
Ejemplo-Guía: "Ataco, cuando me creo separado"
El ataque encuentra su causa en la creencia en la separación y la visión de la separación da lugar a la creencia en el pecado. Todo ello, es una ilusión. Carece de significado. Al carecer de significado, fabricamos un mundo donde impera la demencia, pues damos credibilidad a lo irreal.
Dar traslado, en nuestras vidas, a estas afirmaciones, nos lleva a reflexionar sobre la causa oculta que se esconde en cada relación, y de la cual, somos totalmente inconsciente. Quizás comprendamos ahora, la razón por la que el miedo prevalece sobre el amor, a la hora de mantener una relación. Si al ver al otro, estamos viendo un cuerpo separado del nuestro, en esa visión va implícita el temor oculto de ser atacado.
El otro desea lo que yo tengo. No es un pensamiento carente de sentido, cuando en verdad, el otro está representando la proyección de nuestro mundo interno. Por lo tanto, lo que yo deseo, el otro lo desea. Es así como nosotros lo creemos. Ese enfoque de deseos, nos lleva al enfrentamiento en algún punto del camino. Cuando esto ocurre, tenemos dos opciones, nos enfrentamos al temeroso deseo de ser desposeído de nuestras posesiones o decidimos vencer nuestros miedos y apostamos por liberarnos de aquello que nos oprime interiormente. Ese gesto interno exige una visión nueva que se llama perdón. El perdón es la manifestación más cercana al Amor, en este mundo. Por lo tanto, el perdón, es el antídoto más eficaz sobre el pecado, sobre el miedo.
La visión interna proyectada sobre el otro, nos lleva a percibir fuera lo que
ocultamos en nuestro interior. Si nos sentimos pecadores (visión de la
separación), esa visión es muy dolorosa para reconocerla, así que decidimos
luchar contra ella, pero no lo hacemos interiormente, sino fuera de nosotros.
Ese es el motivo por el que condenamos exteriormente, aquello que estamos
condenando a nivel interno.
La lección de hoy nos está aportando la clave principal que acabaría con las
luchas, las guerras, las oposiciones, las rivalidades, las acusaciones, los
maltratos, las violaciones, los asesinatos, etc.
Una vez más tenemos que hacer énfasis sobre la importancia de la elección, mejor dicho, de volver a elegir. De ser conscientes de elegir de manera diferente a como lo hemos estado haciendo.
Cuando nos encontremos frente al otro, no veamos a un desconocido, a alguien separado de nosotros. Veamos la verdad. Veamos lo real. Ese "otro" no es "otro. Es nuestro hermano, y junto a él, formamos la Filiación del Hijo de Dios. Nuestras mentes son una con la Mente de nuestro Creador.
Recordemos que no somos pecadores, que gozamos de la inocencia del Hijo de
Dios. Que ningún "otro" puede hacernos daño, ni atacarnos, si
nosotros no le otorgamos ese poder, pues nosotros no somos un cuerpo, sino
Espíritu, y el Espíritu es invulnerable.
Dejemos de relacionarnos con el "otro" desde la visión del cuerpo, pues esa visión favorece el ataque y, por lo tanto, el pecado. Veámonos como realmente somos.
Cuando nos encontremos frente al otro, no veamos a un desconocido, a alguien separado de nosotros. Veamos la verdad. Veamos lo real. Ese "otro" no es "otro. Es nuestro hermano y junto a él, formamos la Filiación del Hijo de Dios. Nuestras mentes son una con la Mente de nuestro Creador.
Recordemos que no somos pecadores, que gozamos de la inocencia del Hijo de Dios. Que ningún "otro" puede hacernos daño, ni atacarnos, si nosotros no le otorgamos ese poder, pues nosotros no somos un cuerpo, sino Espíritu, y el Espíritu es invulnerable.
Dejemos de relacionarnos con el "otro" desde la visión del cuerpo, pues esa visión favorece el ataque y por lo tanto el pecado. Veámonos como realmente somos.
Reflexión: ¿Pensamos que el correctivo del pecado debe ser el castigo?
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