viernes, 1 de marzo de 2024

Capítulo 1. VII. Las distorsiones de los impulsos milagrosos

 VII. Las distorsiones de los impulsos milagrosos.


1. Tus percepciones distorsionadas producen una densa envol­tura alrededor de los impulsos milagrosos, dificultándoles el que lleguen a tu conciencia. 2La confusión de los impulsos milagrosos con los impulsos físicos es una de las distorsiones básicas de la percepción. 3Los impulsos físicos son impulsos milagrosos mal canalizados. 4Todo placer real procede de hacer la Voluntad de Dios. 5Esto es así porque no hacer Su Voluntad es una negación del Ser. 6La negación del Ser da lugar a ilusiones, mientras que la corrección del error nos libera del mismo. 7No te engañes a ti mismo creyendo que puedes relacionarte en paz con Dios o con tus hermanos a través de algo externo.

Si logramos impregnar nuestra conciencia con la sabiduría implícita en este punto, el velo que cubre nuestros ojos caerá irremediablemente y allí donde todo era penumbra y oscuridad, se hará la luz.

El haber experimentado el rol de padre, me ha llevado a establecer cierta analogía entre lo recogido en este apartado y el patrón que suele acompañar a las relaciones padre-hijo.

Un padre, tal y como yo lo entiendo, quiere lo mejor para su hijo y trata de educarle y protegerle para que sea feliz. Digamos que es un impulso básico que, sin entrar en excepciones, suele formar parte de los progenitores de una familia. Si bien esto es aceptable, no lo es menos la circunstancias de que el hijo, alcanzada una edad, siente la necesidad de decidir por sí mismo y tomar las riendas de su vida.

Responde a la naturaleza del ser humano hacer uso de la libertad con la que ha sido creado. Ser Hijo de Dios lleva implícito el contar con las cualidades de su creador. El principio de la Voluntad es el principio de la Libertad. Se trata del impulso motor causa de todas las creaciones.

La orientación de ese impulso creador ha llevado al Hijo a ver las cosas de otra manera. Podríamos decir que la Voluntad se pone al servicio del deseo. Los esotéricos hablan del aliaje del Fuego y del Agua, de la integración de dos elementos que por sus características exigen una integración armoniosa, pues, o bien, el fuego consume al agua o el agua apaga al fuego. El vapor que se genera de su unión provoca un estado de neblina (densa envoltura) que, se nos recuerda al estado de ensoñamiento de la conciencia.

Es el deseo -representado bíblicamente como una serpiente tentadora- el impulso pasional, el que genera una densa envoltura alrededor de los impulsos milagrosos. El deseo nublando al Amor.

Como bien recoge este apartado, "La confusión de los impulsos milagrosos con los impulsos físicos es una de las distorsiones básicas de la percepción. Los impulsos físicos son impulsos milagrosos mal canalizados".  Cada vez que nuestra voluntad nos lleva a potenciar el logro de nuestros deseos, estamos fabricando ilusiones que nos mantendrán prisioneros del apego y del miedo. Es el deseo, la fuerza que hace que la energía -latente en estado potencial- adquiera la densidad con la que se manifiesta a nivel físico. Conociendo esta dinámica, podemos invertir la orientación de nuestros deseos, de tal modo, que hagamos tangible un mundo libre de apegos y miedos.

El deseo es el padre del ego. Siendo la falsa creación del deseo, el ego, persigue satisfacer la "voluntad de su padre", es decir, conseguir los logros y las metas que el deseo persigue. Para ello, fabrica un mundo donde el miedo se convierte en la moneda de cambio. La búsqueda y la consecución del placer y la felicidad se convierte en una meta que jamás se alcanza, pues, el logro de esa felicidad, se sustenta en adquirir y poseer lo efímero y temporal. La posesión se convierte en una doctrina y la adoración al becerro de oro, se convierte en su principal culto. El verdadero placer se sustenta, como nos anuncia el Curso, en hacer la Voluntad del Padre. Desde este punto de vista, debemos proclamar: ¡Padre, en tus manos me encomiendo! ¡Hágase tu voluntad y no la mía!


