Conclusiones:
Considero que he conseguido
el objetivo propuesto. En la 1ª parte de este estudio, me hacía el firme
propósito de escudriñar el Texto Sagrado de la Biblia y más concretamente el
primero de sus Libros, el Génesis, con el ánimo de esclarecer y dar respuestas
a las eternas cuestiones que se plantea el alma humana, cuando despierta del
profundo “sueño” que lo ha mantenido identificado al mundo ilusorio de la
materia: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?, sin olvidar, una cuestión
que considero vital entender, pues su repercusión en el desarrollo psicológico
del ser humano, a nivel individual, y de la sociedad, a nivel colectivo, ha
sido importante. Me estoy refiriendo a la creencia de la “separación” con el
Creador. Esta cuestión, es tan vital, como lo puede ser para un bebe, la
experiencia de sentirse separado, prematuramente, de la referencia paterna, del
calor humano, de la fuente de alimento y protección.
Me siento satisfecho por el
trabajo realizado. He de decir, y lo hago con el más profundo y sincero reconocimiento,
que sin la ayuda y orientación de Kabaleb, Fabre d´Olivet, Max Heindel y Félix
Gracia, no lo habría conseguido.
Hemos realizado un recorrido
por todos y cada uno de los Días de la Creación, y nos hemos acercado a cada
uno de los pasajes descritos en el texto sagrado, aportando una doble visión. Por
un lado, la convencional, de la que creo haber aportado argumentos sólidos para hacernos
reflexionar sobre la pobre veracidad de su contenido, y por otro, la visión esotérica
y cabalística, la cual nos ha revelado un escenario bien distinto, donde las
traducciones nos han permitido ver las cosas de otra manera.
¿Qué hemos sacado en claro, después de este recorrido?
"El hombre del mundo, el ser humano convencional que somos todos, hemos olvidado nuestra naturaleza divina haciéndonos uno con lo ilusorio. De nada sirve a partir de ese instante lo que somos, sino lo que creemos ser.
La Caída es una experiencia todavía sin asumir, sin comprender. La verdadera dimensión de la Caída no radica en la naturaleza del cambio provocado, sino en el carácter permanente del mismo. Y el drama de la humanidad no es haber caído en un estado de existencia inferior, sino el quedar apresada en esa Ley de eternidad.
- Sabemos que somos Hijos de Dios, que fuimos emanados por una Voluntad de Expansión de esa Entidad Creadora, llamada Elohim, El-los Dioses y que somos Seres de Luz, Nuestra verdadera identidad es espiritual y no material.
- Sabemos que el Universo no fue creado de la “nada”, sino del Trabajo conjunto de Elohim y los Zodiacales (Fuego-Agua-Aire-Tierra).
- Que somos Chispas Divinas emanadas de Elohim, -semejanza a Él-, somos Dioses en Potencia, en Formación.
- Que nuestra Oleada de Vida Humana, fue la primera emanada por Elohim, y que nuestra misión es llegar a Ser Dioses Creadores.
- Que estamos dotados de diferentes Vehículos con los cuales tomar conciencia y evolucionar en los distintos Planos de Manifestación: Cuerpo Mental, Cuerpo de Deseos y Cuerpo Vital-Físico.
- Que las experiencias adquiridas con ese Triple Cuerpo, constituye lo que se llama el Triple Alma: Alma Emocional, Alma Intelectual y el Alma Consciente.
- Que paralelamente a la Oleada de Vida Humana, Elohim, creó otras Oleadas de Vida: La Animal, la Vegetal y la Mineral.
- Que la evolución de nuestro Universo se encuentra interactuando con otros Universos y que las Oleadas de Vida evolucionando en nuestro Sistema Solar, interactúan con las Oleadas de Vida de otros Sistemas Solares.
- Que en nuestro proceso de aprendizaje y evolución, recibimos la ayuda de Entidades Espirituales de un nivel superior, que nos prestan sus servicios, respetando nuestro libre albedrío.
- Sabemos que nuestro Cuerpo Físico fue el primero de los Vehículos adquiridos y, por ello, el primero en madurar.
- Que existe una Ley Reguladora en el Universo que rige todos los Actos Creadores, cuyo nombre sagrado es Jehová (Yod-He-Vav-He).
- Que cada una de esas fases creadoras está relacionada con un Elemento, con los que ha sido creado el Universo. Yod = Fuego. He = Agua. Vav = Aire. 2º He = Tierra.
- Que la fase Yod, está en analogía con la Voluntad, con la Semilla. Que la fase He, está en analogía con el Deseo, con la interiorización. Que la fase Vav, está en analogía con el Pensamiento, con la exteriorización y, que la fase 2º He está en analogía con la Materia, con los frutos.
- Sabemos, igualmente, que el Cuerpo Físico alcanzó su perfección en el 4º Día de la Creación y no en el 6º Día, en el que la interpretación convencional, sitúa la aparición del Hombre.
- En el 6º Día, en efecto, será el periodo en el que el Cuerpo Mental adquiera ese estado de madurez, lo que permitirá al Hombre alcanzar esa condición, pues todos sus Vehículos habrán completado la fase de perfección.
- Sabemos, y esto es muy importante, que Adam no es un ser individual, sino que representa a la Humanidad.
- Sabemos que el Paraíso Terrenal, el Edén, es la alusión al estado de Comunión con Dios del que disfrutó la Humanidad antes de que se produjera la visión del mundo temporal.
