jueves, 24 de diciembre de 2015

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Transición Fuego-Agua (I).

LA PARABOLA DEL SEMBRADOR
1 De nuevo comenzó a enseñar junto al mar. Había en torno de El una numerosísima muchedumbre, de manera que tuvo que subir a una barca en el mar y sentarse; y la muchedumbre estaba a lo largo del mar, en la ribera.

Aunque la astrología convencional, en el estudio de los signos del zodíaco, hace referencia tan solo a Doce Arquetipos, divididos en Cuatro Elementos básicos, un estudio más profundo, y basado en las claves cabalísticas, nos revela que la aplicación de las Leyes creadoras, en los signos YOD-HE-VAV-2º HE, introducen un nuevo estadio que se corresponde con el proceso de Transición entre los Elementos. Así, el número de etapas que sigue la consciencia desde el Fuego, hasta la culminación en la Tierra, es de 16, correspondiéndose las cuatro fases de Transición, con la cuarta fase del proceso creador, el 2º He-Yod.

La primera fase de Transición es la correspondiente a los Trabajos de culminación del Elemento Fuego y la penetración en el Elemento Agua. Esta dinámica se fundamenta en un proceso lógico en el desarrollo de la consciencia. La propia experiencia nos confirma que los cambios no se producen drásticamente. No pasamos de la infancia-Fuego a la adolescencia-Agua en un abrir y cerrar de ojos. El proceso de adaptación, que se correspondería aproximadamente con la edad de diez a catorce años, definiría la etapa de Transición del Fuego al Agua, de Sagitario a Cáncer.

Marcos, al comenzar el capitulo IV, sitúa la consciencia en la secuencia de Transito de Sagitario a Cáncer, indicándonos que, de nuevo comenzó a enseñar -Sagitario- junto al mar Cáncer. Ya hemos estado hablando sobre la función exteriorizadora de Sagitario, con el propósito de alumbrar el mundo que nos rodea. La alusión al "mar" nos indica la presencia del nuevo Elemento, el Agua.

Cuando, en nuestro proceso evolutivo, el impulso Crístico-Amor alcanza el nivel de nuestro Cuerpo Emocional, se produce una experiencia de iluminación que movilizará hacia la Luz a una numerosísima muchedumbre.
Cuando nuestros deseos se descubren poseedores de la Luz, se corre el peligro, ya antes mencionado, de sentirnos exaltados emocionalmente, alcanzando un nivel hasta ahora desconocido y, deslumbrados por ese sentimiento tan elevado, nos comportamos de modo que, nuestras acciones pueden hacer peligrar el verdadero impulso Crístico.

Ya en el capitulo anterior se produjo una situación similar. Jesús actuó del mismo modo cuando la exaltación de su Luz eleva prematuramente las emociones, se ve en la necesidad de montarse en una barca. Este acto de prevención es muy importante que sea bien comprendido pues, si nos dejamos llevar por la iluminación del momento sin haber conseguido verdaderamente controlar el impulso de nuestras emociones, podríamos ahogar la consciencia Crística.

"El subió a la barca, y se sentó". ¿Cómo debemos interpretar esta acción? Sabemos que Jesús, en este pasaje, se encuentra identificado con el Arquetipo de Sagitario. Por lo tanto, podríamos descifrar este mensaje del siguiente modo: Sagitario penetra en Cáncer, y el impulso motor, Yod-Fuego, alcanza la naturaleza gestadora, He-Agua, quedando en espera de afrontar los nuevos Trabajos (se sentó).

Los Trabajos de Transición se caracterizan, precisamente, por esta dinámica de reflexión. Se trata de integrar las energías de un Elemento a otro. El "sentarse", en este pasaje, es una fase análoga al sueño, en relación con la vigilia. Durante la noche, estamos "transbordando" las experiencias del día, las cuales pasan a formar parte de nuestra naturaleza anímica. Durante el transito de la muerte a la vida, ese periodo, aparentemente pasivo, es precisamente muy activo pues, se realizan los Trabajos de preparación de la nueva existencia.

No es casual que se repitan en este capítulo las mismas experiencias del proceso anterior. A partir de este punto, abordaremos nuevos Trabajos y las tendencias anímicas deben encontrarse en el lugar adecuado, "a lo largo del mar, en la ribera" pues, a esa "muchedumbre" va dirigido el mensaje en esta instancia.

2 Les enseñaba muchas cosas en parábolas, y les decía en su enseñanza:
Jesús, se dirige al Cuerpo Emocional haciendo uso de una técnica de enseñanza dirigida especialmente a ese nivel de comprensión. En verdad, se trata de comunicarse con el lenguaje adecuado a la estructura psíquica llamada "emoción". Si, en vez de tratarse del Cuerpo Emocional, el encargado de recibir el mensaje Crístico fuese el Cuerpo Mental, Jesús habría utilizado otro método de enseñanza, adaptado a las capacidades de comprensión de dicho cuerpo.
La parábola es el lenguaje del Espíritu-Fuego para impregnar con su Verdad la naturaleza emotiva. En esta técnica se trabaja sobre la imaginación creadora -Agua-. Se trata de llevar la Luz-Fuego al cuerpo imaginativo haciéndole vivir, en imágenes internas, la fuerza y el mensaje de la Verdad. La identificación emotiva, aunque no comprende el razonamiento, captará el mensaje profundo que se trata de enseñar.

3 Escuchad: salió a sembrar un sembrador, 4 y al sembrar, una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. 5 Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y al instante brotó, por no ser profunda la tierra; 6 pero en cuanto salió el sol se marchito, y por no tener raíz, se secó. 7 Otra parte cayó entre espinas y al crecer estas, la ahogaron y no dio fruto. 8 Otra cayó en tierra buena y dio fruto, que subía y crecía, dando uno treinta, otro sesenta y otro ciento. 9 Y decía: el que tenga oídos para oír que oiga.
Es importante que el aspirante adopte la actitud de escuchar. Para Jesús-Amor, es sumamente importante que nuestros deseos estén dispuestos a escuchar. No es necesario realizar ningún otro Trabajo. No se trata de exigirnos sacrificios, renuncias, autocastigos, etc, tan sólo escuchar pues, al finalizar su mensaje, es decir, cuando nos ha comunicado la verdad que debe ser interpretada, captada, sentida por nuestro Yo Emotivo, nos dirá: "el que tenga oídos para oír, que oiga".

Es obvio que el Maestro no se estaba refiriendo a la capacidad de audición del oyente; no es al oído físico a lo que esta aludiendo, sino a ese otro oído interno que en verdad debe permanecer constantemente en situación de escucha. Se trata de la consciencia. No podremos permanecer dormidos mientras podamos "oír". Ahora bien, si nos relajamos, si nos despreocupamos de poner atención a la voz de nuestro Yo Espiritual, y si nos dejamos llevar por las voces de las diferentes tendencias materiales, entonces, tendremos verdaderos problemas para captar el mensaje de nuestro Ego, no tendremos oídos para oír

¿Cuál es el mensaje de la parábola de Jesús? ¿Por qué la primera manifestación en la antesala del Mundo Emocional, Cáncer, su mensaje habla de la parábola del sembrador?

Si hemos entendido bien las explicaciones que hemos ido desarrollando en esta obra con relación a los Elementos y las fases del proceso creador, comprenderemos que, el Fuego-Yod representa la semilla divina que debe ir creciendo hasta convertirse en fruto, cuando culmine su Trabajo en el Elemento Tierra.

Siendo esto así, los tres primeros capítulos, que hemos estudiado hasta ahora, nos han enseñado a utilizar correctamente esa semilla (Designio Divino-Voluntad del Padre).

Ahora se trata de que nuestra consciencia emotiva aprenda a amar esa semilla o lo que es lo mismo, desee Trabajar para que la Voluntad del Padre -nuestro Yo Superior- alcance su Propósito.

Jesús, con la parábola del sembrador, se dirige directamente a la consciencia y le enseña las cuatro fases que sigue el proceso de siembra, es decir, la capacidad de amar lo Superior dependiendo del tipo de conciencia emocional que se tenga.

En primer lugar nos describe una calidad emocional indiferente, despreocupada; es el sembrador que no cuida su semilla, malgasta la energía espiritual, que cae junto al camino pero no en él; es decir, no sigue la ruta trazada por el Yo Superior y, actuando así, alimentará a las aves. ¿Qué representan esas aves? La capacidad de volar, de dominar el aire, nos hace referencia a los Trabajos del Cuerpo Mental. El pensamiento, Aire-ave, cuando se esta Trabajando en la maduración del Cuerpo Emocional, interfiere la Obra de un modo negativo puesto que, si no hemos conseguido amar, dominar los sentimientos, difícilmente estaremos en condiciones de dominar el pensamiento ya que, al tratarse del ultimo Cuerpo adquirido en el proceso evolutivo, es sobre el que menos control tenemos.

Por lo tanto, esas "aves", en el contexto en el que aparecen, son unas intrusas, como intrusa fue la aportación de los Luciferes en otra etapa de la evolución de la humanidad. El deseo excesivo de conocimiento nos hace despreocupados en lo concerniente al amor; la ciencia y la fe-amor han caminado separadas en los últimos años, en los que hemos visto cómo ese afán de conocer, no ha tenido prejuicio para sacrificar seres vivos.

Por lo tanto, el deseo inmoderado de conocimiento, unido a nuestra indiferencia emocional, hará que la semilla divina no crezca.

Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra... por no tener raíz se secaría. En efecto, descubrimos en estas líneas una nueva disposición emotiva. Se trata de los que no tienen mucha sensibilidad, les falta realmente el suficiente elemento emotivo. Son poseedores de sentimientos, es más, incluso pueden ofenderse si se les juzga de insensibles, sin embargo, a la hora de la verdad, cuando se trata de que el amor que todo lo une, el amor que nos lleva a respetar la libertad ajena, se manifieste en nuestros actos, entonces, nuestra sensibilidad quedará estéril, pues no estará dispuesta a comprometerse tanto. No tiene verdaderas raíces; no ha adquirido autoseguridad emotiva; no tiene vocación, sino que las circunstancias le han llevado a tomar una determinación, y esta no está a la altura. Desde el momento en que el Sol sale en las vidas de estos sembradores, toda su Obra quedará marchita. Ese Sol es la Luz de la Consciencia, de la Verdad. Cuando es de día, difícilmente podremos ocultarnos, difícilmente podremos disfrazar nuestros verdaderos sentimientos.

Otra parte caería entre espinas, y al crecer éstas, la ahogaron y no dio fruto.

La calidad emocional que nos describe este sembrador, es muy común en nuestros días. De un modo consciente o inconsciente, nuestras emociones construyen a nuestro alrededor toda una selva de espinas que nos protegen de la invasión de otros sembradores. Es nuestro egoísmo que nos encierra en nosotros mismos, impidiendo que nadie pueda interferir en nuestro mundo íntimo, en nuestro mundo afectivo. A veces estos espinos están creados de sentimientos tan sutiles, que no nos percibimos de que están impidiendo crecer la semilla del verdadero amor. En el mundo del espíritu podremos descubrir verdaderas plantaciones de espinos, hectáreas y más hectáreas, que cultivamos con orgullo y dedicación. Las religiones, en su noble afán de sembrar la palabra de Dios entre los hombres, han sembrado verdaderamente entre espinos pues, a lo largo de la historia, hemos visto como ese amor, fanático y exclusivista, ha llevado al hombre a matar a su propio hermano por el simple hecho de no compartir su religión.

Si observamos lo que ocurre hoy en día, descubrimos que la historia se repite periódicamente, los espinos se clavan continuamente en el corazón del hombre llevándole a pedir venganza hacia su prójimo, olvidando que la semilla del Padre, es el Cuerpo de la Unidad.


Por ultimo, otra parte de la semilla cayó en tierra buena y dio fruto, que subía y crecía, dando unos treinta, otros sesenta y otros cien. Esa tierra buena, fértil y productiva, todos la llevamos dentro. Es la morada de Hochmah, el He Primordial, el óvulo femenino dispuesto a ser fecundado y generar. Es la tierra del amor que da lugar a la consciencia de la Unidad.


Cuando Jesús-Cristo se ha convertido en esa semilla que alcanza la tierra buena, el fruto que se obtiene permite a la consciencia emocional elevarse. Esa elevación, ciertamente se produce en la naturaleza humana, la cual, identificada con una personalidad de visión dividida y de sentimientos egoístas, "sube" hasta alcanzar la Esfera de Hochmah, donde renace una nueva personalidad con visión de la Unidad y de sentimientos altruistas.

Esa nueva visión -actitud amorosa- da fruto en todos los Centros de consciencia donde se desarrolla nuestra existencia, dando "unos, treinta", es decir, la plena realización en los niveles de Kether-Hochmah-Binah, multiplicados por diez, las etapas que corresponden al ciclo completo; otros, sesenta", es decir, la plena realización en los niveles de Hesed-Gueburah-Tiphereth; "y otros, cien", esto es, la plena realización en los niveles inferiores, Netzah-Hod-Yesod-Malkuth.

