martes, 29 de diciembre de 2015

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Cáncer (I)


CURACION DE UN POSESO

1Llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos, 2 y en cuanto salió de la barca vino a su encuentro, saliendo de entre los sepulcros, un hombre poseído de un espíritu impuro, 3 que tenia su morada en los sepulcros y ni aún con cadenas podía nadie sujetarle, 4 pues muchas veces le habían puesto grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y quebrado los grillos, sin que nadie pudiera sujetarle. 5 Continuamente, noche y día iba entre los monumentos y por los montes gritando e hiriéndose con piedras.

Con este capitulo V, dejamos atrás el estadio de Transición entre el Fuego y el Agua, entre Sagitario y Cáncer. Ahora, alcanzamos la "otra orilla" de ese mar representado por el Elemento Acuoso; es decir, nos encontramos en la Morada de Cáncer, la región de los gerasenos.

Cáncer es la puerta de entrada al Mundo del Deseo, donde la energía característica es el Amor. En terminología cabalística, este signo se sitúa en la Esfera de Hesed, el Séfira que representa el fruto del Trabajo Divino, es decir, el Hombre.

Podemos leer, en el Génesis, que Dios dispuso un Paraíso donde su creación gozara de la Dicha y de la Gracia. Ese Paraíso está representado por Hesed-Cáncer y, dado que hemos dicho que este signo representa el "poder del amor", podemos concluir diciendo que el Trabajo del hombre, en su etapa "paradisiaca", consistía en desarrollar su "poder amor" para adquirir a través de él una consciencia creadora.

Sin embargo, el hombre-deseo no supo integrar, en ese Elemento-Agua, la Voluntad Divina, la cual se manifestaba, como una disposición/advertencia/ley, de no comer el Árbol del Bien y del Mal. Esa voz legislativa, era la voz de Sagitario expresando las energías del Fuego, y podríamos resumir aquel precepto, como el mandato de poner control a nuestra capacidad creadora-Agua.

Pero el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, contaba con sus mismos Atributos creadores en estado potencial: Voluntad, Amor-Sabiduría e Inteligencia Activa. Haciendo uso de la Voluntad, del libre albedrío y, proyectándose desde el nivel Agua-Deseo, es decir, desde Cáncer, sintió el afán de adquirir el poder de Dios, el poder del Fuego, representado por el fruto del Árbol prohibido. Desde entonces, Agua y Fuego no se integraron armoniosamente, produciéndose una "separación" de la divinidad que quedó inscrita en la naturaleza emotiva de la humanidad, en su parte oscura e inconsciente. No hemos comprendido aún, que dicha separación no es posible, puesto que no podemos negar nuestra genética divina, y debido a esa incomprensión, aún arrastramos un pesado sentimiento de culpabilidad, que nos lleva a identificarnos con el dolor como única vía de purificación y redención.

Cáncer es la puerta de la caída, el impulso emocional que nos lleva a actuar egoístamente, a crear separación La incorrecta asimilación del Agua, nos ha llevado a dar vida a sentimientos de una calidad muy inferior, en verdad, nos ha llevado a estar en contra de la Luz, y nuestra actitud ha dado muestras de estar poseído por un espíritu impuro; es decir, nuestro Cuerpo Emocional, cargado de sentimientos impuros, ha hecho prisionero a nuestro Espíritu, y nos ha llevado al encuentro con la Oscuridad.

Cuando nos enfrentamos a los Trabajos de Cáncer, tenemos que tener muy presente este encuentro con el "poseso", pues se trata de dominar nuestra naturaleza emocional inferior. Los deseos tienen como único propósito, conquistar el mundo material, es decir, crear a niveles prácticos para adquirir sabiduría. Fue el afán de experiencia, de conocimiento, lo que llevó a Eva-Cuerpo Emocional, a dejarse seducir por la Serpiente-Lucifer.

Pero con el magisterio de Cristo, podremos alcanzar ese estado tan añorado por el alma humana, la integración del Fuego y del Agua y, cuando esto ocurre, nuestros deseos ya no sienten apetito por el mundo físico, sino que desean re-crear de nuevo el Paraíso, es decir, retornar a la tierra-estado de paz que el Creador dispuso para nuestra evolución.

