martes, 6 de febrero de 2024

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 37

LECCIÓN 37

Mi santidad bendice al mundo.

1. Esta idea contiene los primeros destellos de tu verdadera función en el mundo, o en otras palabras, la razón por la que estás aquí. 2Tu propósito es ver el mundo a través de tu propia santi­dad. 3De este modo, tú y el mundo sois bendecidos juntos. 4Nadie pierde; a nadie se le despoja de nada; todo el mundo se beneficia a través de tu santa visión. 5Tu santa visión significa el fin del sacrificio porque les ofrece a todos su justo merecido. 6él tiene derecho a todo, ya que ése es su sagrado derecho como Hijo de Dios.

2. No hay ninguna otra manera de poder eliminar la idea de sacrificio del pensamiento del mundo. 2Cualquier otra manera de ver inevitablemente exige el que algo o alguien pague. 3Como resultado de ello, el que percibe sale perdiendo. 4Y no tiene ni idea de por qué está perdiendo. 5Su plenitud, sin embargo, le es restaurada a su conciencia a través de tu visión. 6Tu santidad le bendice al no exigir nada de él. 7Los que se consideran a sí mismos completos no exigen nada.

3. Tu santidad es la salvación del mundo. 2Te permite enseñarle al mundo que es uno contigo, sin predicarle ni decirle nada, sino simplemente mediante tu sereno reconocimiento de que en tu santidad todas las cosas son bendecidas junto contigo.

4. Hoy debes dar comienzo a las cuatro sesiones de práctica más largas -las cuales han de tener una duración de tres a cinco minutos cada una- repitiendo la idea de hoy, a lo cual ha de seguir un minuto más o menos en el que debes mirar a tu alrededor a medida que aplicas la idea a cualquier cosa que veas:

2Mi santidad bendice esta silla.
3Mi santidad bendice esa ventana.
4Mi santidad bendice este cuerpo.

5Luego cierra los ojos y aplica la idea a cualquier persona que te venga a la mente, usando su nombre y diciendo:

6Mi santidad te bendice, [nombre].

5. Puedes continuar la sesión de práctica con los ojos cerrados, o bien abrirlos de nuevo y aplicar la idea a tu mundo exterior si así lo deseas; puedes alternar entre aplicar la idea a cualquier cosa que veas a tu alrededor o a aquellas personas que aparezcan en tus pensamientos, o bien puedes usar cualquier combinación que prefieras de estas dos clases de aplicación. 2La sesión de práctica debe concluir con una repetición de la idea con los ojos cerrados, seguida inmediatamente por otra repetición con los ojos abiertos.

6. Los ejercicios más cortos consisten en repetir la idea tan a menudo como puedas. 2Resulta particularmente útil aplicarla en silencio a todas las personas con las que te encuentres, usando su nombre al hacerlo. 3Es esencial que uses la idea si alguien parece causar una reacción adversa en ti. 4Ofrécele la bendición de tu santidad de inmediato, para que así puedas aprender a conservarla en tu conciencia.

¿Qué me enseña esta lección?

Una vez que hemos tomado consciencia del Ser, la acción nos lleva a reconocer, en todos los seres que nos rodean, su verdadera Esencia, y la bendecimos en reconocimiento de hermandad y de unidad.

Bendecir, es la expresión del verdadero conocimiento del Ser. Es la manifestación de la certeza de la Unidad que relaciona a todos los seres. Es el pleno reconocimiento del Yo.

UCDM, en el Capítulo 14, titulado "Las Enseñanzas en favor de la verdad", nos enseña lo siguiente:

“Sí, en verdad eres bendito. Mas en este mundo no te das cuenta de ello. No obstante, tienes los medios para aprender que lo eres y verlo claramente. El Espíritu Santo usa la lógica con tanta facilidad y eficacia como lo hace el ego, salvo que Sus conclusiones no son dementes. Éstas toman una dirección diametralmente opuesta y apuntan tan claramente hacia el Cielo como el ego apunta hacia las tinieblas y la muerte. Hemos examinado gran parte de la lógica del ego y hemos visto sus conclusiones lógicas. Y habiéndolas visto, nos hemos dado cuenta de que tales conclusiones no se pueden ver excepto en ilusiones, pues sólo ahí parece verse claramente su aparente claridad. Démosles la espalda ahora y sigamos la simple lógica que el Espíritu Santo utiliza para enseñar las sencillas conclusiones que hablan en favor de la verdad y sólo de la verdad” (T-14.In.1:1-8).

“Si eres bendito y no lo sabes, necesitas aprender que ciertamente lo eres. El conocimiento no es algo que se pueda enseñar, pero sus condiciones se tienen que adquirir, pues eso fue lo que desechaste. Puedes aprender a bendecir; pero no puedes dar lo que no tienes. Por lo tanto, si ofreces una bendición, primero te tiene que haber llegado a ti. Y tienes también que haberla aceptado como tuya, pues, de lo contrario, ¿cómo podrías darla? Por eso es por lo que los milagros dan testimonio de que eres bendito. Si perdonas completamente es porque has abandonado la culpabilidad, al haber aceptado la Expiación y haberte dado cuenta de que eres inocente. ¿Cómo ibas a percatarte de lo que se ha hecho por ti, sin tú saberlo, a menos que hicieses lo que no podrías sino hacer si se hubiese hecho por ti?” (T-14.I.1:1-8).

