viernes, 25 de octubre de 2024

Capítulo 15. V. El instante santo y las relaciones especiales (2ª parte).

V. El instante santo y las relaciones especiales (2ª parte).

5. El Espíritu Santo sabe que nadie es especial. 2Mas Él percibe también que has entablado relaciones especiales, que Él desea purificar y no dejar que destruyas. 3Por muy profana que sea la razón por la que las entablaste, Él puede transformarlas en santi­dad, al eliminar de ellas tanto miedo como le permitas. 4Puedes poner bajo Su cuidado cualquier relación y estar seguro de que no será una fuente de dolor, si estás dispuesto a ofrecérsela a Él para que no apoye otra necesidad que la Suya. 5Toda la culpabili­dad que hay en tus relaciones especiales procede del uso que haces de ellas. 6Todo el amor, del uso que Él hace de ellas. 7No temas, por lo tanto, abandonar tus imaginadas necesidades, las cuales no harían sino destruir la relación. 8De lo único que tienes necesidad es de Él.

El Espíritu Santo hace uso de su cualidad como mediador, para inspirarnos el verdadero significado del amor, de tal modo, que seamos capaces de sustituir los viejos conceptos que nuestro sistema de pensamiento ha acuñado del amor bajo la guía del ego.

Ofrecer al Espíritu Santo nuestra relación, significa que debemos estar dispuestos a ver el aspecto condicionado por la culpa de dicha relación. Dicha culpa se basa en el miedo y en la creencia en la separación. Elevar nuestro amor condicionado a un amor incondicional, es la lección que nos regala el Espíritu Santo cuando media en nuestras relaciones.

Cuando amemos, no lo hagamos con miedo a perder lo que amamos, pues si lo hacemos, no lo estamos amando, realmente, le estamos exigiendo que se comporte como nosotros hemos imaginado que debe hacerlo. 

6. Si deseas sustituir una relación por otra, es que no se la has ofrecido al Espíritu Santo para que Él haga uso de ella. 2El amor no tiene substitutos. 3Cualquier intento de sustituir un aspecto del amor por otro, significa que has atribuido menos valor a uno y más a otro. 4De esta forma, no sólo los has separado, sino que los has condenado a ambos. 5Mas tuviste que haberte condenado a ti mismo primero, o, de lo contrario, nunca habrías podido pensar que necesitabas que tus hermanos fuesen diferentes de como son. 6A no ser que hubieses pensado que estabas falto de amor no se te habría ocurrido pensar que ellos estaban tan faltos de amor como tú.

¡Guau! Es tan revelador el contenido de este punto, que no he podido evitar esta exclamación de admiración. Es tanta la lucidez y la sencillez expresada que nos desarma. Cuando el ego recibe este mensaje, queda al descubierto toda su estrategia. ¿Qué argumentos extraerá de su bagaje experiencial de su pasado, para desmentir la verdad expuesta? Dirá, quizás, que ha decidido cambiar de relación por que la otra persona le privaba de libertad, o, tal vez, su argumento sea otro, y su defensa se basará en que la otra persona no lo ama con la misma intensidad que lo hace él, lo que le impide ser especial.

¡No!, ninguno de los argumentos que utilice serán ciertos, pues están basados, eso sí,  en su actual ignorancia de lo que es el amor verdadero. Como bien expresa este punto, el amor no tiene substitutos. El amor es uno. Y si la razón de esa unicidad no se cumple, es porque no creemos en ella, no forma parte de nosotros, lo que nos llevará a proyectar fuera el contenido de nuestras creencias. Veremos a los demás desde la separación, y así, responderemos a nuestras relaciones de amor con ellas.

7.  El uso que el ego hace de las relaciones es tan fragmentado, que con frecuencia va aún más allá una parte de un aspecto se ajusta a sus propósitos, pero al mismo tiempo prefiere diferentes partes de otro aspecto. 2De ésta forma ensambla la realidad de acuerdo con sus caprichos, incitándote a que vayas en busca de una imagen que no tiene contrapartida real. 3Pues no hay nada en el Cielo o en la tierra que se parezca a ella, y así, por mucho que la busques, no podrás encontrarla porque no es real.

La visión del ego responde a su creencia en la separación. La causa de esta creencia procede del deseo del Hijo de Dios de ser diferente a Su Creador. Ese deseo diferenciador le ha llevado a interpretar que ha violado las Leyes de Dios y por tal motivo ha pecado contra Él, y se ha sentido expulsado del Hogar Paradisiaco donde disfrutaba del estado de Unidad.

