sábado, 29 de junio de 2024

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 181


Introducción a las lecciones 181-200

1. El propósito de estas próximas lecciones es intensificar tu buena voluntad a fin de fortalecer tu débil compromiso y de fun­dir todos tus variados objetivos en un solo empeño. 2No se te pide que tu dedicación sea total todo el tiempo. 3Pero sí que prac­tiques ahora a fin de llegar a alcanzar la sensación de paz que, aunque sólo sea de manera intermitente, tal compromiso unifi­cado brinda. 4Experimentar eso es lo que hará que estés comple­tamente dispuesto a seguir el camino que este curso señala.

2. Nuestras lecciones están ahora orientadas específicamente a ampliar tus horizontes, y a tratar de manera directa con determi­nados obstáculos que mantienen tu visión constreñida y dema­siado limitada para dejarte ver el valor de nuestro objetivo. 2Lo que nos proponemos ahora es trascender esos obstáculos, aun­que sólo sea brevemente. 3Las palabras en sí no pueden transmi­tir la sensación de liberación que se experimenta una vez que se han eliminado dichos obstáculos. 4Mas la experiencia de libertad y de paz que descenderá sobre ti cuando renuncies a tu férreo control de lo que ves será más que suficiente para convencerte. 5Tu motivación se intensificará de tal manera que las palabras dejarán de ser relevantes. 6Sabrás con certeza lo que quieres y lo que no tiene valor.

3. Así pues, comencemos la jornada que nos llevará más allá de las palabras, concentrándonos en primer lugar en lo que todavía supone un escollo para tu progreso. 2La experiencia de lo que existe más allá de toda actitud defensiva sigue siendo inalcanza­ble mientras se siga negando. 3Quizá esté ahí, pero tú no puedes aceptar su presencia. 4De modo que lo que nos proponemos ahora es ir más allá de todas las defensas por un breve intervalo cada día. 5No se te pide nada más porque no se necesita nada más. 6Ello será suficiente para garantizar que todo lo demás llegue.

LECCIÓN 181

Confío en mis hermanos, que son uno conmigo.

1. Confiar en tus hermanos es esencial para establecer y sustentar tu fe en tu propia capacidad para trascender tus dudas y tu falta de absoluta convicción en ti mismo. 2Cuando atacas a un her­mano, proclamas que está limitado por lo que tú has percibido en él. 3No estás viendo más allá de sus errores. 4Por el contrario, éstos se exageran, convirtiéndose en obstáculos que te impiden tener conciencia del Ser que se encuentra más allá de tus propios erro­res, así como de sus aparentes pecados y de los tuyos.

2. La percepción tiene un enfoque. 2Eso es lo que hace que lo que ves sea consistente. 3Cambia de enfoque, y, lo que contemples, consecuentemente cambiará. 4Ahora se producirá un cambio en tu visión para apoyar la intención que ha reemplazado a la que antes tenías. 5Deja de concentrarte en los pecados de tu hermano, y experimentarás la paz que resulta de tener fe en la impecabilidad. 6El único apoyo que esta fe recibe procede de lo que ves en otros más allá de sus pecados. 7Pues sus errores, si te concentras en ellos, no son sino testigos de tus propios pecados. 8Y no podrás sino verlos, lo cual te impedirá ver la impecabilidad que se encuentra más allá de ellos.

3. En nuestras prácticas de hoy, por lo tanto, lo primero que vamos a hacer es dejar que todos esos insignificantes enfoques den paso a la gran necesidad que tenemos de que nuestra impeca­bilidad se haga evidente. 2Damos instrucciones a nuestras mentes para que, por un breve intervalo, eso, y sólo eso, sea lo que bus­quen. 3No vamos a preocuparnos por objetivos futuros. 4Lo que vimos un instante antes no nos preocupará en absoluto dentro de este lapso de tiempo en el que nuestra práctica consiste en cam­biar de intención. 5Buscamos la inocencia y nada más. 6Y la busca­mos sin interesarnos por nada que no sea el ahora.

4. Uno de los mayores obstáculos que ha impedido tu éxito ha sido tu dedicación a metas pasadas y futuras. 2El que las metas que propugna este curso sean tan extremadamente diferentes de las que tenías antes ha sido motivo de preocupación para ti. 3Y también te has sentido consternado por el pensamiento restric­tivo y deprimente de que, incluso si tuvieses éxito, volverías ine­vitablemente a perder el rumbo.

5. ¿Por qué habría de ser esto motivo de preocupación? 2Pues el pasado ya pasó y el futuro es tan solo algo imaginario. 3Preocupa­ciones de esta índole no son sino defensas: para impedir que cam­biemos el enfoque de nuestra percepción en el presente. 4Nada más. 5Vamos a dejar de lado estas absurdas limitaciones por un momento. 6No vamos a recurrir a creencias pasadas, ni a dejar que lo que hayamos de creer en el futuro nos estorbe ahora. 7Damos comienzo a nuestra sesión de práctica con un solo propósito: ver la impecabilidad que mora dentro de nosotros.

