martes, 23 de enero de 2024

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 23

LECCIÓN 23
  
Puedo escaparme del mundo que veo renunciando a los pensamientos de ataque.

1. La idea de hoy describe la única manera de poder escapar del miedo que jamás tendrá éxito. 2Nada más puede lograrlo; nada más tiene sentido. 3Pero esta manera de escapar no puede fallar. 4Cada pensamiento que albergas da lugar a algún segmento del mundo que ves. 5Es con tus pensamientos, pues con los que tenemos que trabajar, si es que tu percepción del mundo ha de cambiar.

2. Si la causa del mundo que ves son los pensamientos de ataque, debes aprender que ésos son los pensamientos que no deseas. 2De nada sirve lamentarse del mundo. 3De nada sirve tratar de cambiarlo. 4No se puede cambiar porque no es más que un efecto. 5Pero lo que sí puedes hacer es cambiar tus pensamientos acerca de él. 6En ese caso estarás cambiando la causa. 7El efecto cambiará automáticamente.

3. El mundo que ves es un mundo vengativo, y todo en él es un símbolo de venganza. 2Cada una de las percepciones que tienes de la "realidad externa" no es más que una representación gráfica de tus propios pensamientos de ataque. 3Uno podría muy bien preguntarse si a esto se le puede llamar ver. 4¿No es acaso "fantasía" una mejor palabra para referirse a ese proceso, y "alucinación" un término más apropiado para su resultado?

4. Ves el mundo que has fabricado, pero no te ves a ti mismo como el que fabrica las imágenes. 2No se te puede salvar del mundo, pero te puedes escapar de su causa. 3Éste es el significado de la salvación, pues, ¿dónde se encuentra el mundo que ves cuando su causa ha desaparecido? 4La visión ya tiene un sustituto para todo lo que crees ver ahora. 5La hermosura puede iluminar tus imágenes y transformarlas de tal manera que las llegues a amar, aun cuando fueron forjadas del odio, 6pues ya no las estarás forjando solo.

5. La idea de hoy introduce el pensamiento de que no estás atrapado en el mundo que ves porque su causa se puede cambiar. 2Éste cambio requiere, en primer lugar, que se identifique la causa y luego que se abandone, de modo que pueda ser reemplazada. 3Los primeros dos pasos de este proceso requieren tu cooperación. 4El paso final, no. 5Tus imágenes ya han sido reemplazadas. 6Al dar los dos primeros pasos, comprobarás que esto es cierto.

6. Además de usar la idea de hoy a lo largo del día según lo dicte la necesidad, se requieren cinco sesiones de práctica para su aplicación. 2Según miras a tu alrededor, repite primero la idea para tus adentros lentamente, y luego cierra los ojos y dedica alrededor de un minuto a buscar en tu mente el mayor número posible de pensamientos de ataque que se te ocurran. 3Conforme cada uno de ellos cruce tu mente, di:

4Puedo escaparme del mundo que veo renunciando a los pensamientos de ataque acerca de _____

5Mantén presente cada pensamiento de ataque mientras repites esto, luego descártalo y pasa al siguiente.

7. Durante las sesiones de práctica, asegúrate de incluir tanto los pensamientos de ataque contra otros como los de ser atacado. 2Los efectos de ambos son exactamente lo mismo, puesto que ambos son exactamente lo mismo. 3Aún no reconoces esto, y lo único que se te pide de momento es que durante las sesiones de práctica los trates de igual modo. 4Todavía nos encontramos en la etapa de identificar la causa del mundo que ves. 5Cuando finalmente aprendas que los pensamientos de atacar y los de ser atacado no son diferentes, estarás listo para abandonar dicha causa.

¿Qué me enseña esta lección? 

Es necesario interpretar lo que significa el concepto ataque. Para el ego, su principal objetivo, lo que estimula su naturaleza, es la conquista de la individualidad y para ello fabrica la creencia de la realidad del mundo material. 

Individualidad es opuesto de Unicidad. Para alcanzar la individualidad debemos separarnos de la Unidad y desde este sentimiento de separación, la individualidad puede ser interpretada como un ataque a la Unicidad, a la Filiación. 

Siguiendo esta misma idea, el mundo material es lo opuesto al mundo espiritual, dicho de otro modo, lo que existe en el mundo material ataca al mundo espiritual.

El mundo material se convierte para el ego en su plano de manifestación, en el cual expresa sus potencialidades a través de sus creaciones. Todo lo creado, todas las creencias fabricadas desde la conciencia de separación parecen atacar al mundo de la eternidad. Siendo el mundo material perecedero, lo irreal ataca a lo eterno y real, expresiones estas del espíritu. 

Es necesario pues, escapar de esa ilusión, renunciando al pensamiento del ataque, es decir, no dando valor al deseo de individualización y separación para retornar al deseo de unificación. 

Cuando nuestros pensamientos juzgan el mundo material, está, atacando lo espiritual, pues en la medida que lo juzga lo cree real y le estimula la naturaleza emocional. Ese pensamiento está apegado a la percepción errónea que le aporta el mundo de los sentidos físicos. Ese pensamiento se siente estimulado, atrapado, y, se produce la identificación y el apego a ese estímulo. Esta vivencia es un claro ataque a la liberación que nos ofrece el Amor Incondicional. 

No podemos olvidar que ese concepto de ataque dará como respuesta la creencia de ser objeto de la venganza de aquello que hemos atacado. Esa venganza no es más que los efectos causados por nuestro ataque, es decir, por nuestro deseo de satisfacer nuestra naturaleza emocional.

 

Ejemplo-Guía: "Me desespera el comportamiento de mi hijo". 

Si el comportamiento de nuestro hijo nos desespera y queremos que esta circunstancia cambie, para lo cual, nos proponemos que sea nuestro hijo el que cambie, entonces, tendremos que repasar de nuevo el contenido de estas lecciones, pues estamos percibiendo erróneamente la experiencia. ¿Por qué? 

Sencillamente, porque lo que estamos experimentando son los efectos y la rectificación del error debemos hacerlo en el nivel de donde se ha creado, en la causa, es decir, en nuestra mente, en nuestros pensamientos. 

¿Cuál es ese error? Creer que nuestro hijo es un ser del cual nos encontramos separados y al que percibimos como una amenaza, pues estamos interpretando su relación como un permanente ataque. 

Es a esa visión errónea a la que debemos renunciar, rectificándola, elevando un nuevo pensamiento emanado desde la mente recta, es decir, un pensamiento orientado hacia la unidad. Ese pensamiento estará exento de juicio condenatorio y nos llevará a la certeza de que nuestros hermanos son inocentes e impecables. 

En verdad, lo que estamos haciendo es compartir la Voz que nos inspira el Espíritu Santo, convirtiéndonos en instrumentos conscientes al servicio de nuestra divinidad. 

Renunciando al ataque, estamos renunciando, igualmente, al odio, al espíritu vengativo y al miedo, la verdadera causa que nos lleva a percibir este mundo desde el temor, desde el egoísmo, desde la necesidad y la escasez, desde el dolor y el sufrimiento. 

Eliminada la causa, la percepción errónea dará paso a la percepción verdadera, lo que significa, que el comportamiento de nuestro hijo dejará de ser para nosotros un motivo de desesperación. 

Reflexión: No se te puede salvar del mundo, pero te puedes escapar de su causa. ¿Cómo?

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