Con esa errónea visión, la mente decide proyectarse en base a esa ley particular, lo que favorece la percepción, la cual se convierte en la fuente de aprendizaje de la conciencia.

Todo lo percibido se interpreta como separado de la mente que lo percibe y se le aporta un trato desde la visión del miedo y la culpa.

La Mente Una ya no forma parte de la visión de la mente y el juicio, la visión fragmentada, ocupa su lugar.

Hay un dicho popular donde vivo, que nos muestra lo que estamos explicando: "para gusto los colores", es decir, cada mente separada, percibe un mundo diferente, lo que da lugar, a los enfrentamientos y los conflictos, propios por conseguir hacer valer que su gusto es el que más fans y seguidores tiene. 

jueves, 24 de octubre de 2024

Capítulo 15. V. El instante santo y las relaciones especiales (1ª parte).

V. El instante santo y las relaciones especiales (1ª parte).

1. El instante santo es el recurso de aprendizaje más útil de que dispone el Espíritu Santo para enseñarte el significado del amor. 2Pues su propósito es la suspensión total de todo juicio. 3Los jui­cios se basan siempre en el pasado, pues tus experiencias pasadas constituyen su base. 4Es imposible juzgar sin el pasado, pues sin él no entiendes nada. 5Por lo tanto, no intentarías juzgar porque te resultaría obvio que no entiendes el significado de nada. 6Esto te da miedo porque crees que, sin el ego, todo sería caótico. 7Mas yo te aseguro que, sin el ego, todo sería amor.

El amor no juzga, no separa, simplemente, acepta y comparte, pues el amor es la fuerza expansiva, con la que hemos sido creados. 

El amor no juzga, pues es inocente, puro y no ve el pasado. Se manifiesta, siempre, en el presente, en el ahora, y su visión es limpia y transparente. No oculta secretos, ni ataca para protegerse, pues, jamás se siente atacado.

El sistema de pensamiento del ego, para subsistir, necesita de la base de su experiencia, la cual, le habla de lo percibido en el pasado. Pero ese proceso, la percepción errónea, es precisamente la causa que le lleva a juzgar, pues, dicha percepción es fruto de la falsa creencia en la separación. El ego tiene miedo al amor, pues, el amor fluye desde la inocencia, y, el ego, no puede permitirse la inseguridad que le aporta en ver las cosas con ojos nuevos.

2. El pasado es el principal recurso de aprendizaje del ego, pues fue en el pasado cuando aprendiste a definir tus propias necesidades y cuando adquiriste métodos para satisfacerlas de acuerdo con las condiciones que tú mismo habías fijado. 2Hemos dicho que limitar el amor una parte de la Filiación produce culpabilidad en tus relaciones, y, por lo tanto, hace que éstas sean irreales. 3Si intentas aislar ciertos aspectos de la totalidad, con vistas a satisfacer tus imaginadas necesidades, estarás intentando valerte de la separación para salvarte. 4¿Cómo no iba a producirse enton­ces culpabilidad? 5Pues la separación es la fuente de la culpabili­dad, y recurrir a ella para salvarte es creer que estás solo. 6Estar solo es ser culpable. 7Pues sentir que estás solo es negar la Unidad entre Padre e Hijo y, de ese modo, atacar la realidad.

Si escudriñamos nuestra mente con el propósito de valorar nuestro aprendizaje (para el ego, saber es poder), descubriremos que, la fuente de ese saber se encuentra en nuestros recuerdos de lo vivido, de lo experimentado, es decir, en el pasado. Sin embargo, si miramos nuestra mente desde el estado presente, con la convicción de que ese presente nos brinda la oportunidad de aprender cosas que aún no conocemos, tal vez no podamos evitar sentir vértigo, pues ante nuestros ojos se nos muestra un mundo de posibilidades, que al no formar parte de nuestro saber ancestral, nos desconcierta. No sabemos cómo actuar, cómo hacer las cosas, qué respuesta debemos dar, en definitiva, tenemos miedo a lo desconocido, tenemos miedo a dejarnos llevar por la calma de ese instante, tenemos miedo, por el silencio de nuestra mente, la cual no nos ofrece la acostumbrada seguridad basada en el pasado.

