sábado, 11 de enero de 2025

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 11

LECCIÓN 11

Mis pensamientos sin significado me están mostrando un mundo sin significado.

1. De todas las ideas que hemos presentado hasta ahora, ésta es la primera que está relacionada con una de las fases principales del proceso de corrección: la inversión de la manera de pensar del mundo. 2Parece como si fuese el mundo el que determina lo que percibes. 3La idea de hoy introduce el concepto de que son tus pensamientos los que determinan el mundo que ves. 4Alé­grate en verdad de practicar la idea en su forma original, pues en esta idea reside la certeza de tu liberación. 5La llave del perdón se encuentra en ella.

2. Las sesiones de práctica con la idea de hoy deben llevarse a cabo de forma ligeramente distinta de las anteriores. 2Comienza con los ojos cerrados y repite la idea lentamente para tus adentros. 3Abre luego los ojos y mira a tu alrededor, así como a lo que está cerca, a lo que está lejos y a lo que está encima o debajo de ti. Mira por todas partes. 4Durante el minuto más o menos a emplear usando la idea, simplemente repítela en silencio y asegúrate de hacerlo sin prisa y sin ninguna sensación de urgencia o esfuerzo.

3. Para derivar el máximo beneficio de estos ejercicios, los ojos deben pasar de una cosa a otra con cierta rapidez, ya que no deben detenerse en nada en particular. 2Las palabras, en cambio, deben usarse pausada, e incluso, relajadamente. 3La introducción a esta idea, en particular, debe practicarse de la manera más casual que puedas. 4Contiene los cimientos de la paz, de la relaja­ción y de la ausencia de preocupación que estamos tratando de lograr. 5Al final de los ejercicios, cierra los ojos y repite lentamente la idea para tus adentros una vez más.

4. Tres sesiones de práctica probablemente serán suficientes hoy. 2No obstante, si no sientes ningún desasosiego o si éste es muy ligero, y te sientes inclinado a ello, puedes hacer hasta cinco. 3Más de eso no es recomendable.

¿Qué me enseña esta lección?

Ya advertía en la lección anterior de la importancia de la enseñanza transmitida en la misma. En esta nueva ocasión, se da un paso más en el desarrollo de la idea principal y nos sitúa en una posición privilegiada para dar un paso gigantesco en el logro de nuestro propósito, el retorno a nuestro verdadero Hogar.

Ante cualquier situación que estemos experimentando, entender que lo que nos muestra el mundo es una ilusión proyectada desde nuestros pensamientos igualmente ilusorios nos permitirá liberarnos del miedo, de la culpa, del castigo, del dolor, del sufrimiento, del conflicto, de la enfermedad, de la muerte.

Es cuestión de práctica, ya lo hemos dicho. Hoy nos podemos dedicar a ello durante unas cuantas sesiones, pero dada la importancia de esta lección, deberíamos tenerla presente en la medida de lo posible y practicarla en todas las situaciones en las que nos encontremos.

Tal vez puedas preguntarte, si mi pensamiento no significa nada y ello da lugar a un mundo sin significado, ¿a qué debo dar significado?

Es como si nos quedáramos en blanco, sin saber qué hacer con nuestras vidas. Pero no olvidemos que UCDM es un curso de ejercitamiento mental. Su propósito no es indicarnos cómo debemos hacer las cosas, sino darnos a conocer que podemos servir a la mente errada o a la mente correcta. La primera nos hace creer que somos un cuerpo y que somos seres pecadores merecedores del castigo redentor y la segunda nos lleva a entender que somos un ser espiritual tal y como Dios nos ha creado y dotado de sus mismos atributos creadores, siendo nuestro verdadero hogar el Cielo y no la Tierra.

Con ello lo que pretendo decir es que debemos orientar nuestros esfuerzos a nuestra mente. Podemos seguir viviendo nuestra vida, con nuestras experiencias de relación, con nuestro trabajo habitual, pero con una diferencia clara: al ver las cosas de otra manera, dejaremos de juzgar, de condenar, de ver un mundo separado. Dejaremos de ver ataque y, en su lugar, veremos impecabilidad e inocencia. Ese uso de la mente, cuando se comparte, nos lleva a un estado de percepción diferente y experimentaremos una mayor paz y libertad.

Ejemplo-Guía: Mi cuerpo está enfermo.

Si aplicamos la enseñanza de esta lección a este ejemplo, podemos decir que la enfermedad no es real, carece de significado y la única razón de que esto sea así es porque el pensamiento que da lugar a la creencia en la enfermedad carece de significado, pues es fruto del error que nos lleva a pensar que somos un cuerpo y que el cuerpo puede enfermar.


El Hijo de Dios es perfecto, porque su Padre es Perfecto. Donde existe plenitud, no cabe enfermedad. Tan solo, cuando la mente se pone al servicio del ego, dando credibilidad a la separación, es cuando se adopta la falsa creencia en que el cuerpo puede enfermar, cuando en realidad el único error se encuentra en el nivel del pensamiento.

Hoy día están proliferando, dentro del mundo de las terapias de salud, nuevas metodologías que se fundamentan en novedosos paradigmas, los cuales se acercan a la visión de que la causa de la enfermedad no se encuentra en el cuerpo, sino en la mente.

Los avances que se vienen realizando en Física Cuántica no tardarán en revolucionar los conceptos actuales de la medicina ortodoxa. Se pasará de una medicina orientada a tratar los efectos para pasar a tratar las causas. Pero, aun así, se seguirá dando protagonismo a la ilusión, al sueño, pues, como ya hemos dicho, en verdad, el mundo en el nivel de la percepción basada en la separación no tiene ningún significado.

