El jardín
del Edén II.
Traducción
Convencional: “Salía del Edén un río que regaba el jardín, y de allí se
partía en cuatro brazos. El primero se llamaba Pisón, y es el que rodea toda la
tierra de Evila, donde abunda el oro, un oro muy fino, y a más también bedelio
y ágata; y el segundo se llama Guijón, y
es el que rodea toda la tierra de Cus; el tercero se llama Tigris, y corre al
oriente de Asiria; el cuarto es el Eufrates”.
Pasemos a la traducción de Fabre
d´Oliver: “Entretanto,
una emanación luminosa, cual vasto río, se desprendía de la esfera sensible
para la vivificación del recinto orgánico, dividiéndose y apareciendo en el
exterior según el potencial cuaternario multiplicador, en cuatro principios.
El
nombre del primero de estos principios emanados era Phishón, es decir, la
realidad física, el ser aparente: envolvía toda la tierra de H´awila, la
energía virtual, lugar natal del oro.Y el oro de esta tierra, emblema de la
reflexión luminosa, era bueno. Era además el lugar natal del Bedolla, división
misteriosa, y de la piedra Shoam, sublimación universal.
El
nombre del segundo de estos principios emanados era Gihon, el movimiento
formador: envolvía toda la tierra de Chush, el principio ígneo. El nombre del
tercero de esos principios emanados era Hiddekel, el rápido propagador,
sirviendo de vehículo del principio de la felicidad. El cuarto recibía el
nombre de Phrath, a causa de la fecundidad, de la cual era manantial”.
Es preciso encontrar
un significado distinto al aportado por la traducción convencional de este
pasaje. Es preciso comprender que la alusión a los cuatro ríos que regaban el
“jardín” está haciendo referencia a las claves herméticas aportadas por el
sagrado nombre de Jehová (Yod-He-Vav-2º He). Es Fabré d´Olivet, con su
traducción el que una vez más nos aporta la luz necesaria para comprender el
contenido del texto: “apareciendo
en el exterior según el potencial cuaternario multiplicador, en cuatro
principios”.
Ese potencial cuaternario multiplicador proviene de la Ley de la Naturaleza implícita
por Jehová. Ya hemos tenido ocasión de referirnos a esta clave y vemos una vez
más como la Organización
del Cosmos refleja la Ley
del Cuaternario. Por lo tanto, esos cuatro ríos procedentes de una “emanación
luminosa” está haciendo referencia al Patrón Cósmico de los Cuatro Elementos:
Fuego-Agua-Aire y Tierra. Estamos hablando de las Esencias de los Zodiacales,
las que utilizó Elohim en su Obra Creadora.
Situémonos. Nos encontramos en el 4º día de la Creación , donde ya hemos
visto en el capítulo anterior, abordamos los Trabajos del Mundo Físico, el cual
se divide en dos grandes “Regiones”, la Región Etérica y la Región Química.
La primera de ellas, la Región Etérica , se subdivide en
4 niveles, dando lugar a los 4 Éteres: Éter Químico, Éter de Vida, Éter
Luminoso y Éter Reflector. La segunda Región, la Química , se subdivide en
tres estados básicos: sólido, líquido y gaseoso. Bien, la traducción de esta
parte del texto sagrado, nos está indicando claramente, que la “emanación luminosa, cual vasto río, se desprendía de la esfera sensible para la
vivificación del recinto orgánico” está refiriéndose a la Región Etérica. Aquellos que
tienen la capacidad de “ver dichas regiones, la describen con una emanación
luminosa. Científicamente, existen experimentos realizados con el propósito de
fotografiar ese campo energético. La cámara Kirlian es un ejemplo de lo que
decimos. Esa energía del “campo vital” se desprendía de la esfera sensible para
la vivificación del recinto orgánico. Casi no es necesario explicar el contenido
de este pasaje, para comprender, que la esfera sensible a la que se refiere es
el Mundo del Deseo, el Plano inmediatamente superior al Mundo Físico. Esa
energía emanada desde el Mundo del Deseo se canaliza a través del Plano Etérico
y vivifica el Cuerpo Físico. De esto, podemos sacar una importante información
para aplicarla en nuestras vidas. Para poder dar vida a cualquier asunto a
nivel material, debemos utilizar el potencial del Deseo. Ya sabemos que ese
Plano es el que dio lugar a la división. Si en nuestros deseos ponemos Amor, la
realidad material que vivamos tendrá ese rostro. Si en cambio, nuestros deseos
están carentes de amor, la realidad que vivamos tendrá el rostro del desamor.