2. Criatura de Dios, fuiste creado para crear lo bueno, lo hermoso y lo santo. 2No te olvides de eso. 3El Amor de Dios, por un breve período de tiempo, todavía tiene que expresarse de un cuerpo a otro, ya que la visión es aún muy tenue. 4El mejor uso que puedes hacer del cuerpo es utilizarlo para que te ayude a ampliar tu percepción, de forma que puedas alcanzar la verdadera visión de la que el ojo físico es incapaz. 5Aprender a hacer esto es la única utilidad real del cuerpo.

Muchos estudiantes, llamados por el mundo espiritual, argumentan que el vehículo físico es el cuerpo del pecado. Hasta tal punto defiende esa creencia que se someten a duros castigos en un intento de acallar la culpa alentada por la tentación de los deseos, el cual atribuyen al mismo cuerpo.

Sin embargo, el Curso nos enseña, que el cuerpo físico es neutral. No le atribuye otra función que la de sernos útil a la hora de proyectar nuestros pensamientos y extraer de la experiencia el estado de consciencia que ha de llevarnos a conocer y compartir lo verdadero.

Desde este punto de vista, no es el cuerpo el que nos tienta, sino el impulso de los deseos. Una mano no castiga, si en nuestro interior no anidamos el deseo de castigar. 

Este apartado recoge una observación que es importante recordar. Nos dice que el Amor de Dios, por un breve período de tiempo, todavía tiene que expresarse de un cuerpo a otro, ya que la visión es aún muy tenue. Compartir el impulso amoroso y milagroso a través de nuestro cuerpo, es espiritualizar la materia o lo que es lo mismo, pasar de la percepción falsa y errónea a la percepción verdadera. Poco a poco, en ese proceso temporal e ilusorio, iremos sublimando nuestra visión y cuando miremos a nuestro alrededor, el deseo por saciar nuestras pasiones en las relaciones con el mundo percibido, será sustituido por el sublime deseo de compartir la luz que irradia nuestro Ser..

3. Las fantasías son una forma distorsionada de visión. 2Todas ellas, no importa de qué clase sean, son distorsiones, ya que siem­pre tergiversan la percepción hasta convertirla en algo irreal. 3Los actos que proceden de distorsiones son, literalmente, las reacciones de aquellos que no saben lo que hacen. 4Las fantasías son un intento de controlar la realidad de acuerdo con necesida­des falsas. 5Si deformas la realidad de cualquier forma que sea, estarás percibiendo destructivamente. 6Las fantasías son un medio para hacer asociaciones falsas y tratar de derivar placer de ellas. 7Mas si bien puedes percibir asociaciones falsas, nunca podrás hacerlas reales excepto para ti. 8Crees en lo que inventas. 9De igual modo, si ofreces milagros creerás en ellos con igual intensidad. 10La fuerza de tu convicción sostendrá entonces la creencia del que reciba el milagro. 11Las fantasías se vuelven totalmente innecesarias cuando la naturaleza completamente satisfactoria de la realidad se vuelve evidente tanto para el dador como para el receptor. 12La realidad se "pierde" por usurpación, lo cual produce tiranía. 13Mientras quede un solo "esclavo" cami­nando sobre la faz de la tierra, tu liberación no será total. 14La única meta del que se ha decidido por el camino de los milagros es restaurar completamente la Filiación.

Qué fácil le resulta al ego percibir destructivamente. Cuando nuestra mirada se posa en nuestro hermano y no somos capaces de ver en él más allá que un objeto que suscita nuestros deseos de goce y placer, lo que realmente estamos haciendo es fabricar ilusión y fantasía. 

¿Quién no experimenta esta percepción al mirar el mundo que le rodea? Todos creemos en aquello que hemos fabricado o inventado, y lo que es más preocupante, nos convertimos en esclavos de nuestras falsas creaciones y quedamos presos de nuestros propios miedos.

