
Ejemplo-Guía: ¿Qué leyes rigen tus creencias?
Todas ellas tienen un punto en común, un origen, una causa que la motiva, una creencia que la sostiene y la fortalece ante nuestros ojos: la culpa.
La culpa es el pensamiento que se origina cuando la mente sirve al error que ha llamado pecado.
No existiría esa visión, esa creencia si nuestra mente no hubiese interpretado que la relación causa-efecto es un proceso real, gracias al cual la culpa es el fruto de haber prestado atención a un pensamiento pecador que viola la libertad con la que nuestro Creador nos ha creado.
Al igual que el fruto, lleva en su interior una nueva semilla; la culpa, como fruto del pecado, engendra nuevos pensamientos pecaminosos, los cuales se convierten en la semilla de nuevos frutos, como el dolor, el sufrimiento, la ira, la enfermedad, la muerte, etc.
Por lo tanto, el origen de todas las leyes que rigen el mundo que hacemos real, el mundo físico, se encuentra en un falso pensamiento.
El tema elegido para el ejemplo-guía de esta lección es una invitación a reflexionar sobre nuestro código de creencias, pues en él encontraremos todo un sólido sistema construido en base a la percepción del mundo físico, donde la ley imperante queda supeditada bajo la regencia de Jehová, es decir, bajo la ley de causa y efecto (la hago y la pago).
La sociedad, que hemos construido entre todos, también custodia celosamente todo un código de leyes para salvaguardar la seguridad de los ciudadanos. Ese manual legislativo, lo conocemos vagamente, salvo que hayamos elegido el Derecho como vocación, pero lo padecemos continuamente en nuestro devenir. Hay leyes hasta para respirar. Lo más llamativo de esto es que, si profundizamos en el terreno legal, da la impresión de que alguien se ha olvidado de la verdadera esencia de la vida: el perdón y el amor.
Bueno, es cierto que hemos evolucionado en el sentido de que hemos superado la ley del talión (ojo por ojo y diente por diente), aunque creo que me he precipitado al hacer esta apreciación, pues aún esta ley está vigente en algunos países, lo que nos indica (de manera oculta) que aún se encuentra formando parte de la mente del ser humano.
¿Quién no ha deseado la muerte de un asesino, cuando la víctima es cercana o no tan cercana? Son manifestaciones de nuestro rigor personal, expresados a través del canal de la palabra, el canal que utilizamos para hacer público lo que llevamos en nuestro corazón.
Si dirigimos nuestra mirada al terreno de la ciencia, descubriremos que todos sus postulados se sostienen bajo los pilares de las leyes. Sin embargo, un acercamiento a esa disciplina nos permitirá comprobar, rápidamente, que sus postulados, los mismos que han sido cánones en un pasado, ahora son demolidos por nuevos principios que renuevan las ideas, o lo que es lo mismo, establecen nuevas leyes. Entre las leyes de Newton y las de Einstein se reparten las verdades científicas de los últimos tiempos, aunque será por poco tiempo, pues la física cuántica viene poniendo en duda muchas de las "verdades" que hasta ayer parecían inamovibles.
Si os sentís interesados en profundizar sobre la visión de los nuevos "paradigmas" desde un punto científico, pero muy cercano al campo espiritual, os recomiendo la lectura de la obra "Las mariposas vuelan libres" de Stephen Davis. Lo encontraréis, gratis, en la red.
¿Qué leyes te gobiernan? ¿Qué creencias te limitan? ¿Qué deseo te convierte prisionero de tus hábitos?
¿Nos atrevemos a dar una respuesta honesta a estas cuestiones? Pues, ponte cómodo y manos a la obra.
Reflexión: Nuestro verdadero Ser es Eterno e Invulnerable.