QUINTO
REPASO
LECCIÓN 172
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (153) En mi indefensión radica mi seguridad.
2Dios es sólo Amor y,
por ende, eso es lo que soy yo.
2. (154) Me cuento entre los ministros de Dios.
2Dios es sólo Amor y,
por ende, eso es lo que soy yo.
¿Qué me enseña esta
lección?
1.
(153) En mi indefensión radica mi seguridad.
2Dios es sólo Amor y,
por ende, eso es lo que soy yo.
¿Por qué me defiendo de lo que interpreto es un ataque de los demás?
¿Qué temo perder?
El miedo es una interpretación del ego, el cual se siente culpable de
haber transgredido las Leyes de Dios. La identificación con el cuerpo, le lleva
a adquirir una conciencia temporal y el temor a la muerte es el justo castigo
a su pecado.
La consciencia del ego le lleva a creer en la separación y proyecta en el
otro aquello que le atemoriza internamente. Desde este punto de vista, el
hermano se convierte en un agresor del que debe defenderse para salvaguardar
aquello que más valora su integridad física.
Cuando vivimos el despertar de la consciencia, el otro forma parte de
nuestra realidad. Desde la Unidad, no cabe defensa, pues cualquier ataque
contra el otro es un ataque hacia nosotros mismos.
Tomar consciencia de nuestra Divinidad nos aporta la certeza de que
estamos protegidos por nuestro Padre, por nuestro Creador.
2.
(154) Me cuento entre los ministros de Dios.
2Dios es sólo Amor y,
por ende, eso es lo que soy yo.
¿Qué mejor regalo puede ofrecer un hijo a su padre que el hacer su
Voluntad?
A veces nos exigimos grandes metas para sentirnos ministros de Dios, sin
embargo, basta con que simplemente seamos ejemplos de amor y de unidad para los
demás.
Cada vez que vemos en el otro a nuestro hermano y lo vemos en su estado de impecabilidad, estamos invitándoles a cruzar la puerta que ha de conducirle a la salvación y en el ese camino, nos reconocemos como su fiel acompañante.
Cada vez que vemos en el otro a nuestro hermano y lo vemos en su estado de impecabilidad, estamos invitándoles a cruzar la puerta que ha de conducirle a la salvación y en el ese camino, nos reconocemos como su fiel acompañante.
Todos Somos ministros de Dios, pues Todos somos fieles ejecutores del
papel estelar que nuestro Padre nos encomendó. Quizás tu papel sea el de padre,
el de madre, el de hijo, el del amigo, el del enemigo, el de instructor, o el
de ejecutor… No importa el papel que estés interpretando, siempre que tengas
presente que es tan sólo un papel pasajero, pues tu verdadera identidad es una
y es la misma que para los demás.
HERMOSO
ResponderEliminarGracias, bendiciones 😘
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