6. Reconoceremos que hemos perdido de vista este objetivo si de alguna manera la ira se interpone en nuestro camino. 2Y si se nos ocurre pensar en los pecados de un hermano, nuestro restringido foco nos nublará la vista y nos hará volver los ojos hacia nuestros propios errores, que exageraremos y llamaremos "pecados". 3De modo que, por un breve intervalo, de surgir tales obstáculos, los transcenderemos sin ocuparnos del pasado o del futuro, dando instrucciones a nuestras mentes para que cambien de foco, según decimos:

4No es esto lo que quiero contemplar.
5Confío en mis hermanos, que son uno conmigo.

7. Y nos valdremos asimismo de este pensamiento para mante­nernos a salvo a lo largo del día. 2No estamos interesados en metas a largo plazo. 3Conforme cada uno de los obstáculos nuble la visión de nuestra impecabilidad, lo único que nos interesará será poner fin, por un instante, al dolor que, de concentrarnos en el pecado experimentaríamos, y que, de no corregirlo, persistiría.

8. No vamos en pos de fantasías. 2Pues lo que procuramos con­templar está realmente ahí. 3Y conforme nuestro foco se extienda más allá del error, veremos un mundo completamente impecable. 4Y cuando esto sea lo único que queramos ver y lo único que busquemos en nombre de la verdadera percepción, los ojos de Cristo se volverán inevitablemente los nuestros. 5El Amor que Él siente por nosotros se volverá también el nuestro. 6Esto será lo único que veremos reflejado en el mundo, así como en nosotros mismos.

9. El mundo que una vez proclamó nuestros pecados se convierte ahora en la prueba de que somos incapaces de pecar. 2Y nuestro amor por todo aquel que contemplemos dará testimonio de que recordamos al santo Ser que no conoce el pecado, y que jamás podría concebir nada que no compartiese Su impecabilidad. 3Éste es el recuerdo que queremos evocar hoy cuando consagramos nuestras mentes a la práctica. 4No miramos ni hacia adelante ni hacia atrás. 5Miramos directamente al presente. 6Y depositamos nuestra fe en la experiencia que ahora pedimos. 7Nuestra impeca­bilidad no es sino la Voluntad de Dios. 8En este instante nuestra voluntad dispone lo mismo que la Suya.


¿Qué me enseña esta lección?

En origen, en estado potencial, los Hijos de Dios, que constituyen la Filiación, conforman una Unidad, pues Todos han sido Emanados de un mismo Pensamiento Creador. 

La condición creadora heredada por el Hijo de Dios, ha de llevarle a hacer uso de ese poder y a Extender, de Si Mismo, a Su Hijo, como parte de Su Mente Una. Sin embargo, el hecho de haber elegido crear de forma diferente a Su Padre, ha llevado al Hijo del Dios, a creer que es posible hacer uso de la Mente desligándose del Amor, lo que ha propiciado la creencia en la separación, el error original. 

Desde este mundo de ilusión, fraguado por el uso incorrecto de la mente, la identidad deja de ser Espiritual y adquiere los ropajes del mundo físico: el cuerpo. 

Cada uno de esos cuerpos es distinto al de los demás; se le asigna unas funciones que potencian la diferenciación entre ellos y desde el punto de vista de las relaciones, esas diferencias nos llevan a percibir al otro como una amenaza de la que debemos defendernos. 

Recuperar la consciencia de unidad, nos lleva a cambiar, igualmente, de identidad, es decir, dejamos de identificarnos con el cuerpo y potenciamos los valores de nuestro Yo Espiritual. Dejo de ser limitado; temporal; escaso y necesitado. Dejo de dar valor al miedo, a la culpa, al castigo, al dolor y al sufrimiento. Dejo de creer en el pecado. En cambio, me manifiesto en la confianza, en la certeza de que soy perfecto; impecable; abundante; eterno e ilimitado. Soy Amor. Soy Uno con el Universo. 

Esa visión me permite creer en mi Hermano y le atribuyo la condición de Mensajeros de Dios, pues mi relación con él, me permite conocer, de una manera más amplia, mi propia divinidad.


Ejemplo-Guía: "Nuestro hermano y la visión de la impecabilidad"

Sin duda, una nueva invitación a deshacer nuestro aprendizaje, nuestras actuales creencias. Nuestra percepción nos lleva a ver y a interpretar lo externo como algo diferente a lo que sucede en nuestro interior, en nuestra mente, cuando en verdad, el mundo externo, es la proyección de lo que deseamos y nos muestra el contenido de nuestras creencias. 

No existe un tú y un yo, salvo que nuestra mente así lo perciba. Aquello que percibimos no es lo real, no es la verdad, pues el pensamiento nunca abandona su fuente, lo que nos ha de llevar a la certeza de lo que somos, es decir, Hijo de Dios, unidos por el lazo de un único y verdadero Pensamiento que ha creado a la Filiación. 

Vamos por el mundo, proyectando nuestras creencias, y, lo hacemos haciendo uso de una práctica que nos puede ayudar a conocernos, si bien, es una práctica que nos hace mucho daño: el juicio condenatorio. 

Cada vez que percibimos en el exterior aquello que se encuentra en sintonía con nuestro pensamiento, nos invita a emitir un juicio de valor. Cuando condenamos, estamos extendiendo nuestra propia condena y aquello que condenamos se convierte en nuestro peor enemigo. 

Nuestro hermano, adquiere un papel principal en el guion de nuestra vida. El actúa de cómplice para que nos veamos reflejado en él, tanto en lo que hemos decidido juzgar, como bueno y como malo. Lo primero que proyectamos sobre él, son nuestros miedos, nuestra escasez, nuestro sufrimiento, nuestro dolor. Tanto es así, que los convertimos en los causantes de todo cuanto nos ocurre. Sin embargo, no nos damos cuenta, de que no podremos percibir nada que no se encuentre en nuestro interior. Esto significa, que, si no vemos en nuestra mente el ataque, no podremos ser atacados; si no vemos, el dolor, no podremos experimentarlo; si no vemos la culpa, no seremos culpados. 

La lección de hoy, nos da una de las principales claves para recorrer el camino que ha de conducirnos a las puertas de la Salvación. Nos dice, que la percepción tiene un enfoque, que es lo mismo que decir, que responde a un deseo. Si esto lo aplicamos a la visión que tenemos de nuestro mundo, y, en particular, de nuestros hermanos, podemos concluir, que cada vez que vemos la culpa en ellos, en verdad estamos deseando proyectar nuestra propia culpa y no encontramos un modo mejor que hacerlo, que desear que sean culpables. 

Si ahora, en este momento, somos capaces de cambiar nuestro deseo, estaremos cambiando nuestra percepción y con ello estaremos cambiando nuestra visión. Si lo que deseamos es la impecabilidad, la extenderemos en nuestra percepción y en aquello que percibimos. 

Es una invitación que nos hace el Curso y que me gustaría compartir con todos vosotros. Desde aquí deseo vuestra impecabilidad, pues, es lo que deseo para mí mismo. Cada vez que la vida me ofrezca la oportunidad de elegir entre la condena y la impecabilidad, elegiré desde la nueva percepción y haré todo lo posible por satisfacer mi nuevo deseo de ser impecable.

Reflexión: ¿Cómo percibimos a nuestros hermanos?

viernes, 28 de junio de 2024

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 180

QUINTO REPASO
                                                                
LECCIÓN 180

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

1. (169) Por la gracia vivo. 2Por la gracia soy liberado.
3Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

2. (170) En Dios no hay crueldad ni en mí tampoco.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.


¿Qué me enseña esta lección?

1. (169) Por la gracia vivo. 2Por la gracia soy liberado.
3Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.


La Gracia, como el Amor Verdadero, no se puede aprender, pues forman parte de nuestra condición natural. Dios, al crearnos, nos hizo a su Imagen y Semejanza, por lo que la esencia de la Gracia y del Amor forman parte de nuestra genética espiritual.

Cierto es que la consciencia de nuestra verdadera identidad permanece dormida a la Realidad que Somos. Nuestra mente, identificada con la transitoriedad del cuerpo físico, se halla a merced del ego, el cual la mantiene prisionera de falsas creencias, como la separación, el miedo, el castigo, la culpa, etc.

No obstante, la mente, alejada de la Verdad, siente añoranza por Ella. Intuye el lejano recuerdo de su emanación original y eleva su mirada hacia el cielo, en un intento por evocar los días en los que se veía unida a su Creador.

En ese recuerdo extrae un rayo de luz que le lleva despertar del pesado letargo en el que se ha encontrado sumida. Esa luz es un bálsamo esperanzador que la conecta de nuevo con la Vida, resucitando de la ilusoria muerte.

Las trompetas del perdón claman a los cuatro vientos y de todos los confines del universo se recibe el clamor de la victoria sobre el mundo de la ilusión. Atrás queda el miedo; atrás queda la culpa y su aliado el castigo; atrás queda el odio y el rencor…, atrás queda el sueño del pecado…, atrás queda el dolor.

El cielo se abre y nos da la bienvenida… vamos acompañado de la Gracia y del Amor. Es un instante Santo…, es la vivencia del Milagro… no caminamos separados…, no caminamos solos…, caminamos unidos en la Filiación. Es la hora de la liberación.


2. (170) En Dios no hay crueldad ni en mí tampoco.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

Si nos creemos separados de nuestros hermanos, es lógico justificar nuestro miedo y nuestro deseo de defendernos. Tratamos de protegernos de aquello que interpretamos es un ataque contra nuestra vulnerabilidad, nuestra falsa identidad, el cuerpo.

