jueves, 28 de enero de 2016

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Acuario (VI)


TERCERA PREDICCION DE SU MUERTE

32 Iban de camino, subiendo hacia Jerusalém; y Jesús caminaba delante, mientras ellos iban sobrecogidos, siguiéndoles medrosos. Tomando de nuevo a los doce, comenzó a declararles lo que había de sucederle. 33 Subimos a Jerusalém, y el Hijo del hombre será entregado a los príncipes de los sacerdotes y a los escribas, que le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, 34 y se burlarán de Él y le escupirán, y le azotarán y le darán muerte, pero a los tres días resucitará.

Desde el segundo decanato de Acuario, la Nueva Consciencia, recorriendo ese camino, sube hacia Jerusalém, término que es necesario traducirlo en su versión hebrea: Yerusalaym. Si aplicamos el conocimiento cabalístico, con sus correspondencias numéricas, comprenderemos el significado de su mensaje. Las letras que la forman son las siguientes: Yod-Reish-Vav-Shim-Lamed-Yod-Mem final, lo que traducido a números, nos lleva al 4. Veámoslo: 10+20+6+21+12+10+24= 103= 4.

Jerusalem, su tradución es Ciudad de la Paz. El valor obtenido de su correspondencia numérica, el 4, nos revela el significado profundo de dicha traducción. El cuatro, es el valor de Hesed, el cuarto Séfira del Árbol Cabalístico, la "tierra prometida", la paradisiaca, de la cual, Adan y Eva fueron expulsados, es decir, se trata de recuperar la condición de "Unión con Dios", pero con una variante, con respecto a la etapa "Adamita", lo haremos en un estado consciente. Se trata de recuperar la codición de Co-Creadores, se trata de tomar consciencia de que somos "dioses en formación".

La Ciudad de la Paz, es nuestra meta, no encontramos en este punto del camino, "subiendo" hacia esa meta.
Nos revela la crónica, que Jesús, “caminaba delante”, y este detalle viene a indicar que es el Amor la fuerza que debemos movilizar para dirigirnos hacia la conquista de la "tierra prometida". El Amor, debe convertirse en la esencia que nos retornará de nuevo al "Paraíso Terrenal", donde conviviremos en plena conciencia de Unidad.

Por una parte, los discípulos se encontraban “sobrecogidos”, refiriéndose con este comportamiento a la actitud de recogimiento, de interiorización propia del signo de Acuario. Es necesario comprender lo que está sucediendo en este momento de la Obra Crística. No podemos olvidar que nos encontramos Trabajando con el Elemento Aire, el pensamiento, cuyo poder le lleva a configurar las pesas y medidas con las que se edifica en el Mundo Material. Todo cuanto se ha creado a niveles físicos se ha formado anteriormente en nuestra mente, por lo tanto, la penetración de un nuevo impulso en ese Plano de Formación, y en la etapa He, es decir, en la de elaboración interna, nos llevará a experimentar un profundo “sobrecogimiento”, pues reconoceremos que aquello que ha supuesto nuestra “hacienda”, nuestra seguridad, nuestras creencias, debe dar paso a una nueva creencia mucho más sutil.

El mundo viejo se tambaleará, pues en nuestro taller de Formación se ha producido un importante cambio que afectará a la producción.
Todos nosotros debemos dar ese cambio en nuestra estructura mental. Debemos estar dispuestos a dirigir el timón de nuestra nave hacia nuevas tierras.
El pensamiento anuncia en la fase He,  lo que va a ocurrir en el Mundo Material. Acuario, encuentra su correspondencia sefirótica en la dinámica de Hod. Hod-Mercurio, realiza funciones de gestador del pensamiento en el Árbol Cabalístico. No es casual, que en términos mitológicos, fuese Mercurio, el Mensajero de los Dioses, realizando de este modo funciones de “comunicador” por excelencia. Por ello, diremos que Acuario-Hod-Mercurio tiene esa facultad de enunciamiento que se recoge en este pasaje.

Es definitivo. Es la tercera predicción, la que está en sintonía con los Trabajos de Binah, regente del Elemento Aire, pero estando aún en la dinámica de Acuario, se trata de una predicción, del anuncio de lo que está por venir. El segundo decanato de Acuario, regido por el mismo signo, comunica a la consciencia, un anticipo del resultado final de la Obra, los Trabajos que aún quedan por realizar.

Si nuestros obreros no alcanzan a comprender cuál es la meta del camino recorrido por Jesús, difícilmente podrán convertirse en esa Nueva Tierra donde ha de crecer y madurar la semilla Crística. Esos obreros son el motor de la Nueva Consciencia; ellos deben conocer interiormente que, para que el amor dé sus frutos, debe derramarse en la Tierra; una Tierra, habitada por tendencias hostiles, gobernadas por una autoridad cuyos días están contados, pues el ritmo evolutivo exige que todo progrese hacia delante. En esa tierra donde los príncipes de los sacerdotes y los escribas tiene su cuartel general, debe penetrar Jesús, debe llegar hasta ellos, pues derramando su sangre-deseos sublimes en la tierra humana, elevará las vibraciones del Cuerpo Emocional y Mental de la humanidad. Esa sangre es como la semilla, que cuando crezca despertará la consciencia de los hombres, llevándoles a ser hombres nuevos.