Mientras que poco a poco vayamos despertando nuestras conciencias, podemos seguir haciendo uso de la medicina en la que mayormente confiemos. Recordemos que no importa el comportamiento, pero debemos tener presente que lo que estamos haciendo es suavizar las imágenes que percibimos durante nuestro sueño, es decir, en vez de tener sueños de dolor, tendremos sueños más livianos.


Reflexión: ¿El significado que le damos a las cosas, depende del mundo que percibimos o depende de nuestras creencias?

viernes, 10 de enero de 2025

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 10

LECCIÓN 10

Mis pensamientos no significan nada.

1. Esta idea es aplicable a todos los pensamientos de los que eres -o te vuelves- consciente durante las sesiones de práctica. 2La razón de que se pueda aplicar a todos ellos es que no son tus pensamientos reales. 3Hemos hecho esta distinción con anterioridad  y la volveremos a hacer de nuevo. 4Todavía no tienes base de comparación. 5Cuando la tengas, no te cabrá la menor duda de que lo que una vez creíste eran tus pensamientos en realidad no significaban nada.

2. Esta es la segunda vez que usamos este tipo de idea. 2Sólo la forma es ligeramente distinta. 3Esta vez la idea se introduce con "Mis pensamientos" en lugar de "Estos pensamientos", y no se establece expresamente ningún vínculo con las cosas que se encuentran a tu alrededor. 4Lo que enfatizamos ahora es la falta de realidad de lo que piensas que piensas.

3. Este aspecto del proceso de corrección comenzó con la idea de que los pensamientos de que eres consciente no significan nada y de que se encuentran afuera en vez de adentro; luego se subrayó el hecho de que son del pasado y no del presente. 2En lo que ahora estamos haciendo hincapié es en el hecho de que la presencia de esos "pensamientos" significa que no estás pensando en absoluto. 3Esto no es más que otra forma de repetir nuestra afirmación previa de que tu mente está realmente en blanco. 4Reco­nocer esto es lo mismo que reconocer la nada cuando piensas que la ves. 5Como tal, es el requisito previo para la visión.

4. Cierra los ojos durante estos ejercicios, e inícialos repitiendo para tus adentros la idea de hoy muy lentamente. 2Luego añade:

3Esta idea me ayudará a liberarme de todo lo que ahora creo.

4Estos ejercicios consisten, al igual que los anteriores, en escudriñar tu mente en busca de todos los pensamientos que puedas encontrar, sin seleccionarlos ni juzgarlos. 5Trata de evitar cualquier tipo de clasificación. 6De hecho, si te resulta útil, puedes imaginarte que estás viendo pasar una procesión compuesta de un extraño repertorio de pensamientos que tienen muy poco o ningún significado personal para ti. 7A medida que cada uno de ellos cruce tu mente, di:

8Mi pensamiento acerca de _____ no significa nada.
9Mi pensamiento acerca de _____ no significa nada.

5. La idea de hoy puede servir, obviamente, para cualquier pensamiento que te perturbe en cualquier momento. 2Se recomiendan además cinco sesiones de práctica, en las cuales debes escudriñar tu mente durante no más de un minuto aproximadamente. 3No es recomendable alargar ese período de tiempo, y en caso de que se experimente incomodidad el mismo debería reducirse a medio minuto o menos. 4Acuérdate, no obstante, de repetir la idea muy despacio antes de aplicarla concretamente, así como de añadir:

5Esta idea me ayudará a liberarme de todo lo que ahora creo.

¿Qué me enseña esta lección?

Cuando leí esta lección por primera vez, no fui consciente de la importante enseñanza que nos aporta.

Hoy, cuando me encuentro recapitulándola, la considero una lección básica en el proceso de educar nuestra mente a la hora de afrontar las experiencias que hacemos "real" en el mundo de la percepción.

Muchos nos hemos acercado a UCDM en un intento de encontrar una vía que nos permita cambiar nuestras vidas. La respuesta del Curso a nuestra búsqueda nos invita a desaprender lo aprendido y a iniciar un nuevo proceso de aprendizaje, donde la principal enseñanza es el dominio de nuestra mente, pues es nuestra mente la única causa de todo cuanto experimentamos en nuestras vidas.

Ejercitar nuestra mente se convierte en el propósito fundamental de las lecciones del Libro de Ejercicio del Curso. 

Si antes de tomar consciencia del mensaje de este ejercicio, alguien nos dijese que aquello que pensamos no significa nada, no le hubiésemos prestado atención alguna y seguramente lo hubiésemos tachado de loco. Sin embargo, ahora tenemos la oportunidad de entender la razón por la que UCDM nos revela que nuestros pensamientos no significan nada y que cuando creemos que estamos pensando, en realidad no lo estamos haciendo; lo que sí hacemos es "proyectar" lo que deseamos y lo hacemos realidad para nosotros.

Cerremos los ojos. Dejemos que fluyan las imágenes que se proyectan desde nuestra mente. Todas ellas están basadas en recuerdos tintados por sentimientos y emociones, recientes o pasadas. Dejémoslas fluir, no las juzguemos. Si las reprimimos, las mantendremos. Si las dejamos fluir, se desvanecerán, pues no son reales. Tal vez ahora, en este instante, nos demos cuenta del inmenso poder que tiene nuestra mente. Tal vez ahora seamos más conscientes de que tenemos la capacidad de elegir y que esa potestad emana de nuestra voluntad.

Estamos acostumbrados a dar un profundo significado a nuestros pensamientos y, para defenderlos, atacamos a todos los que entran en conflicto con ellos. Sin embargo, ese pensamiento, cuando procede de la creencia dual y de la separación, cuando carece de la certeza de la Unidad y del Amor, entonces alimenta el error y la ilusión, pues la separación no es real.

Nuestra capacidad para proyectar pensamientos debe dejar libre a la mente para que pueda expresar la percepción real y verdadera, la que sirve de cauce para alcanzar el verdadero conocimiento a través del Espíritu Santo. Ese pensamiento debe estar libre del filtro emocional que enturbia la visión verdadera del Ser.

El pensamiento no sublimado está al servicio del ego, que permanece en la creencia de la escasez. Su lema es obtener, poseer y, para ello, trata de tener siempre la mente ocupada en el logro de esos objetivos. La necesidad se convierte en su lema y el sufrimiento en su vía de aprendizaje.

Ejemplo-Guía: "El comportamiento de nuestro hijo nos desespera".

Apliquemos la lección de hoy al ejemplo guía. 

No es el primer día que vamos al "gimnasio" donde estamos ejercitando nuestra mente. Aún sentimos las agujetas, causadas por los ejercicios de los primeros días, pero ya nos estamos habituando al nuevo ritmo. Aún nos aguardan muchas horas de ejercicios para conseguir que nuestros "músculos" adquieran dureza y robustez, pero si tenemos confianza y persistencia, poco a poco vamos a ir comprobando el logro de nuestros esfuerzos.


Si estamos experimentando una vivencia de conflicto con nuestro hijo, es evidente que nuestros pensamientos se encuentran al servicio de nuestras emociones, las cuales nos darán motivos suficientes para que juzguemos en términos temporales de pasado y estemos pretendiendo "sanar" las viejas heridas que, ahora, son dolorosas. Esta situación, por lo general, nos llevará a actuar de manera descontrolada y careceremos del dominio suficiente para aplicar convenientemente lo que nos aconsejan las lecciones. 

Digo todo esto, basándome en la experiencia. Recordad que nuestros músculos, es decir, nuestra mente, se encuentra en proceso de ejercitamiento y aún no tenemos un pleno control de la misma. Pero el hecho de conocer que esto puede pasar nos ayudará a identificarlo cuando nos pase; es decir, cuando nos encontremos en plena vivencia del conflicto, debemos recordar que aquello que estamos pensando en ese momento no significa nada. Es el momento adecuado para cerrar los ojos y dejar que los pensamientos fluyan libremente, sin que le aportemos nuestra carga emocional. Busquemos aquietar nuestra mente evitando dirigir nuevos pensamientos. No sigas el eco de sus voces. Tan solo déjalos fluir. Concéntrate conscientemente en tu mente, sabiendo que puedes elegir en todo momento, pues cuentas con el inmenso poder de la voluntad.

No le des importancia, ni te preocupes por lo que la otra persona pueda pensar cuando observe tu gesto. Tal vez te sorprenda comprobar que muestra menos agitación. Eso es así, por la razón de que has dejado de proyectarle tu ataque. No interpretes tu acto como una acción de cobardía. El desenfreno de la acción es un acto causado por el miedo y el temor. No tengas miedo. Cuando aquietas tu mente, estás buscando a la Voz de tu verdadero Ser. Cuando lo oigas, su mensaje será de amor.

Reflexión: ¿Cuál crees que es la clave para saber que lo que estamos pensando es real?

Capítulo 17. V. La relación que ha sanado (2ª parte).

V. La relación que ha sanado (2ª parte).

4. La tentación del ego se vuelve extremadamente intensa con este cambio de objetivos. 2Pues la relación no ha cambiado aún lo sufi­ciente como para mantenerse completamente inmune a la atrac­ción de su objetivo previo, y su estructura se ve "amenazada" cuando se reconoce lo inadecuada que es para satisfacer su nuevo propósito. 3El conflicto entre el objetivo y la estructura de la rela­ción es tan evidente, que no pueden coexistir. 4Mas ahora no se puede cambiar el objetivo. 5Pues al haber quedado firmemente establecido en la relación no santa, no queda otra alternativa que la de cambiar la relación para acomodarlo. 6Hasta que esta feliz solución no se vea y se acepte como la única manera de poner fin al conflicto, la relación parecerá tener serias dificultades.

Mientras que la relación no santa enaltece los objetivos del ego, pues da credibilidad a su sistema de pensamiento basado en ser especial, la relación santa nos aporta una visión holística, integral, de la relación, en la que la conciencia individual se funde con la consciencia universal. Ya no percibimos al otro como separado de nosotros, sino como nuestro compañero de camino para alcanzar el plan de salvación que Dios ha dado a Su Hijo para facilitar el regreso a su verdadero Hogar.

Cuando el amor incondicional forma parte de nuestros pensamientos, ofreceremos libertad, en el nombre de nuestro Creador, el cual nos hizo libres. No se puede confundir ese regalo de Dios con el deseo de libertinaje, es decir, ningún acto de amor en nombre de expresarse libremente debe ocasionar dolor. Todo acto creador requiere un marco apropiado para llevarse a cabo. Si aplicamos la sabiduría que nos aporta la geometría sagrada, observamos que las figuras del triángulo y del círculo se emplean para revelarnos misterios que han participado en el Proceso Creativo de Dios. El triángulo nos anuncia los atributos de Dios: Padre-Hijo y Espíritu Santo (Voluntad, Amor e Inteligencia). En cuanto al círculo, representa la calidad de lo creado, un escenario cerrado que posibilita que los atributos creadores puedan manifestarse en su máxima expresión, es decir, donde la Voluntad, el Amor y la Inteligencia puedan extenderse respetando los límites de otras Entidades Creadoras.

Teniendo en cuenta esta consideración, nuestro amor debe manifestarse siempre bajo la guía de la responsabilidad, respetando en todo momento la ley del amor: recibo aquello que doy.