El origen de la creencia de la separación, se ha grabado en el inconsciente colectivo de la humanidad como una acción transgresora de las Leyes Divinas, lo que ha sido interpretado como el “pecado original”.

Ese pecado, ha dado lugar al sentimiento de la culpabilidad y al deseo desenfrenado de limpiar nuestra consciencia a través de la vía del castigo y del dolor.

El rostro de Dios, aparece como un rostro riguroso e inspirador de Temor. Creer que le hemos fallado, nos inspira un poderoso miedo, el cual derivó en la creencia de la separación.

Ese error, nos ha llevado a la individualidad y a percibir al otro como algo externo del que debemos protegernos pues nos recuerda nuestros propios miedos.

Despertar de esa pesadilla que nos mantiene identificados con el miedo y con el sufrimiento, nos permitirá el reencuentro con nuestra verdadera realidad: Somos Amor y en nosotros no cabe la crueldad.

jueves, 27 de junio de 2024

Capítulo 12. V. El programa de estudios cuerdo (2ª parte).

 V. El programa de estudios cuerdo (2ª parte). 

5. Tienes problemas de aprendizaje en un sentido muy literal. 2Ciertas áreas de tus facultades para aprender están tan deteriora­das, que sólo puedes progresar bajo una dirección clara, precisa y constante, suministrada por un Maestro que pueda trascender tus limitados recursos. 3Él se convierte en tu Recurso, ya que por tu cuenta no puedes aprender. 4Es imposible aprender nada en la situación de aprendizaje en la que te has puesto a ti mismo, y es obvio que en esa situación necesitas un Maestro especial, así como un programa de estudios especial. 5A los malos estudiantes no se les debería elegir como maestros de sí mismos o de otros. 6No te dirigirías a ellos para establecer el programa de estudios que les permitiría escapar de sus limitaciones. 7Si comprendiesen lo que se encuentra más allá de ellos, no tendrían limitaciones. 

Para poder crear, debemos amar, pues crear es extender el amor. El Amor no se puede enseñar, ni aprender, pero sí es necesario recordar. Para recordar el Amor, debemos limpiar todas las falsas creencias que nos impiden acceder a ese recuerdo, que nos impiden ver la realidad que somos. Esa limpieza no podemos hacerla por nosotros mismos, pues nos hemos acostumbrado tanto a ese estado de suciedad, que somos incapaces de percibir la necesidad de hacer limpieza. El ego no es el maestro adecuado para enseñarnos a amar, pues siento pánico al amor. El amor es indiviso, mientras que el ego es padre de la división.

Para recordar lo que somos, para recordar el Amor, debemos pedir Expiación al Espíritu Santo, el cual nos dispensará la única lección que debemos aprender: la Mente Una. 

6. No sabes cuál es el significado del amor, y ésa es tu limitación. 2No intentes enseñarte a ti mismo lo que no entiendes, ni trates de establecer los objetivos del programa de estudios cuando los tuyos claramente han fracasado. 3El objetivo de tu aprendizaje ha sido no aprender y esto no puede conducir a un aprendizaje fructífero. 4No puedes transferir lo que no has aprendido, y el menoscabo de tu capacidad de generalizar es un fallo fundamental de tu aprendizaje. 5¿Les preguntarías a los que no han podido aprender para qué sirven los recursos de aprendizaje? 6Ellos no lo saben. 7Si pudiesen interpretar correctamente dichos recursos, habrían aprendido de ellos. 

¿Acaso puede dar lo que no tienes? El ego no puede ser nuestro maestro para enseñarnos la lección del Amor, pues, tiene miedo al amor. Recordar el amor, llevaría al ego a reconocer su inexistencia. 

7. He dicho que la regla del ego es: “Busca, pero no halles”. 2Traducido al lenguaje del programa de estudios eso significa: "Trata de aprender, pero no lo logres”. El resultado de este objetivo de aprendizaje es obvio: 4hará que se interprete erróneamente todo recurso de aprendizaje legítimo; toda instrucción real y toda dirección sensata, ya que el propósito de éstos es facilitar el apren­dizaje al que se opone ese absurdo programa de estudios. 5Si estás tratando de aprender cómo no aprender, y el objetivo de lo que enseñas es la auto-derrota, ¿qué puedes esperar sino confusión? 6Un programa así no tiene sentido. 7Este intento de "aprender" ha debilitado tanto a tu mente que no puedes amar, ya que el programa que has escogido es contrario al amor, y no es más que un curso en cómo atacarte a ti mismo. 8Un objetivo suplementa­rio de ese programa es no aprender cómo superar la división que da credibilidad a su objetivo principal. 9no te será posible superar esa división siguiendo dicho programa, ya que todo lo que aprendas será en su favor. 10Mas tu mente se pronuncia en contra de tu aprendizaje, tal como tu aprendizaje se pronuncia en contra de tu mente, y así, te opones a todo aprendizaje y lo consigues, pues eso es lo que quieres. 11Pero puede que todavía no te hayas dado cuenta de que hay algo que sí quieres aprender, y de que lo puedes aprender porque eso es lo que has decidido hacer. 

