lunes, 22 de febrero de 2021

Astrología Cabalística: "Tercer Día de la Creación"


TERCER DIA DE LA CREACIÓN: "EL AIRE-LO SECO"

LIBRA-ACUARIO-GEMINIS

Hemos dejado al alma humana "enfrentada" a la más dura de las pruebas que a lo largo de la senda evolutiva deberá afrontar. El Elemento Agua y su integración armoniosa en el proceso creativo es uno de los retos que el hombre ha de vivir a lo largo de su travesía espiritual, y sin embargo, los efectos generados por ese Elemento rebelde, la oscuridad, no puede ser considerado una creación de Dios, sino una disposición dada por los Grandes Seres –los Zodiacales-. Debemos entender pues, que la asignatura que debía dar paso a Elohim a adquirir la condición de Zodiacales, no era otra, que la de combinar los diferentes Elementos entre sí, de tal modo que de su fusión surgiera un estado de creación perfecta, sin olvidar la evolución de la propia perfección.

Ya hemos explicado en un punto anterior, el conflicto que dio lugar el Elemento Agua, pero la Obra debía continuar, y tras haber realizado una ardua labor sobre el líquido elemento, se alcanzó su dominio, lo cual significa en términos psicológicos que se consiguió un método para lograr dominar las emociones y los deseos.
El Alma humana estaba preparada para recibir un nuevo Elemento, y fue entonces cuando dieron comienzo los trabajos del Tercer Día de la Creación. Veamos cómo nos narra este proceso los traductores del Texto Sagrado, y como lo hace Fabre d´olivet.

Dijo luego: "Haga brotar la hierba verde, hierba con semilla, y árboles frutales cada uno con su fruto, según su especie, y con su simiente, sobre la tierra. Y así fue. Y produjo la tierra con semilla cada uno. Vio Dios ser bueno, y hubo tarde y mañana, día tercero".

He aquí la traducción de Fabre d´olivet tal y como nos lo describe Kabaleb en su obra "El Génesis".

"Dijo aún El-los Dioses, las ondas inferiores y gravitantes de los cielos tenderán irresistiblemente juntas hacia un lugar determinado, único; y la aridez aparecerá y esto se hizo así. Y designó la aridez bajo el nombre de tierra elemento terminante y final y el lugar hacia el cual debían tender las aguas lo llamó mares, inmensidad acuosa y considerando las cosas, El, el Ser de Seres, vio que serían buenas. Prosiguiendo en declarar su voluntad, dijo, El-los Dioses: la tierra hará vegetar una hierba vegetante y germinando de un germen innato, una substancia fructuosa llevando su propio fruto, según su especie y poseyendo en sí misma su poder semencial, y esto se hizo así. La tierra hizo crecer de su seno una hierba vegetante y germinando de un germen innato, según su especie, una substancia fructuosa, poseyendo en sí misma su potencial semencial propio, y El, los Dioses, considerando tales cosas, vio que serían buenas. Y tal fue el Occidente y tal fue el Oriente, el Objetivo y el Medio, el término y el arranque de la tercera manifestación fenoménica."

Tendremos que hacer uso de las claves herméticas y de la ley de analogía si queremos alcanzar a comprender lo que la traducción de este Tercer Día quiere enseñarnos. Una primera lectura, puede confundirnos, ya que podemos pensar que en ese Día aparece el Elemento tangible, la tierra tal y como hoy la conocemos. Sin embargo, esto no sucederá hasta la fase 2º He-Yod, es decir, hasta el 4º Día de la creación. El estudiante se preguntará, ¿entonces a qué tierra se refiere el inspirado escritor Fabre d´olivet y a qué hierbas y frutos hacen mención los traductores de la Biblia?.

En verdad ambas traducciones nos están dando importantes claves herméticas. Pongamos un ejemplo donde la ley de analogía nos permita penetrar en un campo donde la verdad se haga evidente.
Imaginemos que encargamos a un arquitecto –profesión que sin duda está estrechamente ligada a la del Gran Arquitecto Cósmico, Elohim-, la construcción-creación de un edificio. Veamos las fases que sigue este profesional.

