VII. El punto de encuentro (3ª parte).
4. Hazte a ti mismo esta pregunta: ¿Puedes proteger la mente? 2El cuerpo sí, un poco, mas no del tiempo, sino temporalmente. 3Y mucho de lo que crees que lo protege, en realidad le hace daño. 4¿Para qué quieres proteger el cuerpo? 5Pues en esa elección radica tanto su salud como su destrucción. 6Si lo proteges para exhibirlo o como carnada para pescar otro pez, o bien para albergar más elegantemente tu especialismo o para tejer un marco de hermosura alrededor de tu odio, lo estás condenando a la putrefacción y a la muerte. 7Y si ves ese mismo propósito en el cuerpo de tu hermano, tal es la condena del tuyo. 8Teje, en cambio, un marco de santidad alrededor de tu hermano, de modo que la verdad pueda brillar sobre él y salvarte a ti de la putrefacción.
El texto comienza preguntando si realmente podemos proteger la mente. Señala que el cuerpo puede protegerse solo de manera limitada y temporal, pero no del paso del tiempo. Además, muchas de las cosas que creemos que protegen el cuerpo, en realidad pueden dañarlo.
La clave está en el motivo por el que queremos proteger el cuerpo. Si lo hacemos para exhibirlo, atraer a otros, alimentar nuestro especialismo (el deseo de ser especial) o para ocultar sentimientos negativos, en realidad lo estamos condenando a la decadencia y la muerte. Es decir, usar el cuerpo como instrumento del ego o del especialismo lo lleva a la destrucción.
Si vemos ese mismo propósito (el de especialismo o separación) en el cuerpo de los demás, también estamos condenando el nuestro. Es una advertencia sobre cómo nuestra percepción y actitud hacia los otros repercute en nosotros mismos.
Jesús nos propone una alternativa: en vez de usar el cuerpo para el especialismo, “teje un marco de santidad alrededor de tu hermano”. Esto significa ver a los demás desde la perspectiva de su valor esencial, su bondad y su verdadera naturaleza. Así, permitimos que la verdad brille sobre ellos y, al hacerlo, nos salvamos a nosotros mismos de la “putrefacción” (la decadencia y el sufrimiento que trae el especialismo).
Interpretación práctica:
- Cuida tu cuerpo, pero no lo uses como instrumento de separación o vanidad.
- Reflexiona sobre el propósito detrás de tus acciones: ¿Buscas reconocimiento, admiración o sentirte superior?
- Mira a los demás con respeto y aprecio por su esencia, no por su apariencia o utilidad.
- Al cambiar tu percepción y ver la “santidad” en los otros, también te liberas tú del sufrimiento que genera el especialismo.
Algunas citas relacionadas con el “cuerpo” recogidas en el Texto y en el Libro de Ejercicios:
El cuerpo como medio de comunicación
“El cuerpo es un medio de comunicación. Puesto que comunicar es unir, y atacar es separar, el cuerpo, entonces, puede convertirse en un instrumento para unir a las mentes y para que dejen de percibirse como separadas.” (T-8.VII.2:1)
El cuerpo como cerca ilusoria
“El cuerpo es una cerca que el Hijo de Dios imagina haber construido para separar a unas partes de su Ser de otras. Cree vivir dentro de esa cerca, para morir a medida que ésta se deteriora y se desmorona. Pues cree estar a salvo del amor dentro de ella. Al identificarse con lo que considera es su seguridad, cree ser lo que ésta es.” (T-18.VIII.2:1-4)
El cuerpo es un sueño
“El cuerpo es un sueño. Al igual que otros sueños, a veces parece reflejar felicidad, pero puede súbitamente revertir al miedo, la cuna de todos los sueños. Pues sólo el amor puede crear de verdad y la verdad no tiene miedo de nada. Hecho para ser temeroso, el cuerpo no puede sino cumplir el propósito que le fue asignado. Mas podemos cambiar el propósito que el cuerpo obedece si cambiamos de parecer con respecto a su finalidad.” (T-18.VIII.3:1-5)
El cuerpo como instrumento santo
“El cuerpo es el medio a través del cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para confinarlo en el infierno sin ninguna posibilidad de escape, el objetivo del Cielo ha sustituido la búsqueda del infierno. El Hijo de Dios busca la mano de su hermano para ayudarlo a marchar por la misma senda que él. Ahora el cuerpo es santo. Ahora sirve para sanar a la mente que tenía como propósito matar.” (T-18.VIII.4:1-5)
El cuerpo no tiene necesidad de curación
“El cuerpo no tiene necesidad de curación. Pero la mente que cree ser un cuerpo, está enferma. Y aquí Cristo suministra el remedio. Su propósito envuelve al cuerpo en Su luz y lo llena con la santidad que irradia desde Él. De este modo, el cuerpo lleva a Cristo ante aquellos que necesitan sanar sus mentes.” (T-25.in.3:1-5)
No soy un cuerpo. Soy libre.
No podrás ser libre mientras te percibas a ti mismo como un cuerpo. El cuerpo constituye una limitación. El que busca su libertad en un cuerpo, la busca donde no se puede hallar. La mente se puede liberar cuando deja de verse a sí misma como contenida dentro de un cuerpo, firmemente atada a él y amparada por su presencia. Si esto fuese cierto, la mente sería en verdad vulnerable.” (L-pI.199.1:1-5)
El cuerpo es una cerca que el Hijo de Dios imagina haber construido para separar a unas partes de su Ser de otras.
“El cuerpo es una cerca que el Hijo de Dios imagina haber construido para separar a unas partes de su Ser de otras. Cree vivir dentro de esa cerca, para morir a medida que ésta se deteriora y se desmorona. Pues cree estar a salvo del amor dentro de ella. Al identificarse con lo que considera es su seguridad, cree ser lo que ésta es.” (Qué es el cuerpo-5.1:1-4)
El cuerpo es parte de la ilusión que ha ayudado a mantener oculto el hecho de que él mismo es algo ilusorio.
“El cuerpo es parte de la ilusión que ha ayudado a mantener oculto el hecho de que él mismo es algo ilusorio. El cuerpo desaparece al no tener tú ninguna necesidad de él, excepto la que el Espíritu Santo ve en él. A tal fin, el cuerpo se percibirá como una forma útil para lo que la mente tiene que hacer. De este modo se convierte en un vehículo de ayuda para que el perdón se extienda hasta la meta todo abarcadora que debe alcanzar, de acuerdo con el plan de Dios.” (L-pI.199.3:4-5; 4:3-5)
El cuerpo es el medio a través del cual el Hijo de Dios recobra la cordura.
“El cuerpo es el medio a través del cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para confinarlo en el infierno sin ninguna posibilidad de escape, el objetivo del Cielo ha sustituido la búsqueda del infierno. El Hijo de Dios busca la mano de su hermano para ayudarlo a marchar por la misma senda que él. Ahora el cuerpo es santo. Ahora sirve para sanar a la mente que tenía como propósito matar.” (Qué es el cuerpo-5.4:1-5)

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