sábado, 26 de diciembre de 2015

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Transición Fuego-Agua (III)


LA PARÁBOLA DE LA SEMILLA QUE CRECE

26 Decía: El reino de Dios es como un hombre que arroja la semilla en la tierra, 27 y ya duerma, ya vele, de noche y de día, la semilla germina y crece, sin que él sepa como. 28 De si misma da fruto la tierra, primero la hierba, luego la espiga, enseguida el trigo que llena la espiga; 29 y cuando el fruto está maduro, se mete la hoz, porque la mies esta en sazón.

Difícilmente podríamos explicar de un modo tan sencillo el funcionamiento de las leyes cósmicas, como lo hace Jesús con esta parábola. La Voluntad del Padre, como ya hemos dicho en otros puntos de esta obra, tiene como Propósito que su Creación, el Hombre, crezca, evolucione y alcance como fruto su propia condición creadora. A partir de esa conquista, Él seguirá ascendiendo en la escalera evolutiva, y la humanidad, convertida en Dios, podrá desarrollar un nuevo Proceso Creador.

Todo el misterio del reino del Padre se resume en sembrar; es decir, es preciso que hagamos uso de nuestra voluntad pues, de este modo, estaremos utilizando a nivel humano, el potencial divino. A partir de ese momento, una vez que hemos sembrado, que hemos movilizado nuestra voluntad, no importa si nuestra consciencia está dormida o, en cambio, está velando pues, la propia dinámica creadora, dirigida por la Gracia y la Inteligencia Divina (Hochmah y Binah), se encargarán de que esa semilla germine, crezca y de frutos. Puede ocurrir que, nuestra Voluntad-semilla, esté en malas condiciones y, cuando germine y crezca, nos encontremos con que el fruto es amargo. No importa pues, el proceso de evolución, nos llevará a sembrar de nuevo, buscando mejorar nuestra anterior cosecha.

Es importante que comprendamos por qué aparece este mensaje en la dinámica Sagitario-Cáncer. Con el Fuego, la semilla-voluntad ha sido movilizada; al penetrar en la fase del Agua-Cáncer, esa semilla deberá enraizar. Si nuestras emociones-deseos duermen, es probable que esa semilla crezca en nosotros sin que sepamos lo que está ocurriendo verdaderamente; seremos inconscientes y, dado que no nos hemos identificado con ella, cuando aparezca como fruto en nuestra Tierra-vida, tal vez no reconozcamos que se trata de la semilla que hemos sembrado.

Recuerdo el caso de una chica cuyo Programa Divino le demandaba que se proyectase en desarrollar una actitud donde poder poner de manifiesto su capacidad de servicio, enfocado en el sector de la marginación y el mundo del necesitado. En cierto momento de su vida, sintió la necesidad de estudiar, y sus deseos le llevaban a orientarse hacia la profesión de ATS. Cuando fue a presentar la solicitud de admisión, una amiga que la acompañaba, le sugirió que se presentara también para estudiar Trabajo Social. Ella no lo veía claro, pues lo que le gustaba en verdad era ser ATS. No obstante, se dejó llevar por la sugerencia de su amiga y también solicitó para Trabajo Social.

Paso el tiempo, y salieron las listas de admitidos para llevar a cabo los estudios en cada una de las universidades. Ella no fue admitida en ATS, por no tener suficiente nota, y aquella desilusión la llevó a olvidarse de su otra solicitud. Ocurrió, mientras tanto, que sus compañeros la animaban para que se informara en la Escuela de Trabajo Social, pues todavía era posible que fuese admitida, pero a ella no le seducía la idea. Sin embargo, aquella voluntad-semilla sembrada en su momento, fue gestándose y, aunque ella "dormía", la semilla germinó y creció hasta que llegó el día en que se convirtió en fruto, pues recibió una notificación de admisión a su solicitud de iniciar estudios de Trabajo Social.

El impulso del Arquetipo Crístico ha sido sembrado y, seamos o no conscientes de ello, llegará el día en que germine y de frutos. Dos mil años han transcurrido desde que Jesús nos dejara su semilla en nuestra tierra humana. Ahora que nos encontramos en los comienzo del tercer milenio, la fase Vav del proceso Crístico se activará, y lo que hasta ahora ha sido un impulso que ha despertado nuestra naturaleza interna, se convertirá en obra externa. El amor formará parte de nuestro poder ejecutivo, de nuestros actos. Exteriorizaremos amor, conviviremos en amor, compartiremos el amor. La semilla del amor será conocida por todos, y la igualdad pondrá fin a las diferencias existentes entre los hombres.

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