Lo que interpretamos como ignorancia cuando miramos el presente con ojos nuevos, en verdad, es un estado donde la grandeza nos invita a apostar por ella, pues es en ese ahora, cuando podemos deshacer lo aprendido, todo cuanto nos impide avanzar hacia la verdad de lo que somos, para reconocer que somos Uno con la Filiación Divina y Uno con nuestro Creador. Esa visión, está libre de toda creencia en el pecado, en la culpa. Es una visión íntegra de la creación de Dios. Esa visión disipa las sombras del miedo y nos brinda un instante para saborear el dulce néctar de la libertad.

3. No puedes amar sólo a algunas partes de la realidad y al mismo tiempo entender el significado del amor. 2Si amases de manera distinta de como ama Dios, Quien no sabe lo que es el amor espe­cial, ¿cómo ibas a poder entender lo que es el amor? 3Creer que las relaciones especiales, con un amor especial, pueden ofrecerte la sal­vación, es creer que la separación es la salvación. 4Pues la salva­ción radica en la perfecta igualdad de la Expiación. 5¿Cómo puedes pensar que ciertos aspectos especiales de la Filiación pue­den ofrecerte más que otros? 6El pasado te ha enseñado esto. 7Mas el instante santo te enseña que eso, no es así.

Con esta aportación, el Curso acaba de dinamitar todas las creencias que el ego atesora del significado del amor.

Para el ego, el amor adquiere distintos significados. Basa su teoría en el hecho de que no podemos hablar tan sólo de un tipo de amor. Está el amor de pareja, el amor de hijo, el amor de familiares, el cual se puede desmenuzar aún más, dando lugar a las variantes de amor de padres, amor de hermanos, amor de abuelos, amor de tíos, etc. Se habla del amor de amigos, del amor por los animales, del amor pasional, del amor compasivo... Sí, podemos hablar de todas estas variantes de significados del amor y los utilizamos como argumentos para justificar que el amor que sentimos por nuestra pareja, no puede ser el mismo que el que sentimos por nuestros padres o abuelos.

Un Curso de Milagros nos enseña que el Amor es Uno. Qué el Amor es incondicional y es portador del don de la creación, la libertad. Si esto es verdad, que lo es, debemos preguntarnos si todas nuestras variantes y significados del amor cumplen dicho requisito, es decir, ¿amamos desde la libertad?

Si tu respuesta es no, entonces debes tener claro que debes sopesar los significados que das al amor, pues, estarás percibiéndolo de manera errónea, y, tal vez, debas plantearte llamarle de otra manera: miedo.

4. Todas las relaciones especiales contienen elementos de miedo en ellas debido a la culpabilidad. 2Por eso es por lo que están sujetas a tantos cambios y variaciones. 3No se basan exclusiva­mente en el amor inmutable. 4Y allí donde el miedo ha hecho acto de presencia no se puede contar con el amor, pues ha dejado de ser perfecto. 5El Espíritu Santo, en Su función de intérprete de lo que has hecho, se vale de las relaciones especiales, que tú utilizas para apoyar al ego, para convertirlas en experiencias educativas que apunten hacia la verdad. 6Siguiendo Sus enseñanzas, todas las relaciones se convierten en lecciones de amor.

Este punto, nos permite retomar la enseñanza del amor donde lo habíamos dejado, esto es, brindándonos la posibilidad de ver nuestro amor como una expresión, realmente, de miedo. Esto es así, porque interpretamos de manera especial nuestra relación con aquellos que hemos seleccionado como receptores de nuestro amor. Dicho amor está condicionado por nuestros recuerdos del pasado, de donde extraemos el sentimiento de la culpa, como principal cebo para sentirnos atraídos hacia dichas personas, no otras, por la que despertamos atracción, al la que hemos malinterpretado como amor.

El Espíritu Santo utiliza dichas experiencias para que contribuyan en nuestro proceso de aprendizaje de la verdad, en nuestro proceso de aprendizaje del amor. Si indagamos en esta lección de vida, tendremos argumentos, más que suficientes, para escribir cientos de libros, pues, cada relación especial es un mundo. Sin embargo, todas estas relaciones desembocan en el un único "mar", el cual, es regado por las aguas puras del amor verdadero. 

miércoles, 23 de octubre de 2024

Capítulo 15. IV. La práctica del instante santo (3ª parte).

