Ejemplo-Guía: "Crees que es fácil ver luz, allí donde antes veíamos tinieblas"
Todos cuantos hemos experimentado en nuestros sueños nocturnos el terror que ocasiona vivir una pesadilla, sabemos agradecer, el poder que otorga la luz que nos devuelve al estado que llamamos, en este mundo, realidad.
Un profundo suspiro, antecede, y pone fin, a la expresión de un corazón
compungido por el llanto. Era tan real lo que hemos vivido durante el sueño que
nuestro cuerpo aún expresa la reacción traumática que nos ha producido la
tenebrosa pesadilla.
Cuando interpretamos los efectos que percibimos en el mundo material como una
fuente de miedo, estamos eligiendo tener sueños de muerte. Esto es vivir en la
falsedad, en la ilusión, en la creencia de que estamos separados de nuestra
Fuente Creadora.
La cuestión que hemos planteado inicialmente, es: ¿es fácil sustituir los
sueños de muerte, por sueños de vida?, expresado de otro modo, ¿es fácil ver
luz, allí donde antes veíamos tinieblas?.
No vamos a realizar una encuesta, pues la respuesta es tan evidente. No vamos a
preguntar al vecino, ni al de más allá, cuando la respuesta la tenemos en
nosotros mismo.
Pongamos un ejemplo cotidiano. Estamos en casa y llaman a la puerta. Abrimos y
nos dan una noticia. Acaban de informarnos de que nuestro hijo ha sufrido un
accidente de coche y se encuentra hospitalizado (no vamos a adornarlo con más
detalles). De entrada, esta situación la consideramos como una experiencia
"trágica", tanto es así, que la mente se nos nubla, llevándonos
al desconcierto. A partir de aquí se disparan todos los mecanismos
mentales, especialmente, el del miedo y, sin darnos cuenta, nuestra mente se
pone a imaginar de manera descontrolada. Todo lo que imagina es dramático. Se
pone en lo peor. Seguro que habremos preguntado por la gravedad del accidente y
aunque nos han dicho que no reviste gravedad, no es suficiente para cambiar la
visión que hemos elegido ver.
¿Cómo podemos ver la luz en una experiencia semejante?
Estas cosas no se consiguen de la noche a la mañana. Es necesario contar con la certeza de que la luz nos lleva a comprender que nuestra pesadilla, era tan sólo una ilusión. Quiero decir con esto, que es preciso tomar conciencia de que la luz disipa las tinieblas y el mejor modo de hacerlo es experimentarlo. La mejor manera, o, mejor dicho, la única manera de conseguirlo es practicando la elección en cuestiones que entendemos de menor envergadura. Por ejemplo, pierdes algo que le has dado mucho valor material, pero decides dejar que el dolor de la pérdida te afecte y dejas marchar la experiencia. Al mismo tiempo puedes probar a ver que lo que ha supuesto una pérdida, te ha aportado un valor añadido (la luz), ahora no te apegas a lo material.
Cuando tenemos cierta práctica en tomar este tipo de decisiones, es decir, cuando hemos aprendido a ver las cosas desde otras perspectiva, desde la luz, desde la certeza de que todo efecto, responde a una causa y que esa causa se encuentra en la mente, en el pensamiento, entonces, podremos enfrentarnos a situaciones, aparentemente más "trágicas" y a responder ante ellas con una visión, donde la luz, la comprensión, nos lleva a no perder la paz interna. Siempre podemos elegir. Tal vez no podemos evitar el dolor, pero si podemos evitar vivirlo desde el sufrimiento.
Reflexión: ¿Por qué elegimos ver las tinieblas a la luz?
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