Tal vez nos preguntemos, dónde podremos encontrar en nosotros a ese hombre poseído, y la cuestión es fácil de contestar ya que, será él quien nos encuentre a nosotros cuando decidamos llevar el amor Crístico a nuestras emociones. Él habita en los sepulcros, entre las tendencias que han muerto pues, en verdad, la naturaleza-deseo que él representa es la vieja, la que se identificaba con el mundo material que ya no tiene vida en nuestra existencia. Preguntémonos, ¿estamos permitiendo que nuestras viejas tendencias emocionales se eleven hasta la Nueva Consciencia para ser curada?

Prestemos atención a esta dinámica, pues no es tarea fácil poder dominar o controlar a los viejos impulsos. Como nos advierte el cronista, no se trata de simples deseos, no se trata de vencer vagas tendencias que, con un mínimo esfuerzo de nuestra voluntad, podremos dominar. Ese espíritu impuro es un viejo conocido nuestro, ya le hemos encadenado en otras ocasiones para impedir que su presencia nos turbara, sin embargo, siempre ha logrado escapar. Estos deseos son a los que más veces nos hemos enfrentado, y a los que aún no hemos podido dominar.

Lo que no ha conseguido nuestra consciencia de rigor, con ayunos, dietas, flagelaciones, ejercicios, etc., lo consigue ahora Jesús-Cristo con el poder del amor.

Este encuentro se producirá, sin duda, en nuestro desarrollo espiritual, y nos daremos cuenta de cómo el amor tiene el don de expulsar a los espíritus impuros porque, simplemente, donde existe Amor, el odio, la pasión, la vanidad, la crueldad, etc. no pueden habitar.

6 Viendo desde lejos a Jesús, corrió y se postró ante Él; 7 y gritando en alta voz, dice: ¿Qué hay entre ti y mi, Jesús, Hijo del Dios, Altísimo? Por Dios te conjuro que no me atormentes.

8 Pues Él le decía: Sal, espíritu impuro, de ese hombre. 9 Y le preguntó: ¿Cuál es tu nombre? Él dijo: Legión es mi nombre, porque son muchos. 10 Y le suplicaba insistentemente que no le echara fuera de aquella región. 11 Como hubiera por allí en el monte una gran piara de puercos paciendo, 12 le suplicaban aquellos diciendo: Envianos a los puercos para que entremos en ellos. 13 Y se lo permitió, y los espíritus impuros salieron y entraron en los puercos, y la piara en número de dos mil, se precipitó por un acantilado en el mar, y en él se ahogaron.

Existe una distancia considerable entre el nivel de consciencia llamado Jesús y el del poseso. Esa distancia hace referencia a la calidad emocional que podemos encontrar en el Mundo del Deseo. Los que han descrito las Regiones Superiores, con respecto al Mundo Material, nos revelan, que cada uno de esos Planos está dividido en siete regiones, donde la energía se clasifica según sus vibraciones y calidad. Así pues, diremos que en el Mundo Astral o de Deseos, encontramos tres regiones inferiores, una región intermedia y tres regiones superiores. Nuestro protagonista, el poseso, está representando las regiones inferiores, donde habitan los Ángeles Caídos, los Luciferes. Mientras tanto, Cristo representa las regiones superiores, donde habitan los Ángeles y Arcángeles.

Lo inferior necesita evolucionar pues, todo lo que ha sido creado, ha de seguir ese proceso de crecimiento y expansión evolutiva. Esta es la razón por la que, al despertar la consciencia Crística, el resto de nuestra naturaleza emocional busca elevar su condición, pero se encuentra poseída, atrapada en manos de un espíritu impuro poderoso, llamado legión. ¿Qué significado tiene esta respuesta? Legión, son los Luciferes, los Ángeles caídos. Ellos tienen su morada en las regiones inferiores del Mundo del Deseo. Como ya hemos adelantado, desde allí alimentan a cada deseo que demande energía de esos Planos. Ellos se alimentan de nuestras necesidades, y engordan en la medida en que nos permiten satisfacer nuestras apetencias.

Es lógico que supliquen con insistencia, para que no les echen de aquella región; es decir, para no ser expulsados de las regiones donde habitan, el Mundo del Deseo inferior.

Pero los Luciferes no pueden desaparecer sin más. Ellos necesitan un receptáculo donde poder continuar su evolución. Si con nuestro amor hacemos que sus prestaciones dejen de sernos útiles, si los hemos dejado sin trabajo, busquémosles un lugar donde poder continuar su ruta evolutiva. Este lugar, nos describe el cronista, se llama, puerco.