No podemos dar lo que no tenemos, no podemos bendecir al mundo si no encontramos nuestra conexión permanente con Dios, nuestro Creador, pues en esa visión recibimos la bendición de nuestra propia santidad. Sí, somos benditos porque Dios comparte su condición bendita con su Hijo. En este sentido, en el ámbito de la Filiación, todo pensamiento benévolo que cualquiera de nuestros hermanos abrigue en cualquier parte del mundo, nos bendice. Lo que debería llevarnos a querer bendecirles, como muestra de agradecimiento.

¿Es necesario conocer a ese hermano? No, no es necesario que lo conozcamos personalmente, pues la luz del amor es tan potente que irradia a través de toda la Filiación.

La bendición es la manifestación de nuestra santidad y nuestra santidad es el reconocimiento de nuestra Divinidad. Recordar nuestra Esencia nos lleva a la visión de nuestro estado natural de grandeza y esa visión se traduce en el acto de bendecir porque nuestra grandeza es nuestra abundancia. Al bendecir la conservamos en nuestra mente y nos mantenemos en plena conexión en la Mente de Dios.

¿Acaso vez alguna debilidad en el acto de bendecir a tu hermano? En respuesta a esta cuestión, UCDM no indica:

"No tengas miedo de bendecir, pues Aquel que te bendice ama al mundo y no deja nada en él que pueda ser motivo de miedo. Pero si te niegas a dar tu bendición, el mundo te parecerá ciertamente temible, pues le habrás negado su paz y su consuelo, y lo habrás condenado a la muerte" (T-27.V.4:5-6).

 

Ejemplo-Guía: "Todos los políticos son unos ladrones y unos mentirosos"

¿Estaríamos dispuestos a bendecir a los políticos que juzgamos como ladrones y mentirosos?

Para muchos, esta pregunta les puede parecer una tomadura de pelo y puede llevarlos a pensar que, el que la ha hecho, no puede estar bien de la cabeza. Sus argumentos son sólidos, pues tienen pruebas, más que evidentes, que los sitúa como dueños de la razón. El que la hace la paga, es una reflexión compartida por ese pelotón humano que elige proyectar sobre el comportamiento ajeno, su propio comportamiento interno.

Y pensarán: ¡Vaya!, esa afirmación ya es la gota que hace rebosar el vaso de la paciencia. Después de que somos las víctimas de las injusticias de los políticos, también tenemos que aceptar que nuestra crítica nos lleva a reconocer que somos tan culpables como ellos.

No es mi intención acusar a nadie. De hacerlo estaría utilizando la visión de la mente dual que nos lleva a creer en la separación entre los seres. Yo practico la visión de la unicidad y elijo por voluntad propia ver a mis hermanos como partes de una misma Unidad, la que conforma la Filiación. Respeto todos los comportamientos, en la misma medida en que no condeno mis propios actos. Soy totalmente consciente de que cada uno de nosotros, nos encontramos en una fase distinta dentro del proceso conciencial, pero en esencia, todos somos perfectos Hijos de Dios.

Esa visión me lleva a reconocer, el juego de la mente dual, que nos lleva a proyectar sobre el mundo exterior, el contenido de nuestros pensamientos. Esos pensamientos encuentran su misma onda vibratoria en los espejos representados por nuestros hermanos, los cuales, con su comportamiento, nos lleva a reconocer la calidad de nuestros propios pensamientos y sentimientos.

Como bien expresa UCDM: “o bien vemos la carne, o bien reconocemos el espíritu. En esto no hay términos medios. Si uno de ellos es real, el otro no puede sino ser falso, pues lo que es real niega a su opuesto. La visión no ofrece otra opción que ésta. Lo que decidimos al respecto determina todo lo que vemos y creemos real, así como todo lo que consideramos que es verdad. De esta elección depende todo nuestro mundo, pues mediante ella establecemos en nuestro propio sistema de creencias lo que somos: carne o espíritu. Si elegimos ser carne jamás podremos escaparnos del cuerpo al verlo como nuestra realidad, pues nuestra decisión reflejará que eso es lo que queremos. Pero si elegimos el espíritu, el Cielo mismo se inclinará para tocar nuestros ojos y bendecir nuestra santa visión a fin de que no veamos más el mundo de la carne, salvo para sanar, consolar y bendecir” (T-31.VI.1:1-8).

Si condenamos a los políticos que hemos juzgado culpables, lo que realmente estamos haciendo es proyectar nuestra propia condena y lo que es más importante, estamos compartiendo la creencia de que somos tan solo carne y la creencia en la separación.

Si en cambio elegimos bendecirlos, lo que estamos haciendo es reconocer nuestra gratitud hacia ellos, por servirnos como espejos en los cuales podemos ver reflejado nuestras propias proyecciones.

Reflexión: ¿Mi manera de amar al mundo, es exigente?

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