domingo, 13 de diciembre de 2015

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Aries (X)

DEJA A CAFARNAUM SECRETAMENTE (YESOD)
35 A la mañana, mucho antes de amanecer, se levanto, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. 36 Fue después Simón y los que con el estaban, 37 y hallado, le dijeron: Todos andan en busca de ti. 38 El les contesto: Vamos a otra parte, a las aldeas próximas, para predicar allí, pues para esto he salido. 39 Y se fue a predicar en las sinagogas de toda Galilea, y echaba los demonios.
Abordamos, en este pasaje, el estudio de uno de los aspectos más oscuros de la naturaleza psíquica del ser, la que representa la parte oculta de su consciencia, su inconsciente.
En la dinámica diaria de nuestras vidas, tras el atardecer, tras la puesta del Sol, la luz cede la hegemonía a las tinieblas. El Sol cede su potestad a la Luna y, del estado de vigilia, nos entregamos al estado de sueño, donde nuestra consciencia se adormece y delega su protagonismo a las tendencias inconscientes. Esta es la situación donde nos sitúa Marcos con su narración:
...mucho antes del amanecer, se levantó, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.
La noche y el sueño anteceden al nuevo amanecer. Si el dia-consciencia-vigilia esta regido por el Sol, la noche-inconsciencia-sueño esta regida por la Luna, planeta que cabalisticamente se sitúa en el Séfira Yesod, mientras que el Sol lo hace en Tiphereth.
Nos encontramos por lo tanto que, la naturaleza Crística ha penetrado en los dominios del Séfira Yesod, el cual, situado en la Columna del Centro, la que determina los diferentes Trabajos que se realizan en la consciencia, representa el inconsciente. El amor debe alcanzar este alejado mundo pues, de lo contrario, el Trabajo de Unificación quedaría en la fase de cristalización inacabado y, mientras nuestros deseos se identifican con el impulso Crístico, nuestros hábitos adquiridos, que forman parte de nuestros impulsos instintivos, se oponen a el, generándose una lucha interna entre la consciencia y la inconsciencia. Esta dinámica es muy frecuente y, vemos a muchos aspirantes a la Luz que, aun teniendo sentimientos muy elevados, están aún prisioneros de hábitos de los que son incapaces de salir.
Para lograr llevar a cabo los Trabajos en este difícil nivel, es preciso que la naturaleza Crística se levante antes de que amanezca; es decir, en plena oscuridad nocturna. Pero, ¿qué haremos levantándonos a las 4 o las 5 de la madrugada, con el sueño que tendremos a esa hora? ¿Cómo ayudaremos a nuestra Obra Crística madrugando tanto?
En verdad, esta norma ha sido cumplida fielmente en todos los monasterios donde se cultiva el "cuerpo espiritual". Antes del amanecer, los monjes se levantan y, buscando el recogimiento interno -su desierto personal-, se entregan a la oración; es decir, buscan dialogar con Dios. No nos vamos a preguntar si su alto ideal se ha mantenido siempre firme y este habito les ha conducido a la iluminación, siendo aceptado de buen grado. En verdad, podemos llevarnos toda una vida haciendo gestos externos sin que nuestro corazón no acompañe con el sentimiento para descubrir que, al final, no hemos avanzado ni un solo metro del punto donde nos encostrábamos.
El Trabajo Crístico se dirige a nuestra consciencia; y es ahí hacia donde debemos orientar nuestros Trabajos. Si no somos capaces de ello, nos convertiremos en actores que, a fuerza de repetir un mismo guión, terminaremos por aprender el verdadero mensaje del papel.
El inconsciente es ese baúl donde almacenamos un gran poder de energía. ¿De dónde procede esa energía?.
Todo comienza en Kether, nuestro Yo Espiritual, el encargado de transmitirnos la Voluntad del Padre. Él, al crearnos como parte de Sí Mismo, a su imagen y semejanza, nos ha insuflado el ideal de desarrollar su condición divina; es decir, cada chispa divina emanada de su Fuego Creador o, lo que es lo mismo, todos cuantos formamos la Oleada de Vida Humana, somos Dioses en Formación. Para conseguir este Propósito, la evolución del Ser se ha ido desarrollando en sucesivos Periodos de Manifestación -Días de la Creación- encontrándonos, en la actualidad, en el Cuarto Día-Periodo, adquiriendo en cada uno de esos -Días, un Vehículo nuevo, el cual nos permitiría adquirir experiencia en los correspondientes Mundos dispuestos por Dios para nuestro progreso espiritual.
Cuando hablamos de que la energía. emana desde Kether, lo que en verdad estamos queriendo decir es que, un nuevo Programa debe formar parte de la consciencia del Ser Humano; un nuevo aprendizaje ha de elevar su condición y, para ello, esa Energía-Programa-Lección, debe ir pasando impregnando a cada uno de los distintos Cuerpos con los que evoluciona el hombre. (Ver esquema).
ESQUEMA ACTUAL DE NUESTRO PROCESO EVOLUTIVO (4º DÍA)