¿Quiénes son los puercos? Vulgarmente, conocemos que estos animales se caracterizan por su condición de vivir en el fango y entre desechos de basura, y acaso ¿no es ese el papel de los Luciferes, el vivir alimentándose de las Aguas más impuras, las encharcadas, las que dan vida a las regiones inferiores del Mundo del Deseo, y de los desechos de energía creadora que el hombre no consume para su evolución?

En efecto, con esos cerdos, el autor se esta refiriendo a la Oleada de Vida luciférica, a esos Ángeles caídos que, tras negarse a utilizar el amor adecuadamente, fueron precipitados al abismo.

La crónica nos refiere un proceso propio de exorcismo en el cual, la fuerza poderosa del amor, la Luz, eleva nuestra naturaleza emocional, lo que nos lleva a liberar a los Luciferes que habitaban en nuestro interior como administradores de ciertas energías demandadas por nuestra naturaleza emocional. Una vez desposeído, esos Luciferes, que son legión, han de volver a sus manada, a la piara, y dejándose caer por el abismo, retornar a su proceso de evolución.

14 Los porqueros huyeron y difundieron la noticia por la ciudad y por los campos; y vinieron a ver lo que había sucedido, 15 Llegándose a Jesús, contemplaban al endemoniado sentado vestido y en su sano juicio, el que había tenido toda una legión, y temieron. 16 Los testigos les referían el suceso del endemoniado y de los puercos. 17 Pusieronse a rogarle que se alejase de sus contornos. 18 Subido Él en la barca, el endemoniado le suplicaba que le permitiese acompañarle. 19 Mas no se lo permitió, antes le dijo: vete a tu casa y a los tuyos y cuéntales cuanto el Señor ha hecho contigo y como ha tenido misericordia de ti. 20 Y él se fue y comenzó a predicar en la Decápolis cuanto le había hecho Jesús, y todos se maravillaban.

Cuando hayamos abierto nuestro corazón al amor Crístico, viviremos sin duda las escenas descritas en este pasaje. Cuando nuestras apetencias emocionales dejen de orientarse hacia la conquista de los goces materiales, esos obreros, encargados de suministrarnos las satisfacciones que demandamos, se quedarán sin trabajo; ya no podrán seguir poseyendo a ese hombre, representante de nuestra voluntad-impulso masculino. No es una situación agradable para los que forman legión, para los representantes luciféricos especializados, no lo olvidemos, en los Trabajos más sucios. A partir de ese momento, dejarán de recibir gratificaciones, dejarán de recibir el salario por su labor. Cuando hacemos innecesaria la presencia de los Luciferes en nuestro aprendizaje, se crea una situación semejante a la que estamos viviendo con suma frecuencia en nuestra sociedad actual; una sociedad, dicho sea de paso, inspirada por los Luciferes.

Si un empresario decide cerrar la empresa y deja sin empleo a la totalidad de los trabajadores, inmediatamente vemos, como los representantes sindicales, los comités de empresas, movilizan a la opinión pública promoviendo huelgas, manifestaciones, etc. Su argumento, es lógico; para todo el mundo lo es puesto que, el futuro de esos trabajadores y sus familias, estaría en peligro si no consiguen evitar el cierre de la empresa.

¿Cómo debe obrar entonces el hombre cuando decide cerrar esos almacenes donde un número considerable de empleados, se ha encargado durante vidas y vidas de suministrarnos los alimentos que hemos necesitado?

La sociedad actual da respuesta a estas situaciones llevando a cabo negociaciones en que, empresarios y trabajadores, puedan llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes. Cuando esto se consigue, el empresario logra su objetivo, que es vivido como una liberación, la cual le lleva a afrontar nuevas empresas, y los trabajadores reciben unas prestaciones económicas y sociales que les permite continuar su existencia, pero desvinculada de su anterior filiación.

Así actúa el amor-Cristo, la Nueva Consciencia, cuando alcanza nuestro corazón. A partir de ese momento, ya nada es igual. Aquellos productos, que hemos elaborado para satisfacer nuestras necesidades, dejan de tener sentido pues, una visión nueva, nos ha permitido crear una nueva empresa en la que no es posible el reciclaje de los antiguos empleados. Actuando como Jesús, debemos permitir que, esos trabajadores conocidos por legión-Luciferes, reciban las prestaciones precisas para que no perezcan, pues el amor no puede permitir que ninguna energía se quede huérfana y sin alimento. Es por ello que accede a que los Luciferes se adentren en los puercos, pues estos están representando su propia naturaleza luciférica. Esos porqueros, actúan como lo hacen diariamente los grupos sociales que velan por los intereses de los trabajadores. Ellos, al ver que los obreros han perdido sus puestos, sus empleos, no pueden evitar el tener que quedarse sin representación.