En primer lugar, en la fase Yod-emanativa, recibe la inspiración que le moviliza a través de un impulso inconsciente para llevar a cabo su propósito. En este momento está en la fase del Fuego; tiene una misión, un designio y moviliza su poder volitivo. Pero no es suficiente tener una misión, pues puede ocurrir que sus emociones –fase He, Agua-, no se sientan interesadas en llevar a cabo el propósito, lo cual hará que no acepte el encargo, o tal vez que entre en lucha consigo mismo, estableciéndose un duro enfrentamiento entre su conciencia y sus deseos. Si consigue amar el propósito, entonces afrontará la tercera fase, la cual le llevará a plasmar organizadamente en un plano todos sus conocimientos creadores. Dotará cada espacio con las medidas y acondicionamientos necesarios; sopesará los materiales que le serán útiles y calculará todas y cada una de las necesidades que debe satisfacer el edificio. Podemos decir que cuando el proyecto está terminado, el edificio es una realidad, es decir, es una tierra con capacidad de dar frutos, pero no es el fruto mismo.

Tal vez hayamos intuido ya, que el verdadero trabajo que Elohim realizó en este Tercer Día fue el mismo que realizó en el ejemplo nuestro arquitecto, es decir, organizar, ordenar. Este atributo es la huella de Binah, el Gran Legislador, el que estableció las Reglas y las Normas por las que el Mundo debería regirse. Elohim-Binah, a través de su rostro creador llamado Jehová (Yod-He-Vav-2º He), procede a su manifestación en la fase Vav-Tercer Día-Exteriorización. Esta fase es el negativo de lo que será la Obra una vez alcanzado el 4º Día.

Binah impone en letra pequeña el manual de funcionamiento por el que se ha de regir la Obra. Lo es Todo en estado de teoría; es el anticipo de lo que vendrá, pero antes de que llegue ese momento, se debe proceder a la ordenación definitiva de todos los pormenores. Todo debe estar en su sitio y ocupar su lugar exacto en el engranaje. Es la instalación previa para que cuando el inquilino contrate la energía-luz, ésta se pueda manifestar en la Obra.

Por lo tanto, esa tierra, esos árboles y ese mar están siendo "colocados" en su lugar respectivo. Curiosamente, cada uno de ellos hace referencia a uno de los Elementos. El mar es el Agua-emoción, que en este Tercer Día deberá ocupar su lugar determinado, el Mundo de Deseo y el Cuerpo Emocional; el árbol con semilla de fruto, junto a esa tierra que debe gestarlo, hace referencia al Elemento Fuego, que en su primera etapa es semilla-germen y que encontrará su crecimiento a través de un Cuerpo Vital y Físico (recordemos que el Primer Día de la Creación, cuando el Fuego ejercía su hegemonía, el hombre adquirió en estado potencial, el Germen del Cuerpo Físico).

Binah tiene dominio sobre el Tercero de los Elementos manifestados por los Zodiacales, el Aire. En los días precedentes, el Primero y Segundo, se manifestó la Luz-Fuego y se separaron las Aguas. Si en este Tercer Día aparece el Aire, tenemos que el último de los Elementos, la Tierra, se pone de manifiesto, es decir, cuando el arquitecto tenía la obra en su fase Yod-Fuego, nada se percibía desde el exterior, sin embargo, cuando alcanza la fase Vav, la última fase ya se puede suponer, pues se hace evidente en el plano.

Podríamos decir, que cuando la Obra alcanza su fase Vav, la realidad a la que dará lugar será tan tangible como la propia construcción material. Los rasgos que se hayan adquirido en las fases previas difícilmente los podremos cambiar. El estudiante podrá plantearse qué sentido tiene el que haya un Cuarto Día, si ya en el Tercero se establece la tangibilidad de la Obra. La respuesta a esta cuestión viene a explicar uno de los grandes misterios de la existencia, ya que nos permite comprender el porqué es necesario que el hombre renazca una y otra vez en el mundo físico.