DÍAS
MUNDOS
CUERPOS
SEFIRA
ELEMENTOS
CONSCIENCIA
1er DÍA
EMANATIVO
ESPIRITUAL
KETHER-HOCHMAH-BINAH
FUEGO
MINERAL

2º DÍA
CREATIVO
EMOCIONAL
HESED-GUEBURAH-TIPHERETH
AGUA
VEGETAL
3er DÍA
FORMACIÓN
VITAL/ETERICO
NETZAH-HOD-YESOD
AIRE
ANIMAL
4º DÍA
ACCIÓN
FÍSICO
MALKUTH
TIERRA
HUMANA

Esquema 1
Hemos tenido ocasión de decir en otra parte de esta obra, que el Árbol Cabalístico se divide en Tres Columnas fundamentales: la de la Derecha, regida por Hochmah, cuyos Trabajos se especializan en el uso de la energía emocional, el Amor; la de la Izquierda, regida por Binah, cuyos Trabajos se especializan en el uso de la energía mental, la Inteligencia Activa y Práctica; y la del Centro, regida por Kether, cuyos Trabajos se especializan en el uso de energías en estado Emanativo, cuyo propósito es impregnar la consciencia.
Centrémonos en los Séfiras que se encuentran en esta Columna y veremos los diferentes pasos que sigue la energía para desarrollar el estado Consciente.
Kether, el Creador, insufla un Programa de Vida. Pongamos, por ejemplo, que su Voluntad se dirija hacia el Propósito de que nos hagamos Conscientes del Proceso Creador: aprender a generar vida. En esa primera etapa, ese Programa es percibido por nosotros a nivel intuitivo; es decir, como un ideal que nos moviliza a actuar, pero desconocemos la razón. Así, ponemos en marcha nuestra Voluntad y tomamos la decisión de crear.
En una segunda fase, la Energia-Programa desciende hasta nuestra naturaleza emocional para ganar las "simpatías" de ese centro motor, que ha de movilizar nuestros deseos para que acepte el Propósito, y nos motiva a actuar en su logro. Ese Centro es Tiphereth. En ese momento, se produce un hecho importante: la Voluntad Divina-Kether, ha bajado a los niveles humanos-Tiphereth.
El Fuego y el Agua deben trabajar juntos, en armonía. Si ello no ocurriera, se generaría un conflicto que estudiaremos mas adelante. Ahora, supongamos que, en verdad, nuestra Agua-Emoción decida Trabajar para Crear. Se produciría entonces una primera fase de consciencia pues, nos identificaremos con el Ideal que nos movilizo en primer término: Yo deseo Crear, seria el sentimiento interno. Trabajar conjuntamente con el Programa Divino nos permitirá sentirnos poseedores de su Fuego-Luz; es por ello que, en esta fase, nos dejamos llevar por la voz de la consciencia; es decir, existe en nosotros una disposición proclive a oír la voz del Padre que, con amor infinito, nos habla interiormente con el propósito de que tomemos el camino correcto para llevar a cabo el Programa Esencial.
De la unión del Fuego y del Agua surge la fecundidad creadora. Si interpretamos al Fuego como el esperma masculino, y al Agua como el ovulo femenino, veremos que, de su colaboración comienza la vida, la formación de una criatura. En efecto, el siguiente paso que afrontamos, cabalisticamente hablando, es penetrar en el Plano de Formación, donde nos encontramos con Yesod-Inconsciente.
Verdaderamente, mientras que se produce la formación del feto, de la criatura, y antes de pasar a la fase de su nacimiento, donde seremos conscientes de la Obra Creadora, las energías se desarrollan en un nivel donde somos inconscientes de los Trabajos. Esto, no significa que no sepamos que hay vida en nuestro interior. No. Lo que aprendemos de esta situación es que, la tercera fase de toda obra, es la consecución directa de las dos primeras; y no dependen de nuestra atención directa los Trabajos que se realizan.
Hemos puesto en marcha el motor interno, nuestra Agua-Deseos; y decidido llevar a cabo la Voluntad del Padre-Dios. Ahora, es su Inteligencia la que asume los Trabajos por nosotros y no necesitamos realizar ningún esfuerzo. ¿Qué ocurriría si, en la fase anterior, nuestras emociones se hubiesen revelado contra el propósito divino? Algo que todos hemos experimentado en nuestras vidas, cuando nuestros deseos han bloqueado algún tipo de impulso. La energía, que debe seguir su proceso, pasa al nivel Yesod, donde se almacena como experiencia no integrada, no aprendida. El comportamiento adoptado formaría parte de nuestro Cuerpo Etérico, donde se habrá convertido en hábito.
Dado que no podemos eternizarnos en las experiencias, en la evolución, Yesod, que si nos fijamos realiza la triple función Vav-Binah, despliega un mecanismo de protección basado en un lenguaje simbólico.
El contenido del inconsciente se manifiesta, fundamentalmente, de tres modos:
A través de los sueños (Luna). Las imágenes oníricas nos hablan de los Trabajos que se están desarrollando en ese plano oculto. Es por ello que, la interpretación de los sueños nos revela los Programas que debemos realizar y que no hemos sido capaces de hacerlos conscientes aceptándolos con nuestras emociones. Se ha descubierto, recientemente, por algunos médicos de vanguardia, la función terapéutica del mensaje onírico. Para buscar soluciones a la enfermedad del Cáncer, el Dr. Siegel pide a sus pacientes que escriban los sueños, así como que realicen dibujos -proyecciones de nuestro inconsciente-, describiendo su enfermedad.
Jung ha sido, quizás, quien más luz ha arrojado sobre el valor terapéutico de los sueños.

