QUINTO
REPASO
LECCIÓN 175
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1.
(159) Doy los milagros que he recibido.
2Dios es sólo Amor
y, por ende, eso es lo que soy yo.
2.
(160) Yo estoy en mi hogar.
2El
miedo es el que es el extraño aquí. 3Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
¿Qué me enseña esta
lección?
1.
(159) Doy los milagros que he recibido.
2Dios es sólo Amor
y, por ende, eso es lo que soy yo.
De Dios, Nuestro Padre, hemos recibido su Potencial Creador. Toda idea
sigue su fuente. Nuestra Realidad está plenamente conectada con la Fuente que
la creó, con el Pensamiento Divino.
Somos el Fruto de la Extensión Mental de nuestro Padre y nuestro Propósito
es utilizar su mismo poder creador para llevar a cabo nuestra propia labor
creadora.
Recibimos su Voluntad; su Amor y su Inteligencia Creadora. Como damos lo
que hemos recibido, nuestra acción nos llevó a crear cuando aún no teníamos la
madurez suficiente para hacerlo con las garantías de seguir las Leyes Divinas.
Dicha acción a dado lugar a falsa creencia del pecado y, lo peor de todo,
a recibir los efectos de nuestro error, lo que ha propiciado la ilusión de
estar separados de nuestra “fuente original”.
La percepción sensorial se ha convertido en la principal fuente de
conocimiento. Ese “recibir” nos lleva a la confirmación de que somos un cuerpo
físico y cualquier otra identidad carece de sentido y valor.
Si hemos dado en proporción a lo que hemos recibido, estaremos cayendo en
un bucle permanente de errores, que entre otras cosas nos confirma que somos
merecedores de recibir la muestra del castigo como vía de redención por
nuestras acciones pecaminosas.
Tomar consciencia de lo que Realmente Somos, nos lleva a dar el mayor de
los milagros, nos lleva a dar Amor.
2.
(160) Yo estoy en mi hogar.
2El
miedo es el que es el extraño aquí. 3Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
Así ha sido, mientras que hemos permanecido formando parte de la Unidad
característica del Hogar en el que hemos convivido con nuestro Padre.
Hemos sido alimentados directamente por Él y hemos gozado de Su Gracia y
de Su Plenitud en la convivencia experimentada en el Jardín del Edén.
Pero esa atmósfera de Plenitud se vio alterada desde el instante en que
decidimos ver otra realidad, la cual se percibía procedente de otra dimensión,
mucho más densa. Esa nueva visión, propició la aparición de un “Velo” que mantenía
la Realidad Espiritual separada de la Ilusión del Mundo Material.
El Paraíso Terrenal fue sustituido por el Este del Edén, donde la
conciencia tendría que trabajar duramente para ganar “el pan de cada día”.
En ese exilio, la nueva identidad llamada ego, se identifica plenamente
con el mundo de la percepción sensorial y se olvida de su verdadero origen. El
Amor es sustituido por un nuevo inquilino, el cual adopta un gran poder, el
miedo.
Nuestro Programa de Salvación nos invita a desalojar a ese inquilino de
nuestro hogar y re-nacer a la Verdadera Vida, la que nos lleva a Ser Amor.
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