miércoles, 24 de diciembre de 2025

Capítulo 25. III. Percepción y elección (1ª parte).

III. Percepción y elección (1ª parte).

1. En la medida en que atribuyas valor a la culpabilidad, en esa misma medida percibirás un mundo en el que el ataque está justi­ficado. 2En la medida en que reconozcas que la culpabilidad no tiene sentido, en esa misma medida percibirás que el ataque no puede estar justificado. 3Esto concuerda con la ley fundamental de la percepción: ves lo que crees que está ahí, y crees que está ahí porque quieres que lo esté. 4La percepción no está regida por ninguna otra ley que ésa. 5Todo lo demás se deriva de ella, para sustentarla y darle apoyo. 6Ésta es la forma que, ajustada a este mundo, adopta la percepción de la ley más básica de Dios: que el amor crea amor y nada más que amor.

La percepción depende de nuestras creencias internas.  Si creemos en la culpabilidad como algo valioso o real, justificamos el ataque como respuesta. Pero si reconocemos que la culpabilidad no tiene sentido, el ataque pierde su justificación. Esta dinámica revela que la percepción no es objetiva, sino una proyección de lo que deseamos ver.

Las ideas principales que extraemos de este fragmento son las siguientes:

  • Culpabilidad: Creencia en el pecado o error como algo real y merecedor de castigo.
  • Percepción: No es neutra; está regida por lo que creemos y deseamos.
  • Ley de Dios: El amor crea amor; todo lo demás es ilusión.

En la vida cotidiana, esto se traduce en cómo interpretamos las acciones de los demás. Si estamos aferrados a la idea de que alguien “merece” nuestro juicio o castigo, estamos proyectando nuestra propia creencia en la culpabilidad. Pero si soltamos esa creencia, podemos ver con compasión y elegir la paz.

¿Cómo lo aplicamos en la práctica?:

  • En una discusión, en lugar de justificar el enojo por lo que “el otro hizo”, podemos preguntarnos: ¿Estoy viendo culpabilidad porque creo en ella?
  • Al observar nuestras reacciones, podemos elegir reinterpretar desde el amor y no desde el juicio.

Algunos ejemplos concretos:

  • Marta se siente traicionada por una amiga que no la invitó a su cumpleaños. Cree que su amiga “merece” su indiferencia. Al reflexionar, Marta se da cuenta de que está proyectando su propia inseguridad y creencia en la culpabilidad. Decide hablar desde el corazón y sanar la relación.
  • Un padre castiga severamente a su hijo por romper un jarrón. Cree que el castigo es necesario. Pero si ve el error como una oportunidad de enseñanza sin culpa, puede actuar con firmeza amorosa en lugar de ataque.

Os dejo algunas citas que podemos encontrar en el Texto y en el Libro de Ejercicios:

  • "La proyección da lugar a la percepción. El mundo que ves es lo que tú le diste, no más que eso. Pero aunque no es más que eso, no es menos." (T-21.in.1:1-2)
  • "El amor no ataca, porque no puede ver culpabilidad." (T-23.I.10:4)
  • "La percepción es un espejo, no un hecho. Y lo que veo es un estado de mi propia mente, reflejado hacia afuera." (L-304.1:3-4)

Preguntas para la reflexión:

  • ¿En qué situaciones tiendo a justificar el ataque por creer en la culpabilidad?
  • ¿Qué cambiaría en mi percepción si reconociera que la culpabilidad no tiene sentido?
  • ¿Estoy dispuesto a ver el mundo como un reflejo de mis creencias internas?

Resumiendo: Este punto nos invita a reconocer que la percepción no es un reflejo del mundo externo, sino de nuestras creencias internas. Al soltar la creencia en la culpabilidad, abrimos espacio para una percepción basada en el amor, donde el ataque deja de tener sentido. Esta es la forma en que el Curso nos guía hacia la paz interior.

“El amor crea amor y nada más que amor.”

Una invitación: Hoy, observa tus percepciones. ¿Están basadas en la culpabilidad o en el amor? Elige de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario