martes, 26 de enero de 2021

Astrología Cabalística: El Árbol Cabalístico (III)

Alcanzado el Cuarto Día de la Creación -en el cual nos encontramos actualmente-, un nuevo Centro Sefirótico llamado Hesed entró en funcionamiento. Podríamos decir, que Hesed es el resultado de los trabajos realizados previamente por los anteriores Séfiras, es decir, aparece como el fruto que encierra en sí mismo las potencialidades de la semilla que lo ha creado. De hecho, Hesed, encierra todos los poderes sagrados que la divinidad ha depositado en el hombre. Existe una relación muy estrecha entre Hesed y la Oleada de Vida Humana, ya que, podemos entender al hombre como el fruto de la obra creadora de Elohim, al igual que Hesed es el fruto Sefirótico emanado de los trabajos espirituales del Creador.

Diremos que Hesed es la tierra paradisiaca que Dios puso al servicio del hombre para que éste pudiese llevar a cabo su obra humana. Los cabalistas se refieren a Hesed como las influencias espirituales que propiciaron que la tierra humana se convirtiera en un Paraíso Terrenal. La humanidad de entonces no tenía conciencia individualizada, es más, estaban en permanente conexión con la divinidad. El estado de individualidad se lo debemos a la participación de los Luciferes, ángeles caídos, en nuestro desarrollo espiritual. Pero este tema sería motivo de dedicarle todo un capítulo y nos alejaría mucho de nuestro propósito de tratar la evolución del hombre con el mundo de la astrología.
Debemos indicar, que en Hesed se encontraba inscrito el sello propio de Binah, es decir, el trabajo de renuncia debía ser integrado en la dinámica de Hesed, a pesar de que este centro fuese el fruto, la gracia de la divinidad.
Esta dinámica cósmica se puso de manifiesto en el proceso del hombre adámico, cuando fue tentado por la serpiente-Lucifer. El no comer del árbol del bien y del mal, era la exigencia de Binah. El no respetar dicho consejo conllevó que la humanidad dejó el centro de Gracia-Paraíso del que gozaba en Hesed, para pasar a habitar un nuevo Centro, llamado Gueburah, y donde como veremos a continuación, debería "ganarse el pan con el sudor de su frente", es decir, debería alcanzar la conciencia, ya no de un modo directo, sino con el trabajo de la experiencia propia. Este hecho motivo el comienzo de la individualización.
Es el planeta Júpiter quien representa en el ámbito material a este Séfira.
Gueburah, es el quinto Séfira, y su atributo es Justicia. Su papel adquiere protagonismo cuando en nuestro afán creador nos excedemos en la etapa de los goces, no sabiendo como establecer los límites adecuados. Cuando esto ocurre, nuestra conciencia se oscurece y son los deseos los que guían nuestros actos, llevándonos al encuentro con la experiencia que ha de indicarnos si nuestras acciones se han extralimitado generando una especie de cáncer en nuestras vidas. Se dice de Gueburah que es el "cirujano cósmico" que extirpa el "mal" con el propósito de restituir la salud en nuestro organismo espiritual.
Ahora quizás comprendamos mucho mejor el significado que adquiere el planeta Marte, representante material de este centro. El ardor y el coraje característico de este planeta lo recibe del centro Gueburah, y gracias a él, el hombre consigue dirigir sus pasos hacia la conquista de aquellas metas que han de guiarlo hasta la perfección a la que aspira.
Si tuviésemos que dibujar y situar en un esquema a los Centros que estamos describiendo, tendremos que hacerlo de la siguiente manera:
En esta representación se establecen los principales pilares con los que la cábala, a través del Árbol Cabalístico, nos revela los misterios de la Creación y la Organización Divina.
En la tríada superior y mostrándonos el Rostro Superior de la Divinidad, nos encontramos a Kether-Hochmah y Binah. Si nos fijamos bien, la figura geométrica que se describe es el triángulo. Se trata de la relación más armoniosa de cuantas se puedan dar para llevar a cabo un proceso creador. De este triángulo primordial, se deducen al mismo tiempo tres columnas. La del Centro encabezada por Kether, nos sugiere la idea del Equilibrio hacia el que debemos aspirar todos. Hochmah encabeza la Columna de la Derecha, la que a partir de ahí nos indicará los trabajos que debemos realizar para alcanzar la Sabiduría y el Amor. Por último, Binah encabeza la Columna de la Izquierda, lo que nos revela que los trabajos que se han de desarrollar por esta senda nos llevarán al contacto con la Ley y el Rigor.
De este modo se fija la estructura y los trabajos primordiales para los que se ha de trabajar. Hesed, como cuarto Séfira, da lugar a un nuevo Plano de conciencia, ya veíamos la relación existente entre lo Divino: Kether-Hochmah-Binah, y lo humano: Hesed-Gueburah-Tiphereth.
Situándose Hesed en la Columna de la Derecha, nos indica para quién trabaja, es decir, lo hace para la conquista de la Sabiduría, del Amor, pero lo hace a un nivel más inferior, es decir, desde un nuevo vehículo, no ya el espiritual, sino el humano, mucho más emocional. Son los sentimientos y deseos humanos los que deben aspirar hacia lo divino, de ahí, la aspiración que caracteriza a Júpiter.
Gueburah, por su parte, se sitúa en la Columna de la Izquierda y se convierte en el lugarteniente de Binah. Podemos decir, que mientras Binah-Saturno es el Legislador, Gueburah-Marte es el guardián de la Ley, es decir, el soldado o el policía que a punta de arma defiende a cualquier precio el cumplimiento de la ley.
Con Tiphereth alcanzamos una nueva estancia. Este Séfira se sitúa en la Columna del Centro y por lo tanto bajo las órdenes directas de Kether-Equilibrio. Es por ello, que el trabajo primordial de este centro, cuyo representante material es el Sol, será la conquista de la conciencia emocional que ha de permitirnos restablecer el equilibrio-unidad perdida.
El atributo de Tiphereth es Armonía, y debemos entender que su actuación siguiendo la dinámica que habíamos dejado en Gueburah, es la de alcanzar la conciencia, es decir la luz, que habíamos perdido tras violar la ley de Binah en nuestro paraíso personal (Hesed).
Tiphereth (lo entenderemos mejor cuando terminemos esta aproximación a todos los Séfiras) se muestra en el centro del Árbol Cabalístico. Hacia él, llegan senderos de comunicación con el resto de los Séfiras. No podría ser de otro modo, ya que la Conciencia es lo que permite al hombre ser como su Creador.
Cuando abandonamos Tiphereth, nos trasladamos a Netzah, cuyo atributo es Belleza. Observamos que su ubicación es en la Columna de la Derecha, por lo tanto se dispone a trabajar para Hochmah y Hesed, pero lo hace en un nuevo plano de conciencia.

Hemos dividido el Árbol en tres Columnas: Equilibrio-Unidad; Amor-Sabiduría y por último, Inteligencia Activa-Ley. También podemos hacerlo por planos de conciencia. Siendo Kether-Hochmah-Binah los representante del Plano Emanativo, cuya conciencia es espiritual; Hesed-Gueburah-Tiphereth los representantes del Plano de Creación-Deseo, cuya conciencia es emocional; Netzah-Hod-Yesod, los representantes del Plano de Formación, cuya conciencia es mental, y por último, y aunque aún no lo hemos visto, Malkuth, representante del Plano Material y cuya conciencia es empírica

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