1. En mí -el santo Hijo de Dios- se reconcilian todos los aspectos del plan celestial para la salvación del mundo. 2¿Qué podría estar en conflicto, cuando todos los aspectos comparten un mismo propósito y una misma meta? 3¿Cómo podría haber un solo aspecto que estuviese separado o que tuviese mayor o menor importancia que los demás? 4Yo soy el medio por el que el Hijo de Dios se salva, porque el propósito de la salvación es encontrar la impecabilidad que Dios ubicó en mí. 5Fui creado como aquello tras lo cual ando en pos. 6Soy el objetivo que el mundo anda buscando. 7Soy el Hijo de Dios, Su único y eterno amor. 8Yo soy el medio para la salvación, así como su fin.
2. Permíteme hoy, Padre mío, asumir el papel que Tú me ofreces al pedirme que acepte la Expiación para mí mismo. 2Pues lo que de este modo se reconcilia en mí se reconcilia igualmente en Ti.
La búsqueda de la perfección llevará al Hijo de Dios a encontrarse consigo mismo. Dejará de buscar afuera lo que siempre ha estado en su interior. Comprenderá que todo lo que vive fuera es una proyección de su mente y, entonces, no tendrá más opción que reconocerse como el protagonista del guion de su vida.En esas idas y vueltas, me crucé con muchos caminantes con quienes compartí un mismo destino y que, al igual que yo, se sorprendían al darse cuenta de no estar a la altura de las expectativas.
Reflexión: ¿Qué otra condición, aparte del amor, puede salvarnos?

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