El jardín del Edén V.
Traducción Convencional: “Y Yavé Dios trajo ante el hombre todos
cuantos animales del campo y cuantas aves del cielo formó de la tierra, para
que viese cómo los llamaría, y fuese el nombre de todos los vivientes el que él
les diera. Y dio el hombre nombre a todos los ganados, y a todas las aves del
cielo, y a todas las bestias del campo; pero entre todos ellos no había para el
hombre ayuda semejante a él”.
Pasemos
a la traducción de Fabre d´Olivet: “Pero,
había formado Jehová fuera del Elemento Adámico, toda la animalidad de la
naturaleza terrestre, y toda la especie volátil de los cielos; les hizo venir
hacia Adam para ver qué nombre, relativo a sí mismo, este Hombre universal
asignaría a cada especie; y todos los nombres que asignó a esas especies, en
sus relaciones con él, fueron la expresión de sus relaciones con el Alma
viviente universal.
Así pues, Adam asignó unos nombres a
la especie entera de los cuadrúpedos, a la de los pájaros, y generalmente a
toda la animalidad de la naturaleza, pero estuvo muy lejos de encontrar en ella
esa compañera, esa ayuda elemental que, emanada de él mismo y formada en la
reflexión de su luz, debía presentarle su imagen reflejada”.
Estaría en
lo cierto el lector, si tras leer este pasaje decide no interpretarlo al pie de
la letra. Resulta difícil concebir la escena. Es necesario buscar una
traducción más acorde, que no nos lleve a discernir, que lo que ha quedado
recogido en los textos sagrados, carece de sentido.
Ya hemos
dado a conocer el significado que encierra el nombre de Adam. No se trata de un
hombre individualizado, sino que representa de la Oleada de Vida Humana, el
Hombre Universal, que se encuentra en una línea de progreso espiritual y que
afronta los Trabajos del 4º día de la Creación. Ese Adam Universal es perfecto
potencialmente. Cuenta con una serie de Vehículos-Cuerpos que le permite
adquirir conciencia en diferentes Planos de Manifestación. En el 4º Día, el
Cuerpo Denso adquiere su maduración y alcanzará el estado de perfección. Pero
hemos de tener presente, que la Perfección Total, no la conquistará hasta que
el resto de Cuerpos, el de Deseos y el Mental, alcance esa maduración. Esto
ocurrirá, en los Trabajos correspondientes al 5º y 6ª Día. Ya decíamos al estudiar
lo acontecido en el 6º Día, que el texto recoge la aparición del Hombre en este
Periodo, pero con lo dicho, debemos entender que se refiere a la Perfección de
todos los Cuerpos.
Tendremos que
recurrir una vez más a la traducción aportada por Fabre d´Olivet, si
verdaderamente queremos comprender lo que está indicándonos este pasaje.
“…había formado Jehová fuera del
Elemento Adámico, toda la animalidad de la naturaleza terrestre, y toda la
especie volátil de los cielos…”
A lo largo
de este estudio, hemos tenido la oportunidad de referirnos al significado de “animalidad”,
y veíamos que más que hacer referencia a las distintas especies que habitan en
nuestra Tierra, el autor nos está revelando la vida, en grado inferior de
desarrollo que puebla el Cuerpo de los Deseos del hombre.
El
Elemento Adámico aparece en el estado del 4ª Día, cuando la energía se
materializa dando lugar a las formas físicas. Fuera de ese Elemento Adámico se
encuentran los otros Cuerpos, el de Deseos y el Mental. Por lo tanto, cuando
está aludiendo a los animales y a la especie volátil, se está refiriendo a la
Naturaleza Emocional.
Esta
escena, se produce antes de que se produjera la división de los sexos, es
decir, el Adam Universal se encontraba aún en un estado de Unidad. Este estado
está en correspondencia con el Séfira Kether, el único Centro donde se da esa
condición espiritual. Cuando la conciencia alcanza ese nivel, adquiere la
capacidad de experimentar la Unidad que relaciona todas las cosas, todos los
Principios.
Es en este
sentido, que debemos entender el pasaje: “les
hizo venir hacia Adam para ver qué nombre, relativo a sí mismo, este Hombre
universal asignaría a cada especie; y todos los nombres que asignó a esas
especies, en sus relaciones con él, fueron la expresión de sus relaciones con
el Alma viviente universal”.
En ese
estado de Unidad, El Adam Universal tuvo acceso a conocer la perfecta armonía y
correspondencia de todas las partes del universo. Jehová hizo que apareciera
ante él toda la Vida existente, todas las Oleadas de Vida en evolución, y que estableciera
las correspondencias de cada especie con su propio ser y al mismo tiempo su
relación con el Alma viviente universal, o sea con las Oleadas de Vida que no
poseen un cuerpo físico y con el mismo Zodiaco, manantial de toda vida.
