martes, 28 de noviembre de 2023

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 332

LECCIÓN 332

El miedo aprisiona al mundo. El perdón lo libera.


1. El ego forja ilusiones. 2La verdad desvanece sus sueños malva­dos con el brillo de su fulgor. 3La verdad nunca ataca. 4Sencilla­mente es. 5Y por medio de su presencia se retira a la mente de las fantasías, y así ésta despierta a lo real. 6El perdón invita a esta presencia a que entre, y a que ocupe el lugar que le corresponde en la mente. 7Sin el perdón, la mente se encuentra encadenada, creyendo en su propia futilidad. 8Mas con el perdón, la luz brilla a través del sueño de tinieblas, ofreciéndole esperanzas y propor­cionándole los medios para que tome conciencia de la libertad que es su herencia.

2. Hoy no queremos volver a aprisionar al mundo. 2El miedo lo man­tiene aprisionado. 3Mas Tu Amor nos ha proporcionado los medios para liberarlo. 4Padre, queremos liberarlo ahora. 5Pues cuando ofrecemos libertad se nos concede a nosotros. 6Y no queremos seguir presos cuando Tú nos ofreces la libertad.


¿Qué me enseña esta lección?

El origen del miedo es la creencia en el pecado. Sin embargo, el pecado no es real, tan solo existe en la mente que, erróneamente, cree en él. Por lo tanto, el miedo, tampoco es real, tan solo existe en la mente que lo hace real.

A lo que el Hijo de Dios ha llamado pecado, es a la creencia de que se encuentra separado de su Creador, como consecuencia de haber dirigido su atención, su voluntad, hacia la dimensión física, con el único propósito de utilizar su poder creador.

Ese acto volitivo de ser “independiente” le ha llevado a dejar de aprender por “vía directa” y elegir aprender a través de la experiencia. Ese tránsito ha sido recogido en la Biblia como la necesidad de “ganar el pan con el sudor de su frente”.

El “pan” es el símbolo del alimento espiritual que enriquece nuestra conciencia. Aprender por la vía de la experiencia mundana, a través de la percepción errónea, nos conecta con la vía del dolor, en la cual, se justifica el castigo, el sufrimiento, como medidas de aprendizaje por sentirnos pecadores.

Sin embargo, existe una vía liberadora, es la vía del Perdón. Cuando perdonamos, estamos reconociendo que la verdadera naturaleza del hombre es la inocencia. El perdón nos hace recordar que podemos acceder a la verdad por la vía directa, y para conseguirlo, lo único que tenemos que hacer es ver la Unidad que nos mantiene conectado a todo lo creado.

Ejemplo.Guía: "El miedo a Amar"

¿Cómo es posible que podamos tener miedo al amor? 

Tan solo para el sistema de pensamiento del ego, nos hace partícipes de la creencia de que podemos tener miedo al amor.
Desde la Visión de Cristo, podemos asegurar que el amor no ve el miedo, por lo tanto, es imposible sentir miedo al amar:
La atracción de la culpabilidad hace que se le tenga miedo al amor, pues el amor nunca se fijaría en la culpabilidad en absoluto. 2La naturaleza del amor es contemplar solamente la verdad ­-donde se ve a sí mismo- y fundirse con ella en santa unión y en compleción. 3De la misma forma en que el amor no puede sino mirar más allá del miedo, así el miedo no puede ver el amor. 4Pues en el amor reside el fin de la culpabilidad tan inequívocamente como que el miedo depende de ella. 5El amor sólo se siente atraí­do por el amor. 6Al pasar por alto completamente a la culpabili­dad, el amor no ve el miedo. 7Al estar totalmente desprovisto de ataque es imposible que pueda temer. 8El miedo se siente atraído por lo que el amor no ve, y ambos creen que lo que el otro ve, no existe. 9El miedo contempla la culpabilidad con la misma devo­ción con la que el amor se contempla a sí mismo. 10Y cada uno de ellos envía sus mensajeros, que retornan con mensajes escritos en el mismo lenguaje que se utilizó al enviarlos. (T-19.IV.i.10)
Para el ego, el miedo a amar, llega a convertirse en uno de sus fobias favoritas, hasta tal punto es así, que gran parte del guion de lo que llama "vida" es protagonizado por escenas relacionadas con el miedo a fracasar en el amor. La causa de tanta desdicha debemos buscarla en el miedo a no ser amado. Para evitar experimentar el rechazo y el abandono, el ego despliega una serie de estrategias a cual más demente: el celo, la duda, el juicio, el castigo, etc

Cuando experimentamos una vivencia amorosa, lo que el Curso denomina relaciones especiales, lo hacemos guiado por el miedo, por la creencia en la separación y por compensación de culpa. ¿Cómo para no tener miedo a amar, desde esa perspectiva?

El miedo a perder, inspirado por el deseo de posesión, es el resultado de una mentalidad egoica. Si el Amor es libertad, las experiencias amorosas inspiradas por el ego es lo más alejado de interpretarse como una experiencia liberadora.
Todas las relaciones especiales tienen como meta el pecado, 2pues son tratos que se hacen con la realidad, a la que la aparente unión se adapta. 3No te olvides de esto: hacer tratos es fijar lími­tes, y no podrás sino odiar a cualquier hermano con el que tengas una relación parcial. 4Quizá trates de respetar el trato en nombre de lo que es "justo", exigiendo a veces ser tú el que pague, aun­que lo más frecuente es que se lo exijas al otro. 5Al hacer lo que es ''justo”, pues, tratas de mitigar la culpabilidad que emana del propósito que aceptaste para la relación.(T-21.III.2-5)
Reflexión: El perdón es la llave que nos libera de la cárcel a la que nos somete el miedo.

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