  IV. La práctica del instante santo (3ª parte).

7. ¿Cómo puedes hacer esto cuando prefieres abrigar pensamien­tos privados y no renunciar a ellos? La única manera en que podrías hacer esto es negando la perfecta comunicación que hace que el instante santo sea lo que es. 3Crees que puedes abrigar pensamientos que no quieres compartir con nadie, y que la salva­ción radica en que te los reserves exclusivamente para ti. 4Crees que en los pensamientos privados que únicamente tú conoces puedes encontrar una manera de quedarte con lo que deseas sólo para ti y de compartir sólo lo que tú deseas compartir. 5Y luego te preguntas cómo es que no estás en completa comunicación con los que te rodean, o con Dios que os rodea a todos a la vez.

La decisión de albergar pensamientos privados, secretos, forma parte del sistema de pensamiento del ego, pues, la decisión de ocultar dichos pensamientos, siempre responde a los pensamientos de miedo, de culpa, que nos atormentan.

Los pensamientos de amor, siempre son expansivos y propician la comunicación entre las mentes, en reconocimiento de la unidad que comparten. En cambio, los pensamientos de miedo, siempre tratan de ocultar nuestra punidad y nuestra creencia en el pecado, pues, en dichos pensamientos se esconde el reconocimiento de desear atacar y ser diferente a los demás.

8. Cada pensamiento que prefieres mantener oculto interrumpe la comunicación, puesto que eso es lo que quieres. 2Es imposible reconocer la comunicación perfecta, mientras interrumpir la comunicación siga teniendo valor para ti. 3Pregúntate sincera­mente: "¿Deseo estar en perfecta comunicación? a¿Estoy completamente dispuesto a renunciar para siempre a todo lo que la obstaculiza?" 4Si la respuesta es no, entonces no importa cuán dispuesto esté el Espíritu Santo a concedértela, ello no será sufi­ciente para que tú puedas disponer de ella, pues no estás dis­puesto a compartirla con Él. 5la comunicación perfecta, no puede tener lugar en una mente que ha decidido oponerse a ella. 6Pues dar el instante santo así como recibirlo requiere la misma dosis de buena voluntad, al ser la aceptación de la única Volun­tad que gobierna todo pensamiento.

En el ejemplo que exponía en el análisis del punto 4, describimos a "M", expresando una profunda necesidad de hacer cosas grandes e importantes en su vida, para lo cual, estaba dispuesta, incluso a renunciar a los sentimientos que la unía a su familia, para conseguir satisfacer su carencia interior. En su manera de afrontar esta experiencia, detectamos que "M" albergó durante mucho tiempo, pensamientos secretos hacia su familia, en especial, hacia su pareja, pues ésta, desconocía la importancia de dichos pensamientos, desconocía, la necesidad vital que su esposa sentía hacia el hecho de querer dar al mundo, algo que negaría a su propia familia.

Es evidente, que la comunicación no era fluida, no existía en el seno de su familia, y, esa ausencia de amor, le impedía a "M" percibir correctamente su escenario vital, el que sin duda, le estaba ofreciendo la oportunidad de hacer algo grande en su vida, sin necesidad de encontrar en otro lugar, un escenario más propio que su propia familia.

9. La condición necesaria para que el instante santo tenga lugar no requiere que no abrigues pensamientos impuros. 2Pero sí requiere que no abrigues ninguno que desees conservar. 3La ino­cencia no es obra tuya. 4Se te da en el momento en que la desees. 5La Expiación no existiría si no hubiese necesidad de ella. 6No serás capaz de aceptar la comunicación perfecta mientras sigas queriendo ocultártela a ti mismo. 7Pues lo que deseas ocultar se encuentra oculto para ti. 8En tu práctica, por consiguiente, trata solamente de mantenerte alerta contra el engaño, y no trates de proteger los pensamientos que quieres negarte a compartir. 9Deja que la pureza del Espíritu Santo los desvanezca con su fulgor, y concéntrate sólo en estar listo para la pureza que Él te ofrece. 10De esta manera, Él te preparará para que reconozcas que eres un anfitrión de Dios y no un rehén de nada ni de nadie.

"Pues lo que deseas ocultar se encuentra oculto para tí". Siempre me he preguntado, el por qué, buscamos ayuda fuera de nosotros mismos, cuando la verdad ya se encuentra en nuestro interior. La respuesta, ahora la entiendo, nos viene dada por la afirmación con la que hemos comenzado la reflexión de este punto. Lo que deseamos ocultar se encuentra oculto para nosotros, es decir, no tan sólo no vemos la verdad, sino que tampoco vemos nuestra oscuridad, por lo que nos pasa inadvertida.

