miércoles, 4 de octubre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 277

  LECCIÓN 277

No dejes que aprisione a Tu Hijo con leyes que yo mismo inventé.

1. Tu Hijo es libre, Padre mío. 2No dejes que me imagine que lo he apri­sionado con las leyes que yo mismo inventé para que gobernasen el cuerpo. 3Él no está sujeto a ninguna de las leyes que promulgué para ofrecerle más seguridad al cuerpo. 4Lo que cambia no puede alterarlo a él en absoluto. 5Él no es esclavo de ninguna de las leyes del tiempo. 6Él es tal como Tú lo creaste porque no conoce otra ley que la del amor.

2. No adoremos ídolos ni creamos en ninguna ley que la idolatría quiera maquinar para ocultar la libertad de que goza el Hijo de Dios. 2El Hijo de Dios no está encadenado por nada excepto por sus propias creencias. 3Mas lo que él es, está mucho más allá de su fe en la esclavitud o en la libertad. 4Es libre por razón de Quién es su Padre. 5Y nada puede aprisionarlo a menos que la verdad de Dios pueda mentir y Dios pueda disponer engañarse a Sí Mismo.


¿Qué me enseña esta lección?

La dimensión material, está sujeta a las leyes de Jehová (Yod-He-Vav-He). Jehová representa las cuatro fases de todo proceso creativo, en el mundo físico, donde el Yod, es el Inicio, la semilla, la Voluntad; el He, es la fase de interiorización, el arraigo de la semilla en la tierra, el Deseo; el Vav, es la fase de exteriorización, el brote de la planta al exterior de la tierra; el Pensamiento y el 2º He, es la fase de Materialización; el fruto, el cuerpo material.

Jehová rige sobre las leyes imperantes en la dimensión terrenal y nos revela que toda semilla aporta su fruto y que cada fruto engendra una nueva semilla. Jehová representa el aprendizaje a través de la experiencia,

El Hijo de Dios, atendiendo a la llamada de esa dimensión, dejó su comunión con Dios, donde el Conocimiento era por vía directa, y se identificó con el cuerpo físico y con las leyes que en él imperan. Este proceso le hemos llamado sueño, pues en verdad, la consciencia se encuentra identificada con un mundo ilusorio, sujeto a la temporalidad, y por lo tanto no real.

El estado de conciencia característico de esta dimensión, nos revela las leyes del tiempo, donde la existencia queda sujeta al intervalo comprendido entre el nacimiento y la muerte.

Con las leyes de Jehová, cosechamos lo que sembramos y pagamos por lo que hemos hecho mal. La idea ancestral del pecado, a nivel del inconsciente colectivo de la humanidad, se ha grabado a fuego en nuestra genética, del tal modo, que fabricamos un sistema para pagar nuestras deudas pendientes. Este sistema es la reencarnación.

Hoy, proclamo mi firme voluntad de abandonar esa vía de aprendizaje; no necesito volver a encarnar en un nuevo cuerpo con el propósito de redimir la ilusión del pecado.

Soy libre para perdonar y libre para salvar el mundo, pues no soy un cuerpo, sino un Ser Espiritual, inocente e impecable.

El Amor, sustituye la idea del miedo, de la culpa y del castigo.


Ejemplo-Guía: ¿Qué leyes rigen tus creencias?

Todas ellas, tienen un punto en común, un origen, una causa que la motiva, una creencia que la sostiene y la fortalece ante nuestros ojos: la culpa.

La culpa es el pensamiento que se origina cuando la mente sirve al error que ha llamado pecado.

No existiría esa visión, esa creencia si nuestra mente no hubiese interpretado que la relación causa-efecto es un proceso real, gracias al cual, la culpa es el fruto de haber prestado atención a un pensamiento pecador que viola la Libertad con la que nuestro Creador nos ha creado. 

Al igual que el fruto, lleva en su interior una nueva semilla, la culpa, como fruto del pecado, engendra nuevos pensamientos pecaminosos, los cuales se convierten en la semilla de nuevos frutos, como el dolor, el sufrimiento, la ira, la enfermedad, la muerte...

Por lo tanto, el origen de todas las leyes que rigen el mundo que hacemos real, el mundo físico, se encuentra en un falso pensamiento.

El tema elegido para el ejemplo-guía de esta Lección, es una invitación a reflexionar sobre nuestro código de creencias, pues en ese código, encontraremos todo un sólido sistema contruido en base a la percepción del mundo físico, donde la ley imperante, queda supeditada bajo la regencia de Jehová, es decir, bajo la ley de causa y efecto (la hago y la pago).

La sociedad, que hemos construido entre todos, también custodia celosamente todo un código de leyes para salvaguardar la seguridad de los ciudadanos. Ese manual legislativo, lo conocemos vagamente, salvo que hayamos elegido el Derecho como vocación, pero, lo padecemos continuamente en nuestro devenir. Hay leyes hasta para respirar. Lo más llamativo de esto, es que si profundizamos en el terreno legal, da la impresión de que alguien se ha olvidado de la verdadera esencia de la vida: el perdón y el amor.

Bueno, es cierto que hemos evolucionado en el sentido de que hemos superado la ley del talión (ojo por ojo y diente por diente), aunque creo que me he precipitado al hacer esta apreciación, pues aún esta ley está vigente en algunos países, lo que nos indica (de manera oculta) que aún se encuentra formando parte de la mente del ser humano. ¿Quién no ha deseado la muerte de un asesino, cuando la víctima es cercana o no tan cercana? Son manifestaciones de nuestro rigor personal, expresados a través del canal de la palabra, el canal que utilizamos para hacer público lo que llevamos en nuestro corazón.

Si dirigimos nuestra mirada al terreno de la ciencia, descubriremos que todos sus postulados se sostienen bajo los pilares de las leyes. Sin embargo, un acercamiento a esa disciplina nos permitirá comprobar, rápidamente, que sus postulados, los mismos que han sido cánones, en un pasado, ahora son demolidos por nuevos principios que renuevan las ideas, o lo que es lo mismo, establecen nuevas leyes. Entre las leyes de Newton y las de Einstein  se reparten las verdades científicas de los últimos tiempos, aunque será por poco tiempo, pues la Física Cuántica viene poniendo en duda muchas de las "verdades" que hasta ayer parecían inamovibles.

Si os sentís interesados en profundizar sobre la visión de los nuevos "paradigmas" desde un punto científico, pero muy cercano al campo espiritual, os recomiendo la lectura de la obra "Las mariposas vuelan libres" de Stephen Davis. Lo encontraréis, gratis, en la red.

¿Qué leyes te gobiernan? ¿Qué creencias te limitan? ¿Qué deseo te convierte prisionero de tus hábitos? 

¿Nos atrevemos a dar una respuesta honesta a estas cuestiones? Pues, ponte cómodo y manos a la obra.

Reflexión: Nuestro verdadero Ser es Eterno e Invulnerable.

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