¿Qué es el pecado?
1. El pecado es
demencia. 2Es lo que hace que la mente pierda su cordura y trate de
que las ilusiones ocupen el lugar de la verdad. 3Y al estar loca, la
mente ve ilusiones donde la verdad debería estar y donde realmente está. 4El
pecado dotó al cuerpo con ojos, pues, ¿qué
iban a querer contemplar los que están libres de pecado? 5¿Para qué iban
a querer la vista, el sonido o el tacto? 6¿Qué iban a querer oír o
intentar asir? 7¿Qué necesidad iban a tener de los sentidos? 8Usar
los sentidos es no saber. 9Y la verdad sólo se compone de
conocimiento y de nada más.
2. El cuerpo es el
instrumento que la mente fabricó en su afán por engañarse a sí misma. 2Su
propósito es luchar. 3Mas el objetivo por el que lucha puede
cambiar. 4Y entonces el cuerpo lucha por otro objetivo. 5Lo
que ahora persigue lo determina el objetivo que la mente ha adoptado para
sustituir a la meta de engañarse a sí misma que antes tenía. 6La
verdad puede ser su objetivo, tanto como las mentiras. 7Y así, los
sentidos buscarán lo que da fe de la verdad.
3. El pecado es la
morada de las ilusiones, las cuales representan únicamente cosas imaginarias
procedentes de pensamientos falsos. 2Las ilusiones son la
"prueba" de que lo que no es real lo es. 3El pecado
"prueba" que el Hijo de Dios es malvado, que la intemporalidad tiene
que tener un final y que la vida eterna sucumbirá ante la muerte. 4Y
Dios Mismo ha perdido al Hijo que ama, y de lo único que puede valerse para
alcanzar Su Plenitud es la corrupción; la muerte ha derrotado Su Voluntad para
siempre, el odio ha destruido el amor y la paz ha quedado extinta para siempre.
4.
Los sueños de un loco son pavorosos y el pecado
parece ser ciertamente aterrador. 2Sin embargo, lo que el pecado
percibe no es más que un juego de niños. 3El Hijo de Dios puede
jugar a haberse convertido en un cuerpo que es presa de la maldad y de la
culpabilidad, y a que su corta vida acaba en la muerte. 4Mientras
tanto, su Padre ha seguido derramando Su luz sobre él y amándolo con un Amor
eterno que sus pretensiones no pueden alterar en absoluto.
5. ¿Hasta cuándo, Hijo
de Dios, vas a seguir jugando el juego del pecado? 2¿No es hora ya
de abandonar esos juegos peligrosos? 3¿Cuándo vas a estar listo para
regresar a tu hogar? 4¿Hoy quizá? 5El pecado no existe. 6La
creación no ha cambiado. 7¿Deseas aún seguir demorando tu regreso al
Cielo? 8¿Hasta cuándo, santo Hijo de Dios, vas a seguir demorándote,
hasta cuándo?
LECCIÓN 251
No necesito nada más que la verdad
1. Busqué miles de
cosas y lo único que encontré fue desconsuelo. 2Ahora sólo busco
una, pues en ella reside todo lo que necesito, y lo único que necesito. 3Jamás
necesité nada de lo que antes buscaba, y ni siquiera lo quería. 4No
reconocía mi única necesidad. 5Pero ahora veo que solamente necesito
la verdad. 6Con ella todas mis necesidades quedan satisfechas, mis
ansias desaparecen, mis anhelos se hacen finalmente realidad y a los sueños les
llega su fin. 7Ahora dispongo de todo cuanto podría necesitar. 8Ahora
dispongo de todo cuanto podría querer. 9Y ahora, por fin, me encuentro
en paz.
2. Y
por esa paz, Padre nuestro, te damos gracias. 2Lo
que nos negamos a nosotros mismos, Tú nos lo has restituido, y ello es lo único
que en verdad queremos.
¿Qué me enseña esta
lección?
El Hijo de Dios, no puede renunciar a su Esencia, a lo que,
verdaderamente, Es. Puede demorar el encuentro consciente con su Padre, pero
retornará a su hogar, al igual como lo hizo el “hijo pródigo” en la parábola de
Jesús.
El Hijo de Dios, gozaba de la Abundancia Divina antes de decidir fabricar
su propia realidad. Ese acto, propio de quien goza del Libre Albedrío para
crear, le impulsó a buscar la verdad a través de la percepción de los sentidos,
lo que le llevó a prestar atención a un mundo ilusorio y temporal.
La identificación con ese mundo transitorio, propició la creencia en el
pecado, al sustituir, por propia iniciativa, el Amor por el miedo; la Unidad
por la separación; la Abundancia por la escasez; la Dicha por el castigo; la
Alegría por el sufrimiento; la Vida por la muerte; la eternidad por lo
temporal; el Espíritu por el cuerpo.
Pero el pecado, al igual como el cuerpo, es una fabricación del ego;
ambos, son manifestaciones propiciadas por la proyección de la mente en el
mundo de las formas, interpretando esa visión como la verdad.
Desde ese instante, el Hijo de Dios, no ha cesado de buscar en el mundo
físico lo que echa de menos de su verdadera patria: la felicidad, la alegría,
la libertad… Pero, en la medida que aumenta sus esfuerzos por atrapar estos
estados del Alma, en la misma medida, comprueba con desolación que se aleja
de ellas, pues, el mundo de la ilusión no puede aportarle ni un ápice de la
Verdad.
Para acceder a la Verdad, tan sólo debemos despojarnos de los ropajes del
ego, de sus falsas creencias, de sus ilusiones y ceder el mando de nuestras
vidas, al Espíritu que habita en nuestro interior. Orientar nuestra mente al
servicio de ese Espíritu, conlleva hacer consciente la Unidad y el Amor.
Ejemplo-Guía: "¿Es esto verdad?
Recuerdo, que al comienzo de haber emprendido el estudio del Curso, experimenté una profunda crisis de creencias. Todas mis verdades, las que hasta ese momento me habían aportado un escenario en el que me sentía con cierta seguridad, saltaron por los aires. El suelo que pisaba a partir de ese momento era poco seguro y estable. No era un novato en lo relacionado con el mundo espiritual. Llevaba años estudiando en diferentes corrientes iniciáticas, y a pesar de ello, lo que más me conmovió, fue conocer que el mundo que había percibido como realidad, no lo era. Qué ese mundo, cuya creación otorgaba al Creador, era una fabricación del Hijo de Dios. Qué nada de lo que veía, significaba nada.
Toda una invitación para una mente buscadora e inquieta.
En el presente actual, he logrado renovar el archivo donde deposito mis verdades. Ahora, me relaciono de una manera amistosa con esos nuevos conceptos. Al estudiar la Lección de hoy, he comprendido que es importante cuestionar lo que es verdad de lo que no lo es. Las enseñanzas del Curso nos lo pone claro desde el principio. El mundo que percibimos y que hemos creído real, no lo es.
Si no tenemos la certeza de dicha afirmación, si en nuestro sistema de creencia, aún podemos encontrar algún resquicio que haga real este mundo, entonces entraremos en conflicto interno, situación ésta muy incómoda.
He elegido este ejemplo como guía, pues he podido visualizar cada situación como una oportunidad que nos brinda la posibilidad de elegir poner en duda nuestras creencias, nuestras firmes verdades. Imaginemos que vas conduciendo y que al llegar a un stop, un coche te golpea en la parte trasera de tu vehículo. Si hacemos realidad la experiencia, todos tus resortes emocionales se dispararán y responderás de forma exaltada. El resultado de la experiencia suele acabar con una profunda sensación de disgusto y tristeza. Pero, tienes a tu alcance una opción diferente. Si eliges no hacer real la experiencia; si trasciende la propia experiencia y te dices que todo es una ilusión fabricada por tu mente, entonces te sitúas en una nueva dimensión, en la que puedes elegir no sufrir, no trasladar la emoción (ojo no por represión) al nivel del dolor.