Llegado este punto del camino, es importante que reflexionemos, pues las palabras del Maestro, nos producirán desasosiego. Hemos comprendido que las tribulaciones de Jesús, son nuestras propias tribulaciones, debemos encarnarlas. No podemos alcanzar su consciencia, si no estamos dispuestos a seguir sus pasos por todos y cada uno de los estadios, es decir, por los dieciséis estados de energías que estamos estudiando. No podemos decir, que nuestro comportamiento es Crístico, simplemente por tener inquietudes, ideales o por sentir de un modo impersonal, o por conocer todos los Misterios de la Obra Divina. Debemos saber, que la Obra de Cristo culmina con su Pasión, con su prendimiento por parte de los representantes de la antigua personalidad, la material, que viendo peligrar su potestad, decide poner fin al causante de tanto desconcierto. Debemos estar dispuestos a que se burlen de nosotros, a que nos escupan, a que nos azoten y a que nos den muerte. ¿Acaso no son estas cuatro acciones el resumen de las Cuatro Iniciaciones?

La burla, es la muestra evidente de que no hemos comprendido el mensaje. Es típico, en aquellos que Trabajan con el Fuego en su vertiente negativa, burlarse de lo que no son capaces de asimilar. Esa alegría superficial simboliza la verdadera alegría que algún día se alcanzará cuando se comprenda el profundo significado del Fuego, del Espíritu, del Poder.

Al escupirnos, nos darán el fruto de su amor de un modo despectivo. Ya hemos visto en otra ocasión, como Jesús, con su saliva curaba a los ciegos. Ahora, recibiendo la saliva de aquellos que le odian, les está perdonando su ceguera. Escupimos sobre alguien cuando lo consideramos nuestro enemigo, cuando lo despreciamos. El desprecio del mundo, es algo a lo que debemos acostumbrarnos, pues cuando la Luz se manifiesta en su desnudez, ponemos en evidencia las debilidades humanas, y estas, avergonzadas de si mismas, desprecian la fuerza de la Luz.
Nos azotarán, no quizás con látigos de espinos, pero si con la censura, con las criticas, destruyéndonos la piel a jirones para sacar de nosotros la confesión de que hemos mentido. El látigo persigue ese objetivo.

Por ultimo, debemos estar dispuestos a morir. Pero no veamos en este tramo final una derrota, en absoluto. Cuando hemos conquistado este peldaño de la escalera, nos encontramos a una altura considerable que nos permite ver con clara evidencia la realidad de la existencia. No nos preocupará perder la vida física, pues no habrá nada que nos ate a ella. No es que tengamos que ir provocando para que nos maten, no se trata de eso, pero llegará un momento de nuestra evolución, en el que nuestra muerte suponga el despertar de la consciencia de muchos.
Esta ruta marcada por Jesús, debemos conocerla internamente y no debemos temer lo más mínimo si hemos de seguir sus huellas.

La muerte de Jesús, no debemos interpretarla tan solo a nivel del Cuerpo Material. Podemos entenderla igualmente como la acción de fundirnos con nuestro amor en el mundo tenebroso de los príncipes y escribas. Debemos estar dispuestos a mezclarnos con ellos, pues desde dentro podremos renovar sus consciencias.
No podemos olvidar que Jesús, anuncia su resurrección al tercer día; y con ello, no nos transmite tan sólo un mensaje de esperanza, sino que nos revela el resultado natural de una dinámica creadora.
La resurrección de Cristo puede ser interpretada como el resultado de sus Trabajos; es decir, como la meta que perseguía: la Liberación. Esos tres días pueden estar refiriéndose al desarrollo de su Esencia, el Amor, en cada uno de los tres milenios en los que su Obra habrá pasado del nacimiento a la muerte, para culminarse con la resurrección. Durante el primer milenio, el cristianismo se encontraba en fase de inseminación; durante el segundo milenio,  ese impulso innovador ha arraigado en nuestra tierra humana. Durante el tercer milenio, el cristianismo florecerá y dará frutos. Podemos decir, que morirá, pero morirá para el mundo material, pues al finalizar ese Tercer Día, Jesús-Cristo resucitará y se manifestará de nuevo; pero lo hará con una variante, su presencia se hará visible en los Planos Espirituales, concretamente su manifestación será percibida por aquellos que hayan perfeccionado su Cuerpo Vital, el Vestido de Bodas, es decir, aquellos que sean capaces de vivir conscientemente en el Plano de Formación, en el Plano Etérico.

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