martes, 9 de abril de 2019

Génesis: "El Despertar del Ser" - 9ª parte -

Trabajos del 7º Día de la Creación.

Traducción Convencional: “Así fueron acabados los Cielos, y la Tierra, y todo su cortejo. Y, rematada en el día sexto toda la obra que había hecho, descansó Dios el día séptimo de cuanto hiciera;  y bendijo el día séptimo y lo santificó,  porque en él descansó Dios de cuanto había creado y hecho. Este es el origen de los Cielos y la Tierra cuando fueron Creados”.

Pasemos a la traducción de Fabre d´Oliver: “Así, debiendo cumplirse en acto, se cumplieron en potencia los Cielos y la Tierra, así como la ley reguladora que debía presidir en sus desarrollos.
Y el Ser de Seres, habiendo terminado en la séptima manifestación fenoménica, el acto soberano que había concebido, volvió a su estado primitivo en ese séptimo periodo, después de la entera realización de la obra divina que había efectuado.
Es por ello que bendijo, Él- los Dioses, esa séptima manifestación fenoménica, y santificó para siempre la existencia simbólica, como siendo la época de su retorno a su estado primitivo, después de la entera realización del acto soberano del cual había creado el designio según su poder eficiente.
Tal es la pauta a seguir de las generaciones de los Cielos y de la Tierra, según el modo de su creación, en el día en que Jehová, Él- los Dioses, desplegando su poder creador, hizo en principio los Cielos y la Tierra”.

Con este pasaje, nos adentramos en el capítulo II del Génesis y con ello, abordaremos el guion escrito para el 4º Día de la Creación, donde la Oleada de Vida Humana alcanza su estado más denso. Podemos decir, utilizando terminología de la física cuántica, que la energía ondulatoria se transforma en corpuscular, o lo que es lo mismo, el germen del Cuerpo Físico se cristaliza, se condensa adquiriendo forma material. Tendremos que acompañar a Adam en las aventuras y desventuras que protagonizará en la Etapa Paradisiaca, pero ese episodio aún está por llegar.
Antes de abordar los Trabajos del “reino hominal”, de la Humanidad, dedicaremos este capítulo al estudio del 7º Día de la Creación, donde como veremos, Elohim no descansaría, sino que, como bien nos revela Fabre d´Olivet, “volvió a su estado primitivo”, esto es, a su estado original.

Para comprender este proceder, debemos hacer una indicación que considero esencial y reveladora. El traductor nos hace referencia, por primera vez hasta ahora, de la presencia de un nuevo “personaje”, Jehová: “Tal es la pauta a seguir de las generaciones de los Cielos y de la Tierra, según el modo de su creación, en el día en que Jehová, Él- los Dioses, desplegando su poder creador, hizo en principio los Cielos y la Tierra”.

Ya he tenido ocasión de explicar el profundo significado que encierra el nombre sagrado de Jehová (Yod-He-Vav-He). Su papel esencial se resume en la idea de “Ley Reguladora”. Jehová es el Rostro visible del Tercer Aspecto Divino y expresa la dinámica de Binah-Inteligencia Activa. Como bien nos indica Fabre, Jehová establece las pautas a seguir de las generaciones, es decir, establece las claves por las que se regirá todo proceso creador. Estas claves, aunque ya las hemos visto en otro punto de estas enseñanzas, la recordaremos:
El Yod, es la primera fase, el primer acto y está en analogía con la Semilla, con la Voluntad y con el Fuego-Luz. El He, es la segunda fase, el segundo acto y está en analogía con la interiorización de la semilla en la tierra; con el Amor y con el Agua-Deseos. El Vav, es la tercera fase, el tercer acto y está en analogía con la exteriorización de la semilla en forma de planta; con la Ley y con el Aire-Pensamiento. Y por último el 2º He, es la cuarta fase, el cuarto acto y está en analogía con los frutos; con la Abundancia y con la Tierra-Materia.
Todo proceso creador debe seguir estas pautas. Su alteración supondrá una violación de las Leyes Naturales y la Ley de Causa-Efecto podrá en evidencia si estamos actuando correctamente o no. “Por sus Obras los conoceréis”.