A veces he defendido la creencia que la verdad no es una, sino que existen tantas verdades como mentes. Pero hoy pienso que estaba equivocado. Que esa visión era válida cuando interpretaba el mundo desde la visión del ego. La Verdad tan solo es una y la condición que la caracteriza, es que tiene la propiedad de no cambiar. Este significado queda recogido en uno de los significados que se detalla en el Diccionario para el concepto verdad.
Me gustaría compartir con vosotros, las reflexiones que recogí en un artículo que se encuentra publicado en mi Blog "Aprendiendo Un Curso de Milagros" y que titulé "¿Es el mundo físico real?".
Os dejo el enlace:
http://aprendiendouncursodemilagros.blogspot.com.es/2015/02/es-el-mundo-fisico-real.html
Reflexión: ¿Cuál es la Verdad?
Ejemplo-Guía: "¿Es esto verdad?
Recuerdo, que al comienzo de haber emprendido el estudio del Curso, experimenté una profunda crisis de creencias. Todas mis verdades, las que hasta ese momento me habían aportado un escenario en el que me sentía con cierta seguridad, saltaron por los aires. El suelo que pisaba a partir de ese momento era poco seguro y estable. No era un novato en lo relacionado con el mundo espiritual. Llevaba años estudiando en diferentes corrientes iniciáticas, y a pesar de ello, lo que más me conmovió, fue conocer que el mundo que había percibido como realidad, no lo era. Qué ese mundo, cuya creación otorgaba al Creador, era una fabricación del Hijo de Dios. Qué nada de lo que veía, significaba nada.
Toda una invitación para una mente buscadora e inquieta.
En el presente actual, he logrado renovar el archivo donde deposito mis verdades. Ahora, me relaciono de una manera amistosa con esos nuevos conceptos. Al estudiar la Lección de hoy, he comprendido que es importante cuestionar lo que es verdad de lo que no lo es. Las enseñanzas del Curso nos lo pone claro desde el principio. El mundo que percibimos y que hemos creído real, no lo es.
Si no tenemos la certeza de dicha afirmación, si en nuestro sistema de creencia, aún podemos encontrar algún resquicio que haga real este mundo, entonces entraremos en conflicto interno, situación ésta muy incómoda.
He elegido este ejemplo como guía, pues he podido visualizar cada situación como una oportunidad que nos brinda la posibilidad de elegir poner en duda nuestras creencias, nuestras firmes verdades. Imaginemos que vas conduciendo y que al llegar a un stop, un coche te golpea en la parte trasera de tu vehículo. Si hacemos realidad la experiencia, todos tus resortes emocionales se dispararán y responderás de forma exaltada. El resultado de la experiencia suele acabar con una profunda sensación de disgusto y tristeza. Pero, tienes a tu alcance una opción diferente. Si eliges no hacer real la experiencia; si trasciende la propia experiencia y te dices que todo es una ilusión fabricada por tu mente, entonces te sitúas en una nueva dimensión, en la que puedes elegir no sufrir, no trasladar la emoción (ojo no por represión) al nivel del dolor.
A veces he defendido la creencia que la verdad no es una, sino que existen tantas verdades como mentes. Pero hoy pienso que estaba equivocado. Que esa visión era válida cuando interpretaba el mundo desde la visión del ego. La Verdad tan solo es una y la condición que la caracteriza, es que tiene la propiedad de no cambiar. Este significado queda recogido en uno de los significados que se detalla en el Diccionario para el concepto verdad.
Me gustaría compartir con vosotros, las reflexiones que recogí en un artículo que se encuentra publicado en mi Blog "Aprendiendo Un Curso de Milagros" y que titulé "¿Es el mundo físico real?".
Os dejo el enlace:
http://aprendiendouncursodemilagros.blogspot.com.es/2015/02/es-el-mundo-fisico-real.html
Reflexión: ¿Cuál es la Verdad?
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