5. Cambiar el objetivo gradualmente no sería más benévolo, pues el contraste perdería definición y ello le daría tiempo al ego para re-interpretar cada paso a su antojo. 2Sólo un cambio de propósito radical puede producir un cambio de parecer absoluto con res­pecto al objetivo de la relación. 3Según va produciéndose este cambio y hasta que finalmente se logra, la relación se vuelve pro­gresivamente más grata y benéfica. 4Pero al principio, la situación se experimenta como muy precaria. 5Pues es una relación que dos individuos emprendieron para perseguir sus fines profanos, que de pronto tiene por objetivo a la santidad. 6Cuando dichos indivi­duos contemplan su relación desde el punto de vista de este nuevo propósito, se sienten inevitablemente horrorizados. 7Su percepción de la relación puede incluso volverse bastante errática. 8Sin embargo, la manera en que su percepción estaba organizada antes ya no sirve para el objetivo que han acordado alcanzar.

El ego es muy hábil para utilizar nuestras débiles creencias en su propio beneficio. Cuando perciba que nuestra creencia en la separación se pone en duda y se persigue un cambio de visión, un cambio de percepción, nos llevará a un estado de incertidumbre que nos llevará a poner en duda nuestro nuevo objetivo, el de cambiar nuestra relación especial en una relación santa.

El amor incondicional se basa en la libertad. Al ego no le disgusta esta idea, pues tiene la oportunidad de utilizar esa creencia a su favor. ¿Cómo? Sencillamente, nos propone que si queremos ser libres, actuemos desde la libertad. Si no queremos poner límites a nuestra relación, no lo hagamos. En vez de ofrecer nuestro amor a una sola persona, ofrezcámoslo a todas por las que nos sintamos atraídos. Y así, en vez de tener una sola relación especial, tendremos todas las que nos plazca. Esa sería la semilla de la duda que plantaría el ego al detectar que nuestra visión del amor está transformándose. En su modo de entender el amor libre, convierte la relación en una experiencia de libertinaje, donde habrá de todo menos verdadero amor.

La transformación de la relación especial en relación santa es cosa de dos, es decir, debe compartirse el mismo objetivo y debe hacerse de una manera firme, no como un "vamos a probar". El ego no estará dispuesto a permitir que abandonemos su sistema de pensamiento y el mejor modo de evitar que nos seduzca con sus cánticos de sirena será negar de forma tajante el pilar más firme de su sistema de pensamiento, la creencia en la separación.  

6. Ahora es el momento en que hay que tener fe. 2Permitiste que el objetivo se estableciese por ti. 3Eso fue un acto de fe. 4No pierdas la fe, ahora que se te están brindando las recompensas por tener fe. 5Si creíste que el Espíritu Santo estaba presente para aceptar la relación, ¿por qué no ibas a creer ahora que todavía sigue presente para purificar lo que aceptó dirigir? 6Ten fe en tu hermano durante lo que tan sólo parece ser un período difícil. 7El objetivo ya está establecido. 8Y la cordura es el propósito de tu relación. 9Pues la relación que tienes ahora es una relación demente, reconocida como tal a la luz de su objetivo.

Sí, hay que tener fe, pues esa fe es nuestra fortaleza, nuestra confirmación en la certeza de que el objetivo que nos hemos propuesto y que hemos puesto en manos del Espíritu Santo cuenta con el respaldo de la verdad. Recordemos que tan solo la verdad es real y que dicha verdad no está sujeta a la temporalidad ni al cambio. Si el amor es verdadero, será eterno.

jueves, 9 de enero de 2025

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 9

LECCIÓN 9

No veo nada tal como es ahora.

1. Esta idea es, obviamente, la consecuencia lógica de las dos anteriores.   2Pero si bien es posible que la puedas aceptar intelectualmente, es muy probable que todavía no signifique nada para ti. 3De todas formas, el entendimiento no es necesario a estas alturas. 4De hecho, reconocer que no entiendes es un requisito previo para erradicar tus falsas ideas. 5Estos ejercicios tienen que ver con la práctica, no con el entendimiento. 6No necesitas practicar lo que ya entiendes. 7Sería bastante redundante, por cierto, tener como meta el entendimiento y al mismo tiempo asumir que ya lo has alcanzado.

2. A la mente no entrenada le resulta difícil creer que lo que aparentemente contempla realmente no está ahí. 2Esta idea puede producir gran inquietud y toparse con gran resistencia, la cual puede manifestarse de muchas maneras. 3No obstante, eso no excluye el que la apliques. 4Esto es lo único que se requiere para estos ejercicios o para cualesquiera otros. 5Cada pequeño paso despejará la oscuridad un poco más, y el entendimiento finalmente llegará para iluminar cada rincón de la mente que haya sido despejada de los escombros que la enturbiaban.

3. Estos ejercicios, para los que tres o cuatro sesiones de práctica son suficientes, consisten en que mires a tu alrededor y apliques la idea de hoy a cualquier cosa que veas, sin olvidarte de la necesidad de aplicarla imparcialmente, y la regla esencial de no excluir nada. 2Por ejemplo:

3No veo esta máquina de escribir tal como es ahora.
4No veo este teléfono tal como es ahora.
5No veo este brazo tal como es ahora.

4. Empieza con aquellas cosas que estén más cerca de ti, y luego extiende tu campo visual:

2No veo ese perchero tal como es ahora.
 3No veo esa puerta tal como es ahora.
4No veo esa cara tal como es ahora.

5. Hay que subrayar nuevamente, que, si bien no debes intentar incluirlo todo, tampoco debes excluir nada en particular. 2Asegúrate de ser honesto contigo mismo al hacer esta distinción. 3Es posible que te sientas tentado de enmascararla.

¿Qué me enseña esta lección?

Cuando mis ojos ven una cosa, inmediatamente se pone en marcha el dispositivo conjunto 
de la percepción sensitiva y el juicio valorativo y crítico. Esa conjunción de hábitos da lugar a un pensamiento impregnado de emociones que está en fase muy avanzada y digamos que se convierte en la antesala de lo que vamos a experimentar o a dar vida en el plano material. Diremos que esas impresiones previas condicionarán el estado de armonía o desarmonía que experimentaremos.

Cuando veo algo ahora, no estoy viendo el ahora realmente, libre de prejuicio y valores. No vemos las cosas como son, sino como creemos que son. Y esto es así porque nuestra mente racional, nuestro cerebro, busca en el pasado una referencia que esté relacionada con lo que vemos. Si no la encontramos en nuestro bagaje personal, recurriremos al inconsciente colectivo.
Nuestra mente no está acostumbrada a vivir en el ahora, en el presente. Para ella, todo es temporal y, por lo tanto, irreal, aunque no es consciente de ello.

Mientras que veamos con los ojos del ego, nuestra mente se identificará con el pasado y tendrá dificultades para dar una respuesta nueva. Es el perdón, el Amor, las energías que debemos tener presentes en cada “ahora”, para establecer un punto y final, un juicio final a las relaciones basadas en experiencias pasadas.

En nuestro actual estado evolutivo, las fuerzas del inconsciente personal y colectivo nos condicionan en nuestra toma de decisiones. A nivel de ego, de manera inconsciente, alimentamos la falsa creencia de que somos pecadores y que debemos pagar los errores que nos mantienen atados al pasado y a la mente errada, así como a la percepción errónea.

Cuando decidimos amar, incondicionalmente, cuando pedimos al Espíritu Santo Expiar, es decir, “des-hacer el error”, entonces la Mente Una nos conectará con la percepción correcta, con la Unidad y, por supuesto, con el milagro, expresión del Amor.


Ejemplo-Guía: "El comportamiento de nuestro hijo nos desespera".

Los milagros son expresiones naturales de perdón. Un Curso de Milagros nos revela con respecto a los Principios de los Milagros, que el propósito del tiempo es que aprendamos a usarlo de forma constructiva. El tiempo es, por lo tanto, un recurso de enseñanza y un medio para alcanzar un fin. El tiempo cesará cuando ya no sea útil para facilitar el aprendizaje.

El milagro es un recurso de aprendizaje que reduce la 
necesidad del tiempo. Establece un intervalo temporal fuera de lo normal que no está sujeto a las leyes usuales del tiempo. En ese sentido es intemporal.

Desde este punto de vista, la experiencia que estamos aplicando adquiere un significado liberador que trasciende la propia relación conflictiva. Es una oportunidad de poner fin a un pasado que intenta sobrevivir en un presente donde ya no es real. Tan solo el "perdón" tiene ese efecto redentor. Cuando afrontamos nuestros conflictos desde la visión redentora que nos ofrece cada presente, nos convertimos en hacedores de milagros.

Tened la certeza de que si juzgamos nuestra experiencia presente como ataque o conflicto, nuestra mente no está viendo la realidad del ahora. Se encuentra condicionada por el recuerdo inconsciente de su pasado, donde no vivió la experiencia de la unidad.

Tenemos que tener paciencia si no conseguimos alcanzar a ver la única realidad que nos ofrece el presente: que todos formamos una unidad. Como bien dice la Lección, tal vez no entendamos lo que nos pasa. Aún así, recordemos que esa experiencia es tan sólo una proyección de nuestra mente, en la que debemos ver la oportunidad de sanar nuestros errores. Cuando nos acostumbramos a vivir el presente con una visión sana, inocente y libre de juicios condenatorios, cada vivencia tendrá un atractivo especial. A nuestro enemigo lo recibiremos libre de condena y le daremos las gracias por ser el maestro que nos revela nuestro mundo interior.

Reflexión: Si viésemos las cosas desde el presente, ¿qué crees que ocurriría?

Capítulo 17. V. La relación que ha sanado (1ª parte).

 V. La relación que ha sanado (1ª parte).

1. La relación santa es la expresión del instante santo mientras uno viva en este mundo. 2Como todo lo relativo a la salvación, el instante santo es un dispositivo práctico, del que dan fe sus resul­tados. 3El instante santo nunca falla. 4La experiencia que suscita siempre se deja sentir. 5Mas si no se expresa, no se puede recor­dar. 6La relación santa es un constante recordatorio de la expe­riencia en la que la relación se convirtió en lo que es. 7Y así como la relación no santa es un continuo himno de odio en alabanza de su hacedor, así también la relación santa es un feliz cántico de alabanza al Redentor de las relaciones.

La relación santa es el recuerdo de la experiencia en la que compartimos nuestra naturaleza real y verdadera, es decir, donde compartimos la visión de la unidad con el resto de la humanidad. A diferencia de como ocurre en la relación especial, donde imperan el miedo, la culpa y el odio, en la relación santa, impera tan solo el amor incondicional. El cuerpo adquiere su función para facilitar la comunicación y la percepción verdadera.

2. La relación santa, que es un paso crucial hacia la percepción del mundo real, es algo que se aprende. 2Es la relación no santa de antes, pero transformada y vista con otros ojos. 3La relación santa es un logro educativo extraordinario. 4La relación santa es en todos sus aspectos -comienzo, desarrollo y consumación- lo opuesto a la relación no santa. 5Consuélate con esto: la única fase que es difícil es el comienzo. 6Pues en esa etapa, el objetivo de la relación cambia de súbito a exactamente lo opuesto de lo que era antes. 7Éste es el primer resultado que se obtiene cuando se ofrece la relación al Espíritu Santo, a fin de que Él se valga de ella para Sus fines.

Ya hemos visto en los anteriores puntos de este capítulo que, para transformar la relación especial en relación santa, debíamos entregársela a la Mente Recta, al Espíritu Santo, el cual nos ofrecerá el regalo de la Expiación que nos permitirá corregir nuestra falsa percepción, facilitándonos el recuerdo de lo que realmente somos. Utilizaremos el cuerpo tan solo para comunicarnos desde el amor compartido y no como un arma de ataque para imponer nuestros deseos a los demás.

3. El Espíritu Santo acepta esta invitación inmediatamente y no se demora ni un instante en ofrecerte los resultados prácticos deriva­dos de haberle pedido que intervenga. 2Su objetivo reemplaza al tuyo de inmediato. 3Esto tiene lugar muy pronto, pero parece alte­rar la relación, descoyuntarla, e incluso producir gran tensión. 4La razón de ello es muy obvia: 5la relación, tal como es ahora, no está en armonía con su propio propósito, y es claramente inadecuada para el nuevo propósito que se aceptó para ella. 6En su condición profana, tu objetivo era lo único que parecía darle significado. 7Ahora no parece tener ningún sentido. 8Muchas relaciones se rompen en este punto, reanudándose la búsqueda del viejo obje­tivo en otra relación. 9Pues una vez que la relación no santa acepta el objetivo de la santidad, jamás puede volver a ser lo que era antes.

La presencia del amor incondicional en una relación no santa pondrá a prueba dicha relación, pues es muy difícil mantener sana una relación donde no se comparte la misma visión. Para que la relación especial se transforme en una relación santa, las partes que comparten dicha relación deben considerar el amor con la misma visión. El amor verdadero no impone límites ni condiciones, mientras que el amor especial exige al otro entrega exclusiva para satisfacer sus deseos de especialismo.

Es por esta razón que este punto nos advierte que, al principio, cuando ponemos en manos del Espíritu Santo la transformación de la relación no santa, se produce cierta alteración en la relación, debido a que el cambio de visión del amor conlleva, igualmente, un cambio en las reglas impuestas en dicha relación.

miércoles, 8 de enero de 2025

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 8

LECCIÓN 8

Mi mente está absorbida con pensamientos del pasado.

1. Esta idea es, obviamente, la razón de que veas únicamente el pasado. 2En realidad nadie ve nada. 3Lo único que ve son sus propios pensamientos proyectados afuera. 4El hecho de que la mente esté absorbida con el pasado es la causa del concepto erró­neo acerca del tiempo de que adolece tu visión. 2Tu mente no puede captar el presente, que es el único tiempo que hay. 6Por consiguiente, no puede entender el tiempo, y, de hecho, no puede entender nada.

2. El único pensamiento completamente verdadero que se puede tener acerca del pasado es que no está aquí. 2Pensar acerca del pasado, por lo tanto, es pensar en ilusiones. 3Muy pocos se han dado cuenta de lo que realmente supone visualizar el pasado o prever el futuro. 4De hecho, la mente está en blanco al hacer eso, ya que en realidad no está pensando en nada.

3. El propósito de los ejercicios de hoy es comenzar a entrenar a tu mente a reconocer cuando no está realmente pensando en abso­luto. 2Mientras tu mente siga absorbida con ideas sin contenido, la verdad permanecerá bloqueada. 3Reconocer que tu mente ha estado simplemente en blanco, en vez de seguir creyendo que está llena de ideas reales, es el primer paso en el proceso de allanar el camino a la visión.

4. Los ejercicios de hoy deben hacerse con los ojos cerrados. 2Ello es así porque en realidad no puedes ver nada, y es más fácil reco­nocer que por muy vívidamente que puedas visualizar un pensa­miento, no estás viendo nada. 3Con el mayor desapego que puedas, escudriña tu mente durante el habitual minuto más o menos, notando simplemente los pensamientos que allí encuen­tres. 4Nombra cada uno por la figura central que contenga, y luego pasa al siguiente. 5Da inicio a la sesión de práctica diciendo:

6Parece que estoy pensando en _____

5. Luego describe detalladamente cada uno de tus pensamientos. Por ejemplo:

3Parece que estoy pensando en [nombre de la persona], en [nombre del objeto], en [nombre de la emoción],

y así sucesivamente, concluyendo al final del período de bús­queda mental con:

4Pero mi mente está absorbida con pensamientos del pasado.

6. Esto puede hacerse cuatro o cinco veces en el transcurso del día, a menos que te resulte irritante. 2Si te resulta difícil, tres o cuatro veces es suficiente. 3Tal vez te ayude, no obstante, incluir la irritación, o cualquier emoción que la idea de hoy pueda susci­tar, en la búsqueda mental en sí.


¿Qué me enseña esta lección?


Recordemos lo que nos enseña Un Curso de Milagros con respecto a la función del tiempo:
"El ego tiene una extraña noción del tiempo, y ésa podría muy bien ser la primera de sus nociones que empiezas a poner en duda. Para el ego el pasado es importantísimo, y, en última instancia, cree que es el único aspecto del tiempo que tiene significado. Recuerda que el hincapié que el ego hace en la culpabilidad le permite asegurar su continuidad al hacer que el futuro sea igual que el pasado, eludiendo de esa manera el presente. La noción de pagar por el pasado en el futuro hace que el pasado se vuelva el factor determinante del futuro, convirtiéndolos así en un continuo sin la intervención del presente. Pues el ego considera que el presente es tan sólo una breve transición hacia el futuro, en la que lleva el pasado hasta el futuro al interpretar el presente en función del pasado.(T-13.IV.4:1-5)"

El "ahora" no significa nada para el ego. El presente tan sólo le recuerda viejas heridas, y reacciona ante él como si fuera el pasado. El ego no puede tolerar que te liberes del pasado, y aunque el pasado ya pasó, el ego trata de proteger su propia imagen reaccionando como si el pasado todavía estuviese aquí. Dicta tus reacciones hacia aquellos con los que te encuentras en el presente tomando como punto de referencia el pasado, empañando así la realidad actual de aquellos. De hecho, si sigues los dictados del ego, reaccionarás ante tu hermano como si se tratase de otra per­sona, y esto sin duda te impedirá conocerlo tal como es. Y recibi­rás mensajes de él basados en tu propio pasado, porque, al hacer que el pasado cobre realidad en el presente, no te permitirás a ti mismo abandonarlo. De este modo, te niegas a ti mismo el men­saje de liberación que cada uno de tus hermanos te ofrece ahora. (T-13.IV.5:1-7)"
Esta lección me invita a tomar una decisión importante: “desaprender para volver a aprender”.

