miércoles, 30 de diciembre de 2015

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Cáncer (II)


RESURRECCION DE LA HIJA DE JAIRO Y CURACIÓN DE LA HEMORROISA

21 Habiendo Jesús ganado en la barca la otra ribera, se le reunió una gran muchedumbre. Él estaba junto al mar. 22 Y llegó uno de los jefes de la sinagoga, Jairo de nombre, el cual, al verlo, cayó a sus pies, 23 y con muchas palabras le rogaba diciendo: Mi hijita está en las últimas; ven e imponle las manos para que se salve y viva. 24 Se fue con él, y le seguía una gran muchedumbre, que le apretaba.

No cabe duda de la situación que ocupa Jesús en su Propósito de ir recorriendo todas y cada una de las instancias donde ha de penetrar el nuevo impulso, la Nueva Consciencia. Él ha ganado, en la barca, la otra ribera. Él estaba junto al mar, o lo que en términos astrológicos se conoce como la entrada en el Mundo del Deseo a través del signo Cáncer. Una vez más se repiten los mismos hechos que en etapas anteriores. Cuando la Luz penetra en un sector de nuestra personalidad, de inmediato, las criaturas que habitan en él, se acercan a ella, se trata de algo nuevo que les llama la atención, que desean conocer, y si lo consideran bueno no dudarán en pretender acosarlo para hacerse con él.

De entre la abundante muchedumbre, representante de las viejas tendencias, siempre aparece alguien que está enfermo y que necesita acercarse hasta la Luz, y tocando su túnica, unas veces, o cayendo a sus pies, otras, como lo hizo Jairo, reciben de Jesús-Amor la respuesta que les salva, que les eleva de su actual situación

Nos dice la crónica evangélica, que Jairo era uno de los jefes de la sinagoga, y con ello nos está revelando su identidad espiritual. El representa la consciencia del Elemento Agua-Cáncer, donde se encuentra Jesús; una consciencia cuyo fruto-hijo, está enfermo. Debemos entender pues, que se trata de elevar la consciencia emotiva con la que nos habíamos identificado antes de que Jesús, el nuevo aliento, penetrase en nuestra naturaleza emocional. El egoísmo desea ser curado por el amor.

Cuando, en nuestro peregrinaje humano, descubramos que la calidad de nuestras emociones ya no nos satisface, es porque, sin duda alguna, hemos desarrollado la personalidad Crística, la cual ha alcanzado esa orilla donde experimentamos con nuestros deseos. Si esto ocurre en lo más íntimo de nuestro corazón, debemos permitir que, el jefe que ha guiado hasta ese momento nuestras iniciativas emocionales, salve a su hijo, a su obra pues, de este modo, el Cuerpo Emocional logrará elevar su calidad y vibración, habrá evolucionado.

25 Una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años 26 y había sufrido grandemente de muchos médicos, gastando toda su hacienda sin provecho alguno, antes iba de mal en peor, 27 como hubiese oído lo que se decía de Jesús, vino entre la muchedumbre por detrás y tocó su vestido; 28 pues se decía: Si tocare siquiera su vestido, seré sana. 29 Al punto se seco la fuente de la sangre, y sintió en su cuerpo que estaba curada de su mal. 30 Luego Jesús, sintiendo en si mismo la virtud que había salido de Él, se volvió a la multitud y dijo: ¿quíen ha tocado mis vestidos? 31 Los discípulos le contestaron: Ves que la muchedumbre se aprieta, y dices: ¿quíen me ha tocado? 32 Él echo una mirada en derredor para ver a la que lo había hecho, 33 y la mujer, llena de temor y temblorosa, conociendo lo que en ella había sucedido, se llegó y, postrada ante El, declarole toda la verdad. 34 Y Él le dijo: Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y seas curada de tu mal.

La secuencia de este pasaje introduce algunos puntos de gran interés, ya que nos ayudarán a comprender los Trabajos de integración de la Nueva Consciencia, en la vieja naturaleza emotiva.

En primer lugar, se observa como el autor partiendo de una situación que podríamos considerar como el guion principal de la escena, la curación de la hija de Jairo, nos lleva de imprevisto, a otra situación dentro del mismo contexto, al encuentro con la mujer sangrante. ¿Qué nos quiere decir el evangelista con la aparición en escena de esta nueva protagonista?

Si prestamos atención, este hecho se produce antes de que Jesús-Amor hubiese dado respuesta a la llamada de Jairo. Es como si quisiera indicarnos la ruta que debemos andar para llegar hasta nuestra meta, y en ese itinerario es preciso encontrarse con esa mujer que padece de flujo de sangre desde hace doce años.

El Mundo del Agua es el mundo de lo femenino, y de ahí que aparezca una mujer para describir este mensaje. Su enfermedad nos revela el estado de vibración del Elemento que representa, las emociones. Ella padece de pérdida de sangre. ¿Qué quiere decirnos con ello?

Recuerdo, en estos momentos, una anécdota vivida hace poco, en la que fui requerido por una amiga, la cual me mostraba su preocupación pues, estaba sufriendo una importante pérdida de flujo sanguíneo. Tras atender la urgencia del momento, quisimos, ambos, buscar las causas espirituales que le habían llevado a aquella situación No nos resultó difícil encontrar la respuesta que buscábamos, pues la situación emocional que estaba viviendo en esos momentos, la calidad de sus sentimientos, en lo concerniente a su vida de pareja, la había llevado a vivencias reiterativas en las que, una y otra vez, se veía incapaz para sustituir su egoísmo por amor; en las que no estaba dispuesta a poner fin a su rencor, sustituyéndolo por el perdón. Ella se negaba a aprender a amar, y su propia disposición se vio materializada en su cuerpo físico. Estaba perdiendo la sangre; ese fluido donde se deposita la vida física y que es utilizado como vehículo por nuestro Yo Espiritual para inscribir todas y cada una de las experiencias que vamos adquiriendo, ya sea consciente o inconscientemente. Podríamos decir, que estaba perdiendo el contenido del aprendizaje vital; esto es, la posibilidad de grabar las lecciones que han de elevar nuestra condición humana a la divina.

La sangre esta estrechamente relacionada con el vehículo emocional. Desde la infancia y hasta que cumplimos catorce años, edad en la que adquirimos el Cuerpo de Deseos, la sangre nos es administrada casi en su totalidad por la glándula Timo, la cual es mayor en los primeros años y va disminuyendo en la medida en que nos vamos haciendo mayores y vamos creando, por nosotros mismos, corpúsculos sanguíneos.

Cuando, en la pubertad, el niño ha adquirido la facultad de crear su propia sangre, alcanza igualmente un estado psíquico que le lleva a la búsqueda de la individualidad. Esta etapa del desarrollo psíquico coincide con la regencia del Elemento Agua. Si analizamos lo que ocurre cuando tenemos una etapa de cólera, de ira, de celos, de miedo, de soberbia, es decir, cuando se produce un descontrol de nuestra naturaleza emotiva, la sangre se agrupa desmedidamente en aquellas zonas del cuerpo desde donde parte el exceso.

La cólera y la ira, calientan excesivamente el cerebro; en esos momentos la sangre se agolpa en él y no nos deja pensar con claridad, nos lleva a situaciones que nos ponen fuera de si y, en verdad, lo que ocurre es que, el excesivo calor de la sangre, expulsa al Yo Espiritual/Ego de nuestro vehículo físico, dejándolo a la deriva y sin rumbo.

Si el ataque es de miedo, se nos hiela la sangre; si el arrebato es sexual, la sangre se concentra en los órganos sexuales; y así, dependiendo de donde parte el estimulo.

Por lo tanto, la sangre está vinculada con el Cuerpo Emocional y, aplicando esto que hemos dicho, en nuestro estudio, podemos entender que, esa mujer enferma, simboliza la naturaleza emocional que, durante un ciclo de experiencias completo, es decir, durante doce años, se encuentra padeciendo los desordenes emocionales.

Antes de curar a la hija de Jairo, es decir, al fruto de la consciencia emotiva, que dirige cada acto e impulso emotivo, es necesario curar a la propia naturaleza emotiva, a la mujer, pues si así lo hacemos, estaremos en condiciones de utilizar material nuevo, renovado. Tendremos una calidad más sublimada del Elemento Agua.

La mujer aparece entre la muchedumbre, forma parte de esa multitud de tendencias que habitan en nuestro Mundo Emocional. Ella es la que los representa a todas, y se acerca "por detrás" a Jesús Y con ello nos esta indicando, que es ese el estadio que ocupa con respecto a lo Superior. Son emociones que se han quedado "detrás" y que debemos permitirle que se acerquen hacia nosotros y toquen nuestros vestidos.

Hagamos un esfuerzo, y busquemos en nuestro interior alguna situación en la que nuestras tendencias emotivas, enfermas, se acerquen a nuestra consciencia amorosa pidiendo ser curada. Ellas están "detrás", y si lo de "delante-Jesús" lo hemos reconocido como la consciencia, lo de "detrás" ha de encontrarse en el inconsciente.

