jueves, 25 de febrero de 2021

Astrología Cabalística: "Libra - La balanza"

"Todo lo manifestado y lo inmanifestado es sopesado en la balanza del discernimiento, donde se combina armoniosamente los diferentes rostros divinos"

Existen al menos dos pasajes bíblicos que recogen simbólicamente el tránsito del Segundo Día de la Creación al Tercero, o lo que es lo mismo, el abandono-superación del Elemento Agua, para abordar una nueva "tierra", donde el Elemento imperante será el Aire, lo Seco.

El primero de estos pasajes tiene como protagonismo a Noé, un Arca, un diluvio y un Pueblo que no respetaba los preceptos divinos. Todos estos personajes son tendencias que habitan en cada hombre y que en los albores de la creación se manifestaron como fuerzas creadoras. El diluvio destructor nos está desvelando un aspecto del "castigo divino" y sin embargo, es el símbolo de las Aguas de Piscis, unas Aguas kármicas que tienen como misión purificar las emociones. Noé, es nuestro Ego, nuestra conciencia espiritual que recibe de parte de la divinidad el mensaje de salvación. El pueblo que perece en las aguas-purificadoras, son las tendencias rebeldes de las emociones. Y todo ocurrió como está descrito en el proceso cósmico. Tras 40 días y 40 noches, es decir, tras un ciclo completo -Yod, He, Vav y 2º He-Yod-, será cuando las emociones Piscianas han completado su trabajo, apareciendo un nuevo personaje muy simbólico, la paloma, un animal que posee la cualidad de volar -Aire-, indicándonos que de todos los animales que Noé debía salvar -son las tendencias emotivas que deben servir a la Obra-, tan sólo aquel que haya conseguido la virtud de elevarse y de trasladarse en el nuevo Elemento, podría conseguir su misión, anunciar la nueva "tierra".

Esa paloma, al cabo de un tiempo volvió con una rama de olivo en el pico, indicando a Noé que las Aguas habían descendido a su nivel, el karma estaba superado, y un nuevo ciclo de experiencia le aguardaba. Esa tierra del olivo, nos indica igualmente, la calidad que se iba a desarrollar con el nuevo elemento. Sería el amor, la unidad, la comprensión, la paz, y esto es así, debido a que es del fruto del olivo, de donde se extrae el aceite curativo que se emplea para purificar los cuerpos enfermos. Ese aceite es el amor que se destila del alma cuando ha comprendido, que todo es Uno, y esto sólo se alcanza, cuando trabajamos con el Cuerpo Superior.

Esa paloma está representando al signo de Libra, pues como veremos más adelante, es en este Arquetipo donde se concentra la capacidad de evidenciar que dentro de la multiplicidad, Todo es Uno.

El otro de los pasajes al que nos referíamos, tiene como protagonista a Moisés, al Pueblo Israelita, al Mar rojo y a una nueva Tierra.

Como se puede apreciar, estos actores simbolizan igualmente las distintas fuerzas y tendencias que se manifiestan en el proceso creativo y en el hombre. Moisés es nuestro Ego, que posee la capacidad de conectarse con la Divinidad y recibir su Designio. El pueblo israelita, subyugado por las huestes egipcias, nos está indicando el apego a un estado de conciencia representado por el signo de Tauro (egipcios) y que expresan una voluntad de superación y evolución.

Este pueblo guiado por la conciencia-Ego-Moisés, consigue liberarse de los hábitos del pasado y cruzar el Mar rojo, símbolo de las emociones en estado pasional. Sólo cuando se logra superar esos deseos posesivos, se llega a una nueva "tierra" donde se recibe un nuevo Elemento, el "maná", es decir, el Cuerpo Mental.

Ambos pasajes nos indican las travesías que sigue el alma humana hasta alcanzar el estado de paz, de unidad, de salud y de bienestar. Para lograrlo tan sólo existe un camino, superar las "aguas turbulentas", las emociones. Será con Libra que ese primer paso se consigue. Veamos qué trabajos nos aguardan en esta "tierra de promesas".

En primer lugar, diremos que al igual como ocurrió con Aries y cáncer, en el signo de Libra se expresa la dinámica de la Fuerza Yod, razón por la cual se conoce a estos signos con el nombre de Cardinales. Estamos ante una nueva "puerta", en esta ocasión, la que conduce a penetrar en una nueva "tierra", la del Aire, cuyo principal atributo es el uso de la razón y de la lógica. Como fuerza Yod, el signo de Libra se traduce como el impulso, la semilla del pensamiento, por lo que debemos esperar, que se produzca un importante fluir de ideas, una emanación de proyectos, cuyo propósito no es otro que alcanzar la comprensión de las cosas.

Es en este Arquetipo donde nacen las ideas, y lo hacen en un estado de pureza, o lo que es lo mismo, sus verdades son básicas, conceptos fundamentales que se recogerán como los principios más elocuentes por los que se debe regir cualquier intelecto.

Otra de las fuerzas que actúa en este signo, es la de Binah, conocido como Inteligencia Activa. Es de este centro que Libra recibe las energías que le llevan a expresar los atributos de sacrificio y abnegación. Esto que decimos es de suma importancia, ya que, si el alma no se impregna de estas cualidades, cuando se encuentran encarnada bajo la esfera de Libra, difícilmente podrá superar con éxito la prueba a la que se verá enfrentada: la reintegración a la unidad.

En efecto, hemos dicho que en el signo de Libra nace la capacidad de pensar, de comprender, y en esta aventura, lo primero que debemos aprender, es que en nuestra andadura humana no podemos permanecer eternamente viviendo para satisfacer nuestros deseos egoístas, sino que debemos compartir nuestra vida, nuestros excedentes con los demás con el propósito de formar una unidad, de complementar los diferentes puntos de vistas, de alcanzar a comprender a través del otro, la parte oscura e inconsciente de nuestra personalidad.

Podemos decir, que Libra es el cuartel general donde se fragua las relaciones humanas. Los sentimientos se encuentran sublimados y motivan para llevar a cabo nuestros planes. Es el comienzo de una empresa, de una sociedad, de una relación de pareja.

Como decíamos, Binah ofrece a los nacidos bajo este signo, la capacidad para saber renunciar a parte de sus deseos, la capacidad de sacrificarse por el otro, el don de la empatía. En verdad, el Ego lo que pretende es el reencuentro con el Yo perdido que se dividió, se separó, debido a la manifestación de los deseos.

Otra de las influencias que recibe este signo, la encontramos en la regencia sefirótica a la que pertenece. Binah, como hemos visto, rige a este signo debido a que domina sobre el elemento Aire, pero será Netzah, el Séfira que nos permita comprender parte de los trabajos de este signo. Netzah es el centro de la Armonía, de la Belleza, del Arte. Su situación en el Árbol Cabalístico, en la organización cósmica, lo sitúa en la Columna de la Derecha, la del Amor, ejerciendo funciones de 2º He-Yod con respecto a Hochmah, el Séfira primordial. Ya sabemos que la fase 2º He-Yod, es la etapa de los frutos, por lo que será en Netzah-Libra, donde se expresará ese conglomerado de luz en forma de arte, debiéndose entender este principio, como la capacidad de saber combinar armoniosamente los diferentes Elementos, esto es, saber amar.

Por otro lado, como nuevo Yod, Netzah-Libra, ejerce funciones inseminadoras, en este caso, y lo hemos adelantado antes, de un nuevo plano, el Etérico, donde el Elemento Aire ejerce su hegemonía.

Hasta aquí hemos expuesto las claves herméticas del signo; hemos tratado de explicar a través de una introducción esotérica, los sucesos acontecidos en los albores del Tercer Día de Manifestación. Ahora pasaremos a analizar los aspectos psicológicos que se expresan en el signo, para que de este modo podamos comprender aún mejor los trabajos que se deben asimilar a esta esfera.

Comenzaremos diciendo, que el propósito psicológico que mueve al signo, es el de restablecer el equilibrio entre partes que se encuentran en conflicto. Estos nativos tienen una gran capacidad para comprender las necesidades de los demás, debido a que se ponen en su lugar; hacen del otro, su centro, el eje de su vida, de tal modo, que su crecimiento anímico pasa por el estado de relación con los demás.

Su gran objetivo es asociarse, convivir con otros en unas condiciones de igualdad. Esta disposición le llevará a interesarse por la psicología y por las relaciones humanas; por el aspecto de la socialización. El Libra es un entusiasta en el arte de la diplomacia y gran parte de su vida la pasa intentando de llevar armonía allí donde reina la división.

El Libra aprende en su bregar humano, que toda verdad se sostiene en dos polos opuestos. No es blanco, ni negro; en el negro se encuentra el blanco, y en el blanco se haya el negro.

Ocurre que para alcanzar estas conclusiones, el Libra se mostrará muy inestable, y la balanza, el símbolo del signo, nos sugiere esta dificultad, ya que alcanzar el punto fiel no es tarea fácil.

Es esta la razón por la cual, el Libra en una primera etapa, dará muestras de desequilibrio en el aspecto emocional; en ocasiones lo veremos eufórico y de repente y con la misma intensidad, le encontraremos desinteresados y apesadumbrado.

Le resultará difícil el asentarse definitivamente en una cosa, no tiene paciencia ni persistencia para acabar lo que empieza.

Libra al encontrarse siempre entre dos aguas, y no saber que decisión adoptar, pues piensa que si toma una hará daño a la otra y su papel es unificar, adoptará con suma frecuencia demasiados compromisos, que después no podrá atender.

Libra es amante de la savia nueva en materia mental, por lo que se moverá en un ambiente de vanguardia intelectual. Se convierte en los creadores de reglamentos, normas y leyes, pero lo hace sobre el papel, a un nivel teórico.

La disposición de Libra es amistosa, pacífica y se caracteriza por su afabilidad y cordialidad, sin embargo, como ya hemos adelantado, no siempre el estado anímico de Libra es exaltado, podemos verles de "capa caída", y entonces sus respuestas serán bruscas y pondrá resistencia para llegar al entendimiento.

Otro de los propósitos de este signo es ser justo, y no será extraño el descubrirle defendiendo posturas opuestas. No le resulta fácil tener que tomar decisiones rápidas, pues con el tiempo ha aprendido que es necesario profundizar en todas las posibilidades.

Libra en su afán de equilibrio no podrá ver un cuadro que esté inclinado, ni comprenderá cómo dos personas se enfrascan en un enfrentamiento violento. Su arma es la razón, la lógica, y es este el motivo por el que el Libra hablará para discutirlo todo si es necesario.

Uno de los terrenos donde Libra se mueve con facilidad, es el artístico. Ya hemos visto porque esto es así. La literatura, junto a la pintura y la música, le fascina. No podemos olvidar que al trabajar con la mente, se conecta con el plano de los Arquetipos, donde la armonía de la Música de las Esferas, y el reino de l unidad le inspira las notas, las pinceladas más acordes con esos elevados estados. Sin embargo, la más perfecta de las expresiones el arte lo consigue cuando se convierte en el verdadero reconciliador del Zodíaco.

Entre los conceptos que están en analogía con este signo podemos detallar los siguientes:
El atardecer, los libros, la objetividad, las sociedades, el matrimonio, los enemigos abiertos, los jueces, la estética, la letra Teith, el número 7, la paz, las reconciliaciones, las combinaciones, los sindicatos, las agencias matrimoniales, las agencias de viajes, etc.

Como resumen de las cualidades positivas y negativas del signo, enumeramos las siguientes:
Equilibrio, sociables, reconciliadores, afables, cordiales, inteligentes, empatía, inquietos, inestables, justos, pacifistas, indecisos, discusiones, concentración, armonía, arte, socios, cónyuge, psicología, diplomacia, compromisos, amistosos, entusiastas, depresivos, estética, abnegación, sacrificio, etc.

No hay comentarios:

Publicar un comentario