Cuando el cronista nos indica que al 7º Día volvió a su estado primitivo, nos está indicando que retornó al estado del 1º Día, antes de que dieran comienzo los Trabajos Creadores. Pero claro, la situación es bien distinta, pues ya la “mecánica” se encuentra en funcionamiento. El Creador, adquiere la condición de “Observador”, es decir, contempla su creación y, sabedor de que debe ajustarse a la Ley Reguladora (Jehová), esperará pacientemente de que su “Semilla”, enraíce en la tierra dispuesta para ello, que se transforme en planta fértil y que dé sus frutos. Esa es su labor. Él ha marcado la “ruta” que las diferentes Oleadas de Vida deben seguir, en especial, la que emanó de Sí Mismo en el 1º Día, la Humanidad.

Tenemos que destacar algo muy importante a la hora de entender la Ley Reguladora, y que aún no hemos dicho. Al igual que el fruto encierra en si mismo una nueva semilla, El Creador, ha contemplado que esa disponibilidad se encuentre implícita en la dinámica del 2º He, convirtiéndose en un 2º He-Yod, es decir, en un fruto con capacidad de iniciar un nuevo proceso creador.

La Obra, alcanzada ese 7º Día, tiene esa condición renovadora. Sus Hijos, la Humanidad, tiene ese proyecto implantado en su genética espiritual. Estamos llamados a ser el Fruto de Dios y convertirnos en Dioses Creadores, con el propósito de dar continuidad a la Evolución de nuestro Padre y a la nuestra propia.

Tenemos pues que Elohim adopta el Rostro de Jehová y adopta su rol de “jefe” de la Organización. Ese “rostro” regulador ya establece las condiciones que han de regir en la Organización. Pero su función ti ene como cometido, enseñarnos a “crear”; digamos que se trata de una asignatura que debemos integrar en nuestro aprendizaje, pero no se trata de la única asignatura básica que debemos asimilar para adoptar la condición de Seres Creadores.

Decíamos que Elohim-Jehová es el Rostro de Binah-Inteligencia Activa y añadíamos que es el Tercer Aspecto de la Trinidad Divina. El Segundo de estos Aspecto, es el Rostro de Hochmah-Amor. Esa otra Columna que sustenta el Templo Divino, está escenificada por la figura de Cristo. El último de los Aspecto está representado por Kether, nuestro Padre. Así queda instituido las dos Sendas que nos llevan a conectar con nuestro Hacedor: La Ley y el Amor.

Así resume Kabaleb, los Trabajos realizados por el Creado,r alcanzado este punto: “Cuando en el 1º Día aparece el Creador, se encuentra con un haz de materiales dispersos, materiales idóneos para la construcción de un universo. Empieza por ordenarlos, poniendo de un lado todos los que pertenecen a un mismo elemento, en este caso el Fuego. En un segundo periodo ordena los materiales-Agua y aquí su empresa conoce la dificultad que ya hemos reseñado. En un tercer periodo ordena el elemento Aire y como ya sólo quedaba un cuarto elemento, al separar el tercero quedó automáticamente separado el cuarto. Como sea que todos esos elementos deben colaborar entre sí en la realización de la Obra, establece una Ley, un Reglamento, que ha de permitir coordinar la actuación de cada elemento. Hecho esto, ya puede retirarse, porque el universo funcionará sin necesidad de que lo empujen, del mismo modo que nuestras modernas maquinarias se ponen en marcha en cuanto se las conecta a una fuente de energía y todo se hace automáticamente, sin que el hombre tenga que intervenir. Pero en nuestras fábricas robotizadas dejamos siempre un guardián por si la maquinaria falla. Del mismo modo la divinidad, en el 7º Día, deja a Jehová para que recurramos a él en caso de necesidad”.

A partir de aquí, ya podemos adentrarnos en los Trabajos prácticos que se están desarrollando en nuestro presente y que dieron comienzo con el “personaje” llamado Adam.

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