Serán los demás, la relación de comunicación que con ellos compartimos, los que nos reflejarán la calidad de nuestros pensamientos ocultos. ¿Cómo lo hacen? Sencillamente, haciendo de espejos, esto es, reflejando con su comportamiento la calidad de esos pensamientos ocultos. Nosotros al reconocerlos fuera, al no haberlo aceptados en nuestro interior, los rechazaremos fuera, lo que nos llevará a romper todo vínculo de relación y comunicación con aquellos que nos han mostrado lo que ocultamos en nuestro interior.

Cuando se produce esta dinámica, que es muy habitual, en nuestras vidas, podemos percibir una ruptura de las relaciones, lo que nos llevará a buscar, a conocer, las causas que la han originado. Cuando esto ocurre, decidimos buscar ayuda en las respuestas de los demás. Es cuando nos sinceramos con un amigo, con el deseo de que nos saque de esa situación oscura, o, que decidamos visitar a un psicólogo, para que psicoanalisis nuestro comportamiento.

La única respuesta que nos puede ayudar en esa situación, es la que nos brinde a sustituir la visión de separación, por la de amar. Elegir el amor, nos llevará a buscar a esa persona que ha llevado a cabo el papel de espejo y darles muestras de agradecimiento, en reconocimiento de su papel estelar en nuestra vida. En ese agradecimiento, va implícito, nuestra comprensión de que somos uno en la Filiación de Dios.

martes, 22 de octubre de 2024

Capítulo 15. IV. La práctica del instante santo (2ª parte).

  IV. La práctica del instante santo (2ª parte).

4. ¿Quieres saber cuán perfecto e inmaculado es el santo altar en el que tu Padre se ha ubicado a Sí Mismo? 2Te darás cuenta de esto en el instante santo, en el que gustosamente y de buena voluntad renuncias a todo plan que no sea el Suyo. 3Pues en el instante santo se encuentra la paz, perfectamente diáfana porque has estado dispuesto a satisfacer sus condiciones. 4Puedes reclamar el instante santo en cualquier momento y lugar en que lo desees. 5En tu práctica, procura abandonar cualquier plan que hayas aceptado a fin de encontrar grandeza en la pequeñez. 6No se encuentra ahí. 7Utiliza el instante santo sólo para reconocer que por tu cuenta no puedes saber dónde se encuentra, y que lo único que harías, sería engañarte a ti mismo.

Las artimañas propias del sistema de pensamiento del ego, nos llevará a creer que podemos "espiritualizar" la pequeñez, de tal modo, que nuestra mente nos lleva a creer que podemos conocer los planes de Dios y ajustarlos a nuestros propios planes. Un ejemplo de ello, tal vez nos ayude a reconocer dichas artimañas.

"M, es una chica casada, ha creado una familia, junto a sus hijos, y se siente atraída por el mundo espiritual. Asiste a cursos, conferencias, donde busca encontrar la guía que ha de permitirle dar respuesta a sus inquietudes. Ella, siempre ha sentido una llamada interior a servir a los demás, a hacer algo grande e importante por mejorar la vida de los demás y, sobre todo, de los más necesitados. A pesar de todos los esfuerzos que hacía para mantener sus inquietudes satisfechas, no acababa de conseguirlo, lo que la llevó a una profunda frustración personal que, finalmente, la motivó a tomar una decisión delicada. Le surgió la oportunidad de ir a prestar sus servicios a un país subdesarrollado, como voluntaria, y se planteó abandonar a su familia, pues, entendía que la vida le estaba ofreciendo lo que siempre había deseado, hacer algo grande e importante con su vida"

Tal vez, la grandeza, que le inspiraba a "M", no tuviese nada que ver con la Grandeza que Dios ha depositado en nosotros. El ego, sabe cómo apoderarse de nuestros sueños, de nuestras necesidades, y adornarlas con los mejores vestidos, en nombre de la espiritualidad.

El descubrimiento del amor en nuestro interior, es reconocer la Grandeza con la que Dios nos ha creado. Tal vez pienses que esa grandeza deba ir acompañada de gestos externos que la pongan de manifiesto. Esto es así, pero no por necesidad, pues la grandeza, el amor, no tiene necesidades, ni carencias. Esto es así, porque la grandeza, el amor, nos llevará a su expansión, por su condición natural.

En el ejemplo que hemos elegido, "M", finalmente, decidió oír la voz que le inspiró no abandonar a su familia, para cumplir, con su creencia de que tenía que hacer algo grande e importante en su vida. Entendió, que su familia, su esposo y su hija, les brindaba la oportunidad de llevar a cabo esa expresión de grandeza.  

5. Yo me encuentro dentro del instante santo tan claramente como tú quieres que lo esté. 2Y el tiempo que tardes en aprender a acep­tarme, será el mismo tiempo que tardarás en hacer tuyo el instante santo. 3Te exhorto a que hagas que el instante santo pase a ser tuyo de inmediato, pues liberar la mente del anfitrión de Dios de la pequeñez no depende del tiempo, sino de la buena voluntad que se tenga para ello.

No es la primera vez, que el Curso nos habla de la importancia de la voluntad. Estamos ante el Principio Primordial de todo acto creador. La Voluntad de Dios es el acto de elegir el Amor, la Luz, para llevar a cabo su Creación. Podemos decir, que la Voluntad es como la semilla, en cuyo interior se encuentra el potencial que se expresará dando lugar a la obra creadora, a la planta cuyos frutos aportará nuevas semillas, perpetuando la vida eternamente.

En la voluntad se encuentra el potencial del que somos portadores. En nuestra voluntad se encuentra nuestro poder divino, pues, si utilizamos la voluntad, lo que realmente estamos haciendo es tomando la decisión de elegir, en una dirección u otra, es decir, podemos elegir, siempre que queramos, el camino de la luz, del amor, de la vida, Esta decisión siempre tendrá lugar en el instante santo, pues, esa es nuestra voluntad.

6. La razón de que este curso sea simple es que la verdad es simple. 2La complejidad forma parte del ámbito del ego y no es más que un intento por su parte de querer nublar lo que es obvio. 3Podrías vivir en el instante santo para siempre, empezando desde ahora hasta la eternidad, si no fuera por una razón muy sencilla. 4No empañes la simplicidad de esa razón, pues si lo haces, será únicamente porque prefieres no reconocerla ni aban­donarla. 5La simple razón, llanamente expuesta, es ésta: el instante santo es un momento en el que se recibe y se da perfecta comuni­cación. 6Esto quiere decir que es un momento en el que tu mente es receptiva, tanto para recibir como, para dar. 7El instante santo es el reconocimiento de que todas las mentes están en comunicación. 8Por lo tanto, tu mente no trata de cambiar nada, sino simple­mente de aceptarlo todo.

El instante santo es la elección de expandir la fuerza del amor y compartirla con el mundo que nos rodea. Ese instante no puede excluir a nadie, pues es el reconocimiento de que somos Uno en la Filiación creada por nuestro Padre.

Decide a favor del amor, de la unidad, de la paz, de la inocencia, de la grandeza, y estarás compartiendo el instante santo. Así de simple es la verdad que nos enseña este curso. ¡Qué nuestra voluntad sea compartir esa verdad!

lunes, 21 de octubre de 2024

Capítulo 15. IV. La práctica del instante santo (1ª parte).

 IV. La práctica del instante santo (1ª parte).

1. Es posible aprender este curso inmediatamente, a no ser que creas que lo que Dios dispone requiere tiempo. 2Y esto sólo puede significar que prefieres seguir demorando reconocer el hecho de que lo que Su Voluntad dispone ya se ha cumplido. 3El instante santo es este mismo instante y cada instante. 4El que deseas que sea santo, lo es. 5El que no deseas que lo sea, lo desperdicias. 6En tus manos está decidir qué instante ha de ser santo. 7No demores esta decisión, 8pues más allá del pasado y del futuro, donde no podrías encontrar el instante santo, éste espera ansiosamente tu aceptación. 9Sin embargo, no puedes tener una conciencia feliz de él mientras no lo desees, pues encierra dentro de sí la liberación total de la pequeñez.

Al igual que yo, es posible que la lectura de este punto, te lleve a exclamar un ¡eureka!, o, a dar saltos de alegría, pues habrá llegado a tu corazón y habrás reconocido la verdad que andabas buscando; la única verdad que te permitirá encontrar la paz que añoras. Pero..., sí, hay un pero que debes conocer. Esa verdad, no es una nueva verdad para tí, aunque te cueste un poco reconocerlo. Esa verdad, siempre ha estado dentro de tí, esperando que la descubrieses y, sobre todo, que te llevase a servirla. 

