sábado, 27 de febrero de 2016

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Tauro (VII)

TRISTES PREDICCIONES

26 Dichos los himnos, salieron para el monte de los Olivos. 27 Díjoles Jesús: Todos os escandalizaréis, porque escrito está: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas; 28 pero, después de haber resucitado os precederé a Galilea.
29 Mas Pedro le dijo: Aun cuando todos se escandalizaren, no yo. 30 Jesús le respondió: en verdad te digo que tu hoy, esta misma noche, antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres. 31 Pero él más y más insistía: Aunque fuera preciso morir contigo, jamás te negaré. 

Cuando el momento, el encuentro espiritual es más intenso, cuando anímicamente nos sentimos más pletóricos, nos sentimos inundados de una paz y de un bienestar espiritual sin precedentes; en definitiva, cuando tenemos la certeza de que ya tenemos un pie en el Cielo, en ese justo y maravilloso momento, toda nuestra autoseguridad será puesta a prueba una vez más; pero en esta ocasión, no lo esperaremos, pues estamos totalmente convencidos de que ya habíamos dado todos los pasos que había que dar, incluso hemos comido y bebido del Cuerpo y Sangre del Maestro. ¿Qué podemos pedir más?
Pero de nuevo, la voz interior que nos guía nos llamará a primera fila. Aún nos aguardan los Trabajos más difíciles; los últimos del ciclo de culminación; los que habrán de glorificarnos, pero a los que había que responder.

Esto que nos ocurre, se recoge astrológicamente en el tercer decanato de Tauro, donde, a pesar de que la dinámica es la Comunión con nuestro Dios, también se experimenta un anticipo del proceso de la pasión del Maestro, de su prendimiento y muerte, así como de su resurrección.

Mientras que nuestro Maestro nos alimente, mientras esté a nuestro lado inspirándonos el camino a tomar, nosotros, como ovejas, le seguiremos, y pastaremos con paz y tranquilidad. Sin embargo, cuando el Maestro se retire al otro Plano y nos deje al amparo de nuestras propias acciones, entonces, titubearemos y negaremos alguna relación entre Él y nosotros cuando veamos peligrar nuestra vieja personalidad.

¿Qué difícil es seguirle hasta el último tramo de su camino?

Nuestra personalidad material, representada por los signos de Tierra, y con Capricornio-Pedro a la cabeza, pretenderá demostrar que jamás se escandalizará de ser un seguidor del Maestro. Sin embargo, eso fue lo que sucedió y está sucediéndonos todavía a todos nosotros, así como a las instituciones levantadas por este Arquetipo, como la Iglesia.

Cuando peligra la existencia del cuerpo, de la vida a niveles físicos, nuestro Pedro interno, negará su verdadera esencia, a su Yo Espiritual. Dirá que no la conoce; dirá que él no ha causado ningún cambio en la sociedad. El respeta a la autoridad, el poder. El no tiene nada que ver con el Maestro. A ese Pedro, alimentándose de las seguridades que le ofrecen las riquezas materiales, le resulta imposible abandonarlas para ser humillado, avergonzado, empobrecido, malogrado, castigado, etc.

Esta es la dinámica de anticipación que se pone de manifiesto en este punto del presente capítulo; pero, hay algo en el que no podemos pasar por alto, aunque a los discípulos aún no les ha llamado la atención, obviamente, en respuesta a que aún no han llegado a esa fase del Plan. Me estoy refiriendo a la predicción de Jesús, de resucitar y de precederle a Galilea.

En efecto, los Trabajos del tercer decanato de Tauro, la anticipación de Virgo, nos acerca a la idea de muerte, pero igualmente a la de resurrección.

Jesús nos dice que, tras haberse liberado del mundo de Malkuth, volverá a manifestarse y nos llevará a Galilea. ¿Qué debemos entender con este Trabajo?

Si volvemos nuestra mirada hacia el principio de estos Trabajos, concretamente hasta situarnos en el Capítulo I, en el punto 4, versículos 14-15, vemos como el primer Trabajo de predicación lo hizo Jesús en Galilea, y decíamos que esa tierra situada junto al Mar, nos esta aludiendo a la morada del Agua, al Elemento líquido. Entonces veíamos expresada en este punto la dinámica de Hesed, el Séfira encargado de dicho Elemento. Por lo tanto, esta nueva alusión del Maestro de guiarnos hasta Galilea tras resucitar, nos sugiere el Plano de Manifestación en el que se producirá el encuentro con sus discípulos.

Ese encuentro se llevará a cabo en el Mundo Espiritual. No debemos interpretar a Galilea como una ubicación material, sino espiritual: es una Nueva Galilea.

Si traducimos su nombre al lenguaje hebreo -sagrado-, tendremos la siguiente información. Galilea (ha-Galil = la provincia), que traducido a sus correspondencias numéricas, nos lleva al número 6. Veámoslo: He-Guimel-Lamed-Yod-Lamed = 5+3+30+10+30 = 78 = 15 = 6. Este número, nos indica la vinculación al Séfira Tiphereth; o lo que es lo mismo, sitúa la consciencia en el Mundo de Creación. Guiarnos hasta Galilea, significa pues, despertar nuestra conciencia.

El número 6–Tiphereth, tiene su morada en el Plano Astral, en el Mundo del Deseo. Por esta razón, cuando Jesús se refiere a Galilea, en verdad, nos esta revelando la existencia de un nuevo estado, de un nuevo marco, donde la energía vibrará a un tono superior al material.

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