No podremos recordar el Amor, si no percibimos el mundo real. Mientras que percibamos el mundo que nos muestra la creencia en la separación, estaremos percibiendo erróneamente, y el mundo que veremos será irreal. En dicho mundo, aparentamos que estamos buscando el verdadero amor, pero cuando analizamos los resultados de dicha búsqueda, tomamos consciencia de que no estamos buscando del modo correcto. El amor no limita, no posee, no debilita, no ataca, no siente miedo. 

8. Tú, que has intentado aprender lo que no deseas, debes animarte, Buscar pues, aunque el programa de estudios que tú estableciste es en verdad deprimente, si lo examinas con detenimiento es simplemente ridículo. 2¿Cómo iba a ser posible que la manera de alcanzar un objetivo fuese no alcanzándolo? 3Renuncia ahora a ser tu propio maestro. 4Esta renuncia no te conducirá a la depre­sión. 5Es simplemente el resultado de haber evaluado honesta­mente lo que te has enseñado ti mismo y los resultados que se han derivado de ello. 6Bajo las condiciones de aprendizaje adecuadas, que tú no puedes proveer ni comprender, llegarás a con­vertirte en un alumno y maestro excelente. 7Pero aún no lo eres, ni lo serás hasta que la situación de aprendizaje tal como la urdiste se invierta. 

Buscar el amor en el lugar adecuado, significa que estamos dispuestos a renunciar a la creencia en la separación. Ver las cosas de otra manera, de tal forma que veamos a Dios en todo lo creado, que lo veamos en nuestra mente, nos llevará a percibir correctamente, a ver el mundo real, donde el amor favorecerá la libertad, la generosidad, la fortaleza, la unidad, la salvación. 

9. Tu potencial para aprender, debidamente entendido, es ilimitado porque te conducirá hasta Dios. 2Puedes enseñar el camino que conduce a Dios y aprenderlo, si sigues al Maestro que conoce el camino que conduce a Él y que sabe cómo se aprende Su pro­grama de estudios. 3El programa está desprovisto de toda ambigüedad porque Su objetivo no está dividido y los medios y el fin están en completo acuerdo. 4Lo único que necesitas hacer es ofrecerle tu atención indivisa. 5Todo lo demás se té proveerá, 6pues la verdad es que quieres aprender debidamente y nada puede oponerse a la decisión del Hijo de Dios. 7Lo que él puede aprender es tan ilimitado como él mismo. 

Aprender a través de la guía del Espíritu Santo, requiere por nuestra parte renunciar a la creencia en la separación. Poner nuestra voluntad al servicio del Creador, nos permitirá reconocernos como Maestros de Dios.

Capítulo 12. V. El programa de estudios cuerdo (1ª parte).

 V. El programa de estudios cuerdo (1ª parte). 


1. Sólo el amor es fuerte, puesto que es indiviso. 2Los fuertes no atacan, pues no ven que haya necesidad de ello. 3Antes de que la idea de atacar pudiese entrar en tu mente, tuviste que haberte percibido a ti mismo como débil. 4Puesto que te atacaste a ti mismo y creíste que el ataque había sido efectivo, te consideras a ti mismo debilitado. 5Al dejar de percibir la igualdad que existe entre tus hermanos y tú, y al considerarte a ti mismo como más débil, intentas "equilibrar" la situación a la que tú mismo diste lugar. 6te vales del ataque para ello porque crees que el ataque logró debilitarte.

El ataque, antes de adoptar formas físicas, es decir, antes de ser dirigido hacia algo externo, se produce en el nivel de la mente, de tal modo, que elegimos pensamientos que dividen nuestra mente. Dicha división, o lo que es lo mismo, ver un mundo distinto al de Dios, nos lleva a proyectar al exterior, la única causa que da lugar a la carencia, el miedo al amor, lo que se manifiesta externamente como el ataque a todo aquello que nos amenaza. 


2. Por eso es por lo que el reconocimiento de tu propia invulnera­bilidad es tan importante para el restablecimiento de tu cordura. 2Pues al aceptar tu invulnerabilidad estás reconociendo que el ataque no tiene efectos. 3Aunque te has atacado a ti mismo, demuestras que en realidad no ocurrió nada. 4Por lo tanto, al atacar no hiciste nada. 5Una vez que te des cuenta de esto, atacar dejará de tener sentido para ti, pues resultará evidente que ni es efectivo ni puede protegerte. 6Con todo, el reconocimiento de tu invulnerabilidad te aporta todavía mucho más que eso. 7Si tus ataques contra ti mismo no han podido debilitarte, eso quiere decir que aún eres fuerte. 8Por lo tanto, no tienes que "equilibrar" la situación para demostrar tu fuerza.
 
Recuperar la plena consciencia de lo que somos, nos permitirá recordar que somos Hijos del Amor y, por lo tanto, invulnerables a la falsa creencia en la necesidad y en la escasez. Al ver nuestra abundancia, la carencia de Amor, se convertirá en nuestra fortaleza. Bajo esa consciencia, el ataque, desaparece. 


3. No podrás darte cuenta de cuán inútil es el ataque hasta que no reconozcas que los ataques que lanzas contra ti mismo no tienen efectos. 2Pues otros ciertamente reaccionan ante el ataque si lo perciben, y, si estás tratando de atacarles, no podrás sino interpretar su reacción como un refuerzo de tu creencia en el ataque. 3El único lugar donde puedes cancelar todo refuerzo es en ti mismo. 4Pues tú eres siempre el primer blanco de tus ata­ques, y si éstos nunca han tenido lugar, tampoco pudieron haber tenido consecuencias.
 
La corrección del error original de vernos separados del Creador y de Su Filiación, nos liberará del miedo al amor, del miedo a Dios. Esa liberación, es el fruto que nos ofrece la Visión Crística, pues no podemos atacar aquello que amamos. Ver a Dios en nuestro interior, es ser consciente de que somos Su Hijo bien amado, en quien tiene Su Complacencia. 

4. El Amor del Espíritu Santo es tu fortaleza, pues el tuyo está dividido y, por lo tanto, no es real. 2No puedes confiar en tu pro­pio amor cuando lo atacas. No puedes aprender lo que es el amor perfecto con una mente dividida, porque una mente dividida se ha convertido a sí misma en un mal estudiante. 4Trataste de hacer que la separación fuese eterna porque querías conservar las carac­terísticas de la creación, aunque con tu propio contenido. 5La crea­ción, sin embargo, no procede de ti, y los malos estudiantes tienen ciertamente necesidad de una enseñanza especial.
 
Ver un mundo distinto al creado por Dios, es un ataque al Creador y un ataque a nosotros mismos, pues hemos sido creados a Su Imagen y Semejanza, es decir, somos herederos de Dios y, por tanto, conservamos Su Propia Condición. 

Si nuestra mente se encuentra dividida, la creencia en la separación, nos llevará a proyectar esa división al exterior, lo que justificará el sistema de pensamiento del ego, el cual, utiliza el ataque como un mecanismo de defensa ante el miedo de ser atacado. 

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 179

QUINTO REPASO
                                                    

LECCIÓN 179

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

1. (167) Sólo hay una vida, y ésa es la vida que  comparto con Dios.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

2. (168) Tu gracia me es dada. 2La reclamo ahora.
3Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.



¿Qué me enseña esta lección?

1. (167) Sólo hay una vida, y ésa es la vida que  comparto con Dios.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

Sólo hay una vida porque Dios es Unidad.

El Hijo de Dios, creado como Expansión emanada de la Mente de Dios, sigue y permanece en su Fuente Original. Por lo tanto, el Hijo de Dios es portador de una sola vida.

Sin embargo, la mente permitió dar valor al mundo de percepción procedente del mundo físico y ello dio lugar a que quedara “dormida” o lo que es lo mismo fabricara la creencia de la “separación”.

Esa identificación favoreció la idea de la dualidad, pues la visión podía captar el mundo espiritual y el mundo material. La consciencia de Unidad se fue transformando en una consciencia dual, y la Verdadera Vida, cedió la hegemonía a la creencia en la muerte.

Hoy es el día en el que podemos recuperar la consciencia de la Unidad; hoy es un día en el que podemos despertar del sueño de la dualidad. Hoy es el día en el que abandonamos la idea de la muerte y acogemos la única y verdadera Vida.


2. (168) Tu gracia me es dada. 2La reclamo ahora.
3Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

La Gracia de Dios es una bendición que nos ilumina el camino que debemos recorrer. La Gracia nos revela que el Amor hacia nuestros hermanos es el único acto que nos abre las puertas de la Salvación.

Hoy he tenido la oportunidad de tomar consciencia de que más allá de cualquier creencia, religión o filosofía, mucho más allá de todo ello, existe una condición que nos hace Uno con Dios: el Amor.

Yo me pregunto, ¿por qué los hombres preferimos luchar contra nuestros hermanos cuando tenemos puntos de vista diferentes? ¿por qué no respetamos las opiniones de los demás, como quisiéramos que respetasen las nuestras? ¿tememos que si cedemos en nuestros puntos de vista, ello dará más poder al otro?

Imagino un mundo en el que todos sepamos ver en el otro, nuestro propio rostro; en el que la Unidad prevalezca por encima de la separación; en el que el Amor sea la única moneda de cambio.

Crear ese mundo es misión de cada uno de nosotros.

miércoles, 26 de junio de 2024

Capítulo 12. IV. Buscar y hallar (2ª parte).

