
Ejemplo-Guía: "Deshaciendo los límites del ego"
Es cuestión de atreverse. A veces, cuando afrontamos un nuevo horizonte, lo vemos tan inaccesible, que esa condición mental de limitación se transforma en nuestro principal obstáculo. Cuántas veces hemos querido superar una situación que nos perjudica y aun sabiendo lo que tenemos que hacer, no lo hacemos por miedo a fracasar, por miedo a no conseguir nuestro objetivo.
Los imposibles, siguen siendo imposibles, hasta que nos proponemos hacer-lo-posible. Todo camino se anda dando un primer paso, o lo que es lo mismo, toda creación comienza con un primer acto de voluntad.
Si aplicamos esta afirmación al ejemplo que he elegido para el desarrollo de
esta lección, podemos decir, que para deshacer los límites que nos impone el
ego, es preciso que estemos dispuestos a elegir de nuevo, de una manera firme y
certera, en la dirección que ha de permitirnos ver las cosas de otra manera.
Podemos permanecer quejosos de todas las vicisitudes que nos ocurren en la vida
y, a pesar de ello, no hacer nada para cambiar el escenario donde se
desenvuelve nuestras experiencias. Nos decimos: "deseo que cambie el
mundo; deseo que esta situación deje de ser hostil...", pero no hacemos
nada para cambiar nosotros. En verdad, no tenemos asumido que nuestra manera de
ver las cosas, nuestras creencias, sean la causa que da origen a lo
experimentado.
Mientras que continuemos identificándonos con el ego y alimentando su sistema de pensamiento, estaremos dando continuidad a las experiencias de las que nos quejamos como víctimas. Dicho de otro modo, más directo, si quieres libertad, libérate mentalmente de todo aquello que te limita. Si quieres amor, libérate del miedo que te oprime y te bloquea. Si quieres paz, deja de castigarte y de condenarte y en lugar de ello, perdona.
El ego ha tenido su protagonismo y ha realizado (está realizando) su cometido a la perfección. Nos ha ofrecido un escenario donde podemos deleitarnos de la belleza de la existencia, y, sobre todo, un escenario donde hemos podido tomar conciencia de la calidad de nuestras obras y del poder creador de la mente, la cual, es capaz de fabricar un mundo ilusorio y dotarle de una falsa realidad.
Los propios límites impuestos por el ego y las leyes que gobiernan su mundo ilusorio, nos han llevado a recordar nuestra verdadera Esencia, la cual se siente portadora de un ilimitado poder creador. Para el Espíritu no hay límites, pues ha sido creado a Imagen y Semejanza de su Creador, Dios.
Para actuar en el escenario del ego, en el mundo físico, inspirado por el poder ilimitado del Espíritu, es preciso que, previamente, nos hayamos perdonado y estemos dispuesto a desplegar la fuerza del Amor. Cuando somos testigos de actos inspirados por el Amor, no siempre lo comprendemos. En ocasiones, incluso llegamos a escandalizarnos y tratamos de acallar esa voz que nos revela que estamos sirviendo a un orden de creencias que debe ser renovado.
El mismo Jesús, a lo largo de su travesía, protagonizó muchas anécdotas en las que sus actos de amor, fueron motivo de rebeliones y ataques, por entender que estaban violando las leyes mosaicas. Curar un día sábado o perdonar a la adultera, no estaba bien visto, a pesar de ser actos inspirados por el amor.
Es interesante, el poner en práctica la enseñanza de esta lección. ¿Qué
pasaría en nuestras vidas, si elegimos un día de la semana y decidimos
dedicarlo, plenamente, a practicar el amor sin límites?
Reflexión: ¿Cómo entiendes amar sin límites?
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