilusión hará desaparecer el infierno (mundo físico) COMPLETAMENTE. La única salida es dejar que el ÚNICO que puede interpretar correctamente sea tu Intérprete, Un curso de milagros me recuerda: "NO cometas la equivicación de creer que entiendes lo que percibes, pues su significado se te escapa. Mas el Espíritu Santo ha preservado su significado para ti, y si tú le permites que lo interprete, Él te devolverá lo que tú despreciaste" (T-11. VIII. 2:3-4).

    Un curso de milagros también me recuerda: "Parece que es la percepción la que te enseña lo que ves. Sin embargo, lo único que hace es dar testimonio de lo que tú enseñaste. Es el cuadro externo de un deseo: la imagen de lo que tú querías que fuese verdad" (T-24. VII.8:8-10).
    Se puede argumentar que si deseas que algo fuese diferente, podrías cambiar tu percepción. Sin embargo, lo que deseas cambiar proviene de lo que te has enseñado: un deseo basado en la división, en el pecado original o error, en la proyección del ego. Y CAMBIARLO POR OTRA COSA EN VEZ DE LA VERDAD, ES INTERCAMBIAR UNA ILUSIÓN POR OTRA. Como resultado, tu paz permanente será sustituida por un ciclo sin fin entre dolor y placer.

    Un curso de milagros me recuerda: "El Espíritu Santo puede mantener tu grandeza en tu mente a salvo de toda pequeñez, con perfecta claridad y seguridad, y sin dejar que se vea afectada por los miserables regalos que el mundo de la pequeñez desea ofrecerte. Pero para que el Espíritu Santo pueda hacer esto, no debes oponerte a lo que Él dispone para ti" (T-15.III.6:1-2). Es el entendimiento de que debes decidir qué lado vas a tomar, el del Espíritu Santo o el del ego. En otras palabras, ¿vas a elegir la paz o tus problemas? Y me refiero a TODOS tus problemas. Solo el que puede ver la verdad, puede percibir correctamente. NO PODEMOS HACER ESTO PORQUE LO QUE PERCIBIMOS EN EL PLANO FÍSICO SE PERCIBE A TRAVÉS DE LA PERCEPCIÓN DEL EGO Y NO DE LA VERDAD.

    Un abrazo!

    Solidaridad Humana

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