El número de frutos obtenidos en cada caso, nos está revelando algo muy importante que debemos conocer cuando es la naturaleza Crística la que se manifiesta en nuestra personalidad emotiva. 30, 60 y 100 son las cantidades que se obtienen tras haber conquistado con nuestros deseos los diferentes estados de consciencia que se desprenden de cada Plano-Cuerpo: Mental-Espiritual, Emocional y el Etérico-Físico.

Con Jesús, habitando en nuestros sentimientos, todos los vehículos trabajan al unísono, no hay objetivos diferentes, no hay metas que mantengan nuestra atención dividida. Un solo propósito movilizará nuestros deseos: Hacer la Voluntad del Padre, realizándonos como dioses en formación.

10 Cuando se quedó solo le preguntaron los que estaban en torno suyo con los doce acerca de las parábolas; 11 y El les dijo: A vosotros os ha sido dado a conocer el misterio del reino de Dios, pero a los otros de fuera todo se les dice en parábolas para que 12 mirando, miren y no vean; oyendo, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados.

Es necesario que el aspirante se familiarice con las distintas tendencias que anidan en su ser. Por un lado, se encuentran Jesús-Cristo, sus doce discípulos y los que están en torno suyo; es decir, el impulso Crístico que crece en nosotros, junto a los diferentes Obreros que Trabajarán para que El Maestro pueda realizar su mandato. Estas tendencias representan los valores del espíritu, el Fuego primordial, las semillas que han de crecer.

Por otro lado, nos encontramos con los escribas, fariseos y la muchedumbre que, como hemos visto, representan las viejas tendencias arraigadas en el cumplimiento de la ley: la personalidad material.

En este pasaje, donde la dinámica Crística se encuentra en la tarea de integrar el Fuego-Semilla de Unión, en el Agua-Tierra de la División, nos revela Marcos cómo debemos hacerlo: “utilizando la parábola” ¿por qué?

Cuando Jesús se quedó solo, rodeado únicamente de sus discípulos y los que andaban en torno suyo, les dijo: A vosotros os ha sido dado a conocer el misterio del reino de Dios, pero a los otros de fuera todo se les dice en parábolas.

A los Obreros de la espiritualidad, a los verdaderos representantes de las Doce Esencias Divinas, del Espíritu, se le permite conocer los misterios del reino; y esto es así porque, en verdad, ellos forman ese reino, pues el Fuego conoce el Principio y la Voluntad del Creador. Sin embargo, "los otros de fuera", es decir, las demás tendencias, accederán a esos conocimientos en forma de parábola; es decir, la Luz, cuando penetra en el Agua, se convierte en parábola, se trata del ropaje que entiende ese vehículo. Desde ese nivel mirará y no verá; oirá y no entenderá. Esto es lo que verdaderamente ocurre con la Luz cuando se proyecta en el Agua, se deforma, y aun mirando, no veremos; oyendo, no entenderemos. Para conseguir el conocimiento de primera mano, vía iluminación, será necesario convertirnos; nuestras emociones deben convertirse en Amor-Luz; es decir, debemos elevarnos hasta la Esfera de Hochmah, donde seremos perdonados, y donde recibiremos un verdadero bautismo de sabiduría.

El conocimiento de los misterios de la obra divina ha permanecido oculto a lo largo de la historia del hombre. Ese saber fue comunicado por los Grandes Seres Espirituales a los hombres más evolucionados, en los albores de la humanidad. Desde entonces, ha sido custodiado celosamente en Escuelas Herméticas, donde tan solo se podía acceder tras superar duras pruebas. Con este comportamiento, los guías han actuado como Jesús obró con sus discípulos El sabía que poner el conocimiento, el poder, en manos de la muchedumbre, es decir, de la turbulencia emocional, sería lo mismo que dar fuego a un niño pequeño, los resultados serían destructivos. Así pues, es preciso obrar con precaución cuando nos encontremos en nuestro camino a hermanos que buscan el conocimiento con el único propósito de utilizarlo para satisfacer fines egoístas.

A ellos, hay que hacerle llegar las enseñanzas en forma de parábola, es decir, adaptada a su capacidad de entendimiento. Los cuentos de hadas tienen el mismo poder que la parábola para despertar la consciencia en aquellos niveles donde un exceso de luz-verdad, puede ocasionar daño. La identificación del niño con los personajes de los cuentos, le permite adquirir las cualidades propias del héroe, le permite liberar las energías negativas reprimidas que siente hacia su madrastra, cuando odia internamente a la bruja malvada.

A través de la parábola, el pueblo emocional, nuestras tendencias emotivas, sabrán captar el mensaje subliminal que nos transmite.

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