Desaprender todas las creencias adquiridas con relación a la función del tiempo y a
prender que la mente es creadora. Cuando la mantenemos ocupada con pensamientos del pasado o del futuro, no puede llevar a cabo dicha labor, pues el espacio correspondiente al pasado ya ha sido utilizado, y el espacio destinado para el futuro debemos utilizarlo para el presente, pues ese potencial futuro lo viviremos en estado presente, y entonces diremos que es el resultado de nuestra acción pasada.

Debemos aprender que toda acción creadora se desarrolla en el estado presente y que cada tiempo presente es una invitación a crear, a crecer; es un estado de Ser continuo, eterno. Ese estado de Ser nos invita a tomar consciencia del Yo, como entidad individual y al mismo tiempo formando parte de la Filiación que conforma la Humanidad.

El único pensamiento real es el pensamiento que hacemos original en el presente. Ese pensamiento activa el principio más elevado heredado en nuestra condición de Hijos de Dios, la Voluntad.

La Voluntad creadora es el impulso motor que nos lleva a ser innovadores. Gracias a esa Voluntad, podemos elegir libremente. Esta facultad divina posee un valor esencial.

Fortalecer nuestra mente con el pensamiento dirigido y consciente en cada presente es la clave para actuar creativamente.  La dedicación que prestemos a este ejercicio fortalecerá mucho nuestra capacidad para controlar nuestra vida.

Tan sólo cuando invertimos la dirección de nuestro pensamiento y lo enfocamos en la expresión del Yo Espiritual, del Ser, es cuando somos capaces de filtrar y controlar lo aprendido y podemos dar una respuesta libre de juicios condenatorios, y activar de este modo el único juicio que debemos potenciar, la ilusión del ego, de la separación, de la dualidad.

Ejemplo-Guía: "El comportamiento de nuestro hijo nos desespera".

En el ejercicio de ayer tuvimos ocasión de hablar de lo que llamamos pasado reciente y pasado ancestral. Veíamos cómo las voces procedentes de esos ecos nos afectaban en el estado presente, condicionando nuestras respuestas.

En esta ocasión, vamos a volver a puntualizar la causa que nos lleva a creer en el tiempo, pues se convierte, igualmente, en el único fundamento que justifica la reencarnación en el escenario de la conciencia temporal. Esa causa, ya lo hemos visto más arriba, es la culpa.
"La noción de pagar por el pasado en el futuro hace que el pasado se vuelva el factor determinante del futuro, convirtiéndolos así en un continuo sin la intervención del presente" (T-13.IV.4:4).

Cuando nos encontramos experimentando una relación conflictiva, en este caso, con nuestro hijo, no estamos viendo el presente; en su lugar, estamos reviviendo el pasado. Es nuestra mente, absorbida por los pensamientos del pasado, la que nos aporta un tipo de respuesta condicionada por el recuerdo ancestral de un pensamiento de culpa.


Si en ese momento tenemos presente que tenemos la opción de elegir entre revivir el pasado o vivir plenamente consciente de nuestro "ahora", lo que significa que podemos liberarnos del condicionamiento del pasado y ver la situación con la mirada inocente e impecable que acompaña, siempre, cada nuevo instante, entonces y solo entonces, seremos testigos del milagro, el cual, inspirado por el perdón, es capaz de colapsar el tiempo y evitar que el conflicto de relación que estamos reviviendo pierda su carga de culpa y el miedo quede liberado, alcanzando su condición perdida, el amor.

Lo que estamos haciendo es experimentar desde nuestra verdadera identidad, desde la esencia del Ser. Decidimos emplear nuestra voluntad para amar y dirigir nuestra mente de una manera recta. 

Vivir en el sueño supone vivir múltiples experiencias desde la conciencia temporal, estando todas ellas condicionadas por el pensamiento de la culpa y del miedo. Saber que somos los soñadores de nuestros sueños es el primer paso para comenzar a tener sueños más felices. Esto será así, hasta que se produzca nuestro despertar.

Reflexión: Cuando tomas una decisión, ¿lo haces desde el presente o te dejas influenciar por el pasado?

Capítulo 17. IV. Los dos cuadros (4ª parte).

IV. Los dos cuadros (4ª parte).

12. Se te ofrecen dos regalos. 2Cada uno de ellos es un todo en sí mismo y no puede ser aceptado parcialmente. 3Cada uno de ellos es un cuadro de todo lo que puedes tener, aunque desde una pers­pectiva muy diferente. 4No puedes comparar su valor compa­rando el cuadro de uno con el marco del otro. 5Debes comparar únicamente los cuadros, pues, de otro modo, la comparación no tendría ningún sentido. 6Recuerda que el cuadro es lo que consti­tuye el regalo. 7Y sólo sobre esa base eres realmente libre de elegir. 8Contempla los cuadros. 9Contempla los dos. 10Uno es un cuadro diminuto, difícil de ver bajo las pesadas sombras de su enorme y desproporcionado marco. 11El otro tiene un marco liviano, está colgado en plena luz y es algo maravilloso de contemplar debido a lo que es.

Se nos ofrecen dos regalos: dos sistemas de pensamiento. Uno cree en la forma. El otro es el contenido. Uno defiende que lo superficial, lo temporal, es lo real. El otro es la verdad eterna. Uno nos promete la salvación a través del perdón de nuestros pecados y de la sumisión del sacrificio. El otro es la salvación, pues no cree en el pecado.