No hay otro camino que nos conduzca a la Salvación y a la liberación de nuestros apegos, que la visión de Unidad que rige en la Filiación Divina.


4. Éste es un curso de entrenamiento mental. 2Todo aprendizaje requiere atención y estudio en algún nivel. 3AIgunas de las seccio­nes posteriores de este curso se basan en tan gran medida en estas primeras secciones, que es necesario un estudio muy detallado de las mismas. 4También las vas a necesitar a modo de preparación. 5Sin esta preparación, lo que sigue, podría infundirte demasiado temor, imposibilitando así el que pudieses usarlo de manera cons­tructiva. 6A medida que estudies estas primeras secciones, no obs­tante, comenzarás a percatarte de algunas de las conexiones que más adelante se ampliarán.

Se trata de una recomendación esencial para comprender las enseñanzas que se
recogen a lo largo del Curso. Se trata de un entrenamiento mental o lo que es lo mismo aprender a ver las cosas de otra manera. 

Si nuestro objetivo es fortalecer los músculos de nuestro cuerpo físico, sabríamos que para lograrlo tendremos que someternos a un paciente entrenamiento donde, a través de tablas de ejercicios físicos, iremos fortaleciendo la musculatura hasta el punto de alcanzar un nivel de adiestramiento que nos permitirá alcanzar nuestro propósito.

Cambiar el estado de nuestra percepción, sometido a las leyes de la temporalidad, exige, igualmente, un proceso de entrenamiento paciente y responsable de nuestra mente, el cual ha de favorecer un cambio y mejoramiento de nuestras creencias. Este proceso nos preparará para adquirir la percepción verdadera, a través de la mente recta, lo que nos abrirá las puertas del verdadero Conocimiento..

5. Se necesitan sólidos cimientos debido a la confusión que hay entre el miedo y la reverencia, a la que ya hice referencia ante­riormente, y en la cual incurrimos con frecuencia. 2Dije que la reverencia no es apropiada en conexión con los Hijos de Dios porque no deberías experimentar reverencia en presencia de tus semejantes. 3No obstante, puse de relieve asimismo que la reve­rencia es apropiada en presencia de tu Creador. 4He tenido mucho cuidado al clarificar mi papel en la Expiación sin añadirle ni restarle importancia. 5Estoy tratando también de hacer lo mismo con el tuyo. 6He subrayado que la reverencia no es una reacción apropiada hacia mí debido a nuestra inherente igual­dad. 7Algunos de los pasos posteriores de este curso, sin em­bargo, entrañan un acercamiento más directo a Dios Mismo. 8No sería prudente iniciar esos pasos sin una preparación cuidadosa, pues, de lo contrario, la reverencia se confundiría con el miedo, y la experiencia acabaría siendo más traumática que beatífica. 9La curación, en última instancia, procede de Dios. 10Se te están expli­cando cuidadosamente los medios. 11La revelación puede, de vez en cuando, revelarte cuál es el fin, pero para alcanzarlo, los medios son necesarios.

Nadie en su sana cordura puede pretender desarrollar sus músculos de la noche a la mañana, sin haber dedicado un entrenamiento sostenido y periódico. En el mundo temporal, las leyes físicas responden a patrones regidos por el tiempo y por ciertos comportamientos. 

En este ámbito, en el escenario del ego, de la percepción ilusoria, el cambio de mentalidad requiere respetar y conocer dichas leyes y procedimientos. En este sentido, no debemos esperar que una simple lectura de un texto nos lleve a conseguir un estado de consciencia de iluminación. Será el estudio progresivo y la práctica de las lecciones y ejercicios expuestos como parte de las Enseñanzas, lo que nos permitirá ir adquiriendo un dominio mental que nos llevará a disipar las tinieblas propiciadas por la errónea canalización del impulso milagroso, hasta alcanzar un total despertar de la consciencia divina.

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