A través de las Proyecciones. Proyectarnos es vernos reflejados en los demás. Valoramos o rechazamos, en los demás, aquellas tendencias que tenemos asimiladas o no. Las anécdotas simbólicas de cada día nos ponen en contacto con el mensaje que, formando parte de nuestro inconsciente, trata de transmitirnos nuestro Ego-Yo Superior.

A través de la Enfermedad. Trabajando directamente sobre la región más inferior del Cuerpo Etérico; la enfermedad se convierte en una de las más drásticas vías para hacernos aceptar la realización de los Programas que habíamos dejado pendientes.


Por todo ello, podemos deducir que, en el inconsciente, se dan cita energías creadoras de primera mano, las cuales están sirviéndonos por haber aceptado llevar a cabo la Voluntad del Padre. Todos los órganos involuntarios del Cuerpo Físico realizan esta función de servicio. Por otro lado, nos encontramos con las asignaturas pendientes que, de un modo u otro -como hemos visto-, saldrán al exterior con el propósito de enseñarnos por una vía más drástica y rigurosa, la Voluntad del Padre, la Voluntad de nuestro Yo Superior.
Será en la Cuarta Fase -utilizando términos cabalísticos- cuando las energías elaboradas en las tres anteriores penetren en la Esfera de Malkuth-Mundo de Acción y Físico. En este Plano la Obra se materializa, alcanza su meta final haciéndonos conscientes.
En el ejemplo que hemos desarrollado, la Voluntad que el Padre-Kether nos insufló nos llevó a tomar consciencia del deseo de generar vida -Tiphereth-. Ahora, tras haber aceptado realizar ese Programa con nuestra voluntad y, tras haberse puesto en marcha los Trabajos de Gestación-Formación en un nivel inconsciente, la experiencia llega hasta su final con el nacimiento del Ser; es decir, somos CONSCIENTES de que SOMOS CREADORES. Es el momento de analizar los resultados de nuestra Obra para sacar conclusiones sobre nuestro Trabajo en su conjunto.
Tras haber situado en el Árbol Cabalístico las diferentes fases de la consciencia, estamos en condiciones de comprender los Trabajos de la naturaleza Crística en la fase de Yesod-Luna.
Es necesario que, la Nueva Consciencia, sea capaz de estar despierta, levantada; es decir, consciente (vigilia) antes del amanecer, esa hora tenebrosa que hemos visto como la morada del inconsciente. Debe ser así pues, no debe de haber en nuestra naturaleza psíquica ningún rincón donde no penetre la Luz del Amor.
Para conseguir iluminar esa parte oscura de nuestra psique, donde no somos consientes, es preciso que actuemos como Jesús: abramos los ojos y miremos en nuestra oscuridad. Busquemos un lugar desierto; es decir, donde no puedan interrumpirnos otras voces que nos confundan, donde nos encontremos tan solo con ese ideal y, allí, oremos o, lo que es lo mismo, establezcamos la comunicación con el Padre para que sea Él quien ponga orden y unidad en ese mundo -el inconsciente-, donde las energías se encuentran desordenadas.
A lo largo del proceso evangelizador de Jesús le encontraremos orando en los momentos mas importantes de su Misión. Es por ello que, debemos conocer el verdadero valor espiritual que posee el hacer uso de la oración. Orar significa conectar conscientemente con el Centro Superior de donde emana todo Poder, toda Energía, con Kether-Padre. Cuando oramos estamos elevando nuestra condición humana pues, dejamos de oír las voces de los vehículos inferiores para poder comunicarnos con la verdadera esencia, nuestro Yo Superior.


