Una vez expulsados los
disidentes de la Espera de Binah, continuó el proceso creador. Desde ese
momento, Binah se convirtió en el estado de conciencia que debemos conquistar
para llevar a cabo cualquier acto de creación en nuestra vida. El Sacrificio
aparece como una necesidad evolutiva que elevará nuestra conciencia.
Del sacrificio voluntario de
Binah, al igual como ocurre con la mujer que acepta sacrificar parte de las
energías-luz de su cuerpo para que una nueva criatura pueda nacer, surgió una
nueva Oleada de Vida. Binah es conocida como la "Matrona Cósmica",
porque gracias a sus vibraciones se hace posible la renovación de los estados evolutivos.
Existe un axioma hermético
que nos revela una gran verdad espiritual de la que deberíamos tomar buena
nota, dice así:
"lo de arriba es como lo de abajo, lo de abajo es como lo de arriba".
No debe extrañarnos que esto
sea así. Ya hemos dicho que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de
Dios, por lo tanto, las mismas leyes que rigen en el cielo, en el proceso
creador del universo, deben regir igualmente al hombre, y a su proceso vital.
Queremos decir con ello, que
los trabajos protagonizados por Kether, Hochmah y Binah forman parte de
nuestros propios trabajos, los hemos heredados genéticamente, desde un punto de
vista espiritual.
El Génesis nos describe el
proceso creador de Dios organizado en "siete días". Desde el punto de
vista cabalístico esos días no son entendidos como días de 24 horas, tal y como
lo entendemos habitualmente. Esos "días" son Días Cósmicos. No es
este el espacio para hacer una exposición de la Cosmogénesis, pero no está de
más indicar lo anteriormente dicho para lograr entender lo que a continuación
vamos a detallar.
En el primer Día de la
Creación adquirió protagonismo Kether, la Voluntad, el Padre. En el Segundo
Día, fue Hochmah el protagonista, y la Sabiduría se convirtió en la facultad
que se adquiere en toda segunda fase de un proceso creador, es decir, la
especialidad de Hochmah es la de llevar a la perfección a través de un estado
de gestación e interiorización, la semilla que ha depositado Kether. Hochmah es
el rostro del Hijo, y también hemos visto que se traduce por el término Amor.
Sería Cristo, el Hijo de Dios quien protagonizaría el trabajo revelador de este
segundo principio Cósmico, ejemplarizando con su vida la enseñanza del Amor.
Tenemos que añadir que en Hochmah se concentra una aportación de Luz extra, la
que se derivó del sacrificio de Binah. Por lo tanto en la Esfera de Hochmah,
todo aquello que no se ajuste al principio cósmico del Amor, es decir, todo
aquello que no se traduzca por fidelidad al Designio del Padre-Yo Superior, se
desintegrará. Ya veremos más adelante, cuando estudiemos a los planetas, como Urano,
representante material de este Séfira, adquiere el significado de desintegrador
cuando las energías no se ajustan al Designio Divino.
En el Tercer Día de la
creación fue Binah, la Inteligencia Activa, el Centro Sefirótico que entró en
activo, por lo que diremos que toda fase tres, en cualquier proceso creador,
heredará la dinámica protagonizada por este Séfira: Sacrificio-Disidencia. La
Ley adquiere protagonismo como vía de aprendizaje necesaria para nuestra
evolución.
Cuando meditamos sobre la
dinámica de las Fuerzas que estamos describiendo, tal vez no nos resulte muy
complicado entender que, para que la Providencia-Hochmah se manifieste es
necesario que la Voluntad-Kether se halla movilizado, es decir, las
circunstancias que conocemos como "suerte" se ponen a nuestro
servicio cuando nuestro amor se pone en disposición de gestar el propósito de
nuestro Yo Divino, de nuestro Padre interno.
Ahora bien, si nuestra
voluntad ha sido arbitraria y nuestro amor se ha puesto al servicio de esa
voluntad, será el tercer principio del proceso creador, Binah-Ley el que
instaurará en nuestras vidas el código que deberemos asimilar para retornar al
camino correcto. Es entonces cuando la Fatalidad aparece en nuestras vidas en
forma de un destino maduro y riguroso gracias al cual lograremos encontrar el
verdadero camino que debemos recorrer. El representante material de este Centro
es el planeta Saturno.
Hasta aquí, hemos tratado de
perfilar los trabajos realizados por Elohim para lograr avanzar en su proceso
evolutivo. Veíamos como era totalmente necesario utilizar los poderes
conquistados -Kether, Voluntad; Hochmah, Sabiduría; Binah, Inteligencia
Activa-, para continuar la marcha ascendente hacia su próxima meta evolutiva.
Para ello, generó de Sí Mismo una serie de Oleadas de Vida, de las cuales, la
primera de Ellas, la Humana, tiene como objetivo espiritual, alcanzar la
condición de Creador (al igual como el hijo debe alcanzar la condición creadora
del padre).
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