- Que Jehová no prohibió comer del fruto del Árbol del Conocimiento del Bien o del Mal, sino que estableció, no podía ser de otra forma, la Ley Reguladora, que determinaba las fases de todo proceso creador.
- Sabemos, que el 2º Día de la Creación, Elohim no consiguió integrar totalmente, los Elementos Fuego y Agua, dando lugar a la “división”. Esta secuencia, quedaría inscrita en la “genética espiritual” de su creación. El Hombre, su filiación, tendría que recapitular esa fase creadora.
- Sabemos que como consecuencia de esa “herencia”, cuando la Humanidad recapitula los Trabajos del 2º Día de la Creación, se produce la “división” de los sexos.
- Sabemos que el primer Arquetipo femenino se llamó Aisha, la Facultad Volitiva, el espejo donde se refleja las consecuencias a las que ha dado lugar el acto de la voluntad. Aisha es la Facultad de Comprender.
- Que lo que se ha dado llamar “pecado” es la respuesta natural al impulso divisorio y dual, que llevó y lleva al hombre a “elegir”.
- Que la interacción con otras Entidades Espirituales, propició que nuestra naturaleza femenina y emocional quedara seducida por la voz del “diablo”, cuya interpretación es “separar”.
- Que esas Entidades llamadas Luciferes, no tenían la capacidad de obligarnos a elegir, pero sí eran más evolucionados e inteligentes que el hombre y contaban con una mayor experiencia en el dominio del “Fuego”, de ejercer el acto de “elegir”.
- Sabemos que será de la mano de Aisha, viendo el reflejo que ha reportado nuestros actos de voluntad, como accederemos al conocimiento del bien y del mal.
- No podemos hablar de "acto pecaminoso", sino de acción de elegir condicionada por la genética que nos lleva a la división.
- Que la experiencia del Mundo Físico es Trascendente. Tan sólo la creencia de que pertenecemos a ese mundo, es lo que debe ser trascendido.
- Que la expulsión del “Paraíso” es un error que se ha inscrito en nuestras creencias, como consecuencia de que nos hemos identificado con el Cuerpo Físico y con el plano material. El feto permanece unido a su creador durante el tiempo que se encuentra en el vientre materno, sin embargo, cuando nace y aparentemente se encuentra separado de él, su relación de unidad, permanece, queda establecida por el vínculo de filiación. Del mismo modo, el hecho de que nuestros ojos se hayan abierto a un plano inexplorado, no debe suponer que nos encontremos “separados” de nuestro creador y mucho menos, que hemos dejado de gozar de su “estado de plenitud”. Esa visión de temporalidad ha dado lugar al nacimiento del ego, el cual niega su origen espiritual.
- El hombre no se ha separado de Dios, sino que cree haberlo hecho. Con la Caída, el ser humano descubre un cuerpo con capacidad sensorial a través del cual percibe y se relaciona con el entorno. Una entidad consciente capaz de distinguirse de todo lo demás, una singularidad pensante, única, sin vínculos con las otras criaturas ni con Dios. Y cree que él es eso que ve de sí mismo.
- La falsa creencia de la separación se ve de este modo fortalecida por un sentimiento de culpa nacido de la creencia, también falsa, de que la separación se ha producido a causa de una transgresión. El hombre caído busca su redención a través del dolor.
- La Liberación no se encuentra en torturar todo lo que provenga del cuerpo físico. El cuerpo material es la materialización de lo concebido por la mente, por lo tanto, lo que tenemos que hacer es cambiar nuestro estado mental. Vemos que somos, lo que creemos que somos.
- El uso de un Cuerpo Mental inmaduro nos llevó a actuar precipitadamente, dejándonos llevar por el vehículo emocional. Cuando logremos establecer un estado de coherencia entre los distintos Vehículos, es decir, cuando pensemos, sintamos y actuemos al unísono, estaremos restableciendo el orden de la Unidad. Entonces se producirá el “despertar” de la nueva Conciencia y dejaremos al Hombre Viejo, para convertirnos en el Hombre Nuevo.
"El hombre del mundo, el ser humano convencional que somos todos, hemos olvidado nuestra naturaleza divina haciéndonos uno con lo ilusorio. De nada sirve a partir de ese instante lo que somos, sino lo que creemos ser.
La Caída es una experiencia todavía sin asumir, sin comprender. La verdadera dimensión de la Caída no radica en la naturaleza del cambio provocado, sino en el carácter permanente del mismo. Y el drama de la humanidad no es haber caído en un estado de existencia inferior, sino el quedar apresada en esa Ley de eternidad.
El hombre caído es un ser
programado, condicionado y no sabe que lo es. Busca la felicidad, pero está estructurado
para el dolor; aspira a la inmortalidad: pero su naturaleza es temporal; desea
la salud, pero está programado para Ia enfermedad; reclama la libertad, pero
está condicionado. Cree que vive y está muerto.
Cuando el hombre caído descubre el engranaje que le mantiene encadenado;
cuando ha comprendido que Dios es ajeno al dolor; cuando acepta que no ha
habido separación, ni pecado, ni condena; cuando se siente amado por el Padre
sin límite ni condiciones; cuando acepta que es un ser bienaventurado, heredero
del cielo; cuando decide volver a la casa del Padre poniendo fin al exilio,
entonces, el hombre caído, el morador del infierno, el “muerto" ¡resucita!
La resurrección es el fin del exilio, la liberación de la Ley del ínferos, la
recuperación del Paraíso, el nacimiento del Hombre Nuevo". -Hijos de la Luz - Félix Gracia-
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