Os dejo información extraída de la obra de Max Heindel,
“Concepto Rosacruz del Cosmos” en relación a la Región Etérica :
“El éter es también materia física. No es homogéneo, como dice la ciencia moderna, sino
que
existe en cuatro
estados diferentes”.
“Constituye el medio de acceso para el espíritu viviente, que imparte vitalidad a las formas de la Región Química. Las cuatro subdivisiones
más
sutiles o etéricas del Mundo Físico constituyen lo que se conoce
como
Región Etérica”.
“Tan pronto como entramos
en este reino de la Naturaleza , nos encontramos en el mundo invisible e intangible, donde ya no sirven nuestros sentidos ordinarios y, por consiguiente, esta parte del Mundo Físico está prácticamente inexplorada por
la
ciencia material”.
“Para el clarividente ejercitado, el éter es tan tangible como los sólidos, líquidos
y
gases de la
Región
Química lo son para
el
hombre
corriente. Aquel ve que las fuerzas vitales que prestan vida a las formas minerales, vegetales, animales y humanas
fluyen en ellas por medio de los cuatro estados de materia
etérica. Los nombres y
funciones específicas de esos cuatro éteres son
los
siguientes:
Éter Químico. Este es, a la vez, positivo y negativo
en sus
manifestaciones.
Las
fuerzas que producen la asimilación y excreción trabajan por medio de esta clase de éter. La asimilación trabaja sobre el polo positivo del éter Químico y atraen los elementos necesarios, modelándolos
en formas apropiadas.
La excreción
se
efectúa por las fuerzas
de la misma índole, pero que obran sobre el polo negativo del éter Químico.
Estos procesos, como todos los que son independientes de la voluntad, son sabios, selectivos y no mecánicos meramente en su operación.
El éter de Vida. Así como el éter Químico es el conductor o medio de operación de las fuerzas que tienen por objeto el mantenimiento de
la
forma individual, así también el éter de Vida es el conductor o agente
de operación de las fuerzas que tienen por objeto el mantenimiento de la especie, la fuerza de propagación. Las fuerza que trabajan sobre el polo positivo, son las que
actúan sobre la hembra durante el período de gestación, capacitándola así para el trabajo positivo y activo de crear un nuevo ser. Por otro
lado, Las fuerzas que trabajan
sobre el polo negativo del éter de Vida capacitan al macho
para producir el semen.
El éter Luminoso. Este éter es también
positivo y negativo, y las
fuerzas que obran sobre su polo positivo son las que generan ese calor
de la sangre de los animales
superiores y del hombre, las que los convierten en
fuentes individuales
de calor. Las fuerzas que obran
sobre el polo negativo del éter luminoso son las que
operan a través de
los
sentidos, manifestándose como funciones pasivas de visión, oído, tacto, olfato, gusto. También son
las
que construyen y nutren los ojos.
En los animales de sangre fría, el polo positivo del éter Luminoso es
el conductor de las fuerzas que hacen circular la sangre, mientras que las fuerzas negativas tienen la misma función respecto a los ojos, como en el caso de los animales superiores o del hombre. Cuando los ojos no existen, las fuerzas que
trabajan sobre el polo negativo del éter
luminoso construyen o
nutren otros órganos de
sensación.
En las plantas, las fuerzas que
trabajan sobre el polo positivo del éter
luminoso producen
la
circulación de los jugos vegetales.
Las
fuerzas que trabajan sobre el polo negativo
del éter luminoso depositan la clorofila, la sustancia verde de las plantas,
y también los colores de las flores.
Éter Reflector:
Todo acontecimiento
deja tras sí un recuerdo indeleble en
ese
éter Reflector.
Los
pensamientos y todos los actos de los hombres dejan un recuerdo indeleble en la Memoria de la Naturaleza y en el éter Reflector, donde el vidente ejercitado
puede leer su historia con una
facilidad proporcional a su capacidad y ejercitamiento.
El éter Reflector tiene este nombre por más de una razón, porque los
recuerdos o imágenes
que hay en él no son
sino reflejos
de
la Memoria de la Naturaleza. La memoria real de la naturaleza se
encuentra en un reino mucho más elevado. Por regla general, los psicómetras y los mediums obtienen sus informaciones de este éter.
Este éter es también el agente por el cual el pensamiento impresiona el cerebro humano. Está íntimamente ligado con la cuarta subdivisión del Mundo del Pensamiento, que es la más elevada
de las cuatro subdivisiones contenidas en la Región del Pensamiento Concreto y la patria de la mente humana”.
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