martes, 4 de mayo de 2021

Cuentos de Hadas, Astrología y Simbología: "La Bella y la Bestia" - 4ª parte

3ª Escena: Prueba del Padre -  “Transmutación”


La desesperada huida del Padre de Bella, ante el temor de ser devorado por los lobos hambrientos del bosque le lleva a las puertas de un misterioso castillo.
Lo que debería ser un provechoso y tranquilo viaje, que le llevaría al encuentro con Libra-Unificación, se convirtió en una penosa aventura, y todo porque el Padre se “equivocó de camino”, estaba mirando el mapa al revés.
Casi no necesita explicación esta parte de la historia, pues se hace evidente, de que la espiritualidad de Bella, representada por su Padre,  no sabía cómo llegar a su destino, es decir, era aún inexperta, inmadura. Por lo tanto, cuando nuestra relación con la espiritualidad –Padre-, no es consciente, corremos el peligro de perdernos y cuando esto ocurre,  no queda otra solución que penetrar en los dominios de la Bestia, es decir, el feo rostro de nuestra naturaleza inconsciente que habita en la penumbra y en la soledad de un castillo encantado.
Existe una versión diferente de la que estamos estudiando en este Cuento de Hadas, en la que el autor nos refiere como el Padre, tras haberse perdido, llega a un castillo donde decide robar unas rosa con la intención de regalársela  a su regreso a Bella. Sin embargo, su acción es descubierta por el dueño de aquel lugar. Una Bestia cruel que, en castigo a su acción, se apodera de él.
En este contenido, rico en simbología, se contempla una vez más el propósito del Padre de alcanzar esa meta de madurez emocional, de pureza, que queda recogida en el símbolo de la rosa. Sin embargo, esa rosa no le pertenece, esto es, no es un logro personal, por lo que su acción le lleva a quedar preso de manos de la naturaleza inferior, representada por la Bestia.
Una reflexión de esta acción, nos indica, que el hombre no siempre está preparado para afrontar con equilibrio la experiencia de la complementación, es más, si lo que le guía es la pasión y el deseo inmaduro, lo que le sucederá ha sido descrito anteriormente con lo protagonizado por el Padre de Bella.
Como castigo a su osadía, la Bestia, sentencia a muerte al ladrón. ¿Cuál es la trascendencia de esa rigurosa sentencia? El propósito de la Bestia no es tan sólo castigar al intruso, sino enseñarle de una vez por todas, que no se debe usurpar los bienes ajenos, aunque se tratase de una insignificante rosa. Es por ello, que decide poner fin a su vida (en la versión que estamos tomando como guía no es así, como a continuación veremos).
La muerte en términos ocultista es análoga a la idea de transformación, de cambio. Lo que debe morir es lo perecedero, lo que nos impide seguir evolucionando. Es por ello, que la muerte da paso a una nueva vida llena de nuevas oportunidades de crecimiento evolutivo.
En Astrología la muerte está representada por la Casa VIII. Se trata de un sector alquímico, donde el alma sufre un profundo cambio cuando realmente se purifica la naturaleza emocional. En el Zodíaco Constituido, la muerte, está en relación con el signo de Escorpio, precisamente el que da protagonismo a la Bestia. Por lo tanto, con esa sentencia, Bestia-Escorpio le está indicando al Padre de Bella, lo que debe hacer, transformar sus deseos. ¿Pero cómo? Esa respuesta viene indicada por el signo que ocupa la Casa VIII, partiendo desde Acuario-Padre como Ascendente-Casa I, es decir, por Virgo.
Este Arquetipo aporta la clave para que se produzca el cambio. Virgo es el signo del abandono a todo apego a lo material, del servicio desinteresado. A través de él, nos limpiamos de todo lo que nos sobra para penetrar en un nuevo ciclo de experiencia y afrontar una nueva espiral evolutiva hacia el logro final de la Perfección. Por lo tanto, el trabajo consistía en dar muerte a los viejos apegos, a los prejuicios, a los hábitos materiales que nos mantienen prisioneros de los falsos valores.

En la versión de nuestro estudio, el Padre es encarcelado, esto es, es privado de su libertad. En verdad, esta situación es vivida por el alma como una muerte en vida. El resultado final que persigue el encarcelamiento, así como la enfermedad, es la toma de consciencia de nuestros errores emocionales. Por lo tanto la Bestia era portador de ese mensaje de rectitud: ¡Permanecerás en cautiverio de tus propios deseos…, como yo permanezco prisionero de mis errores!
La reclusión y la enfermedad con confinamiento, está recogida en astrología por la Casa XII, pues es a través de este canal por donde el hombre recibe como karma expiatorio  el resultado de sus acciones emocionales.
Es el signo de Capricornio el que aparece ocupando la Casa XII, situando Acuario-Padre en el Ascendente. Este Arquetipo enseña al hombre a construir el mundo físico, a utilizar los recursos materiales con orden y rectitud, de tal modo que la realidad física, sea un reflejo de la realidad espiritual. Esta es la lección que debe asimilar en cautiverio el Padre de Bella, pues en la medida en que aprende a utilizar sus recursos, sus potencialidades en el mundo de las formas, aportará madurez, responsabilidad y orden a su naturaleza emocional.
Pero en verdad, la acción del Padre de Bella vendría a acelerar un encuentro que no supo promover de otro modo, el de Bella –lo femenino-, con la Bestia –lo masculino-. En efecto, nos narra el autor, que Bella sale a buscar a su Padre, al comprobar que su caballo ha vuelto sólo a casa. Inmediatamente, pide al caballo –símbolo de la naturaleza animal- que ha guiado al Padre, que la lleve hasta el lugar donde debe encontrarse con él.
El caballo, fiel animal, lleva a Bella hasta las puertas del castillo, donde penetra con el propósito de preguntar por su Padre. Sin embargo, la sorpresa fue horrible, le encontró prisionero y enfermo. De repente, la Bestia le sale al encuentro y le recrimina su presencia allí. A pesar de su impresión, estaba horrorizada al ver el rostro de la Bestia, Bella suplica al animal que dejara en libertad a su Padre y a cambio, ella se quedaría en su lugar. La Bestia accede a su petición, pero le exige una promesa, se quedará allí para siempre.
Esta escena nos sitúa en el comienzo de un proceso alquímico de maravillosa belleza, y que sin duda, toda alma debe protagonizar, si en verdad aspira a alcanzar su plena integridad humana: consciente e inconsciente.
Nuestra referencia espiritual en el proceso involutivo de la conciencia, por lo general, suele perderse en su viaje hacia el encuentro con la unidad perdida. Cuando esto ocurre, debe ser nuestra naturaleza interna la que desee “salvar” a su Padre “Yo Espiritual”, y para ello, debe estar dispuesta a sacrificarse por él y convivir estrechamente con la Bestia, la parte oscura de la personalidad que no supo expresar los valores positivo del Amor.
Veamos a partir de este punto del camino qué sucede, qué senda debemos recorrer para lograr el propósito propuesto, el retorno a la Unidad.

Continuará...

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