martes, 17 de abril de 2012

¿Cuál es el significado de la sequía?


He sembrado mis tierras y espero que las primeras lluvias lleguen pronto. Si embargo, no tan solo no llegan las primeras lluvias, sino que, para mi desesperación, compruebo como se pierde toda la cosecha como consecuencia de la prolongada sequía.

A pesar de tratarse de un hecho puntual vivido por un agricultor, podríamos ampliar la experiencia y hacer partícipe a todo un pueblo, pues en verdad, rara vez, al menos en la zona sur de nuestro país, no hayamos experimentado la consecuencia de la escasez de agua.

Siguiendo la pauta establecida, trataremos de encontrar las causas espirituales que siempre se encuentran ocultas detrás de cualquier acontecimiento.

El agua a nivel físico es sinónimo de vida, de fecundidad, de fertilidad. Desde el punto de vista anímico, el agua es el segundo Elemento activo en el proceso creativo, el que da cobijo al Elemento esencial, el Fuego.

El Agua, anímicamente hablando, se refiere a la capacidad de sentir, de desear, de amar, y yo me pregunto, ¿podríamos vivir sin amar? ¿Acaso no estamos como "muertos" cuando no sentimos ilusión por la vida?

En efecto, el Agua, los sentimientos nos inspira la vida, y su ausencia nos deja en manos de la "muerte".


Si el agua es necesaria a nivel físico para que la semilla crezca y madure, el Agua-Sentimiento-Amor es necesario para que se produzca el crecimiento de las potencialidades divinas de las que somos portadores, o lo que es lo mismo, es necesaria para que tomemos conciencia de las cosas.

Por este motivo, es preferible movilizarnos siempre, actuar si miedo, que no actuar por exceso de prudencia o por temor, pues la experiencia siempre aportará conciencia, es decir, vida.

Si en la anécdota que analizamos, vemos que no acaba de llegar las lluvias, es decir, si experimentamos sequía en nuestra tierra, ¿qué nos estará refiriendo?

Quizás si miramos en nuestro corazón descubramos que estamos apagados, que no sentimos ilusión por nada, que no aportamos amor a nuestro alrededor.

Tendremos que preguntarnos: ¿existe sequía en nuestros sentimientos?. Tal vez descubramos que no tenemos intención de asimilar más experiencias, pero cuando esto nos ocurre, veremos como en nuestra tierra humana aparecen los rasgos de la escasez, ya nada crece, la vegetación desaparece, los animales buscan otras tierras donde poder alimentarse y la desolación acaba por poner fin, allí donde anteriormente había surgido la vida.

¡No permitamos que nuestra naturaleza interior muera! ¡Pongamos amor en nuestros actos y seremos testigos de una exuberante cosecha!


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