En efecto, nos encontramos identificados con Jesús, y nuestra voluntad es amar al mundo puesto que todos somos iguales ante Dios. Sin embargo, desde nuestro inconsciente surge una tendencia que desea elevar su situación, pues no ha conseguido sublimar su condición y, entonces, sucede que alcanza con su mano nuestro nuevo vestido, nuestro amor, nuestro perdón, pues sabe, esta convencida, que si así lo hace, será salvada.

La escena es mágica; y si somos capaces de comprenderla, de vivirla, experimentaremos una gran dicha, y diremos: ¿quién me ha tocado? En ese momento veremos postrada a nuestros pies a esa mujer enferma, a esa tendencia que busca la sublimación que, profundamente arrepentida, nos revela su dolor.

¿Cómo podremos rechazar a esa mujer que ha sido capaz de abrirse camino entre la muchedumbre a pesar de su enfermedad, para tocar tan solo la túnica de nuestro perdón? Esa mujer enferma forma parte de nuestro Yo Emotivo, aunque lo hayamos olvidado relegándola al inconsciente; y ahora, que ha culminado su ciclo de experiencia, necesita alcanzar el nuevo impulso pues, de lo contrario, se quedaría rezagada.

Es preciso que desarrollemos esa cualidad anímica que Jesús testimonió, el perdón, y que lo apliquemos, en primer lugar, con todas nuestras mujeres enfermas, es decir, que nos auto-perdonemos, que seamos capaces de reconocer en ellas, a una parte de nuestro Ser Completo, y llenos de amor, le digamos: "¡Hija, tu fe te ha salvado! Vete en paz y seas curada de tu mal".

Él la llamó hija, pues reconocía perfectamente, que todo cuanto ocurría a su alrededor, cada morada que pisaba, cada alma con la que se cruzaba, formaba parte de Él, pues Él, el Hijo de Dios, representa la Unidad del Padre, la Unidad de todas sus Criaturas.

La fe es la medicina que la ha curado. ¿Qué poder maravilloso se oculta tras la fe? Para muchos, la fe no deja de ser una actitud cómoda ante las muchas cuestiones que nos plantea la vida. Creer en la verdad porque tengo fe en que es así, no les basta. Sin embargo, Jesús nos revela, en este episodio, que la fe posee un extraordinario poder curativo.

La mujer enferma ya había sufrido grandemente de muchos médicos, llegando a gastar toda su hacienda, y en vez de sanar, iba a peor. Al parecer, existe una enfermedad que, los médicos sin fe, no pueden curar. Por mucho dinero que tengamos, no será suficiente para pagar el precio de nuestra salud, cuando la enfermedad que padecemos es de las características que hemos descrito, una enfermedad del alma, del Cuerpo Emocional, que se niega a llevar a cabo la Voluntad del Padre.

Ahora bien, cuando aparece el Hijo de Dios en nuestra vida, en nuestra consciencia se produce un cambio radical. A partir de ese momento, vemos con claridad que las causas de nuestro mal se encuentran en nuestro modo de amar, en el uso que hemos hecho de los deseos, y por lo tanto será, corrigiendo esa causa, como podremos alcanzar la sanación. Jesús-Cristo es el Arquetipo del Amor Universal, y en Él se encuentra ese poder sanador. El representa cabalísticamente a Hochmah, Séfira que rige el Elemento Agua. Él es el portador de la Voluntad del Padre-Fuego, y su amor hacia Él, se manifiesta en un conocimiento profundo, en una comunión interna con Él, que no se puede expresar tangiblemente, pues es energía emocional. Ese saber profundo se llama fe. Por lo tanto, la fe es un atributo del Agua, de Cáncer, y debemos desarrollar esa cualidad cuando estemos Trabajando en su dinámica.

¡Hija, tu fe te ha curado!, es lo mismo que decirle, tu amor a Dios, el reconocimiento de Dios en ti, te ha salvado.

35 Aún estaba Él hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto, ¿por qué molestar ya al Maestro? 36 Pero oyendo Jesús lo que decían, dice al jefe de la sinagoga: No temas, ten solo fe. 37 No permitió que nadie le siguiera más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. 38 Llegados a la casa del arquisinagogo, vio un alboroto y a las lloronas plañideras, 39 y entrando les dice: ¿a qué ese alboroto y ese llanto? La niña no ha muerto, duerme.

