CUARTO DÍA DE LA CREACIÓN:"LA TIERRA"
CAPRICORNIO-TAURO-VIRGO
Si empleamos una vez más la inapreciable ley cósmica
de las analogías, y recordamos el ejemplo ya expuesto del arquitecto para
explicar las diferentes fases de todo proceso creativo -Yod, He Vav y 2º
He-Yod-, estaremos en condiciones para comprender lo que ocurrió y ocurre
siempre que una obra alcanza su etapa 2º He-Yod, o lo que es lo mismo, su
Cuarto Día de la Creación.

Veamos que nos narra el texto sagrado sobre los
trabajos de este Cuarto Día de Manifestación:
Dijo luego dios: "Haya en el firmamento de los
cielos lumbreras para separar el día de la noche, y servir de señales a
estaciones, días y años; y luzcan en el firmamento de los cielos para alumbrar
la tierra. Y así fue. Hizo Dios los dos grandes luminares, el mayor para
presidir el día, y el menor para presidir la noche, y las estrellas; y los puso
en el firmamento de los cielos para alumbrar la tierra y presidir al día y la
noche, y separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios ser bueno, y hubo tarde y
mañana, día cuarto".
Pasemos a describir la traducción de Fabre d´olivet:
Declarando aún su voluntad, dijo, El-los Dioses: habrá
en la expansión etérea de los cielos, Centros de Luz, destinados a operar el
movimiento de separación entre el día y la noche, y a servir de signos a venir,
y para las divisiones temporales, y para las manifestaciones fenoménicas
universales, y para las mutaciones ontológicas de los seres. Y serán, esos
centros de luz, inteligible en la tierra: y esto fue hecho así. Determinó, El,
el Ser de Seres, la existencia potencial de esta dualidad de grandes centros
luminosos, destinando el mayor a la representación del día y el menor a la
representación de la noche; y determinó también la existencia de las facultades
virtuales del Universo, las estrellas, preponiéndolas en la expansión etérea de
los cielos, esos centros sensibles, para que estallara la luz inteligible en la
tierra. Y para representar simbólicamente en el día y en la noche y para operar
el movimiento y separación entre la luz y la oscuridad. Y considerando esas
cosas, El, el ser de Seres vio que serían buenas. Y tal fue el Occidente y tal
fue el Oriente, el Objetivo y el Medio, el Termino y el Arranque de la Cuarta
Manifestación fenoménica".
La traducción de Fabre d´olivet es profundamente
aclaratoria sobre los trabajos de ese Cuarto Día de la Creación. El estudiante
podrá comprobar por sí mismo, que nos está revelando, como bien interpreta
Kabaleb, un pequeño tratado de astrología, en la medida que nos enseña el
nacimiento y el propósito de los astros.
Tomando como referencia la interpretación esotérica
que hace dicho autor sobre el Génesis, podemos leer en lo concerniente a este
punto:
"La palabra Khaf-Vav-Khaf-Beith, traducida
vulgarmente por estrella, está compuesta por una raíz que se relaciona con toda
idea de fuerzas y de virtudes tanto física como morales, y de otra raíz
misteriosa (Aleph-Vav-Beith), que desarrolla la idea de la fecundación del
Universo. Así, según el sentido figurado y hieroglífico, esa palabra no significa
solamente estrella, sino la fuerza virtual y fecundante del Universo".
¿Qué significa pues la aparición de estos astros en el
Cuarto Día de la Manifestación?, ¿Qué papel ejemplar protagonizan?.
Retomemos una vez más el ejemplo de nuestro arquitecto
creador. Para él, la obra podría estar acabada en la Tercera fase, la Vav, pues
en ella ha plasmado todo su saber y para él, todo es correcto. Sin embargo,
como hemos adelantado, el propósito del alma humana no es ser portadora de una
serie de virtudes y potencialidades, sino de tomar conciencia de su
utilización, pues en un futuro, está llamado a ser un Dios Creador.

Pues bien, el hombre en el Tercer Día contaba ya con
un Cuerpo Físico y Vital, un Cuerpo de Deseos y un Cuerpo Mental en estado
germen, ahora se requería que estos vehículos diesen sus frutos aportando
experiencia creadora. Ante esta necesidad, Elohim, el Dios de nuestro Sistema
Solar puso en el firmamento un grupo de astros cuya misión era regular y
controlar las fuerzas vitales y fecundantes del universo, es decir, de los
Zodiacales.
Cada planeta adoptaría una regencia dentro de cada
Arquetipo, y desde ese cuartel dirigiría las emanaciones de la energía. Dado
que el hombre ha sido creado con la misma simiente y responde a las mismas
leyes cósmicas, las actividades psíquicas y físicas, responderán a la de los
astros y Arquetipos. Esta es la lección más básica que todo estudiante de
astrología debe conocer para comprender en profundidad el sentido transcendente
de esta Sagrada Ciencia.
Cuando analizábamos el signo de Géminis, veíamos que
su regencia sefirótica lo situaba en el centro Yesod, completando así la triada
del Plano de formación, donde se encuentra el nivel etérico. Con la apertura de
los trabajos pertenecientes al Cuarto Día de la Creación, un nuevo Plano se
activa, el Plano de Acción, donde las energías adquieren la densidad del mundo
físico. De este modo, Elohim establece definitivamente su organigrama cósmico;
nos dibuja el trazado que siguen las energías desde que son emanadas hasta que
se condensan en su máxima cristalización en el mundo físico.

Existe un punto importante del que debemos hablar con
relación a los trabajos del Cuarto Día. Por lo general, la mayoría de las
religiones a lo largo de su trayectoria y evolución han desechado al cuerpo
físico al juzgarlo como un factor de tentación y de pecado. Esto ha sido así,
hasta el punto de que muchos creyentes han mutilado parte de su cuerpo por
entender que éste era la causa de sus desdichas. Sin embargo, las ciencias del
espíritu y la astrología nos enseña que el Cuerpo Físico hay que cuidarlo con
el mismo esmero y atención que cuidamos nuestras emociones y pensamientos, ya
que, como hemos visto lo que le ocurra al Cuerpo Físico previamente ha sido elaborado
en los planos más sutiles, en el Astral y en el Mental. Debemos pues tener
siempre muy presente, que el mundo material tiene un papel importante en la
escala evolutiva, y aunque sabemos igualmente que tenemos que esforzarnos para
conseguir aprender por vía interna, sin necesidad de vivir materialmente las
experiencias, el plano físico es aún muy necesario para que la gran mayoría de
los hombres puedan aprender de sus errores y aciertos.
Una nueva Oleada de vida emerge en el proceso de la
evolución en el Cuarto Día. Se trata de la Oleada de Vida Mineral. Existe pues
una vinculación muy estrecha entre el hombre y los minerales. Esta relación
hará que cuando la humanidad haya alcanzado en el Séptimo Día de la Creación la
categoría de Dioses Creadores, los minerales actuales habrán alcanzado la
condición de la actual humanidad, lo cual nos indica que será sobre esta
Oleada, sobre la que el hombre llevará a cabo su labor creadora.
Pasemos a analizar los tres signos pertenecientes al
Elemento Tierra, para conocer cuáles son los trabajos que debemos asimilar de
su enseñanza.
Los trabajos del Elemento Tierra, lo veremos
expresados a nivel psicológico con el estudio de los signos: Capricornio,
Tauro y Virgo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario