61. Umabel (Dios por encima de todas las cosas)
Nombre Sagrado: Vav-Mem-Beith-Aleph-Lamed.
Por su vinculación sefirótica con la Esfera de Hod, donde expresa
las cualidades del Séfira Tiphereth-Equilibrio-Conciencia,
extrae la condición que le permite ser portador de la esencia llamada Afinidad,
Amistad, Analogía. Gracias a ello, Umabel es el gran especialista en establecer
la correspondencia que existe entre los distintos aspectos con los que se
manifiesta la naturaleza.
Las aportaciones del Ángel Umabel, son las siguientes:
- La amistad de una persona.
- Aprendizaje fácil de la astrología y las ciencias físicas.
- Consuelo en las penas de amor.
- Que los viajes sean agradables y provechosos.
- Protege contra el libertinaje y las pasiones contrarias a la naturaleza.
Con Umabel, seguimos en la esfera sefirótica de Hod-Razón. No
es casualidad que en dicha esfera de conciencia, se den cita varios Ángeles con
capacidad para la curación. No podemos olvidar, que el origen del “pecado” tal
y como está inscrito en el “inconsciente colectivo” de la humanidad, se
encuentra recogido en el pasaje bíblico de la expulsión de Adam y Eva del
Paraiso Terrenal. La causa de esta “separación” la encontramos en el uso de la Mente,
en un momento de nuestra evolución en el que aún eramos inexpertos en el manejo
del Cuerpo de Pensamiento, pero más sensibles a la voz de los Deseos. El acto
de ver con los ojos de la mente siguiendo las instrucciones de nuestros
instintos (serpiente), nos llevó a concebir un mundo externo desconocido, el
cual dio lugar al despertar de la individualidad y al nacimiento del ego.
Esa identificación del ego con el mundo material, propició la
creencia de “separación”, de “culpabilidad”, de “temor”, de “sufrimiento”, de “enfermedad”.
Nuestra mente, está llamada a restablecer ese error. Es el
único vehículo que nos permitirá restituir la visión de la verdad; nos
permitirá conocer la realidad que somos y, cuando esto se consiga, se producirá
el despertar de la conciencia que nos elevará por encima de las falsas creencias
que nos ha mantenido sumidos en un aletargado sueño.
Umabel, dirige las energías de Hod-Razón hacia el Centro Tiphereth,
donde se fragua la Conciencia. Ya vimos en el análisis del Ángel Mitzrael, como
Hod-Mercurio, escudriña la materia con el propósito de extraer las verdades que
encierra. Eso le lleva a convertirse en un experto analista, en un consumado
investigador y, el resultado de sus trabajos, el hombre debe sacar sus
conclusiones, las cuales pasarán a formar parte de sus creencias. Esas
creencias, cuando encuentran un punto de confluencia, cuando son aceptadas por
los “altos dignatarios de la verdad”, se convertirá en ciencia, en leyes, que
todos debemos corroborar.
Fijaros bien, el importante papel que realiza Hod-Razón. Si
nuestra mente nos lleva a identificarnos con el mundo material, con la creencia
en la separación, ¿cómo podemos albergar en nuestro interior el germen de la
unidad? Y, si esto es así, ¿cómo vamos a crear una realidad basada en la paz,
en la armonía, si no la llevamos dentro?
Umabel, decíamos, consigue realizar una tarea esencial. Hod,
como mensajero de la verdad, aterriza en el espacio de la Conciencia y le dicta
las experiencias extraídas a lo largo de las observaciones realizadas en el
mundo físico. Ese Hod, ya es un experto en conocimientos sobre dicho “plano de
manifestación” y ahora, siente la llamada lejana de una realidad que no ha
encontrado en ese Mundo. Es imposible que la encuentre, pues como bien expresa “Un
Curso de Milagros”, el mundo físico no es real, pues nada que es real puede
está sujeto a la temporalidad. Lo único real, por ser Eterno, es nuestro
Espíritu. Es en este sentido, que el Hod de Umabel se entregará a su
re-encuentro. Y lo hará, tras haber descubierto en el mundo material, en el
mundo de la multiplicidad, el hilo conductor que une a todos los seres.
Ahora estamos en
condiciones de establecer la igualdad en lo creado; estamos en condiciones de
conocer la causa que da lugar al desorden; al caos; el origen del miedo; el
sinsentido de la culpabilidad y del castigo reparador; estamos en condiciones
de conocer la causa que ha dado origen a nuestras incoherencias y, por
consecuencia, a nuestros desordenes físicos.
Así es como Umabel, se convierte en un Ángel Sanador. Da
razones y argumentos convincentes a nuestra conciencia, para que reconozcamos
la causa de nuestros trastornos. En otro nivel, esa “videncia” para reconocer
la igualdad entre los distintos aspectos con los que se manifiesta la naturaleza,
permitirá saber cuáles son las propiedades de las plantas y su relación con las
diferentes manifestaciones de la enfermedad. Sabrá que la arenaria sirve para
limpiar los sedimentos del riñón; que la cola de caballo, purifica nuestra
sangre favoreciendo la eliminación de la orina; que el ajo es un magnífico antiséptico
y que la hojas del eucalipto, utilizada en vapores, nos alivia las afecciones
respiratorias.
El mejor antídoto de Umabel lo encontramos en la conquista de
la Unidad. Creer en la Unidad, nos llevará a actuar coherentemente y a
manifestarnos en un tono de armonía, que sin duda, encontrará eco en nuestro
mundo externo, favoreciendo el encuentro de personas con ideas afines. A esto
se llama Amistad.
¿Afinidad, Amistad, Analogía?
“Umabel es el gran maestro de las
analogías, que es la Afinidad /Amistad
a nivel filosófico. La ciencia de las analogías nos dice que para que algo sea
verdad en un dominio determinado, tiene que serlo también en otro cualquiera.
Las analogías nos permiten conocer lo
desconocido mediante lo conocido y esa gran ciencia nos fue enseñada por
Hermes, que se encarnó un día en nuestra Tierra, pero que pertenece a la
humanidad que vive en Mercurio. Lo de arriba es como lo de abajo, dijo, y
conociendo la dinámica del mundo material, sabremos cómo funcionan los mundos
espirituales”.
Estas últimas
palabras, extraídas de la obra de Kabaleb “Los Dioses Internos”, nos aclara las
cualidades que nos dispensa este Ángel. Dichos atributos se ponen de
manifiesto, tan sólo, cuando hemos sido capaces de restituir nuestro
comportamiento y ajustarlo al orden cósmico.
Cuando no hacemos un
uso adecuado de las enseñanzas que nos transmite Umabel, nuestra conciencia se
verá “oscurecida” y no sabremos reconocer lo que es afín de lo que no lo es.
Esto dará lugar a comportamientos contrarios al orden universal.
¡Qué la Luz
sea contigo!
Si deseas comunicarte con Umabel, te dejo un enlace donde
comparto la Plegaria
y Exhorto elaborada, de una manera inspirada, por Kabaleb.
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