Orar, podemos hacerlo en cualquier momento de nuestra vida; sin embargo, Jesús nos pone de manifiesto que existen momentos en los que debemos hablar con Dios-Padre para evitar "perdernos" en nuestro camino. Es muy importante que sepamos hacer un buen uso de la oración, que sepamos, cuando debemos buscar un lugar desierto para comunicarnos con nuestro Guía. Con esto no debemos entender que nos encontramos separados de nuestro Creador; esto no es posible. Pero, sí debemos comprender que, hemos de tomar decisiones con una total libertad. Debemos, individualmente, adquirir auto-consciencia pues, es el único modo de alcanzar y superar la prueba de ser agentes creadores.
Desde nuestro actual estado de evolución y consciencia, no podemos permitir que, los de "Arriba" realicen los Programas que están destinados para nuestro desarrollo espiritual. En esa andadura, nos enfrentaremos a distintas etapas como hemos visto en el ejemplo expuesto para explicar el proceso del inconsciente. Así pues, cuando nos encontremos en la fase en la que el Programa se realiza como cuando se pone un motor en marcha, sin que participemos en el movimiento conscientemente, entonces, oremos pues, es el momento de restablecer la comunicación con el Yo Superior para que vele por nosotros mientras que esos Trabajos se realizan.
La acción de la Inteligencia Divina se pone muy claramente de manifiesto en el proceso de creación de una criatura por parte de la mujer. Ella sabe perfectamente que está gestando a un ser; lo siente e incluso llega a comunicarse con él conscientemente, sin embargo, no lo es cuando se trata de llevar a cabo los Trabajos de Formación de todos y cada uno de los órganos que forman el cuerpo de la criatura. ¿Qué inteligencia se esconde detrás de ese misterio? Una sola respuesta viene a contestar esta cuestión: el Yo Superior.
36 Fue después Simón y los que con el estaban, 37y hallado, le dijeron. Todos andan en busca de ti. 38 Él les contestó: vamos a otra parte, a las aldeas próximas, para predicar allí, pues para esto he salido. 39 Y se fue a predicar en las sinagogas de toda Galilea, y echaba los demonios.
Mientras que Jesús se encuentra en la esfera de Yesod, en el inconsciente, los obreros que le siguen, y que han sido elegidos en la estancia donde reinaba la Luz, la consciencia, no le encontraban. Esto ocurre verdaderamente en nuestra realidad psíquica; cuando nos movilizamos conscientemente para alcanzar el logro de un ideal y encontramos resistencia de una parte de nuestra naturaleza que no está al corriente de nuestros propósitos, y aparecen como obstáculos, como pueden ser, hábitos y creencias adquiridos, anécdotas contrarias o estados de salud que ponen en dificultad el Proyecto.
Con esto debemos aprender algo importante, debemos alcanzar la unificación entre los dos estados de consciencia, entre lo consciente y lo inconsciente. Jesús, tras haberse comunicado con su Padre a través de la oración y haber sido hallado por sus obreros, por sus fuerzas motoras, toma una importante decisión; ¡vamos a otra parte, a las aldeas vecinas, para: PREDICAR ALLÍ, PUES PARA ESTO HE SALIDO.
En efecto, da la impresión, por las palabras recogidas por Marcos, que Jesús no tenía claro qué hacer alcanzado ese punto del camino. Sin embargo, tras haberse comunicado con Kether-Padre a través de la oración, tiene muy claro su Designio, "predicar allí", pues, para esto había salido. Debe conquistar las aldeas próximas, lo que constituye esa región del inconsciente. El amor debe llenar toda esa tierra y llevar a ella la unidad.
Así debemos actuar sobre nuestro Yo inconsciente, sobre nuestra oscuridad interior. Si descubrimos, en esa otra cara del Yo, un rostro poco deseado, alimentado por nuestros errores pasados, no nos rechacemos odiándonos. Actuemos como Jesús hizo; prediquemos el amor en la sinagoga, en el estado de consciencia. Cuando así actuemos, los demonios serán vencidos. Se refiere a esos demonios que habitaban en esa tierra desconocida. La oración es la Luz que iluminará nuestro ser oculto, elevándolo al estado de unidad.

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