Es cierto que en la fase Vav-Tercer Día, la criatura está formada, completa, sin embargo, será en el Cuarto Día, cuando comprobaremos si la obra en la fase previa, la teórica, contenía fallos. Es decir, la fase 2º He, nos indicará que estamos adquiriendo sabiduría por la vía de la experiencia, que desarrollaremos nuestras virtudes gracias a la puesta en práctica de nuestros pensamientos y sentimientos. Fue necesario que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, en su aprendizaje como entidad divina, actuase en el mundo de las formas, de modo que viese los resultados de sus propios actos. El mundo físico, el de los frutos y resultados, funciona de feedback, de interactividad, ya que, en la medida en que ejecutamos nuestras energías interna a través de acciones, recibiremos como respuesta los efectos positivos o negativos de nuestros actos. Así poco a poco el hombre, irá aprendiendo a construir, y llegará un momento en ese proceso de aprendizaje que no necesitará llegar a la fase 2º He para alcanzar la sabiduría de las cosas, entonces el plano físico desaparecerá. Pero cuando esto ocurra, la humanidad se encontrará en los albores de un nuevo Día, el Quinto.

En el Tercer Día Cósmico, y bajo la tutela de los Ángeles Tronos, Entidades Espirituales al servicio de Binah, la humanidad recibió un nuevo vehículo, el germen del Cuerpo Mental. Fíjense bien, que decimos germen, debiendo entenderse con ello que el simple hecho de recibir un cuerpo, no indica que se alcance su dominio. Así vemos a título de ejemplo, que el recién nacido cuenta en estado potencial con todos los vehículos disponibles, un Cuerpo Físico-Vital, un Cuerpo de Deseos y un Cuerpo Mental. Pero será en años sucesivos que irá despertando cada uno de ellos convenientemente. Siguiendo esta idea, tenemos que decir que todo vehículo se encuentra en su fase de madurez cuando alcanza la etapa Vav. Si el Cuerpo Mental se adquirió en el Tercer Día, no alcanzará su total perfección hasta el Sexto Día de la Creación, y no es extraño que las Enseñanzas bíblicas sitúe en el Génesis la aparición del Hombre en ese Día, pues en verdad no se está refiriendo al Cuerpo Material del hombre sino a su máxima capacidad espiritual, la de pensar.

Con el Cuerpo Mental, el hombre recibió igualmente la capacidad de conectar con el plano espiritual donde se encuentra el Espíritu Humano. A partir de ese momento, el Ser estaba completo, contaba con un triple cuerpo y con un triple espíritu. Tan sólo quedaba que se produjera la integración de ambos, y este trabajo lo realiza el Ego o Yo Espiritual, pero este tema es demasiado extenso para tratarlo en este capítulo.

La Cosmogénesis de Max Heindel nos describe, que en el Tercer Día de la Creación aparece una nueva Oleada de Vida, la Vegetal, y de esta información extraemos un punto de meditación que quisiera compartir con el estudiante. ¿Qué relación existe entre esta Oleada de Vida con la aparición en el Tercer Día de los Vegetales?.
Sin duda mucha, puesto que simbólicamente habrá que relacionar el trabajo en el Cuerpo Mental con la naturaleza vegetal y su capacidad inseminadora.

Otro de los factores que nos hace evidente esta relación, es la disposición de aquellos que trabajan con el vehículo superior –la mente- a alimentarse tan sólo de vegetales. Sin duda, el mundo vegetal estimulará el desarrollo del cuerpo mental más allá de lo que ahora la ciencia imagina.
Los trabajos del Elemento Aire, lo veremos expresados a nivel psicológico con el estudio de los signos: Libra, Acuario y Géminis.

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