domingo, 24 de enero de 2016

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Acuario (II)



LA CUESTION DEL DIVORCIO
2 Llegándose unos fariseos, le preguntaron, tentándole, si es licito al marido repudiar a la mujer. 3 El respondió y les dijo: ¿qué os ha mandado Moisés? 4 Contestaron ellos: Moisés manda escribir el libelo de repudio y despedirla. 5 Dijoles Jesús: Por la dureza de vuestro corazón os dio Moisés esta ley; 6 pero al principio de la creación los hizo Dios varón y hembra; 7 por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, 8 y serán los dos una sola carne. De manera que no son dos, sino una sola carne. 9 Lo que Dios juntó, no lo separe el hombre. 10 Vuelto a casa, de nuevo le preguntaron sobre esto los discípulos; 11 y les dijo: El que repudia a su mujer y se casa con otra, adultera contra aquella, 12 y si la mujer repudia al marido y se casa con otro, comete adulterio.

No podemos olvidar, que nos encontramos en el terreno que mejor dominan los fariseos, el Aire. Conocemos que Binah-Ley rige sobre este Elemento, y sabemos que los fariseos y escribas son los máximos representantes de esa ley en su proceso involutivo. A partir del momento en el que se produce un cambio en la consciencia que nos lleva a identificarnos con el amor en vez del rigor, debemos esperar que los representantes del antiguo orden nos tienten para demostrar su valía, su verdad.
Para la Nueva Consciencia le resultaría más cómodo rechazar la ley mosaica, la ley rigurosa, pues hemos dejado de aplicarla de nuestras vidas vía externa, es decir, hemos aprendido a ser ley, lo que nos ha llevado a actuar con una nueva creencia, la del amor y el perdón. La comprensión del dolor vivido en nuestras carnes, nos lleva a amar el dolor del otro. Sin embargo, Jesús-amor no interpreta la ley mosaica como mala, sino que reconoce cuando es necesaria su aplicación. El endurecimiento de nuestro corazón nos hace refractarios a ser fieles portadores de la voluntad del Padre; los deseos egoístas nos alejan de la unidad, nos separan de Dios, de la Verdad, y tanto es así, que es necesario que el rigor de la Ley nos de argumentos para rectificar nuestro comportamiento, para comprender los efectos del daño que causamos en los demás.
Mientras que nuestras acciones nos lleven a dar testimonio del mal, necesitaremos de la ley mosaica para aprender. Ahora bien, existe una verdad más transcendente, una verdad que no se encuentra “oculta” en los ropajes de la ley, es una verdad que nos hace libres. Esa verdad pertenece a Kether-Padre, y podemos tomar consciencia de ella por vía intuitiva, es decir, de primera mano, aunque también es cierto que podemos hacerlo a través del amor, es decir, a través de la naturaleza Crística que revela la Luz a todos los que tienen fe, y a todos los que creen.
¿Es lícito al marido repudiar a la mujer?
Nuestra naturaleza mental antigua llamada fariseo, nos lleva a la búsqueda de la verdad, es decir, nos invita a cuestionarnos la certeza de la Ley. Esta dinámica es propia del signo de Acuario. Es en este Arquetipo donde el Aire se encuentra en fase He, esto es, de interiorización, y su objetivo no es otro que descubrir con el Cuerpo Mental la conexión que existe entre la naturaleza humana y la divina. Si en Libra nacía la “voluntad de ser los demás”, es decir, la voluntad de unificar, en Acuario surge el “deseo de ser los demás”, el amor fraternal y universal. El conocimiento de las leyes cósmicas, del universo, nos permite interpretar la naturaleza humana desde la igualdad. Todos somos iguales ante la ley divina. Reconocer esa igualdad internamente ha de permitirnos dar respuestas a esa visión farisaica, de que no es lícito al marido, es decir, a la voluntad-Fuego, repudiar a los deseos-Agua-mujer.
Sería ir en contra de la doctrina que proclama el Cristo. Él es Unidad, Amor y Perdón, ¿cómo ahora iba a responder afirmativamente a los fariseos? Una cosa es lo que Moisés recogió de boca de Jehová y otra cosa es la Voluntad de Dios. Podríamos preguntarnos, ¿acaso son contrarios estos aspectos? No, no son contrarios, pero debemos comprender que las diferentes vías de aprendizaje estaban condicionadas por las propias necesidades de evolución. Binah se convierte en Ley, lo que no significa que debamos permanecer eternamente en este estadio de consciencia. Aún nos queda por recorrer los Trabajos de Hochmah y Kether. Como ya hemos repetido en muchas ocasiones, es Hochmah-Amor quien manifiesta el rostro invisible de Kether. Por lo tanto, contestemos a nuestros fariseos internos, e igualmente a los externos, que mientras nuestro corazón esté endurecido necesitaremos de la ley en la que nosotros mismos creemos y aplicamos. Pero cuando nuestro corazón ame con pureza, entonces, hagamos la Voluntad de Dios: “lo que Dios ha unido no lo separe el hombre”.
Quizás al estudiante no se le haya pasado el detalle de la relación existente entre la cuestión planteada por los fariseos -el repudio- y el signo de Libra, donde se desarrollan los Trabajos de matrimonio y complementación.
Acabamos de adentrarnos en la dinámica de Acuario, y su primera puerta, es decir, su primer decanato, nos lleva a las tierras de Libra, donde recapitulamos sus Trabajos. En Acuario es necesario forjar la verdad, establecer respuestas, investigar nuevas ideas. No podemos permanecer inmóviles, debemos estar dispuestos a progresar en el campo del intelecto, y la Luz de Cristo iluminará nuestro pensamiento dándonos argumentos nuevos para que rectifiquemos nuestras viejas creencias. Ya dijimos que Acuario nos lleva a la comprensión de la Obra creadora. Jesús, en este pasaje, nos revela su saber sobre el uso que debemos hacer de las fuerzas creadoras. Él sabe que el universo surge tras la unión del hombre-Fuego-Voluntad Divina, y la mujer-Agua-Amor Divino. El universo es el hijo-Aire-Inteligencia Divina. Cada célula de ese universo, es decir, cada energía inscrita en los Zodiacales, en los planetas, y en el hombre, es portadora de esa Inteligencia Divina. Por lo tanto, cuando se produce la unión de un hombre y una mujer, se esta produciendo un encuentro sagrado, en el sentido de que están actuando como Dios actuó en su proceso creador.
Si llegado a este punto, la voluntad-hombre decide repudiar a los deseos-mujer y la abandona, la célula de unidad creada por su unión se dividirá. Cuando un hombre y una mujer se unen no es un hecho fortuito, ni casual. Ese encuentro -sagrado- responde a una necesidad de complementación. La parte de nuestra personalidad, de la que no somos conscientes para alcanzar la unidad, se encuentra en el otro-yo, y viceversa. Una vez cristalizada esa unidad, si con el tiempo, bien el hombre-voluntad o la mujer-deseos, decide abandonar su otra parte, su complemento, para unirse a otro, estará cometiendo un acto de adulterio, en la medida en que se ha producido una alteración importante en su sistema de unificación celular. A niveles de reacciones químicas, cuando los componentes positivos y negativos de una célula se separan, y se produce una interferencia en otro orden celular, los trastornos que se manifiestan son verdaderamente desastrosos. El desequilibrio celular degenera en enfermedades mortales, como el cáncer.
Es necesario que, a través de Acuario, comprendamos el papel de las fuerzas con las que Trabajamos, y la respuesta del Maestro nos descubre este misterio.

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