El "pero" al que me refiero, no debes subestimarle, pues es el principal obstáculo que, hasta ahora, te ha impedido ver la verdad y vivirla. El simple hecho de que la lectura de este punto te haya provocado cierta euforia, no es suficiente. Si permites que el ego siga gobernando tu mente, es probable, que, la alegría de este instante, dure el  tiempo que decidas de nuevo, rendirle culto.

La verdad es intemporal, pues su Causa así lo es. No está sujeta al cambio, y lo que es verdad ahora, lo será siempre.

Recuperemos ese estado de felicidad producido por la visión de la verdad, pues no tendremos que buscar fuera de nosotros ningún método para conseguir que dicha visión sea eterna. El cómo conseguirlo forma parte de la propia verdad. Viene con las instrucciones que ha de permitirnos experimentarla en su plenitud. Tan sólo tenemos que desear que sea nuestro guía y maestro, en cada instante de nuestra existencia. Esa es la verdad: Ama eternamente y la eternidad te acompañará siempre.

2. Tu práctica, por lo tanto, debe basarse en que estés dispuesto a dejar a un lado toda pequeñez. 2El instante en que la grandeza ha de descender sobre ti se encuentra tan lejos como tu deseo de ella, mientras no la desees, y en su lugar prefieras valorar la pequeñez, ésa será la distancia a la que se encontrará de ti. 4En la medida en que la desees, en esa misma medida harás que se aproxime ti. 5No pienses que puedes ir en busca de la salvación a tu manera y alcanzarla. 6Abandona cualquier plan que hayas elaborado para tu salvación y substitúyelo por el de Dios. 7Su plan te satisfará. 8No hay nada más que pueda brindarte paz, pues la paz es de Dios y de nadie más qué de Él.

Ya no podemos poner más escusas. Ya no podremos culpar el mundo de fuera, a los demás, condenándoles a ser nuestros enemigos, a ser los obstáculos que nos impiden encontrar la paz añorada. La felicidad no se encuentra fuera de nosotros, sino en nuestro interior. Es nuestra decisión el ser felices, y lo único que nos lo impide es el deseo de no serlo. ¿Esto es una contradicción? No, no lo es, si tomamos consciencia de que la verdad se encuentra en nuestro interior y no fuera de él. Dios nos creó desde la Verdad, desde el Amor y somos Semejantes a Él. 

Lo que ocurres, es que hemos elegido ver de una manera diferente; hemos elegido creer que somos nuestros propios creadores y que nos encontramos separados de mundo de fuera, de los demás. Sí, hemos inventado nuestro propio plan de salvación y ese camino está repleto de fórmulas que ninguna nos lleva a la paz, pues no persigue la paz, sino el logro personal de ser diferente a otros.

Deja de mirar al exterior con los ojos del ego, y elige mirar en tu interior con la visión de Cristo. Si lo haces, allí donde antes percibías la oscuridad, ahora, verás nítidamente la luz; allí donde antes sentías miedo, ahora, sentirás amor; allí donde antes veías separación, ahora verás unidad.

3. Sé humilde ante Él, y, sin embargo, grande en Él. 2No antepon­gas ningún plan del ego al plan de Dios, 3pues con tu decisión de formar parte de cualquier otro plan que no sea el Suyo dejas vacante tu lugar en Su plan, que debes ocupar si quieres unirte a mí. 4Te exhorto a que cumplas el santo papel que te corresponde desempeñar en el plan que Él dio al mundo para liberarlo de la pequeñez. 5Dios desea que Su anfitrión more en perfecta libertad. 6Cualquier fidelidad a un plan de salvación distinto del Suyo dis­minuye en tu propia mente el valor de lo que Su Voluntad ha dispuesto para ti. 7Sin embargo, es tu mente la que es Su anfi­trión.

Sustituir la visión del ego, por la Visión Crística, nos permitirá reconocer el Plan de Salvación que Dios ha dispuesto para Su Hijo y adherirnos a él. ¿Cuál es ese Plan de Salvación?

Ya lo hemos analizado en otra parte de estas enseñanzas, el Plan de Salvación es el que nos brinda la oportunidad de recordar lo que realmente somos, Hijos de la misma Filiación, unidos en la Mente del Creador, visión que nos llevará a comprender que, la Salvación no es un camino que debamos andar en solitario, sino de la manos del resto de la humanidad.