Si todos los Luciferes retornaran al abismo, si no hubiera ningún hombre cuyo comportamiento -naturaleza emocional- demandase satisfacciones mundanas, los Ángeles caídos, tendrían difícil recuperar su dignidad perdida, al escindirse, en su proceso evolutivo, de su Oleada, la Angélica. La colaboración Lucifer-hombre permitirá a ambos, alcanzar el despertar de consciencia necesaria para su progreso evolutivo.

Los porqueros están desesperados y piden a la Luz, a la Nueva Consciencia, al Amor, que se aleje de su contorno, es decir, que se aleje de las regiones inferiores del Mundo del Deseo donde se encuentra el abismo pues, si permaneciese permanentemente en este Plano, los Luciferes no recibirían ni tan siquiera esas prestaciones mínimas que, a su entender, merecen por haber contribuido a la evolución del hombre. Pero el salario social que ponemos en manos de los empleados en paro, ya lleva el aporte de luz necesaria que permitirá a los Luciferes lograr recuperar su nivel de consciencia Angélica.

Pensar en esta jerarquía de Ángeles caídos como portadores del mal es, verdaderamente, una escasez de nuestra consciencia, que no ha comprendido su papel en la creación El amor, ha de convertirse en la moneda de pago con la que debemos abonar las tareas luciféricas. Gamas debemos negar ese pago pues, en realidad, ellos lo necesitan para lograr alcanzar la liberación

Cuando el amor nos libera con su presencia de una situación de posesión, es lógico que la naturaleza, hasta ese momento enferma, una vez liberada desee servir, acompañar al impulso que le ha salvado. Sin embargo, Jesús nos advierte, que es mejor que esa naturaleza vuelva a su hogar y cuente su encuentro con la Luz. Es importante, que seamos capaces de estar dispuestos a realizar este esfuerzo de humildad pues, en él va inscrito un proceso regenerador, que no se daría de otro modo.

Explicaremos por qué. En el ser humano habitan, como hemos dicho, una multitud de tendencias cuya filiación es tan variada que nos resulta imposible clasificarlas todas ellas. Dado los diferentes grados de energía, la manifestación de esta es multidireccional. No podemos hablar solamente de energía mental o emocional, sino que tendríamos que especificar que existen diferentes estados mentales y calidad de pensamientos, y diferentes estados emocionales y calidad de sentimientos.

La penetración de Jesús-Cristo, en nuestra tierra humana, viene a añadir un grado más elevado a esos estados de energía; pero esto no se consigue en una abrir y cerrar de ojos y, mientras que va recorriendo uno a uno los diferentes tramos de nuestra consciencia, las diferentes tendencias que habitan en nosotros hasta ese encuentro, no dejan de manifestarse. Si, como hemos visto en este pasaje, la presencia del amor en nuestra consciencia emotiva Cáncer, ha permitido liberar-elevar la condición del endemoniado, esto es, una parte tan solo de nuestra naturaleza completa emocional, es preciso que, una vez sanado, vuelva a su Mundo-hogar, y cuente a toda su familia, a cuantas tendencias emocionales convivan con el, lo que el Señor ha hecho. Si no actuamos así, si no conseguimos llevar el proceso transmutador a su hogar, es posible, que nuevamente pueda repetirse la escena, y los Luciferes, logren penetrar en ese Plano, en la Naturaleza Deseo.

El endemoniado acepta las palabras de Jesús, y retorna a su morada; se puso a predicar en la Decápolis cuanto le había hecho Jesús

¿Qué nos quiere revelar el autor cuando nos dice que predico en la Decápolis, en el grupo de las diez naciones?

Precisamente, lo que adelantábamos anteriormente. Es necesario que la Luz se extienda a la naturaleza emocional en su máxima manifestación. Cabalísticamente, el Árbol de la Vida, donde se recoge la organización creadora de Dios, se expresa en Diez Centros Sefiróticos. La energía en sus diferentes manifestaciones, Fuego-Agua-Aire y Tierra, debe conquistar cada uno de esos Centros pues, en cada uno de ellos, recibe la aportación necesaria que, en su conjunto, le permite adquirir la condición de Perfección. Así pues, diremos que, cada Elemento precisa manifestarse en esas diez ciudades míticas, para que la Unidad reine en Él, y no sea que, mientras unos siguen al Maestro, otros den cobijo, a la Legión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario