martes, 11 de noviembre de 2025

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 315

LECCIÓN 315

Todos los regalos que mis hermanos hacen me pertenecen.


1. En cada momento de cada día se me conceden miles de teso­ros. 2Soy bendecido durante todo el día con regalos cuyo valor excede con mucho el de cualquier cosa que yo pudiera concebir. 3Un hermano le sonríe a otro, y mi corazón se regocija. 4Alguien expresa su gratitud o su compasión, y mi mente recibe ese regalo y lo acepta como propio. 5todo el que encuentra el camino a Dios se convierte en mi salvador, me señala el camino y me ase­gura que lo que él ha aprendido sin duda me pertenece a mí también.

2. Gracias, Padre, por los muchos regalos que me llegan hoy y todos los días, procedentes de cada Hijo de Dios. 2Los regalos que mis hermanos me pueden hacer son ilimitados. 3Ahora les mostraré mi agradecimiento, de manera que mi gratitud hacia ellos pueda conducirme a mi Creador y a Su recuerdo.



¿Qué me enseña esta lección? 

Vemos lo que deseamos ver. Es nuestra elección, siempre, ver con los ojos del cuerpo o con los ojos del Espíritu.

Si vemos el pecado en nuestro hermano, estaremos condenándonos junto a él. Si vemos la culpa, el castigo, el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, el sacrificio, la muerte, estaremos viendo el error y recibiendo los regalos que estamos dando.

Si vemos la inocencia en nuestro hermano, estaremos salvándonos junto a él. Si vemos la gracia, el perdón, la alegría, la paz, la compasión, la bondad, la vida, estaremos viendo la verdad y recibiendo los regalos que estamos dando.

La visión de la Inocencia es la visión de la Unidad y del Amor. Lo que damos, lo compartimos con todo el mundo y, en esa misma medida, recibimos de los demás.

Hoy estoy dispuesto a recibir, con gratitud, los regalos que la vida me dispense a través de mis hermanos. 

Hoy estoy dispuesto a compartir, con gratitud, los regalos con los que mi Padre me ha bendecido.


Ejemplo-Guía: "El mejor regalo que podemos dar a los demás es el que nos damos a nosotros mismos".

Y si os dijera que no todo el mundo está abierto a recibir. Conozco a personas que tienen dificultad para recibir lo que los demás les ofrecen, de manera natural y sincera. Me he preguntado, en muchas ocasiones, ¿cuál puede ser el miedo que nos lleva a ese bloqueo, a ese conflicto?

Si, como bien nos enseña el Curso, dar es recibir, los problemas que surgen en la dinámica de recibir están muy relacionados con la dinámica de dar. Veamos un ejemplo.

"F" es una persona entregada y muy generosa a la hora de compartir desinteresadamente sus excedentes con los demás. Sin embargo, cuando es él el que tiene que aceptar lo que los demás le ofrecen, suele responder, de forma inconsciente, con un rechazo de lo que le ofrecen.

Parece una contradicción el hecho de que se esté dispuesto a dar y no, en cambio, a recibir en ese mismo escenario de generosidad. 

Sabiendo que el sistema de pensamiento del ego se basa en la creencia de que el pasado determina nuestro presente, lo que implica que si hemos sido pecadores antes, ahora debemos pagar nuestras culpas, podríamos decir que esa persona podría tener un recuerdo inconsciente de haber sido muy tacaña en el pasado y que se está castigando con la idea de que puede purgar su culpa rechazando los regalos de los demás.

Por otro lado, sabemos que no podemos dar lo que no tenemos. Así pues, si damos nuestros excedentes, es señal de que los tenemos y, si los tenemos, la dinámica natural es que los recibamos, pues, como ya hemos dicho, dar y recibir son causa y efecto, es decir, son lo mismo.

Cada vez que nos regocijamos con los gestos amorosos que nos ofrecen los demás, lo que estamos haciendo es reconocer esa misma vibración en nuestro interior, es decir, estamos recordando el verdadero lazo de unidad que nos confiere la condición de ser parte de la Filiación Divina.

Reflexión: Gratitud.

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