 IV. Buscar y hallar (2ª parte). 


5.No podrás por menos que buscar, ya que en este mundo no te sientes a gusto2buscarás tu hogar tanto si sabes dónde se encuentra como si no. 3Si crees que se encuentra fuera de ti, la búsqueda será en vano, pues lo estarás buscando dónde no está. 4No recuerdas cómo buscar dentro de ti porque no crees que tu hogar esté ahí. 5Pero el Espíritu Santo lo recuerda por ti y te guiará a tu hogar porque ésa es Su misión. 6A medida que Él cumpla Su misión te enseñará a cumplir la tuya, pues tu misión es la misma que la Suya. 7Al guiar tus hermanos hasta su hogar estarás siguiéndolo a Él.

No es en el cuerpo, sino en la Mente, donde debemos buscar la respuesta de lo que realmente somos. La visión de los cuerpos, nos hará creer que nuestra identidad se encuentra separada de las de los demás. La visión de la Mente, nos mostrará el rostro de nuestra verdadera realidad y, en ese rostro, reconoceremos el rostro de la Unidad que nos hace Uno con la Mente de nuestro Creador y con su Creación, la Filiación.

6. Contempla el Guía que tu Padre te ha dado, para que puedas aprender que posees vida eterna, 2pues la muerte no es la Volun­tad de tu Padre ni la tuya, y todo lo que es verdad es la Voluntad del Padre. 3La vida no te cuesta nada, pues se te dio, pero por la muerte tienes ciertamente que pagar, y pagar un precio exorbitante. 4Si la muerte es tu tesoro, venderás todo lo demás para comprarla. 5creerás haberla adquirido, al haber vendido todo lo demás. 6No obstante, no puedes vender el Reino de los Cielos. 7Tu herencia no se puede comprar ni vender. 8Ninguna parte de la Filiación puede quedar desheredada, pues Dios goza de pleni­tud y todas sus extensiones son como Él.

El cuerpo desaparecerá, pues es la fabricación de aquel cuya identidad es temporal. El ego niega a la Mente Una, al percibir un mundo separado, habitado por cuerpos separados. Creer en lo temporal, es creer en la muerte.

En cambio, la Mente no desaparecerá, pues es la creación de Aquel cuya identidad es Eterna. El Espíritu Santo da vida a la Mente Una, pues es la manifestación del Amor Uno. Creer en lo Eterno, es creer en la Vida.

7. La Expiación no es el precio de tu plenitud; es, no obstante, el precio de ser consciente de tu plenitud. 2Lo que decidiste "ven­der" tuvo que ser salvaguardado para ti, ya que no lo habrías podido volver a "comprar". 3Aun así, tienes que invertir en ello, no con dinero sino con espíritu. 4Porque el espíritu es voluntad, y la voluntad es el "precio" del Reino. 5Tu herencia aguarda únicamente tu reconocimiento de que has sido redimido. 6El Espíritu Santo te guía hacia la vida: eterna, pero tienes que abandonar tu interés por la muerte, o, de lo contrario, no podrás ver la vida aunque te rodea por todas partes.

La voluntad que compartimos con nuestro Creador, ha de llevarnos al abandono de la falsa creencia en la muerte; ha de llevarnos a la percepción verdadera, la que abrirá nuestros ojos a la Visión Crística del Amor, la que nos permitirá expresar la Mente Una.

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 178

QUINTO REPASO
                                                                
LECCIÓN 178

Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (165) Que mi mente no niegue el Pensamiento de Dios.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

2. (166) Se me han confiado los dones de Dios.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.


¿Qué me enseña esta lección?

1. (165) Que mi mente no niegue el Pensamiento de Dios.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

La identificación de nuestra mente con el error percibido a través del cuerpo físico, nos lleva a negar el Pensamiento de Dios, a violar sus Leyes Creadoras, nos ha llevado a creer en la separación de nuestra Fuente Original: la Divinidad.


Sin embargo, a pesar de que El Hijo de Dios ha permanecido “dormido” desde que decidió dar valor a su visión material, jamás se ha encontrado separado de su Creador, el Cual, es la Fuente de donde emana su única y verdadera realidad.

Negar el Pensamiento de Dios es negarnos a nosotros mismos, pues hemos sido Creados de la emanación expansiva del Padre.


2. (166) Se me han confiado los dones de Dios.
2Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.

Somos Unidad y buscamos la paz…

Somos Amor y sentimos miedo…

Somos Inteligencia Creadora y cometemos errores…

Somos Abundancia y buscamos saciar nuestra necesidad…

Somos Justicia y nos castigamos…

Somos Armonía y actuamos incoherentemente…

Somos belleza y ansiamos placer…

Somos Verdad y juzgamos…

Somos Dioses y fabricamos lo ilusorio…

Somos portadores de los dones de Dios y actuamos sin saberlo.

martes, 25 de junio de 2024

Capítulo 12. IV. Buscar y hallar (1ª parte).

