lunes, 25 de diciembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 359

LECCIÓN 359

La respuesta de Dios es alguna forma de paz. Todo dolor sana; toda aflicción queda reemplazada por la dicha. Las puertas de la prisión se abren. Y se comprende que todo pecado no es más que un simple error.

1. Padre, hoy vamos a perdonar Tu mundo y a dejar que la creación sea Tuya. 2Hemos entendido todas las cosas erróneamente. 3Pero no hemos podido convertir a los santos Hijos de Dios en pecadores. 4Lo que Tú creaste libre de pecado ha de permanecer así por siempre jamás. 5Ésa es nuestra condición. 6Y nos regocijamos al darnos cuenta de que los erro­res que hemos cometido no tienen efectos reales sobre nosotros. 7El pecado es imposible, y en este hecho descansa el perdón sobre una base mucho más sólida que el mundo de sombras que vemos. 8Ayúdanos a perdonar, pues queremos ser redimidos. 9Ayúdanos a perdonar, pues que­remos estar en paz.

¿Qué me enseña esta lección?

Hemos caído en el olvido de lo que realmente Somos. El acto volitivo de crear del Hijo de Dios, le llevó a fabricar una realidad ilusoria con la cual se identificó. Pasó de Ser Eterno, a creerse temporalmente frágil y limitado. Su visión de la vida, se resume en un breve transitar entre el nacimiento y la muerte.

Los capítulos de su vida, le hace protagonista de un personaje que viaja en pos de la felicidad, una felicidad que siempre se le acaba escapando, como si quisiera indicarle, que no es el camino que está recorriendo el que ha de llevarle a ese puerto, pues en su alforja, lo que lleva no saciará su hambre, ni su sed. Ha quedado presa de su naturaleza instintiva y sensorial y ha depositado toda su confianza en un falso amigo, la percepción.

Dejó de caminar de la mano de la Vida, de la protección de su Padre y decidió unirse a un falso aliado, el ego, el cual basa sus valores en la creencia del amargo pecado, en la pesada culpa, en el doloroso castigo, en el triste sufrimiento, en el vano sacrificio, en la escasez de la necesidad, en la demente enfermedad… Pero, con tales compañeros, el camino no goza de paz. Es imposible disfrutar de la alegría y de la felicidad, cuando para encontrarla, decidimos atacar a cuantos nos rodean, a juzgar y a condenar. A dar muerte si fuese necesario. ¿Qué corazón puede encontrar paz en este estado de ignorancia?

Hoy, una parte de la Tierra festeja el nacimiento del Cristo, el símbolo del Amor y del Perdón. Hoy es el día más propicio para recordar lo que hemos olvidado y así recuperar nuestra verdadera identidad.

Hoy es el día, en el que ese Espíritu de Luz debe nacer en nosotros con el propósito de que lo alimentemos y le permitamos crecer. Sí, hoy es el día, en el que proclamo mi Voluntad de Perdonar. Hoy sé, con plena certeza, que aquello que hemos llamado pecado, tan sólo fue un error, y el error tiene corrección.

Ejemplo-Guía: "El nacimiento del Cristo"

Dejando a un lado los matices mercantilistas con los que la sociedad de consumo está adornando la navidad, hemos de reconocer, que el Espíritu de la Navidad se deja notar en todos y cada uno de los corazones de los hombres. Es como si existiese una conexión mágica, que no alcanzamos a comprender, que nos hace vibrar de una manera especial, cuando nos hacemos sensibles al espíritu navideño.

Reconozco, que no puedo ser imparcial a la hora de hablar de la navidad. Me encuentro entre sus "fans" y respeto a todo aquel que la profunda nostalgia de sus corazones, le lleva a renegar de celebraciones que considera vanas y programadas habilmente por la sociedad consumista. Es cierto, que el espíritu de la navidad, nos invita al recogimiento y a compartir con los demás, nuestros deseos más puros y elevados. Las añoranzas de nuestros seres queridos que ya no están en este mundo, o el recuerdo de relaciones que antaño gozaron de salud y ahora son tan solo recuerdos, dejan profundas heridas que en estos días se sienten de una manera especial.

Más allá de todo ello, más allá de las percepciones que enturbian nuestra visión verdadera, debemos festejar el recuerdo de ese Espíritu que renace, cada año, en la Tierra, con el único propósito de hacernos conscientes de nuestra verdadera Identidad.

Todos somos Cristo, pero lo hemos olvidado. Todos somos Amor, pero no somos conscientes de ello. Todos somos Uno con todo lo creado, pero elegimos, la separación y la soledad.

A lo largo de estas Lecciones hemos tenido ocasión de hablar de la Visión de Cristo, lo que nos ha permitido reflexionar sobre la importancia de la función que tenemos encomendada en este mundo, la de perdonar.

Que mejor día que hoy, para expandir y compartir esa experiencia con el mundo. Celebrar el renacer de la Fuerza del Amor, ha de llevarnos a hacer real la experiencia del perdón. Miremos al mundo que nos rodea y percibamos que no hay nada que perdonar. Pasemos por alto, todo error y el error, dejará de tener significado.

Reflexión: El pecado es imposible.

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