miércoles, 13 de julio de 2016

Diálogo con el Ángel Ieiazel

  • ¡No nos induzcas en tentación…, sino libéranos del maligno!
  • Me preguntas… ¿quién es el maligno? ¿Acaso no le reconoces?
  • No lo busques fuera de ti, pues tan sólo verás la silueta de sombras a las que has dado vida desde tu interior.
  • El maligno, es el impulso inagotable que te ha inspirado el deseo de individualidad…
  • Ese deseo, te ha permitido ver por ti mismo, pero, igualmente, ha colocado en tus ojos una venda que te impide reconocer el rostro de tu creador.
  • La tentación, es el canto de sirenas que te invita a aprender, por ti mismo, por la vía del rigor, de la experiencia.
  • Es importante que sepas, peregrino, que no debes sentirte culpable por quedar seducido de ese dulce canto, pues gracias a él, cosecharás el saber del mundo.
  • Pero ten presente, que al igual que Ulises mandó a sus hombres a que lo ataran al mástil de su barco para no ceder a las tentaciones de esos cánticos, tú peregrino, deberás saber decir ¡basta!, y de un golpe de timón, dirigir tu nave hacia nuevos mares, donde no alcances a oír esas voces que te llevan, una y otra vez a ganar el pan de cada día, con el sudor de tu frente.

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