El ego trata de ocultar el contenido de su cuadro con la grandiosidad de su marco, lo que significa que nos oculta la verdad con promesas de un amor condicionado.

El Espíritu Santo nos muestra el contenido de su cuadro donde se expresa la única verdad.

13. Tú que has tratado tan arduamente -y todavía sigues tratan­do- de encajar el mejor cuadro en el marco equivocado, y combi­nar de este modo lo que no puede ser combinado, acepta lo que sigue y regocíjate por ello: cada uno de estos cuadros está perfec­tamente enmarcado de acuerdo con lo que representa. 2Uno de ellos está enmarcado de forma que el cuadro esté desenfocado y no se pueda ver. 3El otro, de forma que su cuadro se vea con perfecta claridad. 4El cuadro de muerte y de tinieblas se hace cada vez menos convincente según logras dar con él entre todo lo que lo envuelve. 5A medida que se expone a la luz cada una de las piedras inertes que en la oscuridad parecían brillar desde el marco, dichas piedras se vuelven opacas y sin vida y cesan de desviar tu atención del cuadro. 6por fin miras al cuadro en sí, viendo finalmente que, sin la protección del marco, no tiene sen­tido.

Este punto se extiende en la utilización de la metáfora del marco y el cuadro, para mostrarnos la estrategia del ego en utilizar el nombre del amor para ocultar sus pretensiones de venganza y así justificar que las relaciones especiales tan solo nos muestran las diferencias existentes entre los seres, es decir, para reforzar su sistema de pensamiento basado en la creencia en la separación.

Pero en un mundo irreal e ilusorio, tan sólo podemos percibir fantasías que, por su propia condición, están llamadas a causar efectos irreales y dementes. El miedo genera miedo, y la única manera de liberarnos de él es mirarlo conscientemente, pues cuando lo hacemos, dejaremos de verlo.

14. El otro cuadro tiene un marco muy liviano, pues el tiempo no puede contener a la eternidad. 2No hay nada en él que te pueda distraer. 3El cuadro del Cielo y de la eternidad se vuelve más convincente a medida que lo contemplas. 4Y ahora, después de haberse hecho una verdadera comparación, puede por fin tener lugar una transformación de ambos cuadros. 5cada uno de ellos se le da el lugar que le corresponde una vez que se ve en relación con el otro. 6Cuando llevas el cuadro tenebroso ante la luz, no lo percibes como algo temible, sino que por fin te das cuenta del hecho de que no es más que un cuadro. 7Y en ese momento reconoces lo que ves ahí tal como es: un cuadro de algo que pensabas que era real, y nada más. 8Pues más allá de ese cuadro no verás nada.


Así es. El miedo, cuando lo llevamos a la luz de la comprensión, ya no tiene el efecto aterrador que tenía cuando lo percibimos desde la penumbra, desde la oscuridad de la falsa ilusión. 

Del mismo modo, cuando llevamos el cuadro tenebroso ante la luz, dejamos de percibirlo como algo temible, pues ahora apreciamos lo que realmente nos muestra y descubrimos que no era lo que nos imaginábamos, sino que se trata tan solo de un cuadro, sin ningún poder sobre nosotros.

15. El cuadro de luz, en claro e inequívoco contraste, se trans­forma en lo que está más allá del cuadro. 2medida que lo con­templas, te das cuenta de que no es un cuadro, sino una realidad. 3No se trata de una representación pictórica de un sistema de pensamiento, sino que es el Pensamiento mismo. 4Lo que representa está ahí. 5El marco se desvanece suavemente y brota en ti el recuerdo de Dios, ofreciéndote toda la creación a cambio de tu insignificante cuadro, que no tenía ningún valor ni ningún signi­ficado.

Con el despertar, tomamos consciencia de que nos habíamos identificado con las sombras emergentes de nuestros sueños y de nuestras pesadillas. Comprendemos que todo lo percibido durante nuestro estado de sueño era irreal y que nuestras creencias estaban influenciadas por el contenido fantasioso de lo imaginado durante el sueño.

Con el despertar, descubrimos el hermoso contenido del cuadro que nos muestra la verdad en su esplendor. Ya no confundimos la verdad con el contenido del cuadro, sino que experimentamos la luz que emana de la verdad y comprendemos que esa es la realidad.

16. A medida que Dios ascienda al lugar que le corresponde y tú asciendas al tuyo, volverás a entender el significado de las relacio­nes, y sabrás que es verdad. 2Ascendamos juntos hasta el Padre en paz, permitiendo que adquiera predominancia en nuestras men­tes. 3Todo se nos dará al darle a Él el poder y la gloria, y al no conservar ninguna ilusión con respecto a dónde se encuentran éstos. 4Se encuentran en nosotros gracias a Su predominio. 5Lo que Él ha dado, es Suyo. 6Resplandece en cada parte de Él, así como en la totalidad. 7La realidad de tu relación con Él radica en la relación que tenemos unos con otros. 8El instante santo refulge por igual sobre todas las relaciones, pues en él todas las relaciones son una. 9En el instante santo sólo hay curación, ya completa y perfecta, 10pues Dios está en él, y donde Él está, sólo lo que es perfecto y completo puede estar.

Ya hemos reconocido el valor del cuadro que nos muestra el contenido de la verdad, y ahora, decidimos experimentar la verdad viviéndola y extendiéndola con los demás. Reconocemos la unidad que nos hace Uno con nuestro Creador y con la Filiación. Nuestra mente sirve a la Mente Recta, y establece un estrecho lazo con la Voz del Espíritu Santo, el cual se convierte en Su único guía y maestro.

Ya no somos uno, ahora somos Todos. La realidad de nuestra relación con Dios radica en la relación que tenemos con nuestros hermanos, con los que nos sentimos unidos por lazos de amor verdadero.