 IV. Buscar y hallar (1ª parte). 

1. El ego está seguro de que el amor es peligroso, y ésta es siem­pre su enseñanza principal. 2Nunca lo expresa de este modo. aAl contrario, todo el que cree que el ego es la salvación parece estar profundamente inmerso en la búsqueda del amor. 3El ego, sin embargo, aunque alienta con gran insistencia la búsqueda del amor, pone una condición: que no se encuentre. 4Sus dictados, por lo tanto, pueden resumirse simplemente de esta manera: "Busca, pero no halles". 5Esta es la única promesa que el ego te hace y la única que cumplirá. 6Pues el ego persigue su objetivo con fanática insistencia, y su juicio, aunque seriamente menoscabado, es completamente coherente.

¿Quién puede tener miedo al amor? ¿Quién no desea ser amado? 

Ambas preguntas, tienen la misma respuesta: el ego.

El ego, basa toda su existencia en la creencia de la separación. El mundo que percibe, le lleva a negar su conexión con él, pues reconocerlo, significaría que es su mente la que lo ha fabricado, lo ha proyectado. Viéndolo fuera de sí mismo, lo juzga y lo interpreta aportándole el significado que más le convenga para demostrar su inmenso poder.

Para el ego, el amor es una fuente de miedo, por la sencilla razón de que el Amor nos conduce a la percepción verdadera, esta es, somos uno con todo lo creado. Reconocer esa verdad, significa la desaparición del ego.

A pesar de ello, el ego niega que le tenga miedo al amor, es más, argumenta, que necesita sentirse amado. Y es en esa reafirmación, el ego se declara débil ante el amor, pues toda necesidad significa carencia y negación. El ego ama de manera especial, proyectando el sello de su identidad: el especialismo.

2. La búsqueda que el ego emprende está, por lo tanto, condenada al fracaso. 2Y como también te enseña que él es tu identidad, su consejo te embarca en una jornada que siempre acaba en una per­cepción de auto-derrota. 3Pues el ego es incapaz de amar, y, en su frenética búsqueda de amor, anda en pos de lo que teme encon­trar. 4La búsqueda es inevitable porque el ego es parte de tu mente, y, debido a su origen, él no está totalmente dividido, pues, de lo contrario, carecería por completo de credibilidad. 5Tu mente es la que cree en él y la que le otorga existencia. 6Sin embargo, es también tu mente la que tiene el poder de negar su existencia, y eso es sin duda lo que harás cuando te des cuenta exactamente de la clase de jornada en la que el ego te embarca. 

Así es, el controvertido mundo que ha fabricado el ego y con el cual, nos encontramos identificados. Nos sentimos necesitados de amor y nos lanzamos a su búsqueda de una manera desmedida. Cuando creemos haberlo encontrado, el miedo que sentimos a amar, de forma verdadera, hace que ese amor, tan deseado, se desvanezca. Realmente, hemos confundido el amor especial, con el Amor Incondicional. El primero es falso, el segundo, el único y verdadero.

3. Es sin duda obvio que nadie quiere encontrar lo que le derrota­ría por completo. 2El ego, al ser incapaz de amar, se sentiría total­mente perdido en presencia del amor, pues no podría responder en absoluto. 3Tendrías entonces que abandonar su dirección, puesto que sería evidente que no te puede enseñar la respuesta que necesitas. 4El ego, por lo tanto, distorsionará el amor, y te enseñará que él te puede proveer las respuestas que el amor en realidad evoca. 5Si sigues sus enseñanzas, pues, irás en busca de amor, pero serás incapaz de reconocerlo. 

Para el ego, aquello que cree amar, es lo que más miedo le da, pues desde que lo percibe, siempre un profundo temor a perderlo. Es incapaz de reconocer que el verdadero Amor es eterno; que el verdadero Amor, es para darlo y cuanto más lo damos, más lo mantenemos, pues nos hace conscientes de que somos lo que damos.

4. ¿No te das cuenta de que el ego sólo puede embarcarte en una jornada que únicamente puede conducirte a una sensación de futilidad y depresión? 2Buscar y no hallar no puede ser una activi­dad que brinde felicidad. 3¿Es ésta la promesa que quieres seguir manteniendo? 4El Espíritu Santo te ofrece otra promesa, la cual te conduce a la dicha. 5Pues Su promesa es siempre: "Busca y halla­rás", y bajo Su dirección no podrás fracasar. 6La jornada en la que el Espíritu Santo es tu Guía es la jornada que te conduce al triunfo, y el objetivo que pone ante ti, Él Mismo lo consumará. 7Pues Él nunca engañará al Hijo de Dios a quien ama con el Amor del Padre.

El sistema de pensamiento del ego nos lleva a creer, que dar es perder. El sistema de pensamiento del Espíritu Santo, nos enseña, que dar es recibir.

Reconoceremos la verdad, en la medida que practiquemos bajo la guía del ego o la del Espíritu Santo.

Bajo la tutela del ego, nuestras experiencias nos llevarán al encuentro con el dolor y el sufrimiento, hijos predilectos del miedo.

Bajo la tutela del Espíritu Santo, nuestras experiencias no llevarán al encuentro con el gozo y la alegría.