La
facultad adquirida por Adam en ese estado de Unidad, llevó a hombre
individualizado a intuir la relación existente entre los animales y las Fuerzas
Celestes. En Astrología, los Signos de Zodiaco quedan representados por
símbolos animales. Esta relación ancestral guarda un significado transcendente.
Cada Elemento de la Tierra tiene su correspondencia con las Esencias
Zodiacales. No podría ser de otra forma, pues nuestro Sistema Solar, ha sido
creado con dichas Esencias.
“Así pues, Adam asignó unos nombres
a la especie entera de los cuadrúpedos, a la de los pájaros, y generalmente a
toda la animalidad de la naturaleza…”
Dar nombre
a las distintas especies significa adquirir la capacidad de aplicar la Ley de
Correspondencia existente entre los Elementos Zodiacales y las distintas partes
de nuestro ser. Ya hemos visto a lo largo de este estudio, como cada Elemento está
formado por letras, y como cada una de estas letras se corresponde con una
fuerza determinada. Ese conocimiento está dormido en cada uno de nosotros, pues
como ya hemos dicho, fue una facultad del Hombre Universal.
“…pero estuvo muy lejos de encontrar
en ella esa compañera, esa ayuda elemental que, emanada de él mismo y formada
en la reflexión de su luz, debía presentarle su imagen reflejada”.
Debemos
entender bien la traducción de estas palabras. Para mí, encierran una de las
cuestiones vitales de la evolución del Alma Humana. ¿Por qué el Espíritu que
gozaba del estado de Unidad, necesitaba ver su imagen reflejada? ¿Por qué
necesitaba pasar de la Unidad a la Dualidad?
Si se
trata de una “necesidad” evolutiva; si se trata de seguir el patrón cósmico
establecido por Elohim en su Proceso Creador y debíamos recapitular la “división”
inscrita en el 2º Día, si es así, debo interpretarlo como una acto de “obediencia”,
como un acto de Amor. Digo esto, porque, esa división daría lugar a otro de los
episodios claves de la evolución, me estoy refiriendo a la “caída”; al acto que
a lo largo de la historia del hombre ha sido interpretado como una acto
pecaminoso y ha dado lugar a la conciencia de “separación” con Dios y al
sentimiento tortuoso de la “culpa” y del “miedo”.
Para mí,
el conocer que era necesario que el Adam Universal, se dividiera, se
individualizara, dando lugar a la separación de los sexos, es un mensaje de
liberación, pues comprendo que detrás de esa acción, se encuentra un acto de
Voluntad Superior, una decisión basada y adoptada en el más elevado de los
Principios con los que hemos sido creado, el Libre Albedrío.
Adam, en
ese estado de Unidad, se encontraba con la visión de todos los estados
potenciales. Por establecer una analogía, podemos imaginarnos a un sembrador
que tuviera acceso a todas las semillas. Pero esa condición invita a utilizar
ese potencial en la labor implícita a la condición de sembrador, es decir, a
sembrarlas y cuidarla con el fin único de que nos aporte el Conocimiento de su
Potencial, y eso se consigue, cuando alcance la fase de dar los frutos.
Ese Adam,
necesitaba utilizar su potencial, su Voluntad Creadora, y debía encontrar una “tierra”
que le permitiese sembrar su semilla y ver crecer su obra. De este modo, Adam,
debía abandonar el Estado Kether y tras pasar por el resto de los Centros de
Conciencia, Hochmah-Binah-Hesed-Gueburah-Tiphereth-Netzah-Hod y Yesod, culminar
su obra en Malkuth, representante del Mundo Material.
¿Qué
hermoso significado adquiere el Plano Material? El Cuerpo Físico es el "templo" donde habita nuestro Espíritu. Es una “parada” necesaria en ese largo camino
que ha de llevarnos a ser Seres Creadores, pero es una parada marcada en la
ruta. Transitar esa ruta, no significa quedar estancado en ella. Lo dejo a
vuestra reflexión.
Bien, ya
sabemos que Adam necesitaba una “compañera”, un “espejo” donde ver su imagen
reflejada, es decir, donde poder tomar conciencia de sus actos de Voluntad. El
Arquetipo femenino y la Madre Tierra están en estrecha correspondencia, es por
ello, que el resultado, el efecto de nuestros actos de voluntad lo experimenta
la Tierra, y por ende, nuestro Cuerpo Físico. Ya sabemos que Voluntad y Mente son
una misma cosa. Cada uno de nuestros pensamientos se ve expresado en acciones
materiales y, cuando la Humanidad, en su conjunto es capaz de movilizar
pensamientos negativos, la Tierra sufre los efectos de los mismos. A nivel
individual, los efectos de los pensamientos erróneos se manifiestan a través de
la salud del cuerpo físico.
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