40 Se burlaban de Él, pero Él, echando a todos fuera, tomó consigo al padre de la niña, a la madre y a los que iban con Él, y entró donde la niña estaba; 41 y tomándola de la mano, le dijo: "Talitha, qumi" que quiere decir: Niña, a ti te lo digo, levántate, 42 y al instante se levantó la niña y echo andar, pues tenía doce años, quedando ellos fuera de si, presos de gran estupor. 43 Recomendoles mucho que nadie supiera aquello, y mandó que diesen de comer a la niña.

Si al despertar a la Nueva Consciencia Crística, al amor universal, se produce en nuestra naturaleza emocional, un profundo cambio que lleva a nuestros deseos a liberarse de los Luciferes, y a nuestra naturaleza femenina-emocional a curarse de su enfermedad, entonces asistiremos indudablemente a la muerte aparente de la hija de Jairo, el constructor de la consciencia a niveles emocionales, la consciencia humana. Ya dijimos que la hija significaba el fruto. Dado que se ha producido una elevación de nuestros deseos, las antiguas energías deben morir. Sin embargo, no lo entiende así Jesús, quien al oír que la niña había muerto, lo primero que hace es pedir al padre que tuviese fe, "ten sólo fe".

Si el representante de nuestra voluntad emocional, el que dirige nuestros impulsos emotivos, hubiese tenido fe, es decir, hubiese aceptado integrar el Fuego en sus deseos amando la Voluntad del Padre, entonces su obra no hubiese enfermado. Ahora, el amor le dice, recupera tu fe, tu capacidad creadora. Jesús elige a los obreros que han de movilizarse para llevar a cabo la presente empresa, salvar el fruto-hija de Jairo, es decir, salvar la consciencia, volviéndola a la vida, pues había muerto aparentemente.

Jesús, el impulso del amor, necesita que Jairo tenga descendencia, puesto que cualquier designio, por muy elevado que sea, si no cuenta con el poder motor de los sentimientos, jamás logrará alcanzar su meta de liberación. Así pues, Jesús escoge a Pedro, representante de Capricornio; a Santiago, representante de Sagitario, y a Juan, representante de Piscis, y llamando a los padres de la niña, les invitó a seguirle.

¿Qué representan estas influencias en el proceso que estamos estudiando con relación al Arquetipo de Cáncer?

Jesús ha elegido con sabiduría a los representantes de las Fuerzas que están estrechamente relacionadas con la niña. La hija de Jairo está revelando el uso que hemos dado a las energías de Cáncer, cuando nuestra consciencia estaba identificada con la separación con Dios. Ella es el fruto, el resultado de nuestros deseos, el rumbo que hemos dado a nuestro amor en un nivel evolutivo anterior a la etapa Crística.

Jesús llamó a los padres de la niña, pues estos deben ser testigos de su obra, deben recuperar a su hija, que aparentemente duerme; deben tomar consciencia de cómo el nuevo impulso es capaz de despertar de la muerte a las energías que estábamos alimentando. Ellos están ahí porque la fe, es decir, el amor, les ha permitido ver la verdad.

Igualmente, encontramos entre los seguidores a Santiago, el representante de Sagitario, signo que representa la culminación de los Trabajos realizados en el Elemento Fuego, es decir, significa los poderes acumulados en Cristo hasta ese momento, pues su recorrido hasta ese punto en el que se encuentra, Cáncer, le permite dar testimonio de los poderes del Fuego, de la Luz de su Padre, del Poder Unificador.

También encontramos a Pedro, la piedra angular de la Obra Crística, el representante de Capricornio, como ya adelantábamos. Y esto es así, dado que, cualquier conquista de un Arquetipo, en este caso, el de Cáncer, debe integrarse con su opuesto, en este caso, el de Capricornio, pues de este modo se alcanza la unidad en su manifestación.

En otros términos, la presencia de Pedro-Capricornio, en el proceso de resurrección de la hija de Jairo-Cáncer, le está mostrando el objetivo donde debe realizar su Obra; o lo que es lo mismo, la diana donde deben clavarse certeramente sus flechas. El amor debe convertirse en obras concretas donde pueda crecer, florecer y dar frutos.

Y por ultimo, analicemos la presencia de Juan-Piscis, hermano de Sagitario-Santiago. Si hemos dicho que en este signo se concentra la enseñanza del Fuego, llevándonos a su aprendizaje, Juan-Piscis se convierte, igualmente, en el signo donde se sintetizan los Trabajos del Agua, es decir, Piscis es el punto de sublimación de este Elemento, es su meta, su punto cumbre.

Si en Cáncer, la estrategia es descubrir el amor como Fuerza Universal, en Piscis, ese amor, una vez conquistado, se libera, se expande, creando un mundo donde todo es amor.

Estos y no otros, fueron testigos del despertar de la hija de Jairo. Su presencia, en aquel aposento, debía inscribirse en la Nueva Consciencia en la que iba a renacer. Ellos representaban a las cualidades que se debían desarrollar, pues ya formaban parte de ella. Ninguna otra tendencia puede permanecer en aquel lugar, es por lo que Jesús echó a las plañideras pues, como sucedió en el pasaje, esas tendencias no comprenderán las palabras del Maestro y se burlarán.

Cuando se adquiere la consciencia Crística, y se ha producido en nosotros el despertar de nuestra naturaleza emotiva, nuestra visión de la vida cambia totalmente. Ya no nos vemos como seres separados de Dios; ya no aprendemos tan solo por vía sensorial; ahora, un nuevo sentido nos conecta con otras realidades; nuestras creencias han evolucionado, y el mundo que nos alimentaba ya deja de tener sentido para nosotros. La vida no acaba con la muerte física, y permanecemos en constante comunicación con los seres que habitan el Mundo del Deseo.

Aquellas tendencias, aquellas "voces" que aún no comprenden esta visión, debemos "echarlas" de nuestra naturaleza emocional no prestándoles atención.

Las Palabras de Jesús, "Talitha qumi", es el mensaje que debemos hacer llegar a esa consciencia que "duerme" y que mantiene a nuestra personalidad emotiva estancada. Esa niña se levantará, pues tiene edad para andar. Doce años, los mismos que llevaba la mujer enferma. Ya dijimos lo que representa esa edad cósmica. Cuando un propósito nace con la intención de ser gestado, crecer y dar frutos, es preciso que se ajuste a la dinámica cósmica, donde todo proceso sigue las leyes divinas -Yod, He, Vav y 2º He-, y que se recoge en los doce signos del Zodiaco. Doce años suponen realizar un ciclo completo, lo que nos permite estar maduros para salir andando y tomar un nuevo camino.

Las emociones, cuando han saciado su apetito, cuando han agotado su poder creador, necesitan ser renovadas, y esto es lo que hace Jesús con la hija de Jairo, despertarla y recuperarla para la Nueva Obra. Nosotros debemos estar dispuestos para saber captar la llamada de los muchos "Jairos" que se encuentran en nuestro mundo. No me estoy refiriendo al nuestro personal, sino al que vemos reflejado en los demás. Estos vienen reclamando amor, perdón, pues si no consiguen encontrarlo, su existencia -su hija- morirá de verdad. Estos "Jairos" nos parecerán pecadores, hombres sucios y abandonados, verdaderas escorias sociales, sin embargo, han completado su ciclo emocional y debemos ofrecerle nuestra mano y decirle: "a ti te lo digo, levántate".

Nuestro amor, siempre tiene ese poder de convicción que da motivos al otro para que se levante de su postramiento, de su muerte aparente.

Cristo, conocedor de que nos encontramos en la tierra del Agua-Cáncer, donde los deseos se exaltan fácilmente dando lugar a respuestas vanidosas, reuniendo a los allí asistentes, es decir a la naturaleza emotiva, les pide que no proclamen aquellos hechos. En el Agua-sentimientos, debemos actuar en silencio; ya llegará el momento para hacer publica la verdad.

Había culminado su labor en aquel lugar, y sabía que su camino debía continuar, pero no sin antes indicarles algo más: "dad de comer a la niña". Con este mandato, les anunciaba, que debían seguir alimentando su naturaleza emotiva pero, aunque el cronista no lo indica, de seguro que, a partir de ese momento, se saciaría su apetito con un nuevo alimento.

2 comentarios:

  1. ¿Por qué se suele decir que la fe mueve montañas?

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  2. La Fe nos acerca a la verdad sin necesidad de utilizar el discernimiento, el análisis, el estudio, lo hace aportándonos la certeza de que aquello que videnciamos internamente es verdad. Desde el punto de vista cabalístico, la Fe es una expresión de Hochmah-Amor, y es a través de este Centro de Conciencia, que podemos conocer la Voluntad de Dios. Por lo tanto, la Fe adquiere una cualidad mística que nos permite tener conocimiento de una cosa por la vía de la inspiración. Para ello, tan sólo un requerimiento, el Amor. La montaña debemos traducirlo como el obstáculo que aparece en nuestra vida y que nos invita a superarlo. Cuando tenemos Fe, esos obstáculos son todos superables, pues existe en nuestro interior esa Fuerza llamada Amor que nos ofrece la posibilidad de Ser Dios y Crear como Dios.

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